CARTAS AL DIRECTORIO - Abril 2008
Agradecemos las múltiples muestras de apoyo. También las críticas. No las publicaremos aquí. Este espacio lo reservamos para vuestros "artículos". Vuestras aportaciones, que, sin ser periódicas, sí compartan vuestras experiencias, conocimientos, alegrías y tristezas en vuestra/nuestra Iglesia. En catauña o en cualquier otro lugar. Lo único que pedimos es que respeten las cuatro máximas: Constantia, meritum, fortitudo, fidelitas.
Todo esto lo podeis enviar a:
El Cardenal
Estos días, ha salido a flote un suceso que me ha hecho recordar aquella película tan bonita que se llama “El Cardenal”. Se trata de que se han recuperado y se han puesto ha nuestra disposición, las declaraciones que un cura de Barcelona hizo en un diario progre. Al parecer, el sacerdote, en un alarde compromiso con la Humanidad, no pudo evitar ir trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres, su condición de abortista comprensivo. Supongo que ya ha recibido su premio y su paga, aunque no por hacer precisamente lo que llamamos caridad.
Mediante el tándem Humanismo en función de las circunstancias - inhumanidad de la jerarquía eclesial, el sacerdote pudo por un tiempo saciar esa sed de gloria que al parecer tenía.
Tengo claro que el tema del aborto es delicado, aunque la doctrina del Magisterio es contundente. Cuando escribo esto lo hago con Temor y Temblor. Recuerdo algún texto de la Sagrada Escritura, de algún Santo Padre, del Magisterio. Recuerdo sobre todo el posible hecho de que si la Virgen Maria hubiera abortado, Jesús no hubiera existido, Jesús de Nazaret.
Volviendo a la película, recuerdo que en ella aparece un aspecto del aborto. Al futuro Cardenal se le presenta el crudísimo dilema de que si su hermana, que está embarazada, aborta salva su vida, pero si no, muere pudiéndose salvar la vida de la criatura. Al parecer el futuro Cardenal es el que tiene la última palabra y decide que su hermana tenga la criatura a costa de su vida y así es; su hermana muere, pero tiene a la hija. Esto crea en el futuro Cardenal, que entonces era sacerdote, una crisis que le lleva a dejar el sacerdocio durante un tiempo. Se replantea su vocación y la vida, pero vuelve al sacerdocio.
Según la noticia del diario el sacerdote, abortista entonces, en un aspecto tan importante como es el aborto no estaba en pública comunión con la Iglesia y de hecho, su colaboración en abortos lo deja excomulgado. Por otra parte, otro aspecto de la declaración, aunque de menor repercusión sería el cuestionamiento que hace del Magisterio, en concreto parece referirse a la CEE, como si fuera diferente del resto del Magisterio de la Iglesia, que no lo es pero él parece insinuarlo. Supongo que por aquello del nacionalismo y por hacer al mismo tiempo la puñeta a unos y la pelota a otros.
Creo que así las cosas, es posible que respecto al sacerdote en cuestión alguien haya pensado en ese tándem conciencia-coherencia. El Magisterio nos dice que el hombre ha de obedecer a su conciencia, aunque esta se ha de formar. Personalmente creo que la conciencia es algo que se va formando continuamente, creo que la Iglesia viene a decir que la conciencia es el Sagrario del alma y allí el hombre puede encontrarse con Dios. Dios siempre tiene algo que decirnos y nosotros algo que decirle y aprender. Pero esto no quita que a este hombre se le pueda considerar responsable y se le pueda exigir o pedir coherencia. La obediencia cristiana pasa por la cruz, una cruz que da vida, pero una cruz que media entre Dios y los hombres. Jesucristo desenmascaró a esos fariseos endiosados que creyéndose perfectos, en realidad habían roto con Dios.
Poniéndome en plan Sherlock Holmes, por los cristales de sus gafas deduciría que este sacerdote es de los que se cubren de gloria a costa de las miserias reales y subjetivas de la Iglesia que le da de comer y le sirve de escenario para su autolucimiento. Es cierto que ahora debido a las presiones parece que dice que “donde digo Diego y donde Diego dije”, pero pienso que si fuera coherente buscaría su lugar.
Si es la Iglesia su lugar, que deje de insultarla y menospreciarla. Que asuma lo que ha de asumir. Si no estamos a su altura moral supongo que debería replantearse quienes son sus hermanos.
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25/04/2008 por Zelo Zelatus Sum Pro Domino
“Insuficiencia mitral”
Hace bastantes años, en pleno y radiante gobierno del aún no cardenal Jubany, en una reunión de arciprestazgo, un sacerdote ya difunto en este momento y a quien recuerdo especialmente por esta frase, hablando de las dificultades de la diócesis barcelonesa, con su voz grave y de manera muy convencida nos dijo: “el problema de Barcelona es una enfermedad”. Nos quedamos callados a la espera de que sería lo próximo que nos iba a decir, esperando, de pronto, un chiste, pero no fue así. Continuando con su tono de voz que se imponía y con su acostumbrada seria jovialidad dijo: “Aquí lo que pasa es que sufrimos de `insuficiencia mitral´”
¡Cuántas veces te recuerdo buen amigo y, por lo menos por diferencia de edad, buen maestro!
Sin entrar en exactos términos médicos, quedémonos en que la insuficiencia mitral es algo que puede llegar a ser grave para el paciente, en este caso nuestra Iglesia de Barcelona. Era evidente ya en aquel entonces que la referencia era clara a la falta de alguien que coronándose con la Mitra, guiara a la diócesis como Dios manda. Cuando la válvula mitral no funciona y cierra adecuadamente la sangre se filtra a donde no debe y, claro, así las cosas no van. Ya en aquel momento se habían filtrado muchas personas no convenientes en la misma Curia por falta de atención y porque el Dr. Jubany quería pasar a la historia, como dijo él delante de mí años más tarde, como un Cardenal benévolo.
Parece ser que la historia se repite, la insuficiencia mitral no se ha solucionado y la cosa es grave porque dicha insuficiencia puede llevar a la calcificación de alguna parte del corazón. Y me temo que eso sí que no se soluciona ni con operación. Se convierte en algo crónico. ¿Será que aún no estamos a tiempo de alguna cura preventiva? La calcificación se da especialmente en pacientes ancianos y nuestra iglesia, anciana por demás, ya lleva muchos años sufriendo, entre otras, esta misma dolencia. Aunque intuyo un grave problema. Pocos son los que quieren hacer un real, aunque doloroso, diagnostico de lo que de verdad está pasando.
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Ànims! / ¡Ánimo!
Benvolguts,
Us escric des de Madrid i, per tant, estic una mica desconnectat de la realitat (o la manca de realitat) de l'Església a Catalunya. La veritat és que a Madrid, amb tots els problemes i divisions internes, hom s'hi està molt còmode. Però els principis són els mateixos a tot arreu.
Reconeixent, desterrant la mentida i recordant sempre la veritat, tanmateix, hem d'ésser més audaços per a aconseguir el unum cor et anima una! Només l'Esperit ens retornarà la unitat. I l'Esperit respon prompte als anhels dels seus fills...
Això és el que ha vingut a dir un Benet XVI als Estats Units. La homilia a la catedral de Sant Patrici de Nova York ens l'hauríem d'aprendre de memòria: "In this morning's second reading, Saint Paul reminds us that spiritual unity -- the unity which reconciles and enriches diversity -- has its origin and supreme model in the life of the triune God. As a communion of pure love and infinite freedom, the Blessed Trinity constantly brings forth new life in the work of creation and redemption. The Church, as "a people made one by the unity of the Father, the Son and the Spirit" (cf. Lumen Gentium, 4), is called to proclaim the gift of life, to serve life, and to promote a culture of life.". No podem perdre pas l'esperança.
Com superar la tristor o inclús el ressentiment? Com oferir la nostra amistat en l'Esperit a tothom? Què podem fer per a mantenir o restablir la unitat essent fidels? Conversió, conversió i una altra vegada conversió personal. Aquesta és la col·laboració que la gràcia ens demana. Només la santitat, començant per la nostra, arreglarà les coses a casa nostra. Així serem transparents per a l'actuació de l'Esperit. Lliures per a actuar en nom seu. I serem u.
Sinó, malgrat els bons desitjos, serem estèrils, caurem en el mateix parany "esterilitzador" que, de bona o no tan bona fe, tant mal ha fet dins l'Església catalana en les darreres dècades.
Esperança? Tota la del món i del cel. La Verge de Montserrat que honrarem d'ací uns dies segueix regnant. Només li hem de fer lloc de veritat en els nostres cors. Ella pregarà per i en nosaltres per a que "adveniat regnum tuum".
Laudetur Iesus Christus!
Miquel
www.lagloriadicoluichetuttomuove.blogspot.com
Estimados,
Os escribo desde Madrid y, por lo tanto, estoy un poco desconectado de la realidad (o la falta de realidad) de la Iglesia en Cataluña. La verdad es que en Madrid, con todos los problemas y divisiones internas, uno está muy cómodo. Pero los principios son los mismos en todas partes.
¡Reconociendo, desterrando la mentira y recordando siempre la verdad, sin embargo, tenemos que ser más audaces para conseguir el unum cor et anima una! Sólo el Espíritu nos devolverá la unidad. Y el Espíritu responde pronto a los anhelos de sus hijos ...
Eso es lo que ha venido a decir un Benedicto XVI en los Estados Unidos. La homilía en la catedral de San Patricio de Nueva York nos la tendríamos que aprender de memoria: "En esta mañana la segunda lectura, San Pablo nos recuerda que la unidad espiritual - la unidad que reconcilia y enriquece la diversidad - tiene su origen y modelo supremo en la vida del Dios trino. Como una comunión de amor puro y la libertad infinita, la Santísima Trinidad constantemente pone de manifiesto la nueva vida en el trabajo de creación y redención. La Iglesia, como "un pueblo hecho uno por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu» (cf. Lumen gentium, 4), está llamada a proclamar el don de la vida, para servir a la vida, y para promover una cultura de vida". No podemos perder en absoluto la esperanza.
¿Como superar la tristeza o incluso el resentimiento? ¿Cómo ofrecer nuestra amistad en el Espíritu a todo el mundo? ¿Qué podemos hacer para mantener o restablecer la unidad siendo fieles? Conversión, conversión y otra vez conversión personal. Ésta es la colaboración que la gracia nos pide. Sólo la santidad, empezando por la nuestra, arreglará las cosas en nuestra casa. Así seremos transparentes para la actuación del Espíritu. Libres para actuar en nombre suyo. Y seremos uno.
Si no, a pesar de los buenos deseos, seremos estériles, nos caeremos en la misma trampa "esterilizadora", que, de buena o no tan buena fe, tanto mal ha hecho dentro de la Iglesia catalana en las últimas décadas.
¿Esperanza? Toda la del mundo y del cielo. La Virgen de Montserrat que honraremos de aquí unos días sigue reinando. Sólo le tenemos que hacer sitio de verdad en los nuestros corazones. Ella rogará por y en nosotros para que "adveniat regnum tuum".
¡Laudetur Iesus Christus!
Miquel
www.lagloriadicoluichetuttomuove.blogspot.com
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23/04/2008 por Arcangel San Miguel
Queremos Obispos cristianos
Acabo de leer el artículo fantástico de Oriolt sobre los cambios que Benedicto XVI ha introducido en varios diócesis españolas y del resto del mundo. Estoy de acuerdo en su apreciación de la clara dirección que llevan esos nombramientos y son, a ciencia cierta, los que serán los que hagan avanzar a la Iglesia. Me alegro por ello y reconozco que el Santo Padre me está sorprendiendo gratamente con su forma de llevar la barca de Pedro. Podemos decir que es otra manera de actuar, diferente a la de su antecesor Juan Pablo II el Grande. Dos caracteres diferentes y que han llevado y llevan a la Iglesia adelante. Pero el verdadero motivo de mi nuevo escrito no es este. Es el tema de los de la plataforma, por decirlo de alguna manera, "volem bisbes cristians" (queremos obispos cristianos). El enlace que ha puesto Oriolt me ha hecho ir a la página de ellos y sus 1000 adhesiones. Da la risa, por no llorar, que en el manifiesto de este grupo su demanda sea queremos obispos cristianos. ¿Sólo son obispos cristianos los catalanes? ¿Los otros son musulmanes, budistas, hinduistas...? Es triste que le hicieran la campaña que le hicieron a Mons. Ureña. ¿No podría haber sido un buen obispo para Barcelona? ¿O es que lo tienen que escoger este selecto club que parecen ser nuestros salvadores? ¿Estos señores que ponen y quitan cargos en la diócesis? ¿Es que los obispos que lleguen a nuestras diócesis deben ser catalanes antes que obispos? ¿Deben rendir pleitesía a nuestros políticos y a las fuerzas vivas "jóvenes" que tenemos en la diócesis para darles el placet? ¿Deben cantar y aprenderse de memoria Els segadors antes de tomar posesión? Creo sinceramente que no. Creo que no soy nadie para dar clases ni hacer recomendaciones a nadie porque antes que nada, los obispos que nombran son nuestros pastores y como tales debemos acogerlos. Unos lo harán mejor, otros peor pero son nuestros pastores. Lo único que digo es que den la cara por sus fieles, por sus ovejas. Que nos defiendan, que nos cuiden. No necesitamos más. No necesitamos obispos que se compadreen con aquellos que para ellos lo primordial es ser catalán y después, de relleno, obispos. No creo que debamos saber ni meternos en su conciencia política que cada uno sabe cual es. Lo único que demandamos es que sean obispos. La diócesis quiere a sus pastores por lo que son, por lo que representan, por su forma de ejercer que tiene que ser como Cristo, Buen Pastor, que dio la vida por todas las ovejas: justos y pecadores. Lo único que tengo claro es que si el sr Cardenal sigue haciendo caso de todos estos "jóvenes" vamos apañados. La diócesis quedará como un solar. Por cierto, ¿qué dice nuestro Sr. Cardenal sobre Educación para la Ciudadanía? ¿Podemos objetar? Agradecería unas palabras de nuestro pastor.
PD: Gracias a Germinans germinabit por traducir mi anterior escrito. Han pasado ya cinco días (o veinte desde su publicación) de la declaración de Mn. Pousà sobre su intervención en pagos por abortar y nuestro pastor no dice nada. Como buen conocedor que es del Derecho Canónico, debe saber que cualquiera que sepa de una situación como ésta y haga ocultación incurre en la misma pena canónica.
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21/04/2008 por Arcàngel Sant Miquel
Realitats/Realidades
Començo avui a escriure-us. El vostre web em sembla molt important davant el moment eclesial que vivim. Escric en català però les properes vegades escriuré en castellà. Em sembla molt correcte fer-ho en ambdós idiomes: el tema que avui em porta a escriure en el vostre web és el de Mn. Manel Pousà, vicari de la parròquia de la Santíssima Trinitat del barri de Nou Barris. Veig que encara no heu penjat res. Em sorprén que encara el Sr. Cardenal no s'hagi pas pronunciat. No sé que es pot dir en aquesta situació però l'única reacció possible és la confirmació de l'EXCOMUNIÓ LATAE SENTENTIAE fulminant i sense cap explicació. ¿Com l'home pot decidir en quin moment pot aturar de cop la vida d'un innocent? I menys un prevere!!!!! El cristià predica la vida: aquest home ha entrat de ple en la cultura de la mort que anunciava Joan Pau II davant la societat que veia. Nosaltres no som pas "amos" de la nostra vida: és un do que hem acollit i així s'ha d'entendre. No es pot permetre que hom es vanagloriï d'haver-ho fet tal com aquest senyor exposa en El Periódico. On era el Sr. Cardenal? Perquè això no va ser pas ahir sinó que sembla ser que fou fa un parell de setmanes i tinc entés que en el Palau Episcopal es rep un resum de premsa de notícies de lEsglésia tant de temes locals com universals. ¿Com no va reaccionar ràpidament el Sr. Cardenal? Potser pensava que no se n'assabentaria ningú? Error. Però per desgràcia no sé perquè no em sorprèn. És la mateixa dinàmica que porta durant tot el pontificat d'ençà que l'inicià. Ara que ens dirà el sr. Jordi Llisterri, per posar un exemple. Que és buscant el millor per les mares que ho han fet? ¿Es recolzarà en això perquè pugui argumentar que l'Església ha de celebrar el Concili Vaticà III? Quina pena que tinguem gent en l'Església com aquesta que ajuda a què la joventut se'n vagi de les esglésies. Això és construir i fomentar la fe en Crist? Preguntin a Mn. Antoni Román on són els joves de la nostra diòcesi perquè jo ho sé pas.
Tinc 30 anys. És molt trist contemplar com se'ns omple la boca amb promeses de cara els joves i mai no es fan realitat. Els pocs joves que anem a celebrar la nostra fe no volem saber res de la Delegació de Pastoral de Joventut. Per què serà, sr. Cardenal? Només fomentem el catalanisme i reivindiquem l'Església Catalana com quelcom que és realitat quan no ho és pas. Als joves ens importa molt poc la política darrerament. Vosté si no recordo malament anà ràpidament a veure al sr. President de la Generalitat el dia que arribà a Barcelona per a prendre possessió d'aquesta diòcesi. Vostè sabrà que és el que li interessa: els joves i la fe dels cristians en general o "anar al ròdol burleta dels descreguts"(polítics). Esperem que Jesucrist faci més que nosaltres.
Empiezo hoy a escribiros. Vuestra web me parece muy importante ante el momento eclesial que vivimos. Escribo en catalán pero las próximas veces escribiré en castellano. Me parece muy correcto hacerlo en ambos idiomas: el tema que hoy me lleva a escribir en vuestra web es el de Mn. Manel Pousà, vicario de la parroquia de la Santísima Trinidad del barrio de Nou Barris. Veo que todavía no habéis colgado nada. Me sorprénde que aún el Sr. Cardenal no se haya pronunciado en absoluto. No sé qué se puede decir en esta situación pero la única reacción posible es la confirmación de la EXCOMUNIÓN LATAE SENTENTIAE fulminante y sin ninguna explicación. ¿Cómo el hombre puede decidir en qué momento puede detener de golpe la vida de un inocente? ¡¡¡¡¡Y menos un sacerdote!!!!! El cristiano predica la vida: este hombre ha entrado de pleno en la cultura de la muerte que anunciaba Juan Pablo II ante la sociedad que veía. Nosotros no somos en absoluto "dueños" de nuestra vida: es un don que hemos acogido y así se tiene que entender. No se puede permitir que uno se vanaglorie de haberlo hecho tal como este señor expone en El Periódico. ¿Dónde estaba el Sr. Cardenal? Porque eso no fue en absoluto ayer sino que parece ser que fue hace un par de semanas y tengo entendido que en el Palacio Episcopal se recibe un resumen de prensa de noticias de la Iglesia, tanto temas locales como universales. ¿Cómo no reaccionó rápidamente el Sr. Cardenal? ¿Quizás pensaba que no se enteraría nadie? Error. Pero por desgracia, no sé porque, no me sorprende. Es la misma dinámica que lleva durante todo el pontificado desde que lo inició. Ahora que nos dirá el Sr. Jordi Llisterri, para poner un ejemplo. ¿Es buscando lo mejor para las madres que lo han hecho? ¿Se apoyará en eso para argumentar que la Iglesia tiene que celebrar el Concilio Vaticano III? Qué pena que tengamos gente en la Iglesia como ésta que ayuda a que la juventud se vaya de las iglesias. ¿Eso es construir y fomentar la fe Cristo? Pregunten a Mn. Antoni Román dónde están los jóvenes de nuestra diócesis porque yo no lo sé.
Tengo 30 años. Es muy triste contemplar cómo se nos llena la boca con promesas de cara a los jóvenes y nunca se hacen realidad. Los pocos jóvenes que vamos a celebrar nuestra fe no queremos saber nada de la Delegación de Pastoral de Juventud. ¿Por qué será, Sr. Cardenal? Sólo fomentamos el catalanismo y reivindicamos la Iglesia Catalana como algo que es realidad cuando no lo es en absoluto. A los jóvenes nos importa muy poco la política últimamente. Usted, si no recuerdo mal, fue rápidamente a ver al Sr. Presidente de la Generalitat el día que llegó a Barcelona para tomar posesión de esta diócesis. Usted sabrá que es aquello que le interesa: los jóvenes y la fe de los cristianos en general o "ir al corro burlón de los descreídos"(políticos). Esperamos que Jesucristo haga más que nosotros.
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Obispo sí, amigo no.
De entre los que hemos tenido la oportunidad de saludar personalmente al Cardenal Lluís Martínez y estrechar con él la mano, muchos hemos experimentado ese privilegio que tiene de retenernos la mano durante un tiempo mayor de lo habitual. Por lo general, cuando se chocan las manos, enseguida se sueltan. Sin embargo el Sr. Cardenal tiene la costumbre de retener un ratito la mano he incluso de atraer hacia sí mano y dueño de la mano; reconozco que al principio uno se siente privilegiado por el gesto. Esto lo hace a veces sin mirarte siquiera la cara o hablando con el vecino. Hace poco, una amiga me contó que una señora le vino a decir algo así como: si hace el favor de soltarme la mano que es mía, gracias.
Antes dije que el Cardenal tiene el privilegio de poder hacer esto con muchos de los que le hemos estrechado la mano, y creo que debo aclarar el porqué lo del privilegio suyo. Utilizo un ejemplo: El dueño de una empresa o un directivo tienen el privilegio de poder gastar alguna broma simpática al portero, a la señora de la limpieza, a cualquier empleado. Cuando esto sucede el empleado se siente profundamente honrado, es un honor, una alegría,…una seguridad para el empleado. Al mismo tiempo que es un gesto campechano o de cercanía o de atención, por parte del directivo o superior; por lo general esto le honra. Pero esto no sucede a la inversa. Si el empleado es el que se atreve a hacer el gesto simpático, sin tener una estrecha confianza con el superior o directivo, entonces el gesto queda como una impertinencia y una osadía por parte del empleado. El directivo, lo puede poner rápidamente en su sitio.
Por h o por b, el Sr. Cardenal fue ordenado obispo, luego lo hicieron arzobispo y ahora es cardenal. Es el legítimo Pastor de mi diócesis. Por el sacramento recibido y por el nombramiento de Roma reconozco lo que es. Pero con el sacramento y con el nombramiento no se es todo. Dios quiere que todos seamos buenos en lo que somos y hacemos, Él da la gracia para que así sea. Con el orden episcopal pasa lo mismo. Ser Pastor es ser Pastor, pero sólo Cristo es el Buen Pastor y hasta él la variedad pastoril es graduable.
No sé si fue Alejandro Magno el que conquistó no se que ciudad con la ayuda de algunos generales de la ciudad conquistada. Estos generales no luchaban por una buena causa, simplemente eran unos traidores y unos oportunistas que dejando a sus conciudadanos, y atacándolos, se unieron al ejército enemigo. Pues bien, tengo entendido que Alejandro hizo lo que en buena lógica militar y política tocaba: “deshacerse” de esos traidores que no sólo dieron un ejemplo de miseria humana, sino que se mostraron incapaces de cualquier confianza.
En este sentido, pienso que es una lastima que el Cardenal actual esté potenciando o promocionando a una serie de personas de todos conocidas por hacerle la vida y la labor pastoral imposible al Cardenal anterior (no fue perfecto, pero resulta insultante ya, que detrás de algún fallo discutible que pueda tener, se ampare toda una crítica destructiva de su labor pastoral. Una labor pastoral que estuvo centrada en la comunión eclesial, o sea evangelizadora, por encima de intereses mundano-políticos). Además, estos personajes también son reconocidos por:
Para unos: menosprecio al Magisterio, desprecio a los que intentan ser fieles al Magisterio, desprecio a la religiosidad católica y tener una concepción teológico-eclesial laicista o simplemente anticatólica.
Para otros: progresistas abiertos y comprometidos con el país y con nuestra sociedad, y como no, con la iglesia de cristo (conste que me cuesta mucho -me repugna- poner esto).
Por lo general, cuanto mejor persona es uno más amigos suele tener, y más respeto se le suele tener, pero creo que no se puede ser amigo “para” todos y ser fiel a Jesucristo, en la misión episcopal. Se dice que desde aquí, los de Germinans y los que nos sentimos muy identificados con ellos, no hablamos bien del Cardenal. Desde aquí, creo que se intenta hacer una crítica constructiva y se intentan mostrar aspectos a tener en cuenta desde la comunión eclesial. ¿A ver quien puede demostrar lo contrario? El Cardenal es nuestro pastor, y ¡ojalá! pudiéramos decir nuestro querido pastor, pero al menos yo, si lo dijera mentiría. Ser Obispo, es un don de Dios, pero ser amigo uno se lo ha de ganar.
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Los actos tienen consecuencias, ¡ya va siendo hora!
En esta diócesis de Barcelona se está acostumbrado, porque ha sido así durante mucho tiempo, a que los que se mueven, gritan, se manifiestan, son los que son promocionados. Está fue la política diocesana seguida por el Cardenal Jubany, y desgraciadamente la política de pacificación seguida por nuestro Cardenal Sistach.
Para que haya paz se premia con cargos a los díscolos. Sólo hace falta mirar la foto que hace pocos días publicó El periódico de la manifestación en el patio del Obispado. Entre las caras conocidas vemos rectores insignes de Barcelona, como el de Santa María del Mar, Mn. Ignasi Mora, delgados, como el de juventud de Barcelona, Mn. Antoni Roman, directores de Centros de la Iglesia, como Mn. José María Domingo, y naturalmente vicarios episcopales. Estos son los que se ven y muchos otros que sin verse estaban. Todos tienen cargo.
Claro está, el que tiene el micro en la mano, es el de más altura y del de mayor rango. Mn. Josep Maria Turull. Rector del Seminario de Barcelona, anteriormente vicario episcopal y regentando mil y un cargos diocesanos.
Está política es nefasta porque suponen que para servir a la Iglesia hay que manifestarse. Es el camino para “triunfar”. Si obedeces, si ves en las decisiones del superior una acción del Espíritu, entonces te quedas ahí arrinconado por los que protestan.
Ya va siendo hora de que coger un micrófono y plantarse en el patio del obispado para arengar en contra de la Santa Sede a los sacerdotes tenga sus consecuencias. Naturalmente hay que perdonar pero no premiar ciertas actitudes. ¿Qué sacerdotes queremos para nuestra diócesis? Sacerdotes díscolos, en contra de, o sacerdotes obedientes. Pues venga ya saben lo que toca. Mn. Josep Maria Turull, el primero a trabajar, de rector en una Parroquia de barrio. Ha celebrar entierros y bodas, no de la “jet set” barcelonesa, sino de los trabajadores de los barrios. Ahí se hace un gran apostolado y se sirve a la Iglesia. Y claro, después de Mn. Turull, todos los demás.
Les aseguro que si así fuera se acabarían las manifestaciones, los escritos críticos con la Iglesia y muchas otras cosas que no favorecen en nada a la evangelización, ni a la comunión eclesial. Por ello, me parece muy oportuno que al menos la Santa Sede cierre el paso al episcopado a dichos manifestantes: Mn. Turull, Mn. Bacardit… De otra manera nos podríamos encontrar un día con un obispo díscolo, encabezando manifestaciones en contra del Papa.
Por cierto, se ve que al Señor Cardenal le hace sufrir la división de la diócesis, así lo afirmó el Martes Santo. Pues la verdad es que no noto ningún sufrimiento, ni en laicos, ni en sacerdotes, ni en nadie. Por el contrario, veo como crecen con nuevo ímpetu las nuevas diócesis y como sigue adormecida la gran diócesis de Barcelona. Vale ya de hacer afirmaciones de cara a la galería y pongámonos a trabajar de verdad con aquellos que quieren hacerlo.
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Un nuevo nacionalismo a-cristiano
Aquello que se conoce como “sentimiento catalán” nació de manos de ilustres eclesiásticos. El movimiento de la “Reinaxença” catalana, inspirado en gran parte en Alemania, fue empujado por hombres de Iglesia que potenciaron la cultura catalana. La Fe cristiana tenia que enraizarse en el pueblo, y por ello, grandes pastores, vieron la necesidad de potenciar la cultura y lengua del pueblo, la catalana, como el P. Claret. Junto con este sentimiento de amor a la tierra catalana, encontrábamos un fuerte sentimiento romano, de filiación al Papado. Estas fueron las dos grandes columnas de lo que se conocía como nacionalismo catalán. En este contexto se entienden las palabras de Torres i Bages: “Cataluña será cristiana o no será”.
Con la llegada de la democracia, en los años 70, nos encontramos aún con este catalanismo de raíz cristiana, pero ya con unas características que empiezan a ser diferentes. La influencia del 68, del Postconcilio y del liberalismo introdujo en el nacionalismo catalán una fuerte aversión a una iglesia española enfrentada a una iglesia catalana y una aversión a Roma, que se hizo más manifiesta en la negativa de la iglesia catalana de entrar en la dinámica del pontificado de Juan Pablo II. Pero el componente cristiano continuaba. Así el reciente desaparecido historiador Benet o el expresident Pujol se sentían herederos de aquel nacionalismo nacido al calor de la Iglesia.
Pero, ahora nace un nuevo nacionalismo, ya no tiene nada de católico, y aun menos de cristiano. Es el nuevo nacionalismo de Convergencia y un poquito menos de Unió que todavía intenta defender su identidad. Este nuevo nacionalismo comparte formulaciones en las diferentes fuerzas políticas: Convergencia, Socialistas, y hasta Esquerra y comunistas e incluso elementos del Partido Popular. Es un nacionalismo que comparte especialmente los aspectos sociales, una política social alejada de valores cristianos. En otros aspectos como el económico quizás pudiéramos encontrar diferencias pero no en el social.
Este nuevo nacionalismo quiere construir un país catalán y a-cristiano. Es decir, lo cristiano según este nuevo nacionalismo, no tiene nada que aportar a la nueva Cataluña.
Aquel nacionalismo de influencia cristiana se basaba especialmente en la potenciación de la cultura catalana como revitalización de la nación, no entendida como un país separado de España. Ahora, en cambio, el nuevo nacionalismo se basa en la potenciación de la política, como vehículo de construcción nacional. Así toda la fuerza se hace en la política. Un ejemplo claro: antes se potenciaban la cultura con los famosos Jocs Florals: cuna de grandes literatos, ahora se potencia la Feria de Franfurt. Y, especialmente, l’Estatut ha de ser el motor de la nueva Cataluña.
Curiosamente este nuevo Estatuto deja fuera de juego al cristianismo. La Iglesia católica en Cataluña se encuentra en un nuevo marco. En una situación donde se echa fuera todo elemento cristiano. La Iglesia no puede esperar nada de este nuevo nacionalismo sino exclusión y marginación.
Por tanto, ahora nos podemos preguntar ¿Se puede ser cristiano y nacionalista, según esta nueva concepción? Difícil porqué este nuevo nacionalismo nace con una fuerte dosis anticristiana.
¿Qué tiene que hacer la Iglesia en Cataluña?
Mirar a dentro es un suicidio, mirar a fuera está mal visto. Pero no hay más remedio, la Iglesia en Cataluña, no tiene más remedio que mirar por un lado a Madrid, más que nos pese, porque encontramos en Madrid una Iglesia viva, y por otro lado mirar a Roma y entrar en la dinámica de la Iglesia universal, para encontrar un nuevo sitio en esta sociedad catalana. No el sitio que nos quieran dejar, sino el sitio que nos construyamos. Es necesario que la Iglesia católica remonte el vuelo en Cataluña para ser fermento de valores cristianos y fiel a su tradición de amor a la cultura y a la tierra catalana, sin cerrarse sino mirando a Oriente y a Occidente.
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Charnego.
Yo tengo el gran honor de ser, aunque impropiamente, lo que un nacionalista exacerbado llamaría Charnego. Cosas de la vida; tenía que ser un cura el que me abriera los ojos de una lacra tal. Es posible que si alguno de ellos lee este comentario, sobre todo si es de los solidarios a reventar, se sienta ofendido y diga aquello de que: es un desagradecido porque la gente del país (Cataluña) fueron acogedores con los inmigrantes españoles y les dieron de comer (con babero y biberón). Venían muertos de hambre y aquí, en nuestra casa, en nuestra tierra (debo parecer un medio de comunicación en manos de la Generalidad) se les dio alimento, ropa, donde dormir y hasta educación; aunque más que dársele lo encontraron y se lo ganaron, pienso yo.
Muchos de estos curas extremistas y de sus laicos comprometidísimos (se les suele distinguir por esa cara biliosa que muchos/as gastan y no precisamente fruto de una vida dura, en realidad desconocida para estos pequeños burgueses, sino fruto del amor…ególatra del fariseo resentido), desde que se puso de moda el nacionalismo socialista entre la progresía, como decía uno de ellos: hicieron y hacen “el esfuerzo” (sacrificio) de hablar en castellano a estos inmigrantes. Esto en tiempos de Franco era así por narices y en la actualidad lo es por no quedarse solos, y también es verdad en muchos casos, por algo de respeto o por celo pastoral, en los que lo hacen.
Es de reconocer su labor “social”, más que pastoral en muchos casos. Pero me pregunto si esta labor pastoral fue y es reconocida como tal, ya que en su esencia nos dice el Señor que no sólo de pan vive el hombre... No sé si la labor pastoral es reconocida por ese Pueblo de Dios que viniendo de otras tierras se encontraron, en algunos casos, unos pastores y una feligresía que los consideraban y los consideran extranjeros (en el mejor de los casos). En el sentido de que estos pastores y sus satélites no los consideran, “del país”. Esto se percibe, se nota y sobre todo se siente; consciente o inconscientemente. ¿Se vivió la catolicidad de la Iglesia y del Pueblo de Dios o se vivió la diferencia mundana de los unos y los otros? Los unos, que defendiendo la pureza de su nacionalidad a golpe de filología y menosprecio refractaron a muchos de los otros, que viniendo de fuera acabaron resbalando en una Iglesia bastante mundanizada, especialmente por un enfermizo “amor patrio” y una infidelidad eclesial.
Se suele decir que el que sale de un lugar ha de procurar adaptarse a lo del lugar que le “recibe” para integrarse. Esto pienso que es así siempre que se tenga en cuenta que entre las personas se dan diferentes capacidades y diferentes grados de disponibilidad. Pero también es cierto que la realidad nos dice que no es lo mismo el que sea uno solo el que inmigra, que el que sea toda una comunidad, y en nuestro caso, una comunidad equiparable a la autóctona. Una comunidad (o comunidades) plenamente integrada, ahora ya, en esta “Nueva Realidad Catalana”. Aunque esto no lo vean y les pese, especialmente, a algunos grupúsculos de nuestras parroquias y a sus descendientes. Curiosamente, por cierto, muchos de estos parroquianos y descendientes son de los más radicales nacionalistas e independentistas que te hechas a la cara y por cierto, como cabría de esperar dada la condición antievangélica; los descendientes ya no de Iglesia en muchos casos (el demonio como león rugiente acecha lo sagrado, para cebarse).
¡Por favor! ¡Por el amor de Dios! Los ojos de un Pastor no pueden ser los de un politicucho rastrero y sin escrúpulos. Hace algún tiempo, en una acampada, hablando con un pastor de ovejas, salió el tema del Buen Pastor del evangelio y me hizo un comentario que me impactó. Dijo algo así: “que verdad es esa, yo sé lo peligroso que es que un “desgraciao” de esos que no saben lleven un rebaño de 1000 o 10.000 ovejas, porque si no conoce, las lleva por donde no hay comida para todas y se mueren a montones”.
En la actualidad, estamos recibiendo mucha gente de otros países y de otras culturas e identidades tanto o más diferentes como pueda ser la diferencia entre la cultura e identidad catalana y la andaluza. Todos tan dignos o más que nosotros, que debido a las circunstancias se han visto obligados a dejar sus pueblos, familias, ilusiones, etc. No entro en lo que crea de adecuada o no de la actual política de inmigración, sino que me limito a las personas que ya están entre nosotros, y concretando el asunto del escrito, me refiero a los católicos. Tema que no afrontó el Concilio Provincial Tarraconense, por inesperado.
La inmigración de los años 50-60, procedente especialmente de las regiones del sur de España significó en lo referente al Pueblo de Dios, entre otras cosas, que muchos de estos católicos trajeran su religiosidad, costumbres, esperanzas y celebraciones a las diócesis catalanas. Y dándose de morros en muchos casos, como en el tema de las cofradías andaluzas, perdieron muchos de ellos…la religiosidad.
Cuando el discípulo de Cristo es de los más próximos a Jesús, según esos diferentes niveles de cercanía con que los evangelios nos muestran a los seguidores de Jesús; hay muchas posibilidades de que se adapte, contra viento y marea, a las circunstancias por su fe y su amor a la Iglesia. Pero sí el discípulo es de los niveles más alejados, como aquellos a los que Jesús les viene a decir que no vienen tanto por sus enseñanzas sino por… otra cosa, estos seguidores de Cristo, con una fe de segunda o tercera línea en lo referente a la claridad, están a merced de las circunstancias tanto para acercarse como, especialmente, para alejarse de la Iglesia. Y como los hechos demuestran se han alejado, en muchos casos de una manera definitiva y radical, si los comparamos con los paisanos que se quedaron en sus regiones de origen.
Una de las realidades más importantes e inmediatas en nuestras diócesis es que somos tierra de llegada masiva de inmigrantes extranjeros. Hermanos latinoamericanos, filipinos, etc. A ver cual es nuestra acogida y sobre todo, cual es nuestra misión. ¿Al servicio de qué y de quién nos ponemos?
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