Germinans germinabit - Cartas Marzo 2009

La loa de Quinto Sertorius a UDC (30/12/2010)
Por Nigra Sum

Me imagino que no estaré solo en la sorpresa que me ha producido la lectura de la loa de Quintus Sertorius a UDC, reconociéndola nada menos que como el epítome de la democracia cristiana. La democracia cristiana se funda en el derecho natural, tout court. Va contra el derecho natural cuanto atenta contra la dignidad de la persona, desde su concepción hasta su muerte. Una prolongación del derecho a la vida es el derecho a la educación.

Dejemos aparte valoraciones personales (Durán el mejor político considerado por los votantes, también lo fue González), muy discutibles. Lo cierto es que UDC ha puesto la bota de su idea peculiar de Cataluña por encima de las personas. En educación, con la ley de la inmersión, en el aborto (con la ley del mal menor defendida por Solé), en el matrimonio gay (con la idea de que se legisla para la mayoría), con la eutanasia en puertas. Pero, ¿no votó en contra del aborto y del matrmonio hay? Hay un sofisma de largo alcance en cierta versión iusnaturañista del derecho político. No hay hipocresía más refinada que la de UDC al apuntalar con sus votos el gobierno socialista. Cuando en el aborto o en el matrimonio gay vota en contra es un espejismo (“delusión”, recuérdese el "God delusion", de Dawkins). ¿Por qué? Porque sabe que los votos necesarios para el enunciado socialista se cumplen con los de Convergencia. UDC apuntala, pese a parecer lo contrario, un gobierno que dicta leyes objetivamente antiiusnaturalistas. ¿Cabe mayor hipocresía? Yo no sé cuál es el ala democristiana del PP. Pero lo obvio es que su coherencia dista años luz de la hipocresía de UDC. Ha sido el partido que se ha opuesto en bloque a leyes objetivamente contrarias al derecho a la vida, al matrimonio.

Dejemos CEDAs y otras desventuras de la democracia cristiana. El regionalista valenciano y otros mencionados por Quinto han recibido juicios muy diversos y severos (en particular Lucia). Lo mismo algunos concernientes a representantes de estas tierras. No creamos mitos ni sagas. Ni elevamos a sujetos tan humanos como nosotros cuya descendencia puede haber hecho dinero en empresas objetivamente anticristianas del periodismo catalán contemporáneo. Por cierto, yo fui de los ilusos que votó a Cañellas en las primeras elecciones democráticas cuando iba del bracete de Ruiz-Giménez.

Laicismo radical en la Universidad Autónoma de Barcelona (10/12/2010)
Por Fluminus Anae

A principios de este mes de diciembre, unos alumnos "progresistas" han pedido, a través de una campaña agresiva, la prohibición de la celebración de misas en la Facultad de Económicas.

El ya extinto Tripartito catalán editó cuatro guías sobre libertad religiosa para escuelas, hospitales, prisiones y funerarias que deberían ser releídas por dichos laicistas, porque en ellas se dicen una serie de cosas interesantes.

La Constitución de 1978 afirma que ninguna confesión tendrá carácter estatal, y que los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias de la sociedad y cooperarán con las confesiones. Esta definición rechaza toda hostilidad contra la religión o las religiones.

Constitucionalmente, España y Cataluña son un sistema aconfesional de separación o distinción entre poder político y confesiones religiosas, en el sentido de que las administraciones no se identifican ni con el ateismo, el agnosticismo u otra creencia, y que ninguna de estas opciones y creencias no pueden imponerse a través del poder político. El Estado deberá tener relaciones de cooperación con todos los grupos fideísticos que quieran colaborar con el Estado. La manifestación pública de la libertad religiosa sólo puede estar limitada por el mantenimiento del orden público. En consecuencia, España es aconfesional y no existe en la Constitución ni el laicismo ni la laicidad (lean el artículo 16 de la Constitución).

La laicidad se aleja de un laicismo beligerante contra las religiones, porque la laicidad es el marco que permite la existencia y la coexistencia de todas las creencias, sin privilegios ni discriminaciones, tratando en igualdad de condiciones a todo ciudadano en el ejercicio de su derecho de creencia. No es admisible el laicismo que entiende el fenómeno o hecho religioso como una antigualla y que pretenda relegar toda fe religiosa en el estricto ámbito privado e íntimo de las personas. El laicismo tampoco puede menospreciar, ignorar, cambiar, forzar o impedir la conciencia religiosa y su ejercicio, ocupando en régimen de monopolio el espacio público desterrando a la religión.

La escuela (y por extensión en la universidad) no puede ignorar la realidad religiosa, debe respetar las instituciones religiosas, no puede juzgar ni negar la fe de los alumnos universitarios, sino que debe de garantizar un ámbito público en el cual el alumnado pueda manifestar sus propias convicciones, ver y escuchar las convicciones ajenas y, de esta manera, aprender a convivir con otros que piensan o creen de manera diferente.

En el ámbito escolar (y en el universitario), los catedráticos, profesores y personal de administración y servicios ofrecen un servicio público. Por tanto, deben de respetar el ejercicio de los derechos y libertades religiosas en el ámbito público sin poner en cuestión, entre paréntesis, negar, ignorar o atacar las creencias religiosas de sus alumnos. No pueden imponer sus convicciones ateas, laicistas, agnósticas u otras creencias porque los alumnos tienen el derecho humano a la libertad religiosa e ideológica, y además, tiene derecho al libre desarrollo de su personalidad, entre la cual se halla la espiritualidad. El laicismo no puede, por tanto, juzgar que una religión es un mal individual o social.

La libertad religiosa está ampliamente regulada por la Constitución y por instrumentos legales nacionales e internacionales:

- El artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada el 1948 por las Naciones Unidas, proclama del derecho a la libertad de pensamiento, de consciencia y de religión.

- El artículo 14 de la Constitución española de 1978 declara que nadie puede ser discriminado por ningún motivo de religión u opinión.

- El derecho de libertad religiosa y de culto es uno de los derechos fundamentales reconocidos por el artículo 16 de la Constitución y está regulado por la Ley Orgánica 7/1980, que establece que el único límite de este derecho es la protección del derecho de los ciudadanos al ejercicio de sus libertades públicas y derechos fundamentales, así como la salvaguarda de la seguridad, la salud y la moralidad pública, elementos constitutivos del orden público protegido por la ley en el ámbito de una sociedad democrática. Dicho artículo 16 establece, además, que deben de haber relaciones de cooperación entre los poderes públicos y las confesiones religiosas.

- Así mismo, los artículos 10, 21 y 22 de la carta de los derechos fundamentales de la Unión Europea, que velan por la libertad de pensamiento, de consciencia y de religión, la no discriminación y el respeto por la diversidad cultural, religiosa y lingüística de la Unión Europea.

- También está la Carta europea de salvaguarda de los derechos humanos de la ciudad (y la Universidad Autónoma de Barcelona equivale a una ciudad universitaria), cuyo artículo 3 establece que la libertad de consciencia y de religión está garantizada para todos los ciudadanos por parte de las autoridades municipales, las cuales, por medio de sus normas respectivas, deben de llevar a cabo las acciones necesarias para garantizar este derecho y velar para evitar la creación de guetos.

- Finalmente, el Parlamento de Cataluña dictó la Ley 16/2009, de los centros de culto para la unificación de criterios para la apertura de dichos centros.

A tal efecto, y dado que los universitarios progresistas de ideología laicista beligerante de exclusión pueden ser seguramente del ámbito del Tripartito (PSC, IC o ERC), les aconsejo la lectura de las siguientes Guías redactadas por sus afines en ideología. También se aconseja la lectura de la publicación sobre Cultura religiosa en la Escuela y el enlace de la Dirección de Asuntos Religiosos donde pueden recibir consejo y discernimiento.

GUIA PER AL RESPECTE A LA DIVERSITAT DE CREENCES EN L'ÀMBIT PENITENCIARI

GUIA PER A LA GESTIÓ DE LA DIVERSITAT RELIGIOSA ALS CENTRES EDUCATIUS

GUÍA PER AL RESPECTE A LA PLURALITAT RELIGIOSA EN L'AMBIT HOSPITALARI

GUIA PER AL RESPECTE A LA DIVERSITAT DE CREENCES EN L'ÀMBIT FUNERARI

DIRECCIÓN DE ASUNTOS RELIGIOSOS

Parroquias germinantes (8/12/2010)
Por Dimas

He leído el escrito de Oriolt, y se olvida que la Iglesia de Montalegre desde hace 3 años está abierta al mediodía y con un confesor de guardia. esta iglesia, es una rectoría y está administrada por la Prelatura del Opus Dei. En vuestra clasificación la calificáis como administrada por un congregación religiosa, y ello es lo más opuesto al espíritu del Opus Dei. Desde 1968, y de acuerdo con el obispado pasó a ser administrada por sacerdotes del Opus Dei (numerarios o agregados), no confundir agregados con los sacedotes diocesanos agregados que pertenecen a la Obra, pero no a la Prelatura.

La Iglesia de Montalegre es una iglesia que pertenece a la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, pero al servicio del Obispado de Barcelona, y por esa propiedad en su momento se pagó dinero, y se emitieron las consecuentes escrituras.

En mi opinión una Parroquia emergente es la accidentada iglesia de San ignacio, cerca de la Sagrada Familia. El Párroco actual Mossèn Xavier Moretó, la está cambiando para bien. Desde hace un año en que tomó posesión. Es una lástima los compañeros que tiene en el Arciprestazgo, con parroquias administradas por escolapios (que están vacías), las homilías de su parroquia de Sant Josep de Calassanç parecen mítines políticos, Sant Joan Bosco, con el tocacampanas salesiano del padre Gerard Guerra con sus peculiares liturgias que convierten sus misas en inválidas, y después soportar el fanatismo e intrasigencia del párroco obrero de Sant Martí del Clot. Pero en fin,....saldremos del agujero.

Una victoria pírrica (3/12/2010)
Por C.D.C.

Con la victoria de CiU en estas elecciones y con la salida del tripartido de la Generalitat, para muchos miembros de la Iglesia, se ha abierto una puerta de esperanza que pienso puede ser falsa o, al menos, falsear la situación. De entrada son dos cosas diferentes desde el punto de vista cristiano, la victoria de uno y la derrota del otro, y no se pueden confundir como si todo fuera lo mismo y como si afectaran de la misma manera a la Iglesia. Como por desgracia lo viven muchos de nuestros “jovenzuelos” rectores.

El tripartido era un enemigo visceral de la Iglesia, que oficialmente iba a destruirla y a destruir todo lo que tuviera que ver con el Dios verdadero y la moral humana, mediante engaños malévolos e interesados. Esto era evidente para cualquier hijo de la Iglesia, mínimamente consciente de su condición, para cualquier persona de bien. Por esto, durante su legislatura, como ha sucedido en el resto de España con el malévolo Zapatero y su implantación oficial de la cultura de la muerte, los hijos de la Iglesia y la gente de bien han reaccionado ante una evidencia monstruosa. Y por esto, muchos se han levantado de un cierto letargo o conformismo, haciendo aparecer movimientos católicos, o afines al bien, que se han rebelado contra este avance anticristiano y de la cultura de la muerte. Ha habido momentos en los que el bufido del Espíritu Santo se hacía casi audible a nuestras orejas.

Entre nosotros, ahora, la victoria de CiU, para algunos es una cosa buena y, “además”, favorable a la Iglesia. Otros lo vemos como un mal menor. Sin embargo, es bastante posible que de mal menor no tenga nada y de bueno mucho menos. La agónica situación actual de la Iglesia en Cataluña, tiene muchas causas, y sin duda el clero idólatra que la ha pastoreado, tiene mucho que ver, ya que la ha envenenado y ha conducido por falsos caminos al Pueblo de Dios durante mucho tiempo, confundiendo a unos y alejando a otros en una cantidad que sólo Dios conoce. Esta ha sido una causa fundamental, pero otra causa que también ha sido muy importante le ha venido del exterior, del mundo oficial de la política. Y a quienes no les podemos culpar en lo más mínimo, pienso que es al tripartito. Los frutos envenenados de esta gente se verán más adelante en el conjunto de la sociedad, pero el mal que han hecho a la Iglesia no lo podemos predecir, fuera del malestar diario que padecíamos algunos, pero esto es lo propio de una pelea. Ahora bien, los frutos que sí que podemos predecir, o mejor, constatar, son los frutos del gobierno Convergente, que durante tanto tiempo ha presidido Pujol y que ha intentado crear una Iglesia del “país” o nacionalizar la Iglesia. Si tenemos los templos prácticamente vacios, se debe principalmente al periodo convergente. La Iglesia, como durante el franquismo, o como durante el PNuvismo vasco, era más o menos bien tratada desde el poder, pero también era maleada por él y por sus contrarios. Perdía su identidad en las conveniencias, en las enemistades y en las comodidades políticas.

Como en tiempos de Franco, la Iglesia vivía influenciada por la política, para alegría de unos y malestar de otros, y posiblemente para escándalo católico, dividiendo al pueblo de Dios y a la gente, no en católicos y no católicos, sino en afines o no a la causa, incubando en el seno de la Iglesia grupos de presión y de poder, que se desentendían realmente de Roma, aunque se mantuvieran en la Iglesia que hacían suya y no de Dios.

CiU no es un partido católico. Sólo es un partido católico el que ponga lo católico por encima de cualquier otro interés, y sin ambigüedades. Es posible que con CiU ya no se produzca un enfrentamiento frontal o visceral Iglesia – Generalidad, e incluso que nuestro Cardenal se encuentre en su Casa, pero CiU no le hace ningún favor a la Iglesia. A lo máximo que llega es a que no tiene ninguna intención de ir contra ella, pero seguramente esto sólo será mientras le convenga y mientras la Iglesia no insista mucho en la cultura de la vida.

A cambio de esto, todo este movimiento de los verdaderos hijos de la Iglesia, que está tomando cuerpo, puede volver a adormecerse, y pueden volver a recobrar fuerza los falsos católicos que carcomen la Iglesia. Toda esta nacional progresía que se está muriendo o agotando, o que se está reduciendo a su escuálida representación real “dentro” de la Iglesia, puede ser reavivada con estos falsos amigos que son CiU, como partido y como poder. Ante el tripartido el enemigo es tan visible que despierta a cualquiera, pero ante CiU, PNV o PP, el enemigo se nos mete dentro, y nos pueden llevar a la casi total extinción, “aunque” no suframos por ello.