CARTAS AL DIRECTORIO - Septiembre 2008

Agradecemos las múltiples muestras de apoyo. También las críticas. No las publicaremos aquí. Este espacio lo reservamos para vuestros "artículos". Vuestras aportaciones, que, sin ser periódicas, sí compartan vuestras experiencias, conocimientos, alegrías y tristezas en vuestra/nuestra Iglesia. En catauña o en cualquier otro lugar. Lo único que pedimos es que respeten las cuatro máximas: Constantia, meritum, fortitudo, fidelitas.

Todo esto lo podeis enviar a:

omnesdicamus@gmail.com

 

25/09/2008 por Nel

Carlismo

Desearía opinar sobre el apartado de “La paternidad idealista del integrismo”, contenido en el artículo de Quinto Sertorius Crescens (11/09/08) titulado “El síndrome Pujol-Carrera, también conocido como de la “botigueta””:

1.- Carlismo: el carlismo es de difícil explicación porque no ha tenido un desarrollo doctrinal. Fue un sistema político autoritario tradicionalista (absolutismo integrista) que usó medios violentos (quemas de Ripoll, Moyá, Manlleu). Apareció por su enfrentamiento inicial con las ideologías autoritarias o revolucionarias del liberalismo, republicanismo, socialismo y anarquismo decimonónicos. Tuvo una larga vida: desde las guerras carlistas hasta la guerra civil (1833-1939), y declinó cuando España devino una monarquía (1947) juancarlista (1969) democrática (1978), coincidiendo también con la desaparición o transformación de todos sus antagonistas políticos.

2.-  Liberalismo no democrático: el liberalismo creó el Estado de Derecho, que daba derechos civiles a todo ciudadano, pero sólo una minoría tenía derechos políticos por razón de su fortuna personal: era el sufragio censitario, favorable a las altas burguesía y nobleza. En 1834, sobre una población española de 12 millones de habitantes, únicamente había 16.000 electores contribuyentes, y para poder ser parlamentario, había que tener 30 años y una renta anual mínima de 12.000 reales. La democracia llegó con el sufragio universal de los hombres (1869 y 1880) y de las mujeres (1933), mientras que los derechos sociales no fueron regulados hasta la década de 1960.

3.- Burguesía con doble poder político-económico: el liberalismo dio a la burguesía el doble poder político y económico: político, porque el rígido sufragio censitario sólo daba derecho de voto a las altas nobleza y burguesía; económico, porque la alta burguesía tenía la propiedad de la gran industria. La burguesía española, además, gozaba de los honores y privilegios estamentales del Antiguo Régimen: exención de alojamiento y catastro, cargos municipales, rangos aristocráticos...

4.- Tierra y agua: el liberalismo económico convierte el campo y el agua en un objeto más del libre tráfico mercantil, sujeto a las leyes de la oferta y la demanda, sin tener en cuenta a sus gentes y tradiciones. El ferrocarril, las colonias textiles y las fundiciones necesitan ocupar las tierras y los ríos con sus frutos (minas, bosques, cosechas). Es sintomático que en Solsona, centro del carlismo, nunca llegara el ferrocarril.

5.- De payés y artesano a obrero: la naciente industrialización y urbanización provoca el problema de la Cuestión Social, cuando el payés y el artesano autónomos se transforman en obreros integrados en la fábrica de vapor, es decir, como trabajadores dependientes del empresario, subordinados a unas duras condiciones laborales sin derechos electorales ni sociales.

6.- Secularismo: el liberalismo primitivo, a través de su laicismo beligerante y agresivo de exclusión, intenta convertir la religión, en el mejor de los casos, en una cuestión privada sin voz pública, y en el peor, se dedicó a la quema de conventos o a la desamortización salvaje. Ya durante el Trienio Liberal de 1820-1823, apareció la masonería política y su objetivo de ingeniería social, la secularización de la sociedad: comuneros, carbonarios, anilleros...

7.- Jacobinismo: en el s. XIX, el Estado Moderno centraliza el poder estatal en un sólo centro político que interviene uniformando todos los campos sociales y eliminando las peculiaridades locales: moneda única, nomenclátor y hora oficial, pesos y medidas, hacienda pública, Constitución y Parlamento únicos, codificación civil, penal y mercantil, provincialización, gobiernos civiles y militares, guardia civil, registradores y notarios, juzgados y audiencias, eliminación de las aduanas interiores, concesiones administrativas...

8.- Tradición jurídica: el liberalismo primitivo inició un proceso unificador del Código Civil que propugnaba la eliminación de todo derecho foral, tanto de Navarra y País Basco (Régimen Foral), como de Cataluña, afectando a la casa pairal o principal, forma de empresa familiar agraria catalana que evitaba la dispersión del patrimonio familiar y aseguraba su unidad empresarial.

 

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22/09/2008 por Francisco de Morande

Carta respuesta a Don Lorenzo Buera

Muy reverendo y apreciado Don Lorenzo:

Soy un lector asiduo de Germinans porqué es uno de los pocos sitios en internet en los que no se andan con tapujos ni disimulos. Es de agradecer la sinceridad de su carta. Ya ve que se la publican aunque sea de disenso; no así como en otros medios a los que estoy harto de enviar puntualizaciones y rectificaciones sin obtener satisfacción porque con tanta libertad como cacarean, la que al final vale para ellos es la del patrón que paga. Me refiero, entre otros, concretamente a un diario catalán de difusión nacional.

Con todo respeto le quiero preguntar en qué mundo vive, porque pareciera como si la archidiócesis de Barcelona fuera un paraíso de tolerancia, cuando es todo lo contrario. Me rectifico: se tolera a curas abortistas, a los destructores de la liturgia y a los que hacen de su capa un sayo con el magisterio de la Iglesia. Ni una pizca, en cambio, para los que son juzgados "retrógrados" o "carcas". Mire usted, mosén: acaban de defenestrar a un joven sacerdote que llevaba estupendamente Catalunya Cristiana y Radio Estel, sólo porque es del entorno del cardenal Carles (y me imagino que también porque resulta que en su parroquia ha establecido la misa antigua dentro del horario dominical).

En cuanto a la aplicación del motu proprio Summorum Pontificum, le puedo decir que soy firmante de la solicitud que pasó una organización a favor de la liturgia preconciliar que fue presentada a un párroco de Barcelona. Hasta ahora ninguna respuesta y de ello hace ya meses. Y me consta que no éramos cuatro gatos como quien dice. Por una persona que trabaja en la curia archidiocesana sé que la cuestión ya no está en manos del párroco, sino en una instancia superior, y yo me pregunto: ¿no había dado el Papa la facultad a los párrocos y rectores de iglesia? ¿Qué pinta ninguna otra instancia que no sea la de éstos? Eso sí: considero una falta de consideración hacia los firmantes el silencio del párroco. No es que me vaya la vida en ello: a mí una misa de Pablo VI bien celebrada no me significa ningún problema sino todo lo contrario, pero también me gustaría volver a gozar de la magnificencia de la otra, aquella con la que hice mi primera comunión y en la que fui educado por los jesuitas. Ya que se la puede pedir y de hecho me he sumado a la petición formulada, ¿por qué no se dignan contestar siquiera? ¿Quizás esperan a que nos cansemos de esperar y desistamos? Pero eso no es solicitud pastoral ni nada que se le parezca. Eso es simple y llanamente deshonestidad y zorrería.

Otra cosa. Yo he leído también lo que se ha dicho del Sr. Obispo de León y de mosén Canals en Germinans y sinceramente le digo que no me parece que hayan ofendido a nadie, a menos claro está que la verdad ofenda. Porque resulta, Don Lorenzo, que Monseñor Julián López metió la pata con la cuestión del motu proprio, confundiendo rito con lengua litúrgica y mostrándose disuasivo respecto a hacer valer el documento papal para poder celebrar la misa antigua. Tanto es así que tuvo que rectificar a toda prisa ante las reacciones que provocaron sus declaraciones, enviando una carta aclaratoria que en realidad mucho no aclaraba. En cuanto al secretario de la comisión episciopal litúrgica, la frase que de él reproduce Germinans (y que es textual como lo he comprobado) no necesita comentario porque rezuma auténtica antipatía al rito extraordinario se coja por donde se coja. No creo que decir la verdad sea faltar a la caridad. Todo lo contrario: caritas in veritate.

Una cosa que me alarma es que sacerdotes observantes y apostólicos como usted empleen el pobre argumento de que "si la gente no pide el rito extraordinario, ni se plantea el problema". Pero, Don Lorenzo, ¿cómo lo van a pedir si no lo conocen? ¿Y cómo lo van a conocer si se ha hecho todo lo posible y lo imposible para ocultarlo y desacreditarlo, proscribiéndolo y haciendo ver que los que lo querían eran poco menos que rebeldes y cismáticos? Yo he conocido casos muy cercanos de sacerdotes amigos que han muerto con la amargura de habérseles prohibido celebrar la misa tradicional y que tuvieron que ceder ante el chantaje de la obediencia. Pero resulta que esa misa nunca fue abrogada, como lo ha declarado el Papa. No me diga, entonces, que no se ha cometido una terrible injusticia durante estos últimos cuarenta años contra esos sacerdotes y contra los fieles, a los que se les escamoteó esta rica herencia litúrgica. Además, según dice también Benedicto XVI, el rito antiguo es un tesoro para toda la Iglesia. ¿Por qué entonces se lo va a relegar? Muéstrenlo, sean honestos y dígannos a los fieles que no era verdad después de todo que la misa de antes ya no estaba vigente, enséñenlo como una opción válida y dejen que la gente opine y opte con conocimiento de causa: es lo mínimo que pueden hacer después de habernos tenido engañados tanto tiempo. Y no me refiero a usted, que me parece una persona de buena voluntad y honrada, sino a todos los que se llenan la boca con bonitas palabras de participación, horizontalidad, Pueblo de Dios, etc. y después se comportan como auténticos dictadores religiosos.

Admito que a veces el tono de Germinans es demasiado irónico para mi gusto. Supongo que es una técnica que tienen para llamar la atención y que sus tiros sean más certeros y hagan centro, pero eso ya habrá que preguntárselo a ellos. De todos modos, dicen verdades como catedrales y eso es lo que importa. Al menos han acabado con el marasmo y el conformismo en que estaba hundida la vida de la archidiócesis.

Me encomiendo a sus misas, mosén, y a las oraciones de sus buenas religiosas. Entretanto le saluda atte.,

Francisco de Morande

 

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18/09/2008 por Lorenzo Buera

La Santa Misa

Ya con 82 años pero todavía bien -creo yo- de cabeza y bastante bien físicamente, soy el Párroco de un pueblo de 600 habitantes y el Capellán de un Monasterio de 40 monjas (no me importaría dar su dirección, pero no hace al caso).

Leo alguna vez las páginas de Germinas. Pueden tener razón en muchos puntos de los que tratan, pero la pierden por el modo en que lo hacen. Entiendo que les falta una enorme dosis de caridad eclesial; "in omnibus caritas", dijo San Agustín.

Por lo que respecta a la Santa Misa celebrada según las nuevas disposiciones del Papa Benedicto XVI, no veo cómo se empecinan en dar a entender que no se acepta. En mi entorno (que geográficamente es muy amplio) no se ha presentado ningún caso que así desee celebrarla. No creo que ningún Párroco se oponga a permitir su celebración en su Iglesia si algún grupo así lo desea, sobre todo si tienen un sacerdote disponible para ello; porque los demás "no nos molestamos" en reaprender a celebrar la Santa Misa ya que no hay demanda y, por supuesto, no la vamos a fomentar pues bastante tenemos con evangelizar celebrando bien la Misa nacida según el Vaticano II (los de mi edad hemos sufrido bastantes "bandazos" al respecto, aunque, por lo que a mí respecta, siempre he aceptado con satisfacción los sucesivos pasos dados por la Iglesia en orden a penetrar mejor en el profundo sentido de la Liturgia como expresión del culto a Dios -no se olvide lo que sigue- en unión de toda la asamblea celestial, pues, unidos a los santos del cielo formamos la única Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo. Recordemos la expresión final de la mayor parte de los Prefacios: "con los ángeles y los santos, cantamos tu gloria diciendo:").  

Puedo asegurar que la celebración de la Eucaristía en el Monasterio del que soy Capellán goza de muy buena salud, gracias al espíritu de la Comunidad y, aunque en pequeña medida, también a la disposición, sencillo hacer y estilo de este servidor. Se celebra, naturalmente, con la solemnidad que corresponde a los diversos días y costumbres de la Comunidad, siempre según el Misal de Pablo VI. Nada impongo a las Hermanas; sólo en algunos pequeños detalles que he estimado menos perfectos según el genuino espíritu de la Liturgia, he hecho mis observaciones, que siempre han sido bien acogidas por la Comunidad. No paso de ser una especie de aficionado aventajado en Liturgia, pero creo que sólidamente asentado en los principios teológicos (y también pedagógicos) que la inspiran para alimentar el espíritu.

Quisiera también decir que he leído en Germinas críticas a D. Julián López Martín, Obispo Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia (para mí un excelente y profundo liturgo), y al P. Juan-María Canals, Director del Secretariado de la misma Comisión. No me han gustado; conozco bastante bien sus criterios y su fidelidad al Magisterio de la Iglesia, una fidelidad en espíritu y en verdad, porque he participado en varias de las Jornadas Nacionales de Liturgia que se han celebrado en los pasados años y he leído varios de sus trabajos sobre temas litúrgicos.

Dado el tono con que se desenvuelven en los artículos y cartas que publican, imagino que no gustará mucho ésta. Pero, respetando sus opiniones, debo disentir y así lo expongo. Si sus críticas a ciertas personas y sectores de la Iglesia fueran envueltas en el ropaje de la caridad cristiana (como debe corresponder) podrían desarrollar una labor muy meritoria. ¡Ah! y, además, sería estupendo que aportaran soluciones constructivas.

Con mi afecto en Cristo, Lorenzo Buera.

 

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04/09/2008 por el Cid Cabreador

Incidente en el atrio de la Facultad de Teología.

Es de todos conocidos el malestar que tiene n.s.b.a. Martínez por las informaciones que ofrece esta página; me consta que no hace más que mandar mensajes para que esta página cese; me consta que personas vinculadas con el arzobispado han estado a punto de cometer un delito penal por intervenir ordenadores; de esto ya avisó Germinans que fueran con cuidado. Pues bien, esta mañana he podido observar como el "teletac del Vaticano" se las tenía con n.s.b.a. Martínez, acompañado de Mn. Urdeix porque se le inculpa que él está detrás de Germinans. (Qué desencaminados van...) Ahora que vigilen: parece que fue Arena quien dice haberlo descubierto porque le informó que se iba al monte Athos: menudo es este vejestorio para controlar su lengua... si habla por los codos... Pero que anden con cuidado: el Agápito aguanta pero no soporta que le toquen las pelotas; así se lo comunicaba esta mañana, de forma diplomática a n.s.b.a. Martínez. Cuidado eminencia con el Agápito que está muy calladito; pero como destape todo lo de Casa de Santiago, EEUU y Australia se quedarán cortos; vigilen.

 

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05/09/2008 por Miguel Vinuesa.

Misas tridentinas en España

Estimados amigos de Germinans.

He agradecido mucho vuestro último post sobre Misa Tridentina en España. Lo cierto es que sí, hay pocas "nuevas", pero creo que la perspectiva es alentadora en cierto modo: el Instituto Cristo Rey organizó hace no muchos meses un taller para sacerdotes en los Carmelitas de Toledo. El cupó se llenó con creces. En España hay un interés disimulado, no muy explosivo, por la misa. Los sacerdotes se acercan a ella, y poco a poco descubren o redescubren el tesoro liturgico que es.

De la que no se oye nada es de la Fraternidad de San Pio X, que solo tiene reproches para la "Iglesia modernista". Están rayando el abismo del sedevacantismo, y cualquier dia se caen.

En Barcelona, eso sí, conocerán ustedes la Asociación Roma Aeterna. Sin tener muchos contactos con ella, creo que están haciendo bien su labor de "lobby" laico en la Ciudad Condal, y puede que cuando Nostach haya concluido su labor pastoral en Barcelona, soplen vientos más favorables para el Motu Propio. La situación no es mucho mejor en la mayoría de países. En Hispanoamérica, por ejemplo, los obispos han asumido AHORA el anterior Motu Propio que regulaba la celebración de la misa según el Misal de 1962 (Ecclesia Dei Afflicta, en 1988, que condenaba la deriva Lefebvrista e institucionalizaba las misas "indultadas").

Hay una Web, Wikkimissa, que debería ser de dominio público. En ella figuran con precisión todas las misas según la forma extraordinaria que existan en el mundo. Puedo decir que, respecto a España, no se ha dejado de crecer. Con cuentagotas, sí, pero si lo comparamos con la deplorable situación en otros países, estamos mejor situados. Estoy de acuerdo con el post en que a los obispos no les hace gracia. Ya se superará eso. El tiempo es extraordinario a la hora de dilucidar controversias eclesiales. Y sino que se lo digan al Dogma de la Inmaculada Concepción.

Les mando un saludo en +Cristo Nuestro Señor+ desde la Villa y Corte,

Atte.

 

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10/09/2008 por Pepito

Shock en Santa Maria de Mataró. La próxima vez, queremos sotana.

Impresionados, nos hemos quedado los feligreses de Santa María de Mataró al ver al párroco en clergyman durante la Audiencia de este miércoles 10 de septiembre en Roma. Nunca lo habíamos visto así. Patidifusos cuando lo hemos contemplado en primera fila vestido (el tercero por la izquierda del minuto 2:16 a 2:40) con traje negro y alzacuellos. Alucinante fenómeno de multi-vestismo. Un sacerdote que confiesa en mangas de camisa y sin estola, le hemos visto en Roma de riguroso clergyman. El efecto Turull, Aymar, Yuyu, Matabosch… de la pasada excursión a la ciudad del Tíber con motivo del cardenalato del Dr. Martínez ya llega a provincias. ¿Será la moda 2008?

Un hombre que nunca se ha privado de soltar pullas de tanto en tanto a la Santa Sede durante el pontificado de Juan Pablo II nos sale ahora de punto en negro para ver al Papa. Y no será porque Benedicto XVI sea más progre que el Papa anterior.

Después de lo visto, lo único que queda claro es que este tipo de párrocos toman por estúpidos a sus feligreses, por una parte, y de otra dan muestra de la inmadurez más absoluta y triste.

 

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14/09/2008 por Otro

Naamán el sirio

Corre por ahí, que este curso pastoral, la diócesis de Barcelona, entre otros objetivos prioritarios, tiene el de potenciar o vitalizar las vocaciones sacerdotales. Es curioso, pero diría que este es unos de esos aspectos que la capellanía, y el cristiano en general, tiene poco situado en el “plano” Jesucristo. Cuando se habla de imitar a Cristo, seguir sus pasos, por lo general se ven cuatro o cinco aspectos como los característicos: rezaba, curaba, trataba a todas las personas (principalmente, en el sentido de que acogía a los pecadores públicos o a los marginados), enseñaba, estaba con los discípulos y seguidores, etc... Sin embargo yo creo que hay un aspecto en Jesús que no sólo proporcionalmente (dentro de los evangelios) ocupa un lugar muy destacable, sino que además tal y como se presenta, muestra una importancia primera dentro del hacer y querer del Señor; es el aspecto de que Jesús llama a seguirle; en concreto en el ministerio apostólico.

Pienso que cuando un sacerdote habla de seguir a Jesús y seguir su obrar, este es un aspecto que no tiene conscientemente en cuenta. Sabe como los “demás” cristianos, que las vocaciones son necesarias, pero así como celebrar, orar, velar por el marginado, etc. son tareas que puede considerar más o menos “constitutivas” o propias, ésta de llamar a otros a seguir a Jesús en el sacerdocio no le parece tan propia; las vocaciones parecen caer del cielo o que ya saldrán si salen o sencillamente es cosa de “todos”.

Todo este rollete que estoy soltando parece que no tiene ni pies ni cabeza si partimos del título del escrito, pero yo creo que sí que lo tiene y me explico. He tratado de mostrar lo constitutivo del sacerdote con respecto a la responsabilidad vocacional, y la ambigua claridad que se tiene de ello. Y a partir de aquí, hago una propuesta tan absurda como lo absurdo para Naamán el sirio, resultaba curarse la lepra lavándose siete veces en el río Jordán, según le había dicho el profeta Eliseo. Aunque no tengo datos concretos sí tengo cierta idea de que hay lugares y grupos eclesiales concretos en los que florecen hoy las vocaciones, y una característica común en ellos es el llamado clergyman. Poniéndome más repelente, no sé si resulta empírico decir que la bajada de las vocaciones sacerdotales en nuestra diócesis de Barcelona, como en tantos otros sitios, entre otras cosas, coincidió con la desaparición del clergymán o uniforme sacerdotal.

Tengo presente que para una mentalidad progre, a esto se dan como mínimo dos respuestas:

La primera es la que estos progres, en su mayoría de setenta para arriba y plenamente empapados del espíritu y de la mentalidad juvenil, tienen claro que esto no va con la juventud; ellos saben que la juventud piensa de otra manera. Sin embargo, esto no cuadra con lo que yo conozco de primera mano sobre algunos (los que conozco) de nuestros jóvenes cristianos, a los que les gusta y valoran positivamente el hecho de que el sacerdote lleve el clergyman o la monja el hábito. Pero si quieren conocer (no saber desde su innata sabiduría idealista) un poquito a nuestra juventud, en este caso alejada, que se pase un cura progre de estos con clergyman por la calle tallers a eso de las ocho de la noche, seguro que tiene la sensación aquella de “pa chulo yo, y uno de mi pueblo que se murió”.

La otra postura justificativa de la progresía sería como más sensata, y es aquella de que si lo que el joven vocacionable sigue o lo que le atrae es un hábito, mejor que se quede en su casa. Algo de razón puede ser que tengan, aunque por mucho que les pese y no quieran aceptarlo, Dios se sirve de lo que se sirve y atrae como atrae. Además de que está más que demostrado que aquello de “los testigos arrastran”, también resulta discutible. Sabido es de los capellanes que se predican a sí mismos, llamémosles santurrones, que por lo general han arrastrado a nuestra ya adulta juventud y retoños a ERC o a IUvioleta o a ICRosa o a ERC o a HB (esto, por cierto, creo que es una perla jesuítica, pero no estoy seguro) o a PSC o a CiU o a PH o al PNV o al PP,...es igual, u a otros semejantes; cuando no los han arrastrado a ser sencillamente “buenos” ateos o “buenos” agnósticos o “buenos” escépticos, por lo general enemigos de la Iglesia o irónicos con ella, que de “momento” nos perdonan, ellos y sus hijos, la vida. De todos estos frutos o discípulos de los clérigos “idólatras”, los metidos a la política y sucedáneos que se declaran católicos, casi en su mayoría tienen en común el avergonzarse públicamente de la doctrina de la Iglesia, el renegar de ella y el mostrar lo buenos que son ellos y lo mala o retrasada que es la Iglesia a la que pertenecen, casi por misericordia o no sé porque otra razón.

Retomando el hilo, una cosa que tiene el “uniforme” es que representa un cuerpo y una realidad, y ese uniforme para el que lo ve significa más que la persona que lo lleva. No se quedan en la persona, buena o mala. Cuando ven el uniforme sacerdotal piensan en Jesús, en la Iglesia, en lo que hay detrás. Es una verdadera oportunidad, a la vez que un riesgo y una responsabilidad para el sacerdote llevar el clergyman… pero siempre es un referente de aquello que representa, que nos representa.

Después de todo este rollo, todavía puede ser que no se aten cabos, pero la cosa es bien sencilla. El profeta Eliseo da una solución bien simple a un desesperado Naamán, para curarse de la lepra, y en Barcelona estamos desesperados por las vocaciones. Quién sabe si en vez de tantos programas, planes y pérdidas de tiempo, una de las soluciones y fuentes principales está en acatar eso que manda el Código de Derecho Canónico, de que los clérigos lleven vestimenta clerical.

 

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