CARTAS AL DIRECTORIO - Mayo 2008
Agradecemos las múltiples muestras de apoyo. También las críticas. No las publicaremos aquí. Este espacio lo reservamos para vuestros "artículos". Vuestras aportaciones, que, sin ser periódicas, sí compartan vuestras experiencias, conocimientos, alegrías y tristezas en vuestra/nuestra Iglesia. En catauña o en cualquier otro lugar. Lo único que pedimos es que respeten las cuatro máximas: Constantia, meritum, fortitudo, fidelitas.
Todo esto lo podeis enviar a:
La diócesis de Barcelona en un impasse
El momento histórico en el que nos encontramos en nuestra diócesis se caracteriza por la no-acción, no-existencia, un impasse. La venida de nuestro amado Cardenal-Arzobispo Martínez Sistach se situaba en el final de un Pontificado, el de Juan Pablo II. En aquel momento la Santa Sede debido a las presiones recibidas por tantos grupos catalanes y instituciones creyó conveniente nombrar a nuestro Cardenal. No hay que olvidar que en aquel momento había otros candidatos mucho mejor situados: entre ellos el actual obispo de Solsona. Por ello, quizás, las primeras palabras de nuestro Arzobispo al recibir la noticia eran de sorpresa. No porqué no deseará venir a Barcelona, un deseo que le acompañó en Tortosa y mucho más en Tarragona. Algunos con cierta malicia decían que tenía las maletas preparadas detrás de la puerta para salir hacía Barcelona en el momento propicio.
Los avatares de la historia hicieron que finalmente se optara por la opción que sería mejor acogida por los sectores contestatarios de Barcelona, eso si con una gran dosis de morfina, pues junto con la elección se procedió a la división de la diócesis. Esa espinita, la tiene clavada nuestro Cardenal y no le falta ocasión para repetir el dolor causado por la división. Dolor naturalmente en sus aspiraciones mermadas y dolor a esos grupos contestatarios que veían introducirse en sus feudos a dos nuevos obispos muy alejados de las ideas progresistas.
Empezó pues el pontificado de nuestro arzobispo, aun no Cardenal, con ese lema de la pacificación. Algunos ya decían: “es la paz de los cementerios”. Y así fue. Se rodeó de aquellos que más protestaron. Para muestra la foto, de todos conocida, de la manifestación de sacerdotes en el patí del palacio episcopal. En ella figuran: el rector del seminario, megáfono en mano, vicarios episcopales, delegados, arciprestes...
Pero bien sabía nuestro arzobispo que no podía dejar gobernar a todos ellos pues era un riesgo demasiado grande. Intentó aplicar las prácticas jubanianas: “yo me lo guiso y yo me lo como”. Los vicarios episcopales, los cancilleres, los delegados pasaron a ser meros matasellos de las decisiones del gran jefe. La reacción a esta medicina ha sido letal. Ha provocado el gran desaliento de todos. todos los que se mueven por el palacio tienen la impresión de hacer lo mismo que el vigilante de la puerta.
Ninguna iniciativa se puede dar sin pasar por los pisos altos. Del gran despacho nace todo: planes pastorales, decretos, declaraciones... A todo ello se le suma que nuestro Arzobispo ya es Cardenal y los viajes y ocupaciones fuera de la sede barcelonesa son continuos. Con ello se agrava más la situación nada se puede hacer hasta que el Sr. Cardenal vuelva. Nadie toma decisiones: su obispo auxiliar ya cansado de que sus iniciativas sean toradas a la papelera se recoge en sus aposentos.
Aquellos grupos reaccionarios, en contra de todo, callan, pues nada se dice en contra de ellos, se les deja hacer. Pero cada vez se sienten más alejados del Cardenal y críticos. Ven con recelo todo proyecto cardenalicio. El desastre de la visita pastoral en los arciprestazgos de Hospitalet y el acto de Santa Maria del Mar marcaron una antes y un después, en la vida diocesana. El Cardenal se vio solo.
Y aquí estamos con un Cardenal que está en todo, que es la mejor manera de no estar en nada. Con una diócesis sin norte, sin proyectos, sin ilusión apostólica. Esperando un milagro, un cambio, un algo.
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23/05/2008 por Pius de Laietana
A propósito de los ‘feligrosos’
Quinto Sertorius crea, en su último escrito, un nuevo vocablo. Es la palabra ‘feligrosos’, es decir, feligreses peligrosos.
De ellos pretendo hablar hoy. No me voy a referir, pues, a esos feligreses, numerosos, que son las almas de nuestras parroquias. Junto al sacerdote trabajan y se trabajan para que Cristo sea más en cada uno de ellos. Son luz en medio de tantas sombras y esperanza para una Iglesia, la Católica, que renace en nuestra tierra.
Los feligrosos, en cambio, son realmente peligrosos. Son la corte del párroco o del vicario ‘progre’. Formados a su imagen y semejanza son sus romeos y julietas. Les ríen las gracias y aplauden hasta con las orejas sus salidas de tono o sus manifestaciones díscolas y heterodoxas.
Hay dos tipos de feligrosos: los ‘imberbi’ que suelen ser del género femenino, enamoradas hasta las barbas de su párroco. Suelen ser ‘usadas’ más que evangelizadas. No busca el párroco acrecentar en ellas su vida interior, sino que las utiliza para sus campañas. Son las que, en nombre del párroco, atacan al cura vecino porque confiesa o reza. O le afean o ridiculizan en público porque usa clergyman. O le acusan de innombrables ‘faltas de caridad’ porque su párroco llora al ver que el otro le descubre sus vergüenzas. Son la antítesis del laico o seglar católico. Viven engañados por quien solo los utiliza.
Por otro lado están los ‘iubilati’. Son gente formada en la ortodoxia pero teledirigida a la heterodoxia. Ayudados por un pastor celoso serían almas de piedad, pero conducidos por estos pastores pierden su identidad. Les gusta usar ese barniz de progresismo y modernidad que su párroco les vende, porque dicen ‘es moderno’. Han sufrido largas y pesadas sesiones de Casaldàligas y Godayoles con diapositivas incluidas y, a su vejez, llaman a los otros ‘carcas’ y ‘anticuados’. Y, a pesar de los años, se han cogido de las manos y cantado juntos las letras de Llach. En el fondo, el párroco se ríe de ellos porque solo los utiliza para esos trabajos que no le apetecen: abren las iglesias o las cierran, administran la contabilidad (la que se enseña, la otra no...), recogen firmas de apoyo a panfletos y soflamas de su párroco, etc. El párroco está solo para la secretaria y la catequista sobre todo si es joven, con quienes comparte a menudo mesa, mantel y coche.
Y cuando llega un cambio y un sacerdote honrado llega a la parroquia se encuentra con todo ese personal: los ‘imberbi’ y los ‘iubilati’ que siguen a distancia controlados por el ex. Ellos deciden de antemano lo que debe hacer el párroco, investidos de ese organismo plenipotenciario (que olvidan es un ‘consejo’) que antes dirigía el progre y ahora dirigen ellos.
Menudo personal que han creado los progres. Ellos que tanto hablan del papel de los laicos, en el fondo quieren sacristanes. Es decir, gente a su servicio que les rían las gracias y les hagan el trabajo. Y además, cuando alguien se escapa de su adoctrinamiento, no solo lo ridiculizan, sino que lo echan a patadas de su parroquia actuando como dictadores bananeros. Cualquier gesto de piedad o muestra de sana doctrina es causa de despido y destierro. Ahí muestran su verdadera cara de rabia, prepotencia y desprecio.
Los feligrosos son una epidemia, pero la enfermedad es del cura progre que los deforma con sus memeces.
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23/05/2008 por O Prada o prada
Trist i llastimós
Avui, després d'uns dies sense entrar, he volgut mirar els titulars dels darrers artícles de la web germinansgerminabit.
Quina ha estat la meva sorpresa, veient la meva estimada Lleida de titular del dia corrent. Trist i llastimós és l'artícle sencer.
Evidentment, per la gent que coneixem el tema de primera mà, llegir aquest escrit no podem fer altra cosa que pensar què atrevida és la ignorància, i el prejudici envers algú.
Jo entenc que els "redactors" del blog arriba un moment que el tema de Barcelona és com l'all i oli, un repetir continu. Però, és clar, arribar a posar-se en temes de la complexitat del que avui us ocupa, i analitzar-lo merament per titulars, noticies públicades, i mala intenció d'algun pobre prevere... Això ja ho diu tot!
Només veure que es cita a Mons. Malla al començament, i no se'l fa responsable de res, ja ho diu tot. Si realment coneixessiu el tema interior, les gestions, i pactes... No parlarieu amb l'atreviment descarat en que ho feu.
Sóc del parer que és ben trist que els bisbes es dediquin a discutir-se entre ells per unes peces, encara que siguin d'art. Al cap i a la fi de les 112/113 que s'han de retornar, menys de la meitat són peces significatives. Amb tot reitero que és trist que els bisbes es dediquin a la mera gestió dles bens diocesans, més enllà dels bens espirituals tant menguats. I això no tant sols va per un bisbe Ciuraneta, ni un Omella, ni Osés, ni un Sistach. Va més enllà, inclús ateny a aquells que vosaltres pugen en peanes, abans de ser proclamats dignes de estar-hi.
Mons Ciuraneta a gestionat el tema de les obres no independentment de la gestió i les trifulgues que es va trobar fetes pel seu antecessor. No teniu ni idea de la gestió del bisbe Malla enfront del bisbat durant 31 anys. Tal com va entrar, va marxar. En els tribunals.
Heu judicat i condemnat a Mons Ciuraneta, i ell sabiament i evangèlicament ha obrat sense haver d'excusar-se i explicar tot allò que fa la seva dreta a la seva esquerra. Com també us heu ocupat de prejudicar i condemnar a Mons Salinas (amb l'ajuda de la vostra Cigonya negra) sense saber ni que fa, ni que volia fer.
Germinans Germinabit dóna la sensació de perdre allò de bo que semblava haver agafat del seu blogger antecessor, Prudentius.
Llàstima, si ja el fet de criticar, jutjar i condemnar sense donar la cara, de vegades ja ho feia dificil, actualment amb el rumb que empren a voltes el fa indigestable.
Em sap greu per l'antífona a la qual li pren el títol. Em sap greu per l'oportunitat de fer una real i objectiva valoració de les situacions critiques i denunciables de la nostra pobra i maltractada església a Catalunya. I em sap greu per aquells que, tot i el dubte de fer-ho sota l'anonimat, pensavem que seria una veu forta, objectiva, i realment fidel.
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Ladran... luego cabalgamos
Uno de los grandes Papas del siglo XX, nuestro querido Pablo VI ya lo dijo "El humo de Satanás se ha introducido en la Iglesia"...y desgraciadamente para los catalanes, una buena parte de ese humo está por nuestros pagos. ¡Ánimo en la denuncia al que en lugar de sembrar, desparrama!, Sigan así, ni odio, ni inquina, ni naranjas de la China (además rima). El que se pica, ajos come, pero SÍ firmeza y claridad en la defensa del Depósito de la Fe, que nuestro pueblo necesita ahora más que nunca. Cataluña es desde mi punto de vista una zona con una gran parte de su población anestesiada, donde escasean los defensores del mensaje de Jesús, ese Evangelio que nos da la Vida. Ustedes con su actividad están ayudando a desenmascarar y por lo tanto reducir el perjuicio que los ¿progresistas? (yo más bien les llamaría regresistas) han causado a la grey y todavía están causando.
La caridad impera en sus escritos, porque no hay denuncia sin prueba, y todas sus denuncias vienen con su correspondiente fundamento. Sí señor, se puede decir más alto pero no más claro. La corrección del errado es un mandato evangélico, por si alguien tiene alguna duda, y hasta la fecha, todo escrito crítico con su actividad encaja perfectamente en el pasaje de la paja en ojo ajeno y la viga en el propio. No he leído ningún escrito crítico que sea consistente y que se centre sobre lo fundamental de la labor de los pastores, que es buscar la santidad de su rebaño. Solo excusitas e incomodidad por encontrarse por primera vez con una crítica solida y justificada en la defensa de lo esencial "Id y predicad el Evangelio", no "Id y haced política" o "Id a ver que se os ocurre para hacer más acoplable el Evangelio a lo que socialmente mola más".
Ha salido mencionado en alguno de los escritos el obispo de Menorca Mn. Piris. Como visitante habitual de la isla y conocedor de una buena parte de la actividad religiosa de la misma, Dios Nuestro Señor haría muy bien en jubilarlo con presteza y desde luego no enviárnoslo a Cataluña (dicho esto con toda la caridad del mundo y reconociendo que tiene muchas virtudes que lo adornan, amén de su interés por el aprendizaje del idioma inglés, supongo que para atender a los fieles de esta lengua que en notable cantidad viajan a la isla. Hay demasiadas Iglesias sin arrodilladeros. Parece una situación de fácil arreglo y un pasito aconsejable ¿no? El Señor nos dijo, "pedid y se os dará", pues que mejor que recemos (de rodillas, como le pedía el demonio a Jesús que le adorare, pues bien sabía el maligno que es una buena manera de humillarse), y a Nuestra Madre del Cielo, por lo que el fomento del rezo del Rosario diario también iría la mar de bien....a los isleños y sus visitantes.
Con toda mi admiración y estima
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Por sus frutos los conoceréis.
Me ha sorprendido leer el artículo de El Directorio de Mayo Floreal (12/05/2008). Qué alegría da saber que tenemos un curilla comunista, ahora nos falta uno nazi y la parejita. Porque la mona aunque se vista de seda, mona queda, aunque no es el caso de Izquierda Unida o Iniciativa por Cataluña con respecto al comunismo o al socialismo ortodoxo. Que yo sepa no han renegado del comunismo. Creo que en su adaptación o camuflaje democrático se sirven a veces de la palabra pluralidad o de la palabra tolerancia o de otros artilugios semejantes; pero propiamente no le hacen feos a las dictaduras izquierdistas. No, lo de la seda y la mona no va con IC o con IU, con respecto al comunismo; que no es seda precisamente. Más bien iría lo de la seda y la mona, en relación a la izquierda ortodoxa y la ultraderecha, ya que sus frutos son los mismos: Genocidio, dictadura, abuso, terror y manipulación…
Pero aún con esto, ni de lejos metería yo a todos los afines a estas ideologías en el mismo saco. No son pocos los votantes de esas siglas políticas, los que desconocen los frutos soviéticos o chinos, por decir algo. Y aun entre los que los conocen, ya sean votantes o militantes, muchos de ellos confían sinceramente en la cuadratura del círculo que mediante la cuadratura izquierdista se alcanzará la justicia circular.
No, con estos no me meto, pero sí que cuestiono a otros que son algo más responsables y falsarios. Especialmente a los que más de cerca me tocan por su condición de Katólicos platicantes. Sobre todo cuando tienen una suficiente formación como para distinguir la a de la e y cuando tienen una responsabilidad tal, que pueden influir y influyen sobre muchas personas sirviéndose de su condición de sacerdotes.
Personalmente, no me resulta difícil imaginarme a un cura de estos militantes políticos, participando en una Checa o aireando algún preso en un Gulag. No sería nuevo ya que cosas por el estilo se han dado, aunque me duele solo de pensarlo, pero ahí está.
En muchos aspectos, la historia se repite, y como venía a decir San Agustín: ni somos todos los que estamos, ni estamos todos los que somos. Creo que sería de una ingenua soberbia el creernos mucho mejores que la Iglesia primitiva para no poder repetir aquello de la carta de San Juan: “Salieron de los nuestros; pero no eran de los nuestros. Si hubieran sido de los nuestros habrían permanecido con nosotros”.
Pero por mucho que esto tiene de repugnante, el elemento curioso lo supera, ya que al igual que este cura presume de lo que podríamos considerar, participar de la herencia chequista; resultaría impensable que si nos sale la parejita de éste en la forma de participante activo de la herencia nazi presumiera públicamente de ello. Lo curioso es que no sé quien envidiaría a quien la crueldad de algunos de sus camaradas o el número de sus víctimas; bueno, en esto último parece ser que lo comunistas se llevarían la palma. Pero bueno, es el pensamiento políticamente correcto y a ver quien se sale de la foto.
Sin embargo, aunque con esa orgullosa herencia genocida no nos podemos meter, al menos dentro de la Iglesia sí que lo podemos hacer con ese proabortismo que parecen sostener públicamente algunos de estos curas. El tema del aborto, como tantos otros es muy delicado y no quisiera parecer irrespetuoso con quien padece el problema, pero sí que creo que se puede pedir respeto y coherencia a quienes ejercen una responsabilidad pública en la Iglesia. Es posible que algunos curas de estos que presumen de su filiación política antieclesial estén por una palmadita comprensiva en la espalda de la chica que aborta. Con esto no me cabe duda de además de llenarse de gloria, en algunos casos sólo pretenden degenerar a la pobre madre hasta su mismo arrastrado nivel moral. Como vino a decir aquel gran pensador judío Lévinas: el diablo envidiando la obra que Dios había hecho con Eva, la engañó para deformarla según su querer (ma o meno).
Yo no sé si estos curas, en conciencia también comparten esos millones de abortos e infanticidios, femeninos en su mayoría, que se están realizando en la China comunista o la India de las castas. No sé, supongo que por la causa, cualquier cosa. Pero creo que como representantes de la Iglesia, se les debería exigir una posición clara al respecto del aborto, y de otros temas, para qué: dado que todo les resulta justificable (1Tm 6,3-4 o mejor las dos cartas a Timoteo enteras) y no tiene mucho sentido discutir con ellos; al menos sería bueno que el Magisterio emitiera un juicio sobre sí pueden o no representar a la Iglesia o sencillamente si permanecen o no en la comunión católica.
Nota: Pongo esta nota, en atención a Carolus (14/05/2008), para mi bienintencionado y buena conciencia, que como cristiano se siente ofendido por ciertos contenidos y ciertas formas. En concreto, me he sentido aludido especialmente por lo de la ancianidad. Para mí la ancianidad no es ningún defecto. En el escrito que hice sobre el hecho de que muchas personas que pertenecen a la progresía son los que fueron jóvenes de los años 50, 60 ó 70 sólo quería hacer patente que los años y las generaciones pasan y cuando algunos parecen no querer darse cuenta, el no querer dejar a los jóvenes ser jóvenes por creerse ellos jóvenes, se convierte a mi parecer en una ridícula falta de respeto. Con esto no pretendía (quién soy yo) decir a los ancianos que se callaran, sino que fueran más realistas y respetuosos. ¡Ojalá! que nuestros mayores fueran tan valientes y entregados como aquellos ancianos madrileños y de otras regiones, que fueron ninguneados por algunos miembros del partido socialista cuando salieron a la calle para protestar contra las leyes injustas que pretenden imponernos para destruir la familia. A qué esperan nuestros ancianos para defender a sus nietos de esta cultura de la muerte que nos quieren imponer; si esperan que sus hijos se muevan lo tenemos claro.
Lo siento si alguien considera que mi crítica o ironía no es cristiana. Pueden estar seguros que procuro hacer el menor daño posible, incluso a las personas a las que critico, pero no odio y creo comprender. ¡Ojalá! que en el cielo nos riamos todos juntos de todo esto. Es posible que mi actitud sea condenable como cristiano, yo pienso en ello y no lo tengo claro. Pero respecto a la caridad cristiana, quisiera recordar que Jesús no ha venido a traer “”paz, sino espada””, ha venido a “”traer fuego””. Él mismo llama “serpientes, raza de víboras” a algunos personajes. Yo soy el primero que tiene miedo de faltar a la caridad cristiana y el primero en pensar que callado estaría más guapetón, pero también tengo presente aquello del Apocalipsis sobre lo negativo de la tibieza. Pienso que tal vez sería un pecado muy grave no aprovechar Germinans, para denunciar estas cosas que tanto daño hacen a la Iglesia y por tanto a la sociedad. De todas formas tengo muy en cuenta esa denuncia justa.
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Mientras llega la libertad
Critica Thelma Gil en su carta (10/05/2008) que los autores de Germinans Germinabit se escondan detrás de "apodos", "pseudonimos" y "alias". Quizás la respuesta se encuentre en la falta de libertad que hay hoy en día en Cataluña. Por mucho que las leyes recojan la palabra libertad, o los gobernantes y sus afines se llenen la boca con ella, sólo hay verdadera libertad cuando uno puede ser fiel así mismo y a sus creencias sin ser perseguido o calumniado por ello, ya sea en una dictadura o en una democracia.
Durante la dictadura comunista en Checoslovaquia el noviciado de los jesuitas se realizaba de tú a tú entre el sacerdote y el novicio y en el máximo secreto. Conozco el caso de que tras la caida de la dictadura, un día un joven reunió a su familia para contarles que era jesuita y que había llevado todo el proceso en secreto. Cuando terminó de hablar, su hermano dijo: pués yo también tengo que deciros algo, yo también soy jesuíta. El primer hermano se quedó de piedra, no sabía nada, tampoco los padres, vaya sorpresa. Cómo era posible que ambos fueran jesuitas pero no se lo hubieran contado entre ellos, ni a sus padres....¡Qué miedo no infundirían esas dictaduras para que hasta dentro de las familias hubiera que ocultar la fé!.
Si en la familia de la Iglesia en Cataluña hay miembros que consideran que es mejor emplear apodos, pseudónimos o álías..., en vez de criticarles, ¿no deberíamos preguntamos si la causa estará en que hay una verdadera falta de libertad en Cataluña?.
Un cordial saludo
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Señores del “directorio” (no creo que se hayan autonombrado así en homenaje al homónimo organismo de la Revolución Francesa, ¿verdad?):
Asisto con asombro y extrañeza a su campaña en contra del “progresismo eclesial” en Catalunya, no por el hecho en si mismo, si no porque en su diario batallar no muestran ustedes ni un poco de caridad cristiana. En sus palabras, así como en la de los diferentes colaboradores, se aprecia una tremenda inquina, odio, ira incluso. Se sirven de la burla, del desprecio a las personas que encarnan ese “progresismo eclesial”. La edad, ese don de dios, es para ustedes motivo de crueles puyas. En fín, que ustedes se declaran católicos, cosa que quizá sí que son, pero qué lejos les veo de Jesús. Ese Jesús, Hijo de Dios, que nos dijo “no juzguéis y no seréis juzgados”. Ustedes, repartiendo etiquetas, juzgan con una frivolidad y una ligereza que dan miedo. Yo les entiendo, comprendo que son una publicación (“on line”, pero publicación) “de batalla”. Pero insisto, no me parecen compatibles la fe católica (la contenida no sólo en el Credo, sino la desarrollada por la Iglesia en su Catecismo Universal, promulgado por S.S. el Papa (q.e.p.d.) Juan Pablo II. Por lo tanto, les ruego que, sin ceder ni un ápice, sin retroceder ni un centímetro en sus posiciones (que no comparto, pero eso es otra cuestión), sin abdicar de ninguna de sus convicciones, se abstengan de utilizar métodos, modos y maneras de hacer o decir que no se compadecen con lo que la doctrina y la tradición católicas, desde tiempos cuasi inmemoriales considera gravemente pecaminosos (por ser emanaciones o demostraciones de graves pecados capitales). Señores del “directorio”: no todo vale, ni siquiera en la lucha contra el mal. Recuerden que el sacerdote que se enfrenta al demonio, o a alguno de los muchos demonios existentes, dicho con más propiedad, no lo hace insultándolo, ofendiéndolo o gritando y profieriendo exabruptos, ni burlándose o usando el sarcasmo. No: lo hace REZANDO, encomendándose a Dios. Por tanto les reitero mi petición, con la esperanza de que no caiga en saco roto: Proclamen ustedes a los cutro vientos su posición, digan lo que creen que deben decir, pero absténganse de maledicencias, sucias y bajas insinuaciones y cotilleos, burlas y sarcasmos con alusiones a defectos físicos, etc. Todo eso no es compatible con ser cristiano, católico apostólico y romano. Confío en que comprendan que mi intención no es que se callen, sino que hablen pero sin obrar el mal.
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Quo Vadis Cataluña
Con las matizaciones necesarias, me atrevo a decir que la Iglesia en Cataluña no ha dejado de declinar desde la ilustre estancia en nuestra tierra de Don Marcelo Gonzalez Martín, hombre de Dios, preclaro y de una santidad de la cual hablan sus frutos. Cierto es que ha habido momentos y Diócesis que han invertido esta tendencia, tanto en el pasado como en la actualidad. ¿Cuándo se ha dado o se da el resurgir? Cuando el pastor es realmente una persona focalizada en luchar por su propia santidad y por la de los fieles de su Diócesis, Parroquia o Comunidad. La lista de estos pastores que han desarrollado y/o siguen desarrollando su labor en nuestra querida Cataluña es notable, y muchos somos los que hemos disfrutado de su bien hacer, pero sintiéndolo mucho, pienso que demasiados han sido los que no están en esta lista.
Cuando se pierde el norte de la santidad, y se entremezcla el politiqueo, y muy especialmente el nacionalismo (catalán u otro) se cae de lleno en "el que no siembra, desparrama". Y esto es lo que a mi modo de ver ha sucedido en Cataluña en los últimos cuarenta años. Y así nos luce el pelo, con las salvedades necesarias, insisto.
"Mucha es la mies y pocos los obreros", y encima de pocos, algunos de estos, dedicados a sembrar la crítica más que acercar almas a Dios, y curiosamente son gente que se llena la boca de tolerancia, respeto a la discrepancia, democracia, etc., pero cuando se enfrentan a un discrepante de sus posiciones, se muestran tal como son, sectarios e intolerantes, eso sí, con alguna gotita de "suavizante", para adornar sus escritos....y muy superficiales por lo general... con sus topiquillos publicitarios y faltos de argumentación de fondo.
Con toda mi admiración y apoyo.
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Constantia, meritum, fortitudo, fidelitas.
A quien corresponda:
Este mail va con todo respeto (cosa que dudo ustedes lo pongan en práctica) , pero no puedo quedarme indiferente ante este tipo de páginas (http://www.germinansgerminabit.org/) y ante personas como ustedes.
Para empezar, "Constantia, meritum, fortitudo, fidelitas" esto ustedes se lo creen? si es así entonces es de una manera bastante propia y bastante desvirtuada, pero vaya no entrare en este dilema.
Las preguntas que quiero hacer son las siguientes:
- ¿ustedes que se han pensado, los elegidos de Dios Padre?
- ¿Los que tienen la verdad absoluta?
- ¿se sienten ustedes con el derecho a desprestigiar a las persona (vaya meritum!)?
- ¿A calumniar a todo aquel que no piensa igual que ustedes en todo momento (ya entiendo lo de Constantia entonces!)?
- ¿ustedes se consideran fieles a la voluntad del Padre, criticando y no respetando la libertad de todo aquel que desde su condición, desde su FE, desde su intimidad con Dios Padre decide ir por un camino o por otro, (vaya fidelidad tan mas interesante!)Y para terminar con las preguntas (que sobra decir ,las hago con todo el respeto que ustedes me merecen) ¿Lo de fortitudo a que esta relacionado?, a que se sienten con la fuerza unica?, a mi entender las personas que se consideran fuertes, las personas que se consideran respetables, las que buscan el dialogo, las personas que se dicen "creyentes", son aquellas que firman con nombre y apellidos lo que piensan, las que tienen una página web digna, indicando dirección, telefono, sede social del grupo etc...en pocas palabras no se esconden detras de "apodos" "pseudonimos" "alias".
Les saluda cordialmente y celebrando siempre la pluralidad de pensamiento y de formas de hacer!
Thelma Gil
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Vergüenza ajena.
-Pregunta: ¿Qué hace un progre católico en una discoteca?
-Respuesta: Buscar a su nieta.
Hay una cosa que me tiene preocupado y es que no sé que testimonio estarán dando nuestros progres católicos en los asilos. Me temo que esta progresía católica, anciana ya en su mayoría, esté tan afectada por lo que podríamos llamar malamente el síndrome de Peter Pan, que lo único que sepan decir a sus nuevos compañeros al referirse a la Iglesia encarnada es la palabra “carca”. Es una lástima, pero parece que los tiros van por aquí. Personalmente, la palabra me resulta cursilona y tonta. La veo en boca de un niño pijo (pringao) que descalifica a la “chusma”. Siento vergüenza ajena cuando un anciano o una persona mayor califica de carca a otros que son normales y más jóvenes que él. De hecho, a partir de los 30 me chirría. Comprendo que se lo digan a sus padres porque estos se escandalicen de las chiquilladas de sus nietos. Pero siento vergüenza ajena cuando estos ancianos pretenden descalificar con esa palabra a gente joven.
Cuando uno conoce un poco la teología y la filosofía que esta gente progre ha mamado o, con un talante más borreguil, en la que se han bañado, comprende que este síndrome infantiloide (no infantil) que padecen es debido a la reprogramación postconciliar que padecieron mediante una teología no conciliar y una filosofía e ideología-política afines a los sesenta, que infiltrada en el seno de la Iglesia ha provocado este enanismo espiritual contestatario-lametodo.
Va por delante el ejemplo contrario de nuestro Papa actual, que viviendo el mismo contexto supo, manteniéndose fiel al Señor, a la Iglesia; aprovechar lo bueno y lo nuevo, estudiar todo lo estudiable y a partir de esto, ha sacado “lo nuevo y lo viejo de sus arcas”. Ha podido y sabido, junto con otros, nutrir a nuestra teología de una sabiduría y una riqueza que hace inteligible y preciosa a nuestros contemporáneos que tienen sed de Dios, del Dios vivo, la Buena Nueva. Por no hablar del Papa Juan Pablo II, que convocaba para Dios, por millones, a la juventud. Sí, ese tan “carca”; para nuestra siempre joven progresía.
De la teología padecida, las influencias protestantes (me refiero a la de los hermanos separados, aunque también a la de las termitas protestonas de la Iglesia que ceban a “nuestro” progre ganado; sus larvas) se habían convertido en un signo de apertura y de tolerancia.
Una teología que, rompiendo o renegando del legítimo Magisterio asistido por Dios, tiene dos direcciones posibles: La menos políticamente correcta, que es la sectaria de los pequeños grupos multicolores bajo la guía del iluminado o vividor de turno que es capaz de crear cálidas y eficaces comunidades de adeptos y abducidos. La más políticamente correcta, que es la que una vez negada la sacralidad frente a lo mundano o a la inversa, armoniza el evangelio con la sociedad, y no precisamente divinizando el “mundo convertido” sino mundanizando el evangelio bajo la guía de la comunión con los poderes civiles. Esta es la teología más políticamente correcta para nuestra progresía. Detrás de un panteísmo o un pancristismo o una progresiva armonía humanizada de la sociedad, colocan la “providencia divina que se sirve de los poderes civiles y las presiones cívicas” para ir realizando progresivamente el Reino de los Hombres. Ir a una con los tiempos.
De la filosofía y la política inoculada en ellos, que bien queda aquello de diálogo con el mundo; rojillo principalmente. Sin embargo, la sangre derramada por intereses concretos y por culpa de las ideologías principalmente ateas, masónicas o nacionalistas exacerbadas, que nunca como en el siglo XX había sido tan abundante, nos pone en guardia hoy a los carcas que vamos de la mano de Pedro ante los zarpazos progresistas. El que conoce un poco la bilis sicodélica de grandes pensadores demagogos de los “sesenta” como Marcuse, reconoce uno de los posibles orígenes más recientes de este enanismo espiritual moderno de la progresía, y concretando el escrito, de la progresía católica; que se ha quedado en el huevo de los “sesenta”.
Estos charlatanes redentores de la humanidad, posiblemente marionetas de intereses rojiazules superiores, consiguieron incubar el huevo de los inadaptables-contestatarios, que no es más que esa rebeldía siempre latente de los hijos de Adán. Fueron gestando ese espíritu de rebeldía en los jóvenes de entonces contra sus mayores y contra toda autoridad “pacífica” o democrática. Ya que en realidad, sus titiriteros son esos tiranos cebones sin escrúpulos, que mediante el gancho de esta intelectualidad afectada (de “la Triste Figura”), en estos jóvenes endiosados y protestones habían encontrado unos buenos aliados, fáciles de manejar desde la demagogia destructiva-redentora. Al berrido de cambiar el mundo, muchos jóvenes, fueron programados para derribar todo poder en manos de algunos ricos, algunos empresarios, occidentales, yankis, jerarcas, conservadores, eclesiásticos-cristianos, etc. Ellos eran los buenos que se revelaban contra estos mayores malos responsables de las injusticias del mundo. O sea, se tenían que revelar contra sus padres y sus mayores, que al parecer eran tontos, ciegos y malos.
Ese chip de jóvenes rebeldes endiosados se les colocó en su sitio y ahí ha quedado con el añadido del lametodo. La progresía, tanto la “katólica” como la demás, sigue erre que erre al servicio de la demagogia de turno. De manera que, en nuestro caso católico, estos cincuentones, sesentones, setentones, ochentones; siguen revelándose contra esos miembros de la sociedad que hacían y hacen posible el sistema real, distinto al ilusionado. Pero ahora, como no se pueden revelar contra sus carcas mayores difuntos ya, se revelan contra los jóvenes carcas. Porque lo que estos progres atacan es a todo lo que se oponga al sistema o a los intereses que sus titiriteros pretenden imponer y aprovechar.
Es casi ley de vida que los ancianos pretendan proteger a niños y adolescentes del mal ejemplo que los insensatos e imprudentes jóvenes les puedan dar. Pero cuando el caso es que unos ancianos, creyéndose jóvenes de espíritu, se creen hablar en un mismo “lenguaje” que los adolescentes y los jóvenes, a los que pretenden adoctrinar juvenilmente frente al “lenguaje” carca y a la doctrina carca de los jóvenes reales, algo no funciona.
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Tiempo muerto en las diócesis catalanas
Estamos en un tiempo muerto, utilizando un símil deportivo, con las estrategias en el banquillo, esperando quien sale a cancha. El tiempo se acaba y dentro de poco la Santa Sede nombrará nuevos obispos para las sedes catalanas: Girona y Lleida primero, y próximamente Solsona, y más allá Barcelona.
Estos nombramientos a nadie escapa que son de vital importancia para ver la línea que seguirá la Sede apostólica. Se ve con preocupación estas diócesis donde la secularización avanza a pasos agigantados. Quizá este proceso es un proceso secular. El problema es que sus prelados parecen que nada pueden hacer en este mar embravecido. Lo peor es que este mal se propaga y contagia con rapidez hacia las diócesis vecinas de Aragón y Valencia.
Las diócesis catalanas tienen que volver a ser lo que fueron: diócesis de marca. El enemigo ya no viene del sur. El enemigo de la idolatría, de la secularización, del relativismo lo tenemos dentro de casa. Hacen falta pastores que conduzcan el pequeño rebaño por sendas de autenticidad evangélica, de radicalismo en la fe y el amor. Alejándose de criterios políticos y mundanos, y mirando únicamente a la extensión del Reino de Dios como objetivo.
Muchos son los que esperan pastores que sepan dar palabras claras, ni a favor ni en contra de nadie, pero palabras claras de ánimo en el camino evangélico. Y eso no está reñido con la pasión por la cultura catalana.
Ahora que estamos en celebración del San Antonio Maria Claret, es lo que necesita nuestras diócesis, figuras que abran camino, que prediquen la palabra incansablemente por pueblos y ciudades, que se encarnen en el sentir y hablar de las personas, y que vivan en comunión con la Iglesia.
Como ejemplo el reciente viaje del Papa a USA. Las noticias que nos llegan son alentadoras, pues la palabra del Papa ha sido aceptada y acogida con decisión y radicalidad, en las comunidades católicas que la han vivido como un nuevo impulso del Espíritu. Eso necesitamos un nuevo impulso del Espíritu.
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05/05/2008 por Zelo Zelatus Sum Pro Domino
“Fum… fum… fum…”
A pesar de que vamos de cara al verano, viene con insistencia a mi mente este villancico cuya traducción al castellano es súper correcta y exacta en el estribillo: “Humo… humo… humo”. Y quizás os preguntaréis cuándo y por qué viene a mi mente esta canción navideña. Pues muy fácil, cuando pienso y sufro los proyectos y planes pastorales de Barcelona, ya que todo queda en humo, humo y humo: Fum, fum, fum. O si no ¿en qué quedó la flamante presentación del Plan Pastoral Trienal, con vídeo incluido, Xavier Morlans y testimonios y canciones pensadas pero no motivadoras? ¿En qué están quedando las cartas animando a que se trabaje sobre el mismo? ¿En qué están quedando algunos intentos de parecer que la cosa va en serio como el encuentro de “pastoral familiar” con el Delegado Manuel Claret, hace ya algunos fines de semana?
¿No ha quedado ya en humo el reciente encuentro del sábado 12 de abril en Santa María del Mar? No quiero ser pájaro de mal agüero; pero todo queda en un humo por el que además ni siquiera se sabe dónde está el fuego, sino en humo que nos indica más bien quiénes están apagando el fuego. Ojalá me equivocara y la cosa no fuera así; pero quien tenga oídos para oír que oiga, y la verdad es que parando la oreja no oigo- aunque escucho- ninguna resonancia de todo ello. No lo escucho ni en los pastores y ni que decir entre el pueblo santo de Dios, este resto de Iglesia que peregrina en Barcelona esperando maná del cielo, porque el alimento de plan pastoral y del carrer del Bisbe parece que no alimenta ni da fuerzas para seguir por este desierto donde las picaduras de serpientes no dejan avanzar con la libertad y confianza que se merecen los hijos de Dios.
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