CARTAS AL DIRECTORIO (Noviembre 2009)
Agradecemos las múltiples muestras de apoyo. También las críticas. Este espacio lo reservamos para vuestros "artículos". Vuestras aportaciones, que, sin ser periódicas, sí compartan vuestras experiencias, conocimientos, alegrías y tristezas en vuestra/nuestra Iglesia. En Cataluña o en cualquier otro lugar. Lo único que pedimos es que respeten las cuatro máximas: Constantia, meritum, fortitudo, fidelitas.
Todo esto lo podéis enviar a:
(26/11/2009) Denuncia, esta vez en Poblet
por Ascanius
Con profundo dolor me veo obligado a escribir de nuevo en Germinans para denunciar, una vez más, una situación de discriminación por la lengua, que en nuestra querida Cataluña desgraciadamente se viene produciendo con continuidad.
Se trata esta vez del Monasterio de Poblet, que negó a un sacerdote no catalano parlante originario de allende el Principado, el poder celebrar la Santa Misa en castellano. Como lo oyen, a un sacerdote de la Iglesia Católica (teóricamente "Universal"), sus "hermanos en la Fe" le niegan la posibilidad de celebrar misa en su lengua materna, en su país (hasta donde yo se Cataluña todavía forma parte de España). Solo le permitían celebrarla en catalán. INCREIBLE. He estado buscando en el Evangelio alguna luz que justifique la intransigencia de quien haya forzado esta situación, y no la he encontrado en las enseñanzas de Jesús, pero sí en la actitud de algún sacerdote judío de la época, mas preocupado por la lucha política que por el Reino de Dios. Todo casa y la historia se repite...
La denuncia es auto-explicativa, y mientras, en Cataluña, son riadas los sudamericanos que se lanzan a los brazos de los evangélicos y otras ramas e incluso sectas protestantoides…. Con estos “amigos” para que queremos enemigos.
Sería muy de agradecer una toma de posición sobre el particular de alguien con autoridad en el Obispado de Tarragona, o quizá en Roma…
(22/11/2009) Soberbios y orgullosos de sí mismos
por Eugenia Fábregas Safont
Gracias a la escucha del video del abad de Montserrat que se nos proponía la semana pasada en la sección “Desde los últimos bancos”, me entero de dos cosas que me han llamado poderosamente la atención. Empiezo por la última. Después del corte de manga y capirote que le ha hecho la institución televisiva que le acogió con amor y también con autoridad, es evidente, al nombrar a Germinans (que en el video queda en intento capado –no es mi intención nombrar la soga en Can Capadòcia); después del corte de censura, digo, se descuelga el reverendo afirmando que la Iglesia catalana tiene una virtud que la Iglesia española no tiene, y es su óptima inserción en la sociedad civil a la que también pertenece. Tan buena es esa inserción, que puesta a no imponer su doctrina para no inmiscuirse en el ámbito del poder civil, que tiene todo el derecho de legislar, ni siquiera la pone, ni tan siquiera la expone, ni mucho menos la defiende. En cuanto el poder civil toca algo, se infiere de las palabras del piadoso abad, la Iglesia ha de callar respetuosa (¿o servil?), porque otra cosa sería inmiscuirse en el poder civil “imponiéndole” la doctrina de la Iglesia, o por lo menos pretendiendo imponérsela.
De ahí se infiere cuán a conciencia calla la Iglesia catalana cuando el poder civil se pone a legislar para promocionar el aborto. ¿Vio alguien la versión catalana del cartel de la Conferencia episcopal contra el aborto? Me refiero al del lince. Yo no lo vi. En cambio abundan las versiones catalanas de otros carteles; sin ir mas lejos, el último, el de la “jornada de germanor”. Es que la iglesia catalana está tan integrada en la sociedad catalana y en el poder que la encarna, que no está dispuesta de ningún modo a minar el prestigio de las instituciones catalanas, proabortistas donde las haya. Tan integrada está, que la hermana de religión del reverendo padre abad de Montserrat, la hermana Teresa Forcades, monja de clausura del monasterio de las benedictinas de Montserrat, pasea su palmito abortero por las televisiones de Cataluña y por todos los foros que se le ofrecen. Y el señor abad, encantado de tener una hermana en religión tan bien integrada en el laicismo nacionalsocialista y abortista catalán. Y no se avergüenza de ella el señor abad, antes al contrario, se le ve ufano y pagado de sí mismo al justificar su silencio. Ellos nunca le organizarían a su poder político una movida como la del 17–O en Madrid. Jamás de los jamases. Eso sería meterse en política. Ni al señor Cardenal Martínez, ni al señor Padre Abad, ni a la Hermana Teresa Forcades se les ha ocurrido ni se les ocurrirá “meterse en política” acudiendo a las veladas de los días 25 ante la mayor y más truculenta clínica abortista de Cataluña. Eso sería una provocación contra la legítima autoridad política “del país”, provocación impropia de cristianos tan equilibrados.
La otra joya con que nos regalaba el padre abad en su vídeo, es la que se refiere a la vitalidad de la Iglesia de Cataluña. Y como dato que habla en pro de esa vitalidad, en un meritorio alarde de fuegos fatuos, esos fuegos fríos y evanescentes en que se consumen los restos de fósforo en los cementerios, nos cita nada más y nada menos que la mayor vergüenza de la Iglesia catalana: los cientos de escuelas católicas y las decenas de miles de alumnos que forman parte de la “Escola Cristiana de Catalunya”. Sin hacer la menor referencia al detalle insignificante de que la inmensa mayoría de esas escuelas son laicas cuando no laicistas, y no tienen de cristianas más que la titularidad.
Como decía nuestro pico de oro, San Juan Crisóstomo que se la jugó con los poderosos, criticándolos sin miramientos cuando traicionaban la fe y la moral, “Siempre por cierto, pero ahora más que nunca es oportuno decir: Vanidad de vanidades, y todo vanidad” Mataiótes mataiotéton, ta pánta mataiótes (inicio del sermón en defensa de Eutropio).
(22/11/2009) Confiant en la infinita misericòrdia de Déu
per Agustí Nicolau Coll
Us llegeixo ocasionalment, intentant comprendre les motivacions profundes del vostre projecte i se'm fa difícil creure, tenint en compte la mala llet que feu servir i la demagògia que molt sovint desplegueu, que sigui l'amor a l’Església i al Crist el que us motiva. Habitualment, els que estimen l’Església i el Crist, actuen altrament. Tinc més aviat la impressió que us motiva la pulsió de poder i de domini, per més emmascarada que es trobi amb un llenguatge de suposat amor eclesial i diví.
De fet crec que no feu altra cosa que el que critiqueu als "progressistes", però a l’inrevés. Em sembla que sou tan moderns com els progressistes que critiqueu, ja que el conservadorisme que professeu, com tot conservadorisme, és una criatura de la modernitat, tal i com ho és el progressisme. La veritable Tradicio és quelcom de molt diferent al conservadurisme.
Per altra banda, les vostres histories de conxorxes clericals i episcopals son pròpies d’algú que no té massa feina (i ja ho diu la dita, qui no té feina pentina el gat), i fins i tot diria, vista l’obsessió demostrada pel seu autor o autors, d’algú amb l’equilibri mental fràgilitzat.
I no oblideu que el diable coneix molt bé les Santes Escriptures....
Prego a Déu Nostre Senyor, que en la seva infinita misericòrdia, no esgoti la paciència amb vosaltres.
(19/11/2009) Queda claro que quieren acabar con la Iglesia
por Otro
Os mando este escrito para comentar y agradeceros, los últimos artículos de “Splendor Veritatis, 18/11/09” y de “Desde los últimos bancos, 17/11/09” que sacan a la luz pública, algo que todos conocemos, pero que necesitamos se recalque, como la buena lluvia que cala. Es una cosa buena del anonimato, se pueden decir grandes verdades y denunciar hechos denunciables, desde la humildad del anonimato; cosa muy loable en tiempos pasados del monacato, pero que posiblemente escapa a las entendederas del seguro que muy humildísimo abad de Montserrat.
Lo del señor Matabosch, casi que no merece comentario, es una amenaza en toda regla contra la Iglesia, y tal vez sería bueno que llegara a Roma. Esa conocida frase de que “Cataluña será cristiana o no será”, en boca del gran obispo Torras i Bages, tiene significado católico, pero a este señor Matabosch en su parafraseo se le ha visto el plumero, y de la frase ha hecho una amenaza; “en Cataluña, la Iglesia será catalana o no será”. Qué miedo.
Pero es que lo del abad de Montserrat, es más de lo mismo. Se han empeñado en paganizar Cataluña y trabajan a marchas forzadas, parece que la edad les apremia.
Este abad, o está en las nubes o está muy agradecido, para presentar la situación o “realidad” de la Iglesia en Cataluña como rica y amplia. Si está en las nubes desconoce la decadente situación real “ de esta aristócrata venida a menos” que es la Iglesia en Cataluña, y las catastróficas previsiones para dentro de ya. Es previsible que dentro de poco seamos la segunda, y descendiendo, confesión religiosa en Cataluña. Esto no son números, son personas sin conocer ni amar a Dios y es una sociedad sin evangelizar.
Pero tal vez de lo que se trata, es de que este señor está muy agradecido con los halagos y con los logros que los políticos abortistas, independentistas y libertarios en lo moral (papí Estado tira de veta y la sanguijuela política tiene que comer), le rinden cada vez que visitan su concurrido cenobio. O más agradecido aún está, por ese baño de multitudes con que le engordan, cada vez que le sacan a pasear, segurísimamente muy a su pesar, entre imprescindibles charlas, banquetes, radios y televisiones nacionalprogresistas; verdaderos poderes facticos en la vanguardia del proceso de acoso y derribo, antieclesial.
Por los comentarios del “monje abad” cualquiera diría que o bien, es un regalista a la catalana que no acaba de distinguir Iglesia - poder civil, y considera las optimistas previsiones de sus camaradas políticos en lo que al catalanismo se refiere, a la par de la Iglesia. Entonces, viendo como la cuestión independentista parece ir viento en popa, entiende que la Iglesia patria, también está más que aireada.
O tal vez, lo que también comparte, es la alegría de muchos de sus camaradas políticos ante la desastrosa situación de la Iglesia Católica en Cataluña. Cosa que no sería nuevo, ya que como en tiempos de los Macabeos, Antioco y sus anticoatadas, encantaba a muchos judíos, así también en los tiempos presentes, los “muchos” de ahora se sienten encantados por la nueva humanizadora paganización.
Entre unos y otras, vaya anacoretas de peluche que nos están saliendo estos lobbys monserratinos, y vaya labor la de este clero vergonzante.
No hay nada que hacer (5/11/2009)
por F.A.
¡Hola amigos de Germinans!
Soy una feligresa de una parroquia del cinturón rojo, que os sigue con mucha asiduidad desde hace tiempo. Después de leer el artículo de Aurelius Augustinus “¡Ojalá que vuelva el sacerdocio de antes!”, me he animado a escribiros, para compartir con vosotros una anécdota y una reflexión que tiene que ver con esa revista que con sorna y maldad se llama “El Pregó eclesial d’informació i opinió”.
Os escribo bajo anónimo, no porque tenga miedo a represalias, pues a estas alturas ya no me afectan personalmente ni el párroco actual ni el anterior ni la corte de ambos tiranos. Hace tiempo que me desligué de toda esa camarilla y ya, ni soy reconocible ni me importaría serlo. Pero os escribo bajo anonimato, porque me identifico con la persecución que padecéis, y que yo hace tiempo padecí.
Bueno, os comento la anécdota.
Hace años yo era lo que se conoce como una feligresa comprometida con la parroquia. Participaba en el Consejo y ayudaba en lo que podía. Dejaba mucho de mi tiempo en la vida parroquial. Esto lo hacía por amor a Jesús y a su Iglesia, que estaba y está muy por encima del estado de des-gracia en que desde hace décadas se halla mi parroquia y las parroquias vecinas.
Colaboraba en la parroquia, a pesar de sufrir a diario la heterodoxia del rector y su continuo malquerer y mal hablar contra la Iglesia. Aunque todo lo presentaba al Señor y a la Virgen en la oración, cada día me notaba más débil para aguantarlo, y mucho más cuando veía que algunos de mis amigos y amigas con los que había compartido la misma fe e ilusión, se iban pasando al credo anticatólico de este señor.
Estando así las cosas, no sé si fue o no fue la chispa que prendió la mecha, la cosa es que un día comenzó a repartirnos esa revista “El Pregó patatín patatán” que a mí me resultaba insufrible y no la leía. Pero la situación empeoró cuando en las reuniones y cada dos por tres empezó a sacar como temas, los artículos de la revista. Yo naturalmente me sentí delatada y se empezó a crear una animadversión hacia mí en la corte del tiranuelo, que no pude soportar.
Por ejemplo se me hacían insoportables las continuas peroratas sobre diálogo y tolerancia, no sólo porque padecía su persecución y difamación contra los católicos y contra los que eran conservadores no nacionalistas, políticamente hablando, sino por la mediocridad de sus argumentos. Era como si les dieran las fichas de un puzle que no sabían ni montar. Pero bien es cierto que lo que peor llevaba era ver en ellos un Caballo de Troya que no sólo destrozaba la Iglesia en la que se había colado, sino que fortificaba dentro de ella una sede anti eclesial.
No pude más y dejé de formar parte de todo ese mundo con aquel rector, y con el actual ni me preocupé porque es más de lo mismo.
Soy testigo del empobrecimiento que desde varias décadas se está produciendo en nuestra diócesis. Y si ese Mn. Totosaus del artículo y todos los de su cuerda fueran personas responsables y honradas, les preguntaría si no tienen vergüenza para dar lecciones y para criticar a los jóvenes y a los que intentan revitalizar lo que queda de la Iglesia en Barcelona. Pero parece quedar claro que no son pastores de las ovejas de Dios, sino de los cabritos del diablo. Han visto y han causado el abandono en masa de la práctica religiosas católica especialmente en las parroquias por donde han pasado, y siguen siéndolo de que ya no atraen ni a las moscas. Pero ya me las veo venir, por esto me imagino cualquier escusa, como la que alguna vez les he oído de que “ahora vienen a la iglesia los verdaderos cristianos”, la masa que fermenta la sociedad. Qué poca vergüenza y qué inconsistencia.
Por cierto, y si publicáis esta carta, le diría a esos sacerdotes que se pitorreaban en los cincuenta del Cura de Ars, que el jurásico pasó hace tiempo, y el lenguaje que ellos usan sí que es una verdadera antigualla. Que se miren al espejo y que miren lo que han hecho, a ver si obran en consecuencia y se callan.