San Antonio María Claret: Ven y sígueme (I) (28/04/2012) Por Dom Gregori Maria
Para los que piensan que Dom Gregori Maria ha desertado…
Cual no fue la decepción del Sr. Claret cuando uno de los más jóvenes y obedientes de sus once hijos le dijo, a sus quince años, que quería ser sacerdote. De esta manera el sueño de ver a Antonio como maestro tejedor parecía desvanecerse en aquel hombre austero y trabajador.
Pero con todo, el hijo predestinado tendrá que aprender la profesión que su padre había escogido por él. Y lo hará aplicadamente, edificando a sus compañeros de taller con los que reza el rosario cada día.
Pero después de muchas dudas y muchas luchas contra una sexualidad rebelde, el humilde tejedor catalán será finalmente admitido en 1829 en el Seminario de Vich a la edad de 22 años. Allí, revestido de su experiencia del mundo y de su viva inteligencia, Antonio Claret será colocado bajo la autoridad directa del prepósito del Oratorio de Vich, filipense de gran sagacidad y alta cultura, que le hará estudiar los padres de la Iglesia, a San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Formándose ya en las particularidades de la administración de una diócesis –formación que le será de gran ayuda en el avenir- nuestro seminarista puede iniciarse en la literatura española y francesa.
Llevando en el Seminario una vida muy mortificada, Antonio se levanta a las cuatro de la mañana y dedica un largo tiempo de oración antes de servir la misa. Después consagra al estudio el resto de su tiempo. Después de las iglesias de la ciudad lo que más ama Claret es la biblioteca episcopal. Así en la soledad de su habitación o en la paz de las salas de lectura, compone sermones y opúsculos que a menudo tienen por tema la vida interior.
Pero esta predilección por el trabajo intelectual no aleja al joven de los obras de caridad a las que se entrega con naturalidad y con entusiasmo, visitando pobres, enfermos, obreros, de los cuales conoce bien la vida y sus pruebas. Por su vida y sus obras, Antonio goza de una reputación entre sus compañeros de superioridad y santidad. Esta fama hubiera aumentado si hubieran conocido las austeras penitencias que se infligía el futuro sacerdote llevando el cilicio y disciplinándose. Su divisa no era otra que la de Santa Teresa: “O sufrir o morir”
Durante su Seminario, Antonio tuvo la ocasión de morir a sí mismo, enfrentándose a terribles combates contra la impureza. Pero en el fragor de esas tentaciones, una mujer de incomparable belleza se le apareció al joven una noche, llenándose de admiración. No era otra que la Santísima Virgen, movida a piedad por el espectáculo de tantas luchas heroicas.
Escribía más tarde mosén Claret: “ Es joven, bella, grácil, humilde y dulce, Lleva un vestido de púrpura y sobre su vestido, con pliegues simples, una gran capa, azul celeste.”
Pero delante de la Bella Dama se yergue un niño, vestido de blanco y rezando con extraordinario fervor. Y este niño es el mismísimo Antonio, objeto de ese maravilloso y conmovedor milagro de la misericordia mariana. De esta manera, a partir de ese instante, el elegido de Dios no conocerá ya la menor tentación contra la carne.
Sin embargo le esperan otras luchas en el Seminario. Efectivamente, en torno a 1830, el partido liberal llega al poder en España, atormentando a la Iglesia y persiguiendo a sus curas. También el obispo de Vich, presintiendo las excepcionales disposiciones de su seminarista, al que sabe capaz de resistir a los peligros del nuevo espíritu, toma la decisión de ordenarlo sin demora, anticipando cuatro años el plazo normal para el acceso al sacerdocio. El día de su fiesta onomástica, el 13 de junio de 1835, mosén Claret se convierte en sacerdote por la eternidad.
(continuará)
El marista Lluís Serra y su "condenado" Eneagrama (20/04/2012) Por Josep Paniaigua Capsot
A las 7 de la tarde del lunes 16 de abril, se realizó la presentación del libro "El eneagrama de las pasiones", del hermano marista Lluís Serra Llansana (autor también de "Los códigos del despertar interior" y del próximo "El eneagrama de las relaciones"), en la sala Casaldàliga de la Librería Claret de Barcelona, con una asistencia de un centenar de personas.
Este libro procede de una tesis doctoral del Dr. Lluís Serra, de la Universidad Ramon Llull, que obtuvo un sobresaliente cum laude. Según una biografía, Lluís Serra nace el 1 de abril del 1948 en Igualada, licenciado de Teología y en Filosofía, y tiene cargos en CEVRE, Centro de Vida Religiosa y Espiritualidad, y la URC, Unión de Religiosos de Cataluña, y colabora en Espailúdic y Espaiterapèutic; imparte seminarios y cursos por Europa y América, es columnista en Catalunya Cristiana y tertuliano en Ràdio Estel, ambos medios en manos del casasantiaguero Mn. Jaume Aymar. La presentación del libro fue publicitada en la portada de Catalunya Cristiana de su edición del 15 de abril del 2012, nº 1.669.
De la lectura de su libro, parece que el eneagrama de las pasiones de Lluís Serra se fundamenta tanto en el eneagrama del cuarto camino del esoterista George Ivanovich Gurdjieff (Armenia, 1872) como en el eneagrama del autoconocimiento del psiquiatra chileno Claudio Naranjo (1932), adscrito al nuevo humanismo y transcendentalismo de la Nueva Era.
La Iglesia ha dado una opinión sobre el eneagrama que está contenida en el documento oficial de la Santa Sede, " Jesucristo Portador del Agua de la Vida ", una reflexión sobre la Nueva Era. Se refiere a él tanto en su glosario como en su punto 1.4, donde dice que "un ejemplo de esto [un método de practicar la gnosis ] puede verse en el eneagrama , – un instrumento para el análisis caracterial según nueve tipos– que, cuando se utiliza como medio de desarrollo personal, introduce ambigüedad en la doctrina y en la vivencia de la fe cristiana."
Por su parte, el Catecismo de la Iglesia Católica expone que hay siete pecados capitales (1866): soberbia, avaricia, envidia, ira, lujuria, gula y pereza; mientras que el eneagrama establece las mismas pasiones dominantes con el mismo nombre de los pecados capitales, sólo que desdoblando el soberbia en vanidad, introduciendo el miedo y dándoles un número: (1) ira, (2) orgullo, (3) vanidad, (4) envidia, (5) avaricia, (6). Totalmente diferente son las pasiones de la tradición católica de las pasiones del eneagrama.
En la reflexión sobre la Nueva Era de Marino Restrepo he hallado una de las mejores explicaciones sobre la Nueva Era. Advierte que sus métodos son efectivos y cada vez más numerosos, pero que conducen a la pérdida de la fe e incluso de la salud. Advierte que está infiltrada en la Iglesia católica como un veneno en todos los estratos, tanto consagrados (religiosos y sacerdotes) como laicales. La Nueva Era está en contra de la Nueva Creación de Cristo, ya que fomenta un espíritu de adoración a la Creación, no al Creador, que sustituye a la verdadera fe católica, para que adoremos el mundo y falsamente a través de él al Creador.
La Nueva Era incluye muchos movimientos, unos esotéricos y otros pseudocientíficos: orientalismo, brujerías, espiritismo, supersticiones, astrología, tarot, cábala, esoterismo y ocultismo, adivinación, numerología, medicinas alternativas, meditación transcendental, psicoterapias y enseñanzas de autosuperación (eneagrama), feng shui, reiki, yoga, ouija, reflexología, vibraciones, energías, cuántica, aromas, flores, terapias, baños... un sinfín.
El eneagrama es magia, pues localiza a uno con un número en el cosmos y le define su carácter, coloca al hombre en los elementos de la naturaleza y lo hace vulnerable y dependiente de la Creación, la naturaleza, y con ello se sale de Dios y de los dones, gracias y carismas del Espíritu Santo. Todos los conventos, grupos, comunidades, seminarios y universidades católicas que adoptan la Nueva Era pierden su fe, e incluso su existencia. La verdadera psicología humana se conduce a través de Dios, en especial a través de Cristo, el verdadero amor o estima, siendo falsos amores los que proceden del hombre o de las cosas.
La filosofía de la Nueva Era crea los valores de la autoestima (contra la estimación a Cristo), realización personal (contra la realización en Dios) y el pensamiento positivo (contra la confianza en Dios) sin tener en cuenta los valores de Dios. Por tanto, en conclusión, el eneagrama no es un instrumento científico y contradice plenamente a la fe católica. Ello no prejuzga las intenciones o juicios sobre los que lo divulgan o estudian, pero sí es lícito advertir de los orígenes y fines del eneagrama, que acaban apartando al hombre de Dios.
Movimientos de este tipo, condenados por la Iglesia, como el "Eneagrama" son los que se fomentan para los cristianos catalanes desde la Sala Pere Casaldáliga (claretianos), por parte de un destacado marista y desde las más altas instancias de la Unión de Religiosos de Catalunya (URC) y desde los medios de comunicación institucionales de la diócesis de Barcelona (Catalunya Cristiana y Radio Estel).
El caso Ramón Batlle o si el chocolate quebranta el ayuno cristiano. (19/04/2012) Por El Comité de Empresa de Germinans
El doble juego, siempre el doble juego. Tener dos discursos según a la galería a la que nos asomamos, éste es el carácter principal de la mayoría de los eclesiásticos con ganas de mandar en Barcelona. El doble juego, los dobles discursos, la doble medida.
Estamos hartos de la corte de muñidores y de tantos personajes de semejante ralea con cargos de responsabilidad en la diócesis. Corte de trepas y de arribistas.
El nudo de la cuestión es saber a lo que necesita nuestra Archidiócesis para sustituir a Sistach: promocionar a personas totalmente opuestas a estos caracteres, empezando por la propia cátedra episcopal.
No queremos eclesiásticos que busquen nuestro amor y benevolencia complaciéndonos; no queremos presbíteros burócratas; no queremos dobles discursos como el que ejercen muchos obispos en tantos ámbitos. ¡Como si la miseria de los otros excusara la propia!
No queremos pastores que pierdan las posaderas y el sentido del ridículo para agradar a la Generalitat. Pastores obsesionados en presentarse como la vía media entre los supuestos extremistas de uno y otro lado. Basta ya del juego de vivir de cara a la galería, que no somos tontos ni imbéciles y hace ya mucho que les vemos el juego. La inmundicia escondida siempre lleva aparejada la sonrisa de la hipocresía y la actitud del “ llagoter ” (el adulador).
El caso Batlle
El pasado Martes Santo, el ecónomo del obispado ( de facto , aunque de iure el titular es aún Matabosch) Ramón Batlle Tomás (Guissona, 1966) -en ambas fotos de arriba- celebró la absolución comunitaria pese a estar prohibido por su obispo en la parroquia de San José de Mataró donde ejerce de vicario. Si se le pregunta, seguro que tendrá preparado algún sofisma por respuesta, alguna argucia argumental con las circunstancias para justificar su actuación (es que era una situación extraordinaria, es que Solà lo quería y uno no puede oponerse a la comunidad, es que dos y dos son cinco).
Ese mismo día, en la parroquia de Santa María donde el mismo también es vicario, pues la dos parroquias comparten párroco y vicario, Segismundo García Ramiro -el párroco- oficiaba una celebración penitencial a las 7 de la tarde donde, como explícitamente se escribió para advertir al respetable en la hoja parroquial que no habría confesiones, ni se dará la absolución ni individual ni colectiva. Servirá de preparación para la confesión individual con el siguiente horario de confesiones: miércoles, jueves y sábado (días 4, 5 y 7 de abril) de 19:00 a 20:00h . O sea que lisa y llanamente, lo que párroco y vicario no quisieron para Santa María se celebró en San José y por el vicario.
Después de la marcha del unilateral Barat, la situación del centro de Mataró se ha vuelto la expresión paradigmática de aquel apelativo usado por los ingleses para designar a personas como éstas: duplicitous : Discurso adaptable al auditorio.
Que en Santa María van del palo carca y restauran procesiones decimonónicas, ningún problema. Que en San José, progresaurios tipo Solà -al menos más coherentes que Batlle- imponen la confesión comunitaria, cosa hecha. Así, mientras en la primera se habla ya de restaurar la procesión del Corpus, en San José hay meditación Zen cada lunes de 20'15 a 21'15h. Y todo a 100 metros de distancia una iglesia de la otra.
Ramón Batlle i Tomás ejerce varios cargos en el obispado. Es un hombre de extrema confianza del cardenal Sistach y por ello le encargó la búsqueda del argumentario para liberar a Pousa de ser empapelado canónicamente por el expediente que se le abrió por pagar abortos con el agravante del escándalo, pues se jactó de ello en los medios.
También ha sido formalmente, como abogado del obispado y sacerdote, y es hoy en la sombra, uno de los perseguidores judiciales de Germinans . “Es que la han hecho muy gorda”, repite con gran cinismo en los círculos del Palacio episcopal. Él que, cumpliendo órdenes, preparó el argumentario canónico para que Pousa se fuera de rositas; pero que estamos convencidos de hubiera hecho lo contrario si se le hubieran dado las órdenes en ese otro sentido: él, que tiene tantos discursos y camisas como situaciones haya.
Este comportamiento es la quintaesencia del duplicitous man : el hombre del doble lenguaje, de la moral de situación. El jesuitismo en su acepción más deplorable.
Si preguntásemos a nuestro hombre si tomar chocolate en tiempo de ayuno es lícito o no, respondería que él lo toma líquido y diluido con leche de almendras (aunque sea en una chocolatería de postín) y que los carcas y germinantes lo toman sólido (aunque sea sólo una pequeña porción de tableta). Y al ser así, él no quebranta ninguna norma, pues debe considerarse aquí, el chocolate, bebida; y la leche, no lacticíneo, pues es de almendra. Y añadiría que los segundos quebrantan gravísimamente el ayuno, pues debe considerarse aquí, el chocolate, comida; y por tanto debe aplicárseles toda la fuerza y rigor de la justicia canónica y si es necesario la del brazo civil.
Lo peor del caso es que si fuera al revés y los que tomaran el chocolate a la taza fueran los otros y él lo comiera directamente de la tableta, seguro que encontraría una argucia la mar de mona para perseguir a los primeros y absolverse él de lo segundo.
¡"Don Tancredo" Sistach ha abierto la boca y agitado el dedo! (15/04/2012) Por Virtelius Temerarius
Acostumbrados como estábamos a que nuestro Don Tancredo Sistach mantuviera con escrúpulo digno de mejor causa su quietud y su silencio cada vez que saltaba a la arena uno de esos morlacos de cuernos afilados dispuesto a embestir a cualquiera que se le pusiera por delante; acostumbrados a su marmórea efigie, nos ha pillado a todos por sorpresa que Don Tancredo diera un brinco en su pedestal como movido por un resorte en cuanto su hermano en el episcopado, Monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, se pronunció a favor de la doctrina de la Iglesia pero en contra de lo políticamente correcto en su homilía del Viernes Santo: de lectura muy recomendable por cierto. Tan pronto como tal sucedió, dejó nuestro Don Tancredo su naturaleza marmórea para cobrar vida, abrir la boca y agitar su dedo aleccionador afeándole al obispo su temeridad.
Y tanto más nos sorprendió, por cuanto don Luis, emulando a Don Tancredo, cada vez que, por poner un solo ejemplo, ha hablado su hermana Forcades (¡y cómo ha hablado!, ¡y cómo se prodiga!), ha pretextado que la tal hermana, benedictina aunque residente en la circunscripción metropolitana de Barcelona, no pertenecía a su directa e inmediata jurisdicción y que por tanto, no teniendo autoridad para intervenir, no iba a ser él quien se inmiscuyera en asuntos que le eran totalmente ajenos: ajenos tanto por interés como por jurisdicción.
¿Cómo es eso, Don Tancredo? ¿No llega su autoridad pastoral a Montserrat, que forma parte jurisdiccional de su Metrópolis, y sí alcanza en cambio a Alcalá de Henares, nueva extensión quizá de su provincia eclesiástica? ¿No le importa lo que dice la hermana Forcades sobre el aborto y sí le importa lo que dice sobre la homosexualidad monseñor Reig Pla, su hermano en el episcopado? ¿Silente Don Tancredo para la una, y despiadado rejoneador para el otro? ¿Cómo es eso?
A ver, a ver: ¿No acaban de montarle una huelga de misas y de culto y de asistencia a los fieles unos cuantos curas de su diócesis por adherirse a la huelga general convocada por los sindicatos? ¿Y? No, no, no ha pasado absolutamente nada, porque se la han montado al marmóreo Don Tancredo. Pero eso (lo de la huelga, no lo de estar sordo y mudo) no había ocurrido nunca antes en la historia de la Iglesia. Seguramente. Pero eso era porque no estaba la Iglesia confiada a la solicitud pastoral de Don Tancredo; de lo contrario, se hubiesen enterado esos huelguistas paniaguados de lo que vale un peine.
Y por cierto, ¿no le organizaron al Papa, a unos cientos de metros de la Sagrada Familia cuando vino a consagrarla, una manifestación de repulsa dentro de un templo y dirigida por una parte del clero progre-disidente de la diócesis de Barcelona? Sí, sí, la misma que preside don Luis, cardenal Martínez. ¿Y ocurrió algo? Pues no, no ocurrió nada, ni tan siquiera una nota de prensa o una caritativa reconvención en privado, porque el pastor de esas ovejas descarriadas era el mismísimo Don Tancredo: inmóvil, duro el rostro como el mármol, y el corazón de pedernal.
¿Y lo de Pousa? Sí se movió Don Tancredo, pero sólo fue para descalzarse la montera y ponerla a sus pies. ¡Ah, que era mitra! ¡Bravo, bravo!
¿Y lo de los clérigos que lanzan una “campaña de oración” a favor del aborto y su industria? Me dio un vuelco el corazón cuando leí el titular hace un par de días. ¿Dónde puede ocurrir tal despropósito sino en la archidiócesis de Barcelona? Don Tancredo hubiese permanecido impertérrito, como si la cosa no fuera con él. Por esta vez nos hemos librado porque efectivamente la cosa no iba con él: esos clérigos ni eran católicos ni eran de Barcelona. Pero es que nos tiene tan acostumbrados Don Tancredo, que andamos siempre con el ay en la boca. Fíjense en el cura motero que prácticamente tiene anunciada ya su fornicación en público. ¿Ha dicho algo Don Tancredo? No, que ese tal cura, aunque está en Barcelona, como es miembro de una congregación religiosa, no está bajo la jurisdicción del obispo, ni del arzobispo, ni del cardenal. Vamos, que a Su Eminencia ni le va ni le viene.
¿Y el Vía Crucis tan impropio de un hijo de la Iglesia, que publicó en El Punt/Avui el sacerdote Jaume Reixach Felipe (¡Ah, que Riells de Montseny no pertenece a la diócesis de Barcelona!, y el diario El Punt/Avui tampoco!), ¿no conmovió, ni inquietó, ni indignó a nuestro Don Tancredo? Pues no, parece que no. ¿Dónde estaba nuestro Don Tancredo el 31 de marzo? Por Alcalá andaría escuchando homilías episcopales. ¿Ni siquiera se estremecieron sus marmóreas carnes al leer la 12ª estación, en la que el ingenioso reverendo toca el más sangrante de los efectos de la tolerancia de la Iglesia para con la homosexualidad de sus clérigos? En absoluto: ni se conmovió, ni se inquietó ni se indignó. Y eso que el texto, citado por nuestro amigo Oriolt el 10/04/2012, dice literalmente:
12ª estación: la aplicación de la encíclica Veritatis splendor de Juan Pablo II brilla por su ausencia en la espinosa cuestión de los abusos de clérigos a menores, que se ocultan en virtud del no menos esplendoroso "secreto pontificio".
En efecto, también en la diócesis de Don Tancredo brilla por su ausencia el esplendor de la verdad, como dice el ingenioso sacerdote: porque también aquí, y con mayor esmero y no menor escándalo que en otras partes, se han ocultado y olvidado ignominiosamente abusos de clérigos a menores; en su mayor parte, clérigos homosexuales. El olvido y el mirar para otra parte proyectan su larga y ominosa sombra sobre el presente. Lo más escabroso del libro sobre “La vida sexual del clero” se refiere a esta malhadada diócesis. Ha habido casos de ocultación sangrantes: las víctimas de esos abusos siguen vivas casi todas. Para esto sí que han sido útiles las óptimas relaciones de nuestro cardenal con el poder político y con los medios dominados por éste. Gracias al impertérrito silencio pase lo que pase, incluso sus hermanos en el episcopado y sus tentáculos vaticanos llegan a la ingenua conclusión de que si no se mueve y si no abre la boca, será porque las cosas van bien en la diócesis.
Y entretanto, Don Tancredo sigue en su pedestal. Como si nada. Excepto que algún obispo predique la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad. Entonces, sí salta Don Tancredo, y asume el riego de que le embistan y le corneen. ¡Qué valiente nuestro cardenal en la defensa de un colectivo al que éste considera “atacado” por la Iglesia. Y eso que sabe perfectamente, porque se han publicado estadísticas esta la saciedad, y de ello se hace eco el citado libro, que por cada pederasta heterosexual hay diez pederastas homosexuales.
Silencio, monseñores, silencio sobre los temas políticamente incorrectos. Es un consejo de Don Tancredo. De lo contrario, ya ven: le fuerzan a salir de su virtuoso mutismo.
Verdaderamente Cristo ha resucitado (13/04/2012) Por Jaume Castellón
Estoy todavía bajo la impresión de la celebración de la Pascua en la parroquia de San Juan Bautista, del Fondo de Santa Coloma: absolutamente increíble. Media hora antes de empezar la misa ya estaba la iglesia abarrotada. A esa hora empezaba el ensayo de los cantos. Los muchísimos que faltaban por llegar se quedaron en el atrio y en la calle. ¿Y qué tenía de especial esa misa para ser una de las más concurridas del año? Pues que era la tradicional misa del Domingo de Resurrección, que es seguida de la bellísima procesión del Encuentro, con banda de música, cohetes, traca y cartuchos de confetis donados y disparados por la comunidad china. La participación de los niños de Primera Comunión con sus catequistas, es quizá lo más singular. Pero lo absolutamente increíble era que en el momento cumbre de la procesión, en el Encuentro, nos juntamos cerca de mil personas.
¿Sólo eso? No, algo aún más importante: la desfilada festiva de las mujeres (¡multitud!) tras la imagen de la Virgen, y la de los hombres tras el Resucitado, estuvo ocurriendo como algo normal y propio del barrio, del día, de la gente. Era evidente que aquella celebración con banda de música, con niños, con confetis, con cohetes, con traca, con suelta de palomas, con el cura presidiendo y saludando gozoso a todo el mundo y con la presencia de la Guardia Urbana para facilitar las cosas, tenía ese aire doméstico en que nadie está fuera de lugar, en que no aparecen por ningún sitio las miradas de desprecio ni de hostilidad a las que tan acostumbrados nos tienen los que han relegado la religión, sobre todo la católica, a los niveles de ciudadanía de segunda o de tercera.
Por fin ha calado en la conciencia de todos, que la gente que lleva con entusiasmo y con orgullo su condición de católica y no teme exhibirla en la calle, esa misma gente es la que más se mueve a la hora de ayudar al que está en apuros. Y que sin el sacrificio personal y económico de esta gente, la cara de la crisis sería mucho más negra y tendría más acusados los rasgos de la desesperación. Y que por descontado no es ésta la clase de gente inclinada a la delincuencia, al desorden, al incivismo, a hacerle la vida difícil al prójimo, a crear inseguridad. Por fin la sociedad empieza a percatarse de que los colectivos religiosos en general, y el católico en particular, contribuyen de forma decisiva a elevar el nivel de calidad humana de la sociedad en que viven.
Al ver tan gran participación de todo el barrio en esa singular procesión, no pude menos que pensar y decir, con los griegos, “Verdaderamente Cristo ha resucitado” en Santa Coloma. Un Cristo que había sido expulsado de la ciudad, de la aceptación de la gente, del catálogo de lo que se lleva, ahí estaba, de nuevo resucitado, aclamado y admirado en el barrio del Fondo. Y me acordé de la crisis. Y entendí claramente cuánto importaba para la resurrección del barrio, tan castigado por la crisis, que Cristo nos precediese a todos, resucitando él primero para darnos ánimos y ejemplo.
Necesitamos resucitar, empieza a ser urgente: llevamos demasiado tiempo postrados en la desesperanza. Es que la crisis nos está empujando muy abajo. Está resultando ser un peligrosísimo plano inclinado. Cada vez es más evidente que el horrible motor de la crisis económica es la crisis de fe: en primer lugar, de la fe básica, la que nos permite creer en nosotros mismos. Y no se construye ésta sobre la nada ni se levanta en dos días sobre las ruinas de la fe de toda la vida. Ahora nos hemos dado de bruces con nuestra mentira: vivíamos en una flagrante mentira económica, fruto de muchas otras mentiras: a todos los niveles. Hasta nosotros éramos mentira y por fin tenemos ante el espejo nuestra lamentable verdad. Teníamos puesta nuestra fe en mentiras; y a la hora de la verdad nos hemos venido abajo.
Lo peor de todo es que todavía seguimos aferrándonos a nuestra mentira. Y seguimos alimentándola con esfuerzos inútiles. Igual que salimos semana sí y semana también al mercado financiero a apalancar nuestra ruina cada vez con más deuda y por tanto con más ruina, así también estamos apalancando cada vez con más mentira la mentira en que estamos viviendo. Nos urge salir del hoyo, es apremiante empezar ya a levantarnos antes de que nos pudramos en nuestra miseria.
Y lo mejor es que, gracias a Dios, estamos en un camino de resurrección de los valores sobre los que muchas generaciones construyeron sociedades más sanas que la actual. Es un camino lento, pero sostenido. La crisis económica nos ha hecho ver meridianamente que los antivalores en que hemos estado viviendo, nos llevaban a la corrupción personal e institucional. Es que Dios es el cielo del hombre, y resulta que nunca éste ha andado más seguro sobre la tierra, que cuando ha mirado al cielo. Verdaderamente, ¡Cristo nos ha resucitado!
El biógrafo de Pujol e insultador del obispo Novell considera las procesiones de Viernes Santo una fiesta fascista (12/04/2012) Por Gos d'Atura
El biógrafo de Pujol, Manuel Cuyàs, nuevo intelectual orgánico de CiU, contertuliano gesticulante en TV3 y en la TV de la Vanguardia y jefecillo del periódico El Punt-Avui, va lanzado. Recordemos que hace pocas semanas calificó al obispo Xavier Novell de Solsona como “holograma proyectado en el ábside del monasterio de Sant Benet de Bages”.
Cuyás se ha puesto nuevamente a mil revoluciones y ha explotado. Es el caso que la cofradía de su ciudad natal, Mataró, que organiza la procesión del Sábado Santo, por su cuenta y riesgo invitó a unos veteranos de la Legión. El subconsciente ha traicionado a Cuyás, quien envolviéndolo todo en la misma manta, ha manifestado el sectarismo, el fanatismo, la mala educación y el espíritu antidemocrático que incuba el personaje que quiere ser y representar. Si éste es el mundo intelectual que arropa la nueva CiU, vamos arreglados. Les aseguro que de venir a Barcelona un sucesor de Sistach de la línea Munilla-Iceta, Cuyàs será uno de los primeros en pegarle mordisco. Como se lo temen y están nerviosos, ya salivan.
Éstos son algunos de los comentarios que ha publicado en su twitter en relación con las procesiones celebradas en su ciudad natal. Un “tuiteo” en el que participó otro filtro del aire de la ciudad de los “capgrossos” (cabezudos), otro auto-investido en autoridad sin que nadie le haya preguntado, de lo que debe ser y lo que no debe ser la Semana Santa en Mataró, y que también se ha puesto de los nervios. Pero vayamos a la opinión de la Semana Santa del biógrafo de Pujol:
* ¿No veis que “el encuentro” de Viernes Santo es una fiesta fascista, con los trompetistas vestidos de Mussolini? [Se refiere al encuentro entre el paso del Nazareno con el de la Esperanza en plena plaza de Santa Anna]
* Un “detalle” que se ha alimentado durante años “donant peixet” [dando cancha] a los fachas en nombre de ideas progresistas [se refiere a la “cancha” que dieron los cuadros catalanes del PSC local de formación católico progresista -los discípulos del excura Josep Lligadas: los Bassas, Salicrú...- al fenómeno de la restauración de las procesiones de Semana Santa, pues el grueso del movimiento cofrade se da en los barrios donde los socialistas conseguían los votos para acceder a la alcaldía].
Piénsese que Salicrú padre se tuvo que enfundar su inicial y enérgica oposición a la restauración de las procesiones en el Consejo Arciprestal cuando desde su partido, el PSC, se le llamó a capítulo viendo que no se podía oponer a una manifestación que “salía” de “su” electorado. Un poco como Franco con el Congreso Eucarístico de 1952: primero no lo quería porque temía toda manifestación de multitudes no cocinada por el régimen; para luego, desbordado, sumarse e instrumentalizarlo.
ra un puro interés electoral y una composición de lugar que consideraba dichos barrios, desde una superioridad moral insultante, como un electorado inmaduro pero cautivo, propio y siempre acríticamente fiel. Ahora están nerviosos porque el voto les es más “promiscuo” y se les va a Plataforma por Catalunya, al PP e incluso a CiU.
Cabe recordar que los mandatarios socialistas de apellido catalán y residencia en Sant Gervasi -zona alta Barcelona- tipo Pasqual Maragall- recolectaban el grueso de los votos y llegaban al poder explotando en los barrios periféricos de las grandes ciudades, “el sentimiento de clase” de los nuevos catalanes nacidos en los años sesenta gracias a la inmigración del sur peninsular. Tal juego de malabares se conseguía proyectando el fantasma del señorito andaluz sobre dos colectivos: sobre el terreno, en la burguesía y en la clase media catalana y catalanista (que votaba CiU); y en Madrid, sobre el españolismo supuestamente casposo (que votaba al PP). Con semejantes coordenadas de sombras chinescas, juegos malabares y discurso ambiguo, debe entenderse cómo un PSC progresista y catalanista dio “cancha” a las procesiones siguiendo el argumento del neoconvergente pero veterosocialista Manuel Cuyàs.
* Ni recuperación festiva ni nada. Una españolada, una demostración de “poderío” de los de la burbuja inmobiliaria. [No comment]
* Y ahora todo el mundo lamentando cómo han acabado las procesiones en Mataró y el alcalde [exalcalde] Barón diciendo que se va a dormir triste. [Se refiere al desfile del cuerpo de veteranos Legionarios del Sábado Santo. Cuyás todo lo mezcla y hace con todo una “escudella barrejada” (potaje revuelto). Guste o no su estética y discuta o no la oportunidad en una procesión devocional, la Legión es una unidad militar de un Estado Social y Democrático de Derecho, no una banda de criminales. Hace lo que dicho Estado le ordena. Si hay un día una emergencia o una catástrofe y la Legión debe salvar al señor Cuyàs, ¿éste se negará? Como se puede ver, continúan algunos con el reloj mental parado en el franquismo y la Guerra Civil]
* A mi el “encuentro” o como se llame y la subida a las “Escaletes” [una calle que hace cuesta donde los cofrades suben corriendo con el paso a mano alzada] me dan vergüenza desde el primer día.
25-V: Conmemoración del Primer Ángelus (30/03/2012) Por Cesáreo Marítimo
A los católicos que defendemos la vida humana sin excepciones, nos alegra juntar a la gran fiesta del Nacimiento o Navidad del Hijo de Dios, la fiesta de su concepción en el seno de María: el inicio de los 9 meses de vida del Hijo de Dios en el seno de su madre. Es la fiesta de la Encarnación, del primer Ángelus en que "El Verbo se hizo carne y empezó a habitar entre nosotros".
Perdóneseme la coma elidida detrás de "católicos", porque sabido, público, notorio y estridente es que no somos todos los católicos, los que defendemos la vida desde la concepción, y mucho menos los que estamos dispuestos a solemnizar el 25 de marzo como la gran fiesta del inicio de la vida. Es tan cómodo, comprensivo y socialmente aceptado deshacerse del ser humano recién concebido y cuanto antes mejor, que la conciencia de muchísimos católicos de todo rango, dejándose arrastrar por el ambiente, acepta que lo esencial para que el aborto sea comprensible y aceptable son los plazos: que mientras se aborte "a tiempo", todo está bien. Eso es, la cuestión no es si se aborta, sino cuándo se aborta: que si es antes de que la criaturita tenga forma, no hay por qué torcer el ceño ni ir de antiabortista.
Pero claro, detrás de este gesto de humanidad (para con la madre ¡y para con el padre!), viene el segundo: los plazos es inevitable alargarlos cuando intervienen consideraciones de salud del niño no nacido o de la madre. Y esta dilatación de plazos tiene una prórroga más (¡justo hasta el nacimiento parcial!) cuando el problema de salud es especialmente grave. ¿Y ya está? ¿Hemos llegado ya al final? No, claro que no. Ahora los mismos "técnicos" y "científicos" que tan maravillosamente explican por qué está bien abortar en los distintos plazos, quieren acomodar la conciencia a un nuevo plazo: al "aborto post parto". Eso sí, siempre que se den las circunstancias por las que era recomendable el aborto antes del parto. Es lo que tienen los plazos, que por su propia naturaleza son elásticos. Y resulta que para llegar a este último plazo ha sido indispensable pasar por el primero: ha sido el primer plazo, el del embrión sin forma humana aún, el que paso a paso nos ha traído hasta el “aborto post parto”. Pero el plano inclinado seguirá con su lógica implacable hasta alcanzar las más altas cotas de inhumanidad.
Los que guiados por el magisterio de la Iglesia celebramos la primera gran fiesta de la vida el 25 de marzo, no entendemos de plazos. Celebramos la fiesta en que se nos pone de modelo a la Virgen, en una situación mucho más difícil que todas las que contempla la ley para autorizar, promocionar y financiar los abortos. No corría peligro su salud, sino su vida. La situación en que se encontró al concebir a su hijo era apuradísima: de las que normalmente terminaban en lapidación. Era la ley aplicable en aquel momento.
Por eso entendemos que un ejemplo así merece solemnizarse y celebrarse. Aquí en Barcelona lo celebramos cumplidamente. Fue la plataforma BARCELONA ES VIDA la que diseñó la fiesta y la puso en marcha. El formato fue un acierto: muy satisfactorio. Acudieron familias que parecían rivalizar en número de hijos: ¡qué bendición!, hasta 7 hijos, y todos allí en la fiesta cuyo principal destinatario fueron los niños: payasos, marionetas, música y enorme brevedad en los parlamentos. Fue realmente una fiesta rebosante de vida.
La cosa empezó con una representación de marionetas muy interactivas que fueron la delicia de los niños. Tuvimos también la oportunidad de disfrutar de la actuación de un bit-box y de un ventrílocuo. Todos ellos excelentes, divertidísimos y supergenerosos, pues actuaron gratuitamente por amor a la causa. Entre actuación y actuación, los dos presentadores, Tania y Jaume, que le dieron a todo el acto una frescura y una agilidad que se agradece, animaron al público que coreaba con ellos las consignas “Sí a la vida”, “Viva la vida”.
Los niños jugaban con globos verdes, todos ellos historiados con la leyenda “Quiero vivir” unos, y “ Vull viure ” otros, y una cara sonriente pintada por ellos mismos o por los hermanos mayores. La nota musical, de gran categoría, la puso Xavi Túrnez, que con su guitarra eléctrica y su hermosa voz interpretó temas clásicos de los Beatles y de Paul McCartney: Across de Universe, Yesterday, Nowhereman, HeyJude , intercalados entre las actuaciones y los discursos. Excelente para los mayores y para los pequeños.
Tuvimos durante la fiesta la ayuda y la compañía de la gente de Derecho a Vivir de Gerona. Simpatiquísimos. Prefirieron venirse a un ambiente más movido y con más gente. Estuvieron también con nosotros Acción Familiar, que nos dieron a conocer su labor por la vida a pie de calle. Y tuvimos la ayuda entusiasta de los jóvenes de la asociación Mójate por la Vida.
Nos visitaron los proabortistas, que en sus redes habían prometido a los suyos montar frente a nuestra fiesta un espectáculo pornográfico como hace dos años en Bonanova; pero la policía, supereficiente, los mantuvo a raya a buena distancia. En todos los aspectos la fiesta resultó un hermoso regalo.
Por la noche, a las 8,30 volvimos a la concentración y a la Marcha por la Vida de todos los 25, paseo Gaudí hacia abajo desde el Hospital de San Pablo hasta la Sagrada Familia rezando el rosario. Fue sorprendente que habiendo estado la mayoría de los asistentes en la fiesta de la mañana, volvieran luego a la tarde en un número tan considerable: éramos más de 250 personas. Es de destacar que aumentó la participación de otros grupos de defensores de la vida. Además de la Iglesia Evangélica Peniel de Rusia, que han hecho suya la causa de la vida junto a nosotros, asistió por primera vez un grupo de jóvenes de la Iglesia Filipina Episcopaliana. Fueron bien venidos y muy bien recibidos.
Puesto que celebrábamos la fiesta del primer Ángelus, la Anunciación del ángel a María del inicio de su maternidad en aquel mismo instante, después del rosario, reunidos ante la fachada del Nacimiento del templo de la Sagrada Familia, rezamos el Ángelus y nos dio la bendición mossén Manel Pérez, vicario de la parroquia de Nuestra Señora de los Desampardos, que suele acompañarnos en estos actos mensuales en defensa de la vida.
Procesión de San José (29/03/2012) Por Virtelius Temerarius
Es ciertamente reconfortante pasar por las calles de Barcelona y constatar que no está proscrita la religión en nuestra ciudad, por más que lo digan los medios, por más que se esfuercen en propagar y magnificar cualquier movilización de rechazo, por más que muchos católicos hagan como si se lo creyesen para recluirse temerosos en los templos. Por más que los anticatólicos de la ciudad, numerosos y especialmente poderosos, hagan todo lo posible por escenificar su odio y aprovechen las grandes oportunidades, como por ejemplo la visita del Papa a Barcelona, para sobreactuar y las cámaras de la mayoría de los medios para enfocar esos espectáculos: a fin de dar una imagen “oficial” de odio y rechazo de todo lo que tenga que ver con las tradiciones religiosas sobre las que se ha construido nuestra civilización.
Pero la verdad es que esa imagen oficial y universal tan largamente trabajada por los enemigos de la Iglesia, con la frecuente complicidad de las instituciones y con alguna que otra piedra sobre nuestro propio tejado procedente de la misma Iglesia, esa imagen se diluye como un azucarillo en cuanto sale a la calle un grupo de jóvenes católicos valientes y sin complejos, como los Jóvenes de San José, y organizan en el corazón de Barcelona, desde Gracia a la Sagrada Familia, una procesión multitudinaria, que no se sustenta en el folklore (como un gran número de procesiones de Semana Santa), sino únicamente en la devoción de los fieles.
Viendo el pasado día 18 de marzo la nutridísima procesión de San José, ¡la primera en muchos decenios! en pleno Ensanche, magníficamente organizada, en sumo orden, con la banda de música de la Unión Seglar precediendo, con toda la representación corporativa en perfecta formación ante la imagen de San José de la Montaña, y con una sólida masa de fieles detrás llenando la calle (aunque es difícil calcular, me atrevo a decir que alcanzábamos el millar); una procesión muy bien rezada, muy bien cantada, muy bien acompañada por la banda, y con muy pocos y aislados actos de rechazo de vecindario y transeúntes; al ver esto se le ensancha a uno el alma y respira con más sosiego: así, Barcelona no es tan ferozmente anticatólica como la pintan. Así, Barcelona tiene también sus momentos de religiosidad. Así, no es tan verdad la elaborada imagen de paganismo irredento de Barcelona.
Viendo esa gran multitud por las calles de Barcelona, viendo tantos sacerdotes vestidos como corresponde en una procesión, viendo la participación de tanta juventud, viendo esa exhibición solemne pero humilde y sin ostentación de la forma más popular y más tradicional del culto católico, entiende uno que la nueva Evangelización de Barcelona es posible; más aún, que está en marcha.
Lo dijo claramente el cardenal en su homilía: que para esta gran obra de su pontificado contaba con los Jóvenes de San José. Se lo dijo el presidente de esta Asociación al cardenal en su breve alocución de agradecimiento: que para la Nueva Evangelización contase plenamente con ellos. Era evidente la satisfacción del cardenal Sistach al ver que gracias a la procesión de San José de la Montaña, que consideró como parte de la celebración del Día del Seminario vinculada a la festividad de San José, la basílica ofrecía un aspecto de lleno, a pesar de la cantidad de espacio disponible en las naves laterales. Era evidente que los Jóvenes de San José habían contribuido con su iniciativa a darle a esta festividad un esplendor y sobre todo un arraigo popular que la diócesis no era capaz de conseguir por sí sola. El refuerzo que le aportaba a Barcelona la vecina diócesis de Tarrasa desembarcando con sus mejores efectivos, era digno de agradecer. Y al cardenal se le veía agradecido.
Toda la estampa de la procesión tan digna, ¡tan rezada!, me transportó a los tiempos de las rogativas. ¿Rogativas para que llueva o para acabar con la peste? No, ya no: de lo primero se ocupan los meteorólogos, que no cuentan con la intervención divina; y de lo segundo, las autoridades sanitarias, que tampoco. Esas rogativas, que tendrían que crecer e intensificarse, las necesita la Iglesia para hacer crecer su semillero, so pena de agostarse en esta misma generación. Rogativas para que surjan vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.
El espectacular éxito de esta procesión y su aceptación con el corazón abierto por todos: por la ciudad, que la aceptó en respetuoso silencio; por los fieles que participaron en ella procedentes de toda la archidiócesis; por el cardenal, que no dejó dudas al respecto; este éxito y esta aceptación nos hacen abrigar a todos la fundada esperanza de que todos los años en lo sucesivo se repetirá la procesión de San José, que se convertirá en la anual procesión de rogativas de toda la archidiócesis de Barcelona por las vocaciones sacerdotales.
Si crece este clamor al cielo, si sus impulsores son los jóvenes más sanos y valientes de la archidiócesis, si en este objetivo continúa la colaboración sincera entre las diócesis que la componen, es muy posible que se sirva Dios del crecimiento ejemplarizante de este torrente de oraciones para suscitar en el corazón de los mejores la vocación para el sacerdocio: para el culto de Dios y el cultivo de lo que confiere al hombre dignidad y nobleza: el alma. Por eso hemos dicho siempre de ellos que se dedican a la “cura de almas”. Por eso los llamamos “curas”.
Hasta la próxima procesión de san José. Esperamos que Dios lo quiera.
Forcades, la ideología de género (25/02/2012) Por Jaume Castellón
Lo que decíamos: el Estado promocionando la que pretende que sea “su” ideología y la de la Nación. Una Nación que se precie, ha de tener ideología: ¿no es eso? ¿No venimos de ahí? ¿Y no es ése el desiderátum de los neodemócratas, únicamente “neo” a la espera de una adjetivación más precisa? Efectivamente, “La 2”, una televisión supuestamente de todos y para todos, en su sección de UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) tocaba hace unos días el tema de la ideología de género. Pero no, claro está, en formulación crítica y analítica, como una de tantas ideologías que ha de conocer un universitario que intenta ser versado en ciencias humanas, sino como la única ideología posible en el siglo XXI, como la superación de todas las aberraciones ideológicas cometidas al respecto en los siglos pasados. Nada de formato universitario, es decir de cultivo del conocimiento, sino en formulación adoctrinadora pura y dura.
Naturalmente, una vez anunciado el tema, tuve sumo interés en el programa por dos motivos: primero, por escuchar una vez más de boca de los máximos expertos en esa cosa intelectualmente tan escurridiza, sus coordenadas ideológicas; y segundo, por ver cuál es el último formato de venta al público de ese producto.
Y cuál no sería mi sorpresa al ver el primer impacto de la venta del producto: aparece en primer lugar y en primer plano la inefable Forcades, disfrazada de ultracatólica (sólo los de esta categoría exhiben en público y sin que forme parte del contexto, el atuendo que delata su condición de eclesiásticos) y presentada como “teóloga” y médica. A partir de ahí di por seguro que no se trataba de un programa de información ni de opinión, sino de adoctrinamiento: ¿quién mejor para adoctrinar que un cura o una monja?
Lo más llamativo fue que a la fachada tan primorosamente diseñada y graciosamente lucida de miembro de la Iglesia, no le siguió ni tan sólo una palabra, ni una sola, que permitiese adivinar su condición de monja y sobre todo de “teóloga”. Me impactó en efecto que habiendo tenido una única oportunidad de referirse a Dios, (por supuesto que su teología se decanta hacia la panteísta New Age, que tiene como realidad suprema “El Universo”: es lo que lleva la gente guay); habiendo tenido la oportunidad de nombrar a Dios cuando pretendió decir que nadie había creado al hombre y a la mujer como son, sino que la acentuación de las diferencias son obra de la cultura, vino a decir que “nadie había diseñado de ese modo al hombre y a la mujer” (la única literalidad sobre la que pretendo llamar la atención en el entrecomillado, son el término “nadie” y el verbo “diseñar”). Elegante manera para una monja de eludir nombrar a Dios.
Ecce fémina: disfrazada de monja en la vestimenta, que es su escaparate de venta, pero poniendo el máximo cuidado en que no se le escape ni tan siquiera una sola palabra que pueda delatar su condición de monja católica: cosa que también forma parte sustancial del escaparate.
Y efectivamente, ¡como iba a renunciar a su imagen de monja por fuera y teóloga de ese poti-poti panreligioso y ateo por dentro! El mercado es el mercado, y lo que hoy vende es la ideología de género y la New Age. Bueno, y la denuncia de las farmacéuticas en su vertiente médica. ¿Atiende enfermos? No. ¿Investiga? No. Pero denuncia y está en la cresta de la ola. Así que ahí tenemos a la vendedora de nuevos productos sacándole el mejor partido al escaparate que le ha puesto el Estado. ¿Para promocionar la ideología que le es propia a la monja? No, porque se quedaría sin escaparate; sino para abrirle mercado a la ideología del Estado. ¿Sabe alguien si la señora Forcades lleva el hábito para hacer además de monja y para difundir el Evangelio de Cristo?
Quizá uno de los momentos cumbre de su prédica fue cuando tuvo que desarrollar los principios metafísicos de su ideología. He de decir que me dejó estupefacto: ensartó palabras y giros como Sancho ensartaba refranes. Un auténtico jeribeque intelectual, un verdadero reto para mis entendederas. De todos modos, eso me tranquilizó: si la cosa no admite una explicación llana que entienda todo el mundo a la primera, es que se trata de un enredo (me refiero a “cosa enrevesada”, por supuesto). Es decir que el futuro de esa ideología no es nada prometedor. Añadió algo un poquitín más claro de entender, que no de aceptar: dijo que las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer son mucho menores que las diferencias que ha impuesto la cultura. Sí, sí, que la diferencia hombre-mujer es mayoritariamente inventada.
Y se me cayó todo el tinglado intelectual que intentaba asimilar guiado por la hermana Forcades, cuando ésta viene a decir que el límite máximo de lo que ha hecho la cultura sexista (la contraria de la de género) ha sido justamente la violencia contra las mujeres. Y mientras esto decía, pensaba yo que no ha sido ésa la única dirección en que ha ido la violencia humana. Recordé la paradigmática violencia contra los niños, una auténtica institución cultural (la educación del palo y tente tieso); pensé en la violencia de los amos contra los esclavos, la violencia del dominador contra el dominado y la violencia de la guerra. Todas esas violencias no son sino la culminación de unos determinados estatus culturales: ni más ni menos que la violencia del hombre contra la mujer.
Y por supuesto, encontraba a faltar la correlativa ingeniería social destinada a vencer cada una de esas expresiones de violencia: pero abordándolas desde sus raíces. Vamos, algo que se le parezca a la ideología de género en cada uno de los campos en que la especie humana ha resuelto las cosas mediante la violencia. Está por alborear, por ejemplo, la ideología de protección del pequeño y el débil: una ideología que emprenda el camino de recuperación para los padres, de la crianza y educación de los hijos; y ya de paso, la responsabilidad de los hijos sobre sus padres ancianos o enfermos: que se inicie el retorno de ese camino que pone en entredicho toda relación de dependencia, en virtud de la cual el Estado se ha comprometido a “liberar” a los ciudadanos (y sobre todo a las ciudadanas) de esas “cargas”: ahí tenemos la ley de dependencia en la que el Estado se hace cargo de los despojos que le ha dejado a la familia. Ni existe esa ideología o alguna que se le parezca, ni se la espera: porque laminaría la supuestamente insuperable ideología de género.
Y ya, la guinda que corona el pastel: la señora Forcades, siguiendo fil per randa (de pe a pa) la ideología feminista y de género, acabó denunciando el amor como una trampa en la que caen las mujeres. Claro, esta señora, para mantenerse en la línea de descrédito del amor, tan de moda en esas filas, le asigna ese nombre a su peor formulación; y de paso que condena ese fenómeno totalmente condenable al que llaman amor, como quien no quiere la cosa condena el amor. Eso pareció al menos, porque ése fue el único género de amor del que habló.
En fin, hermana, que de quien va vestido sin connotaciones de ningún género, espero y acepto cualquier discurso, porque su imagen externa no me induce a esperar nada concreto. Pero de quien va vestido de persona consagrada a Dios, espero un discurso religioso, o por lo menos respetuoso con lo que el hábito representa. Señora Forcades, usted no es una monja (“por sus obras los conoceréis”) usted va por los escaparates disfrazada de monja.
Y yo me pregunto: si fuese por ahí disfrazado de médico promoviendo barbaridades contra la salud, o disfrazado de militar o de policía desacreditando a los respectivos cuerpos, ¿seguro que no me llamaría nadie la atención? ¿Seguro que los concernidos se quedarían tan panchos? Y si efectivamente tuviese legitimidad para llevar el uniforme o los distintivos que me hicieran pasar como miembro de una corporación, ¿seguro que no me expedientarían y me pondrían de patitas en la calle?
Pero esto de arrastrar el hábito por fangales y pocilgas es otra cosa, ¿eh que sí? Aquí no hay nadie concernido: ni obispos, ni arzobispos, ni superiores religiosos, ni dicasterios. El “pasar” de estas exhibiciones pseudomonjiles y de cosas mucho más graves, forma parte de la “normalidad” de la Iglesia. Esto no es un escándalo. El escándalo se produce cuando alguien pide explicaciones a la jerarquía.
Gracias a Dios, cada vez es más frecuente que los fieles se dirijan a las autoridades de la Iglesia para preguntarles si no les escandalizan los escándalos, y para reclamarles una respuesta proporcional a la notoriedad, a la magnitud y a la diuturnidad del escándalo.
Gallardón, aborto y violencia estructural (18/03/2012) Por Marcelo Singla
Está claro que quienes estamos nítidamente posicionados contra el aborto, no pensamos en componendas; y Gallardón nos ofrece una componenda de gran calado. Mal que nos pese a los católicos, la maniobra que está haciendo estos días el ministro de Justicia en relación con la legislación sobre el aborto y especialmente en cuanto a la orientación de las instituciones al respecto, es muchísimo más, abrumadoramente más que lo que han hecho en 30 años la mayoría de los que en la Iglesia disponen de sedes, púlpitos, colegios y otras plataformas de impartición de doctrina y formación de conciencias.
La Iglesia ha perdido por goleada la batalla de las conciencias: en sus propias filas se promueve públicamente y con gran aparato propagandístico el aborto sin el menor recato. Aquí tenemos al sacerdote barcelonés Manuel Pousa y a la monja benedictina de Montserrat, Teresa Forcades; que mientras no se nos desmienta son Iglesia, y ostentan la apariencia de hablar en nombre de la Iglesia: cuentan por tanto con la anuencia de sus superiores jerárquicos. Si las autoridades eclesiásticas no les desautorizan al menos con igual publicidad, la mayoría de los fieles entienden que esos miembros de la iglesia representan una variante de ésta igual de respetable y en absoluto condenable. Es así como se han ido conformando las conciencias cristianas. Se calla estruendosamente ante una verdadera asfixia de propaganda y abortos en nuestras propias narices. Abortos que tienen toda la apariencia de “consentidos”. Y no hay quien desmienta fehacientemente y con una publicidad convincente esas apariencias. ¡Realmente muy lamentable!
El resultado de este silencio tan y tan ostentoso ha minado las conciencias de los católicos: sí señor. Pregunten, si no a los de misa dominical, qué piensan del aborto. ¡Se escandalizarían! Porque la mayoría de estos cristianos no han escuchado habitualmente más doctrina sobre el aborto, que la difundida por los medios: la que “comprende” a la mujer que aborta, pero se desentiende del hijo abortado. Simplemente se alejan de la posición más extremista según la cual la mujer tiene derecho a hacer con su cuerpo lo que le dé la gana, entendiendo por “su” cuerpo, también el de la criatura que tiene en su vientre. Y se sienten ufanos de tan cristiana conciencia. Es la que indirectamente ha cultivado todo el estamento eclesiástico mediante el silencio, interpretado por los fieles como anuencia. ¿De qué otra manera cabía interpretarlo? Y por si les quedase alguna duda, la monja Forcades se la disipa: promociona el aborto vestida de monja, dando a entender que lo hace en nombre de la Iglesia: que es la Iglesia la que habla por su boca. ¿Qué otra cosa se puede entender si la Forcades habla, y la Iglesia calla?
Pero no nos engañemos: las manifestaciones explícitas a favor del aborto que también se dan en la iglesia, no son sino la punta del enorme iceberg del silencio, del no dar la batalla, del tirar la toalla sin entrar siquiera en combate; son la cúspide emergente de esa profunda montaña de hielo a la deriva en un mar plácido y autocomplacido; son la coronación de una inmensa mole de hielo que necesita muchísimo calor para fundirse.
Y he aquí que en la placidez de este mar cae un gran pedrusco que agita las aguas. ¿Que Gallardón no viene a echarle una mano a la Iglesia? Evidentísimamente que no. Lo que quiere Gallardón es ser el próximo presidente del gobierno: y todas las maniobras que hace, no tienen más horizonte que ése. A mí no me importa la conciencia de Gallardón respecto al aborto: sé perfectamente que no puedo poner en ella mis esperanzas; sí que me importa en cambio su ambición y por tanto el cálculo que ha hecho con respecto a la conciencia de los españoles.
Eso me interesa extraordinariamente, porque en sus maniobras se adivinan su cálculos: sabe que dando un giro copernicano a la política vigente respecto a la natalidad; y que posicionándose activamente a favor de la maternidad en vez de seguir en la política proabortista que han practicado por igual el PSOE y el PP incluido él mismo, conecta con una mayoría de españoles tan potente, que ése será finalmente uno de las resortes más eficaces para catapultarse a la Moncloa. La gran pregunta es: ¿y nadie en su mismo partido había visto lo que tan claro ve hoy Gallardón? ¿O les daba lo mismo a todos, él incluido, la conciencia de sus votantes? Ojo, que si Gallardón juega esta baza es porque ha calculado que la va a ganar. Yo también estoy en ese cálculo. Tampoco era tan difícil teniendo un precedente espectacular en la derecha de Estados Unidos.
Me alegra infinito que el descreído Gallardón, el perpetuo delfín de la izquierda y de sus medios, esté haciendo estos cálculos: en primer lugar porque su análisis de la conciencia de los españoles coincide con el mío: a la inmensa mayoría de los españoles se nos ha indigestado tanto aborto y tanta ideología de género. Y estamos esperando que alguien enarbole la bandera de la protección de la vida, para seguir entusiastas tras él (aunque siempre desconfiados). En segundo lugar porque, aunque no forme esto parte de sus propósitos, estará haciendo un espléndido servicio a la Iglesia, a España, a Europa y a todo lo que aún se mantiene en pie de la civilización cristiana. Una vez más, Dios estará escribiendo recto con renglones torcidos y retorcidos.
Oigo voces por ahí quejándose de que eso es poco. Disiento: el haber dado semejante viraje y haberse colocado justamente en dirección contraria a la que iba (y va) incluso su partido, eso es una inmensidad siendo quien es el autor de esta maniobra. Para mí lo sustancial es que ha cambiado de dirección. Y esto, en un medio político tan alicorto (su icono bien podría ser el avestruz en vez de la gaviota) era algo impensable. Estamos en un escenario nuevo.
La más triste ironía de este giro político es que no sólo no han sido los obispos (¡ni en broma!) los que han tirado de Gallardón, como le acusan los progres, sino que hasta puede ocurrir que, como se nos descuiden los obispos, será éste quien los lleve a ellos a rastras muchos pasos por detrás de él. Si no, al tiempo.
Y en cuanto a la audacia doctrinal de Gallardón enmarcando el aborto en la violencia de género, y calificándolo por tanto como un acto más de violencia contra la mujer, me parece totalmente plausible. Porque se ha atrevido a exponer doctrina católica en el mismo lenguaje que emplean los abortistas. A él le traen sin cuidado una cosa y otra: por eso le cuesta tan poco echar mano de ambas y entretejerlas.
Pero lo que ha constituido la estocada, ha sido eso de la violencia estructural. De nuevo, léxico progre; pero quien no está envenenado de progresismo ni versado en él, lo que entiende con esas palabras es lo que ve: que la mujer embarazada cae en una telaraña muy tupida que la empuja (y a menudo con muy mal disimulada violencia) a la violencia del aborto. Ésa es la violencia estructural contra la mujer que entendemos en las palabras de Gallardón. La de una estructura creada y sostenida por el poder político para eso: para violentar a la mujer en dirección al aborto. Y, aleluya aleluya, Gallardón ha decidido que la estructura política, jurídica e institucional no tire de la mujer hacia el aborto, sino que le dé todo el apoyo para realizarse en la maternidad. ¡Aleluya!
Culto público: La procesión de San José (15/03/2012) Por Cesáreo Marítimo
Uno de los problemas más visibles de la Iglesia en ciudades tan descristianizadas como Barcelona, es la creciente invisibilidad de la Iglesia, que desde el postconcilio ha venido esforzándose por no hacerse ver, por pasar desapercibida, por no dar la nota, por callar discretamente, por confundirse con el paisaje. Y así nos encontramos con que si uno ha de definir la imagen que proyecta la Iglesia en la sociedad, apenas le queda más que la sombra de sus templos, algunos de los cuales se perciben mucho más como esqueleto vacío de la vida religiosa que en ellos bulló antaño irradiando hacia toda la sociedad, que como manifestación de una presencia viva del catolicismo.
Gracias a Dios, el esplendoroso templo-basílica de la Sagrada Familia se encamina con pasos lentos (a algunos se nos antojan excesivamente lentos) hacia la recuperación del pasado esplendor que hacía de los templos, auténticos focos de irradiación del alma de la Iglesia. La propia construcción era la expresión de esa alma (aquí cabe comparar las distintas expresiones de arquitectura religiosa, que va desde las más sublimes catedrales a la más indigente iglesia-cobertizo). El hecho novísimo que nos mueve a creer que realmente el cardenal Sistach sueña con que en el templo de la Sagrada Familia anide un alma religiosa (si no sobrepuesta, al menos yuxtapuesta a su alma turístico-mercantil), es que ha acogido con verdadero entusiasmo la procesión que bajo sus auspicios y en honor de San José organiza la asociación benéfica de Jóvenes de San José, radicada en Sentmenat, diócesis de Terrassa.
En la agenda del arzobispado consta la misa de San José y del Día del Seminario con la que culminará la procesión y que será celebrada por el señor cardenal. Es de destacar la bella idea de unir mediante una procesión San José de la Montaña con el San José de la Sagrada Familia (cuya construcción se inició bajo la advocación de San José y fue promovida por una Asociación de San José). Será en efecto la imagen de San José de la Montaña la que será llevada en procesión por los Jóvenes de San José hasta la basílica de la Sagrada Familia. Es que en la infancia del cardenal, San José de la Montaña, ya en el límite del barrio del Guinardó, tuvo una especial importancia.
Es significativo asimismo que los Jóvenes de San José hayan acertado a sintonizar tan a la perfección con la voluntad del cardenal, que no han dudado en inscribir la procesión en el marco de la Misión Metrópolis en la que el cardenal ha volcado todas sus energías y esperanzas: por eso los comunicados que han distribuido por la red van encabezados con la alusión a la Nueva Evangelización.
La procesión partirá de la parroquia de Santa María de Gracia y terminará en la basílica de la Sagrada Familia. El recorrido es considerablemente largo, por lo que sirve muy bien al objetivo de la Nueva Evangelización, circunscrita en Barcelona en la Misión Metrópolis, uno de cuyos objetivos es dar testimonio público de la fe: demostrar a la sociedad que una parte de ella son católicos que se muestran públicamente como tales: y que como gente de fe, rezan públicamente por la ciudad tal como hicieron nuestros antepasados con las rogativas, cada vez que ésta era afligida por una calamidad. Y no son pocas las que hoy afligen a Barcelona.
Los Jóvenes de San José son un gran refuerzo para la Misión Metrópolis en su vertiente de exteriorizar la fe en las calles de Barcelona para que la sociedad civil se acostumbre a aceptar con naturalidad la celebración de actos religiosos en plena calle. Porque como explica el blog Barcelona Vida en el “Quién es quién en las concentraciones del 25 de cada mes”, está en primer lugar la Congregación del Padre Alba y Jóvenes de San José, de los que dice que son “el grupo más numeroso”. Son ciertamente el grupo que ha asumido la dirección del rezo del Santo Rosario procesional desde el hospital de San Pablo hasta la Sagrada Familia todos los 25-V, desde que se trasladó esta manifestación de la calle Viladomat (ante la clínica abortista Aragón) al hospital de San Pablo, por aquello de barrer la propia casa antes de ir a barrer las de los demás.
Este mismo grupo del padre Alba es el que viene manteniendo el acto de culto religioso público más multitudinario en Barcelona: la gran procesión de la Virgen de Fátima como clausura del mes de mayo, con miles de participantes, que celebró el pasado año su cuadragésima edición. Son, por supuesto, algo muy distinto de las procesiones de Semana Santa, que también reúnen a muchísimo público (no precisamente “fieles”) y que tienen más de folklore que de culto religioso, y por ello un difícil encaje en la Nueva Evangelización.
No cabe sino felicitar al cardenal Sistach por haber ganado tan excelentes colaboradores para una de las acciones más arduas de la Misión Metrópoli, cual es el testimonio de la fe en las calles de la ciudad, e inaugurando esta acción nada menos que con un nuevo acto de culto público: la procesión de San José que, sin duda, se repetirá cada año hasta llegar a formar parte normalizada de la vida religiosa de Barcelona.
Y un apunte más para destacar el acierto del señor cardenal en la elección de estos colaboradores: son de los que practican el ora et labora de san Benito, que traducido al idioma castizo es el “A Dios rogando, y con el mazo dando”. Aunque la oración no necesite legitimación, ante los descreídos legitima mucho a los Jóvenes de San José que complementen su amor a Cristo en el culto religioso, con su amor al Cristo que ven en el menesteroso, al cual le dan de comer, le visten, le asisten, le dan calor humano. Sin duda ésta es una excelente manera de encaminar la nueva evangelización de la diócesis con pasos bien firmes y rectos.
Y una manera excelente de ir insuflándole al templo de la Sagrada Familia un alma religiosa que sirva de contrapeso al alma demasiado civil y profana que asfixia a esta otra. Quiera Dios que éste sea un paso más (y en la calle, donde los pasos son más difíciles) para que el templo de la Sagrada Familia brille y sea conocido no tan sólo por su magnificencia arquitectónica, sino también por convertirse en un foco de irradiación de la fe de Barcelona.
NOTA DEL DIRECTORIO: No se pierdan el video de promoción de la procesión de este año. Vale mucho la pena:
¿Tenemos los sacerdotes que nos merecemos? (9/03/2012) Por Virtelius Temerarius
Sigo con la resaca del ínclito programa de TV3 sobre la Iglesia. El gran gurú del programa, el sabio sintético Llisterri, soltó su frase lapidaria: cada pueblo tiene los curas que se merece. Él, politizado hasta la médula, como si los curas se presentaran a las elecciones, se refería a la nueva hornada de curas que están saliendo de los seminarios; porque éstos eran el meollo del programa. Pero ¡ya ves lo que es escribir recto con renglones torcidos!: al tiempo que pronunciaba él esta fatídica sentencia, se presentaban ante mis ojos en rapidísima película, la inmensa mayoría de los curas que tenemos (más los religiosos, más las monjas): viejos, muy viejos; con la cerrazón propia de la soberbia de quien se atreve a darle lecciones de todo al Santo Padre. Eso sí, con las iglesias ominosamente vacías, con la mayoría de los colegios religiosos instalados en la apostasía, y con la más clamorosa y manifiesta ostentación de esterilidad: no han sido capaces de suscitar vocaciones que les sigan en lo que ellos son, en lo que ellos creen, en lo que ellos hacen. Son la higuera de la que es inútil esperar frutos. Pero a pesar de la esterilidad, que en biología es la más genuina expresión de la degeneración, es decir de la decadencia genética de una especie o de una población; a pesar de eso, se sienten ufanos de sí mismos.
¿Pero qué hemos hecho los fieles para merecer esos curas? ¿En qué hemos pecado? ¿Encima seremos nosotros los responsables de haberlos criado a nuestros pechos? No los hicieron así sus familias, que de familias cristianas nacieron. A sí mismos se hicieron, y nos salieron contrahechos. Tuvo que ser un terrible virus el que nos los estropeó: de lo contrario no se explica que resultaran contagiados la inmensa mayoría. Dicen que se trata de un virus híbrido de nacionalismo injertado en progresismo según unos, y de progresismo injertado en nacionalismo según otros. Sea lo que fuere, ni la filoxera ni la mixomatosis resultaron tan funestas.
Pero ésta es mi película, la que ví cuando Llisterri nos echaba en cara a los fieles seguidores de esos curas, que los tenemos porque nos los merecemos. Pero no, él no se refería a la inmensísima mayoría de los curas del jurásico que tenemos hoy (éstos, los “estándar”, por lo visto no suscitan la menor inquietud en tan sabio analista), sino que se refería a los de nueva hornada, a los curas que, ¡válgame Dios!, en su mayoría proceden de extrañas familias cristianas adictas a extraños usos como bendecir la mesa antes de comer; usos impropios de la religiosidad celosamente disimulada para no incomodar a los adversarios, que ha promovido y practicado esa generación de curas en extinción y sin sucesores que les sigan los pasos.
Y claro, de esas familias tan poco discretas, de padres que aunque estén en un banquete con muchos otros, antes de empezar a comer se recogen unos segundos en oración y se santiguan; de padres así, que no les da la gana disimular su condición de católicos, ¿qué se podía esperar? Pues curas que no les importa que se les note que son curas: tan poco les importa, o tanto interés tienen en que se les reconozca como curas, que ¡hasta van por la calle con sotana! Refiriéndose especialmente a ese cura ensotanado que eligió el guionista como prototipo del nuevo modelo de cura que sale de los seminarios, refiriéndose a él soltó el listísimo Llisterri su fatídica sentencia: “tenemos los curas que nos merecemos”.
Pues mire, señor Llisterri: ni siquiera visto así, creo que tenga usted razón. ¡Qué más quisiéramos los católicos que vivimos nuestra fe en Cataluña, que merecernos esa nueva generación de curas! ¡Que más quisiéramos! Porque es verdad que del mismo modo que el sacerdote puede adoptar actitudes de aceptación o de rechazo de los fieles, de manera que éstos permanezcan en la Iglesia o se alejen de ella (¿le va sonando esta música, señor analista?), del mismo modo los fieles pueden ser también acogedores con el sacerdote, o pueden poner distancias. ¡Ojalá fuéramos capaces de merecernos buenos sacerdotes!
En cualquier caso, señor Llisterri, se le notó perfectamente por qué clase de sacerdotes andaban sus preferencias. Hubiese sido difícil explicitarlo más. Pero bueno es dejar reseñado que sus preferencias, ¡vaya casualidad!, no son representativas de los fieles que llenan los templos. Usted habló en representación de ese sacerdocio en extinción que, ¡gracias a Dios!, no ha dejado semilla. Y puesto que de seminarios iba la cosa, es procedente la referencia a este hecho. Y habló con resabio (ahí está su sentencia lapidaria o lapidatoria) porque tanto los seminaristas como los curas más jóvenes, marcan una clara divisoria con la generación de curas en extinción de la que tan ufano se siente usted, señor Llisterri.
Del pluralismo eclesial llisterriano al fanatismo y la manipulación: nuevo ejemplo en Mataró (8/03/2012) Por Aloysius Silidvanc Parlaquisca
Como un hámster dentro de una jaula, nuestro nacional-progresismo se ha convertido en algo que ya no dialoga con nada ni con nadie que no sea de su propio mundo. Estériles, marchitos y cada día más patéticos, no hacen más que ensimismarse en la contemplación de su ombligo y en hablarse en él. Zombis en un mundo que cada vez entienden menos, se han atado a la noria de sus propias categorías para, como asno estulto, intentar sacar agua de un agujero donde nunca hubo nada que se le pareciese.
Deambulando por las calles y periódicos, van repitiendo frases hechas y esquemas fosilizados. Hegel los modeló para una vida de redentores: y la vida pasó de ellos. Nockeados por la realidad, se arrastran como Oriol Domingo en La Vanguardia cual fantasmas de un paisaje de castillos que nunca existió.
Uno de los últimos reductos de este manicomio de las ideas es la famosa parroquia de Sant Josep de Mataró, de donde ha huido hasta el propio párroco (el famoso vicario episcopal Segis).
Allí cada mes, turnándose con la de Nuestra Señora de Montserrat del párroco de fin de semana, Josep Lluís Socias (Casa de Santiago), tiene lugar una llamada “Pregària per la Pau” (Oración por la Paz). Un experimento que tuvo su origen con la Guerra de Iraq (con el PP en el poder, claro; nunca hubiera comenzado por la de Libia, porque a ésta se apuntó el PSOE). Fueron aquellos años del nefasto paso como párroco de otro “santiaguero”, un tal Jordi Cussó i Porredón quien dejaría diversos legados envenenados a su sucesor, entre los cuales está “Pregària per la Pau”.
Estas “pregàrias” (unos 45 minutos de oración) se construyen combinando textos a meditar con cantos, la lectura de fragmentos de los Evangelios ad-hoc y la oración del Padrenuestro.
En una de las últimas convocatorias los textos escogidos fueron sacados del libro Comprometeos de Stéfane Hessel, actor del Indignaos , el manual(ito) de cabecera del movimiento de los Indignados.
El mismo Hessel explica por sí mismo las bases filosóficas de su pensamiento:
“Como estudiante de una escuela normal [una escuela de magisterio] fui muy influenciado por Sartre, un compañero de estudios. Su "La náusea" [Una novela], "El Muro" [Un drama] y "El Ser y la Nada" [un ensayo] fueron muy importantes en el entrenamiento de mi pensamiento. Sartre nos enseñó "Ustedes son responsables como individuos". Ese fue un mensaje libertario... Cuando entré en la French Ècole Normale Superieure, en la calle Ulm en París en 1939, entré como un ferviente adherente del filósofo Hegel, y me adherí al pensamiento de Maurice Merleau-Ponty. Su enseñanza explora la experiencia concreta, la del cuerpo y sus relaciones con los sentidos, una gran sensación singular enfrentada con una pluralidad de sensaciones. Pero mi optimismo natural que busca que todo lo deseable sea posible, me llevó más bien a Hegel. El Hegelismo interpreta la larga historia de la humanidad como teniendo un significado : Es la libertad del hombre progresando paso a paso. La historia se hace de sucesivos choques y la toma en consideración de los desafíos”.
En dicha “pregària per la Pau” (Pau = Paz) celebrada en la Iglesia parroquial de San José se recitaron textos de un autor que sobre Hamas (Palestina) piensa lo siguiente:
Pienso naturalmente que el terrorismo es inaceptable; pero es necesario admitir (desde la experiencia en Francia) que cuando el pueblo está ocupado por fuerzas inmensamente superiores a ellos mismos, la reacción popular no puede ser totalmente pacífica. ¿Le es útil a Hamas lanzar cohetes hacia Sdérot [pueblo israelí al otro lado de la frontera con la franja de Gaza]? La respuesta es no. Esto no sirve a sus propósitos, pero ello puede explicar esto como una muestra de la exasperación de los habitantes de Gaza. Bajo la noción de exasperación, es necesario entender la violencia como la lamentable conclusión de situaciones inaceptables a las cuales han sido sometidos . Por lo tanto, ellos pueden llamarlo terrorismo como una forma de exasperación. Y este llamado "terrorismo" es un nombre inapropiado . Uno no debería tener que recurrir a esta exasperación, pero hay que tener esperanza. La exasperación es una negación de la esperanza. Es comprensible, diría que es casi natural, pero aún es inaceptable. Porque esto no permite adquirir resultados que la esperanza posiblemente puede eventualmente producir.
… Pero en esto estoy de acuerdo con Sartre: No podemos excusar a los terroristas que lanzan bombas, pero podemos entenderlos. Sartre escribió en 1947: " Reconozco que la violencia en cualquier forma que pueda manifestarse es un revés. Pero es un revés inevitable porque estamos en un mundo de violencia. Y si bien es cierto que el riesgo de recurrir a la violencia es permanente, es también cierto que es el medio seguro para hacerla detenerse. "
No vamos a entrar en el tema de la teoría de la legítima defensa. Pero ya es sectario que este personal la justifique si lo dice Hessel. Ahora, si lo proclama el pensamiento social de la Iglesia, entonces: ¡ANATEMA! La legítima defensa o la violencia legítima lo es sólo cuando la izquierda la avala. Entonces es Justa. Si es la “derecha”, no. Si la proclama la Iglesia, fomenta la Guerra. Si la proclaman ellos, fomentan la Paz.
Estamos acostumbrados al doble rasero del progresismo. Pero que esto se produzca en el mismo presbiterio de una Iglesia es aun más sintomático sobre quién manda en según qué parroquias de Cataluña.
Hessel, en su conclusión de su libro Indignaos , utiliza otro de los artilugios típicos del terrorismo intelectual progresista:
¿Cómo concluir esta llamada a la indignación? Diciendo todavía lo que, en ocasión del sexagésimo aniversario del programa del Consejo Nacional de la Resistencia dijimos el 8 de Marzo del 2004 -- somos veteranos de los movimientos de resistencia y fuerzas de combate de la Francia Libre (1940-1945) -- que ciertamente " El nazismo fue derrotado, gracias al sacrificio de nuestros hermanos y hermanas de la Resistencia y a las Naciones Unidas contra la barbarie fascista. Pero esta amenaza no ha desaparecido y nuestra ira contra la injusticia sigue intacta". No, esta amenaza no ha desaparecido por completo .
El fascismo no ha desaparecido. La amenaza aún existe. Está escondida. Hay que luchar contra ella. ¿Y dónde está escondida? En todos aquellos que no son progresistas. El enemigo está al acecho. Oh, les vieux temps! El viejo truco para demonizar al adversario con la analogía y la asimilación al nazismo. Como lo hacía Franco, pero con el comunismo. Los extremistas se tocan.
Una de las organizadoras
Un nuevo episodio de la vieja paranoia totalitaria de la sospecha contra el disidente, contra el que no opina como nosotros. Pero con el añadido de que todo todito esto ocurre en el presbiterio de una iglesia católica. Estos son nuestros progre-eclesiales.
Pidan al párroco Segis poder celebrar una Misa por el rito tradicional o una novena en Sant Josep. Les aseguro que la respuesta negativa está asegurada. Argumentos: dividiría a la comunidad. Lo tendría que consultar (aprobar) con el Consejo parroquial … Ahora bien, parar los pies a estos profesionales de la demagogia, imposible. Tan imposible que se ha largado a vivir a la otra parroquia que regenta (la de Santa María) con un ja s'ho faran (allá ellos).
Y es que en el pluralismo llisterriano, todos los feligreses son iguales: pero algunos feligreses son más iguales que otros.
25-V No estamos sólos (2/03/2012) Por Cesáreo Marítimo
Este último 25-V (el de febrero de 2012) estuvimos acompañados nuevamente por un grupo de cristianos de la Iglesia Evangélica Rusa Peniel, liderados por su pastor Valery. Tuvimos interés en escucharle y fue realmente impactante lo que nos dijo. Para empezar nos recordó las palabras del cardenal Rouco en un congreso de familias: “ El aborto es un problema todavía más grande que la crisis ”. Todo el que al contemplar los problemas que padecemos se interesa realmente por la humanidad y fija su mirada en el ser humano, admite que en efecto el aborto nos corroe hasta los tuétanos: nos degrada y nos deshumaniza. Es cierto: ante el profundo problemón que representa el aborto, la crisis económica no es más que un tropiezo momentáneo en el camino.
Nos sentimos reconfortados al ver que no estamos solos en la defensa de la vida. Si los protestantes entienden que hemos de ir juntos en esta causa y se vienen con nosotros, es porque vibran en nuestra misma sintonía y porque se sienten acogidos. No es sólo que los sintamos más cerca de la causa de la vida, es que están más cerca que muchos de nuestros hermanos de religión, que han tomado una “prudente” distancia respecto a la denuncia del aborto y sobre todo respecto a la laxitud de la conciencia “cristiana” a este respecto, con la que conviven y que sin duda han cultivado, cuanto menos por omisión.
En vez de ser 300 manifestándonos a favor de la vida, tendríamos que ser 16.000: tantos como niños son asesinados cada año en Cataluña, con ayuda y complicidad económica de la Generalidad . Esto nos decía el pastor Valery. Y añadía: Porque el aborto no sólo es un asesinato o una desgracia o una equivocación: es también un grave pecado que ofende a Dios y a los hermanos más inocentes. Y haciendo alusión al lema de la pancarta que portaba su grupo, prosiguió: “¡ Barcelona es el territorio de la Vida! Éste es el momento de plantar cara a las fuerzas del infierno. Éste es el momento de permanecer firmes y no dar un paso atrás. ¡La muerte no puede vencer!
Pero claro, son tantos los pastores católicos a los que les suena políticamente incorrecto este discurso del pastor protestante, que ahora tienen un motivo más para no dar la cara en la defensa de la vida: para desentenderse del Evangelium Vitae y ocuparse de cosas mucho más importantes según ellos. En fin, ya están ante el escenario más opuesto a la modernidad y al progreso: los ultracatólicos dándose la mano con los ultraprotestantes. Debe ser eso, ¿no?
Como de costumbre, estábamos acompañados por tres sacerdotes, varias monjas y un hermano marista, el hermano Federico Plumed, un habitual de los 25-V, que en ausencia de los Jóvenes de San José, ocupados en su acción asistencial de los sábados, dirigió el rezo del santo Rosario. El registro fue distinto, de mayor recogimiento. Y fue posible gracias a que la policía, en un tranquilizador cambio de táctica, había dispersado previamente a los proabortistas, tan numerosos como en otras ocasiones; y con su eficiente dispositivo no les dio oportunidad de reagruparse y acercarse a nosotros. Fue un rosario procesional en el que la ausencia de la tensión de los gritos, los insultos y los objetos arrojadizos, dio lugar al sosiego de la oración.
Estamos convencidos de que la Marcha por la Vida en Barcelona sigue con paso firme, y de que el ambiente se clarificará de tal modo, y crecerá hasta tal punto el número de eclesiásticos adheridos firmemente a la defensa de la vida, que día llegará, y no muy lejano, en que se verá como algo obvio y natural la participación de más de un obispo en la Marcha por la Vida de los 25-V. Si, como se verá por lo que viene a continuación, es bueno que emprendan este camino las ovejas y se mantengan firmes en él, ¿cómo no va a ser bueno que lo hagan guiadas por el báculo del pastor?
Pero al margen de todo esto, hay una bellísima noticia que nos ha alegrado el alma y nos ha retribuido con el mayor galardón a todos y cada uno de los que participamos en los 25-V. Al consultar la respectiva crónica en la página de HO, me encuentro con este comentario: “ Ayer me vino una chica procedente de un "rescate" a buscar papillas a casa. Me contó algunas circunstancias de su embarazo, de cómo la quisieron obligar a abortar (lo que ocurre casi siempre) y algo que aquí tenemos que celebrar: Quiso Dios que pasara por la Avenida Gaudí el mes anterior y viera la concentración que por el mundo conocen como " caillasée " (=apedreada). Ella nunca había pensado que fuera necesario manifestarse en contra del aborto, creía que era una decisión individual y todo eso; pero al vernos soportar la lluvia de proyectiles y provocaciones, al contemplar la agresión que suponía el abortismo y la postura de respeto de los pro-vida, determinó que iba a tener a su hijo. Tania: Estamos haciendo cosas grandes, mucho más grandes de lo que podemos imaginar. Demos gracias a Dios.
Es ciertamente un regalo del cielo: podemos alegrarnos de que nuestro testimonio en la calle ha dado un fruto bellísimo. Gracias a él, una madre que estaba siendo empujada al aborto, se contagió del coraje de los defensores de la vida y se decidió también ella por la vida.
Ésta es una perspectiva que nos faltaba: la coacción del ambiente hacia el aborto es muy poderosa: desde los medios hasta la empresa (un embarazo le estropea las cuentas), los compañeros de trabajo, los amigos, las dificultades económicas, la familia, los servicios sociales y sanitarios, todos conspiran para ofrecerle a la mujer el aborto como el único desenlace razonable de un embarazo no deseado. Ésta es la tónica dominante. Por eso es tan importante visualizar tanto como podamos la corriente que sopla a favor de la vida. Que se sepa y que se vea que existe un sector de la sociedad que apuesta firmemente por la vida, y que lo hace con profunda convicción: tanta, que no le importa soportar por ello los insultos y las agresiones de quienes, escasos de argumentos, deciden recurrir a estos medios para imponer las doctrinas de la muerte. Aunque el túnel sea muy largo, su oscuridad nos asusta menos si vemos el final un punto de luz: porque sabemos que tal como vayamos avanzando hacia él irá creciendo hasta inundarlo todo.
P.S. : Acabo de abrir el correo y leo esto:
Por cierto: Lo de la chica que iba a abortar y cambió de opinión al ver la "caillasée" es cierto y la noticia aún es mejor, aunque no lo puse, porque no todo el mundo lo entendería así: La mitad de la papilla que le dí se la comerán entre ella y su marido, porque no tienen para comer otra cosa, le pagan dos euros la hora en el trabajo. Su piso peligra y pese a todo, alcanza la santidad necesaria para seguir adelante con valor. No sólo podemos santificarnos, sino que Dios nos da la oportunidad de conseguirlo con otros y encima, que sean mejores que nosotros. Esto es increíble.
¡Es Dios quien está empeñado en que nazca esta criatura!
Feminidad versus Feminismo (y 2) (24/02/2012) Por Cesáreo Marítimo
En el artículo anterior hice referencia a las conferencias sobre la defensa de la feminidad como alternativa constructiva opuesta al feminismo, que tuvieron lugar en Roma el 31 de enero. Dejé de lado la pronunciada por Tania Fernández, delegada de Derecho a Vivir en Cataluña, (en la fotografía), y que ahora paso a reseñar, destacando las ideas más potentes que expuso:
El origen del hombre es mucho más cavernícola de lo que se ha empeñado en vendernos la mítica y beatífica antropología en boga. Venimos de la caverna y aún no nos hemos desprendido de ella: la llevamos incorporada en la mente, si bien en formas cada vez más sofisticadas. Aunque parezca mentira, el principio del fin de la caverna fue la domesticación del hombre por el hombre (es decir que según esta visión, todavía existió algo peor): y como corresponde al régimen ganadero, la suerte tanto del hombre como la de la mujer fue lo más parecido a la que se da en cualquier ganadería. Estamos, claro está, en una antropología que no comparte con la actualmente en boga el buenismo y el optimismo sobre la condición humana que caracteriza al marxismo y a la New Age .
Lo que hoy entendemos por mujer, tiene una antigüedad exigua: algún milenio menos de los que le asignamos al neolítico. Quizá, claro está; porque una y otra antropología se mueven en el terreno de las hipótesis; aunque contra la antropología vigente están todas las mitologías de nuestro entorno cultural, que rezuman pesimismo por una edad de oro culposamente perdida. En los cimientos culturales y morales de la civilización judeocristiana está el paraíso perdido a causa del pecado original, y como justo castigo por la culpa, la forma de vida que nos quedó: ¡¡incluido el trabajo!!
El icono de la mujer meramente reproductora que caracteriza la era más cavernaria de la humanidad, es la Venus de Willendorf; mientras que el icono de la nueva mujer, vigente hasta hoy, es la Venus de Botticelli, plasmación de un mito restaurador. Es la Virgo que luce en el firmamento, gracias a que Tauro, Aries y Capricornio la han liberado de la condena a que estaba sujeta en la era Willendorf. La nueva mujer luce como su máximo atributo el haber liberado su vientre y sus pechos de la mera función productora de crías.
Pero del mismo modo que el dueño de hombres dominó a la mujer en la etapa anterior porque codiciaba los frutos de su vientre, en esta nueva era en que la mujer despliega su esplendorosa belleza, la mujer sigue estando sometida; pero ahora no como productora, sino como compañera de lecho. Forzada a complacer a su señor, como dice Aquiles en los primeros versos de la Ilíada: “ Pero a ella (a Briseida) no la soltaré sino cuando le sobrevenga la vejez trabajando la rueca y acudiendo forzada a mi lecho ”. De nuevo esclavizada.
Es en esta era cuando la mujer inicia el camino de la libertad a través de la maternidad, un derecho que se consagra con el matrimonio, privilegio del que gozaba únicamente la mujer libre; porque la esclava no tenía derecho a tener hijos-personas. Lo que concebía, gestaba y paría la esclava era un bien de su señor, del que no tenía derecho a disfrutar: al señor le asistía toda la legitimidad para arrebatárselo y hacer lo que se le antojara con ese “bien” de su propiedad: incluso matarlo. Vale la pena recordarles esto a los que hoy, ¡para ampliar el marco de libertad sexual de la mujer!, consideran el hijo que lleva en sus entrañas, no como un ser humano, sino como “un bien”. Y eso hasta el minuto antes de nacer.
Es que la mujer esclava era únicamente mujer-sexo, y como tal, su amo obtenía de ella un alto rendimiento. La empleaba como la más preciada moneda para retribuir al siervo por su fidelidad y laboriosidad. Los esclavos que se habían distinguido cada día por su comportamiento, recibían por ello en premio esa noche la compañía de una esclava, que según la nomenclatura progresista ejercía de “trabajadora sexual” por cuenta ajena (por cuenta del amo); pero no en régimen laboral, sino en régimen de esclavitud.
Y para aquellos cuya fidelidad y laboriosidad era de mucho tiempo, tenía reservado el amo un premio muy especial: les separaba un espacio aislado en la “ taberna ” o cuadra de los esclavos y les concedía el disfrute de una esclava fija. A este apaño se le llamaba por ello con-tubernio. Esta forma de fidelización de los esclavos se mostró eficacísima: fue sin duda una de las claves del apego que tenían a su estado muchísimos esclavos y esclavas. Pero eso era sólo sexo. A ellos y a ellas les faltaba tener hijos; porque lo que de ellos nacía eran crías propiedad del amo. ¡Ya ven de cuán lejos viene el sexo como mercancía!
Convertir en matrimonio esa forma de unión esclavizada; trocar a la esclava en madre, al esclavo en padre, y a las crías propiedad del dueño en hijos de su padre y de su madre, fue obra de muchos siglos. El papel más destacado en esa transformación fue el de la Iglesia, que se empleó a fondo en la humanización de las relaciones entre hombre y mujer. Fue en el derecho de familia, absolutamente vital como vía para la libertad, donde antes se diluyeron las diferencias entre señores y esclavos. Y fue finalmente el matrimonio el que liberó a la mujer de la situación de servidumbre sexual en que estaba: porque en el régimen de contubernio, el amo le imponía la obligación de satisfacer sexualmente al esclavo. Ése no era un “servicio” al esclavo con el que compartía lecho, sino al amo que le imponía ese servicio. Como en el “trabajo sexual” cor cuenta ajena.
Ésa fue la auténtica liberación sexual de la mujer: el levantamiento de su obligación de estar siempre disponible sexualmente, por ser ésa su obligación específica y diferencial de esclava. Por eso le cuesta tanto entender al que conoce este precedente, que la nueva libertad sexual de la mujer, la que le han diseñado entre el progresismo y el feminismo, consista precisamente en volver a la disponibilidad total y absoluta que le impuso la esclavitud; pero esta vez condicionada y apalancada por un férreo amaestramiento.
La lógica más elemental nos prohíbe llamar libertad a lo que siempre ha sido y sigue siendo esclavitud. Desde que nos asomamos a la historia y hasta hoy vemos la obsesiva inclinación del hombre por esclavizar sexualmente a la mujer en la que ha sido siempre su forma específica y diferencial de esclavitud (hoy la esclavización residual está en la violencia sexual contra la mujer y en su explotación a través de la prostitución). La más elemental coherencia exige que la “libertad sexual de la mujer” consista en liberarse de la servidumbre sexual que ha venido soportando históricamente.
Precisamente eso explicaría la fascinación que por la virginidad sintió la mujer recién liberada de esa servidumbre. Llegados a este punto es preciso puntualizar dos factores culturales que hoy no nos encajan, y son: primero, que ninguna mujer entendía su vida si no pasaba por la maternidad. Y segundo, que era socialmente imposible la maternidad fuera del matrimonio, es decir sin estar sometida sexualmente a un hombre. Y sabemos que en nuestra propia cultura y durante muchos siglos, el poder del hombre sobre la mujer ha sido el de un señor sobre su esclava.
De ahí que el enorme privilegio de la maternidad sin estar sometida sexualmente (que la virginidad en origen no es más que no tener dueño en lo que a sexo se refiere) fuese el máximo ideal imaginable para la mujer. Un privilegio que sólo alcanza a la Madre de Dios, que se convertiría en el espejo maravillosamente adornado y bruñido en que se miró la mujer occidental durante más de mil años. No hay más que ver la infinita producción artística. Y del mismo modo que Dios ha sido siempre el espejo del hombre, de manera que cuanto más alta ha sido la percepción que de Dios ha tenido el hombre, más ha ascendido el valor de éste; así también, cuanto mayor nivel alcanzó la Madre de Dios, tanto más subió la dignidad de la mujer.
Podemos decir que en nuestra civilización, el modelo de mujer que más ha contribuido a construir una auténtica feminidad, y que ha devenido su icono más perfecto, ha sido la mujer por excelencia no sólo de la religión, sino también de la civilización cristiana: la Virgen-Madre, María, la Madre de Dios. Sobre tan sólido cimiento se construyó una feminidad privilegiada en comparación a los demás modelos: puesto que se cimentaba sobre la extraordinaria dignidad de una de las más sublimes instituciones humanas: la maternidad (en ninguna otra cultura alcanzó semejante nivel la madre, ¡la mamma! ); y sobre la superación de la servidumbre sexual por sublimación en el amor conyugal.
Ése es el camino a la feminidad que ha trazado durante siglos el humanismo cristiano, y ésa la feminidad que hemos de ofrecer a la mujer de hoy como antídoto del feminismo y de la cultura “de género”.
Del Bosque, Guardiola, Taltavull (17/02/2012) Por Jaume Castellón
El fútbol nos ha acostumbrado a los sustos, las ansiedades, las grandes aspiraciones y expectativas, los altibajos. A pasar del infierno a la gloria, y de ahí al limbo. Hemos visto una buena colección de insignificantes desconocidos, que han subido al estrellato de la noche a la mañana.
El primer caso es Vicente Del Bosque, al que le dieron tiempo de peinar canas como auxiliar técnico del Real Madrid. Cuando el club se quedó casi de repente sin Toshack, un entrenador de campanillas, hubo que echar mano del eterno auxiliar y comodín para las situaciones de apuro. Una vez más se le colocó ahí para ganar tiempo; pero como tardaba en llegar la gran estrella que andaban buscando para sustituir a Toshack, resulta que tuvo tiempo de enderezar el equipo y conseguir algunos éxitos. Dejó de ser urgente conseguir el nuevo entrenador, y más tiempo que tuvo Del Bosque para demostrar que si no había sobresalido, fue porque jamás se confió en él para tan alta misión, ni se le dio oportunidad. Al final resultó ser un entrenador de primerísima; y tras unas cuantas temporadas de éxitos en el Real Madrid, acabó encomendándosele la Selección Española, a la que llevó nada menos que a ganar el Mundial.
Otro caso análogo, más cercano a nosotros, es el de Guardiola, que estando de entrenador del Barça B, el filial, fue requerido para tapar de urgencia el hueco que dejaba el gran entrenador holandés Frank Rijkaard, que tuvo que salir por piernas. Era también un apaño para ir tirando. Guardiola no tenía currículum como entrenador. Pero además de hacer las cosas bien, tuvo la suerte de cara. Se había acabado el ciclo fatal del Barça. Y este entrenador bisoño resultó ser la gran revelación: lideró lo más brillante de la historia del Barça.
La gran pregunta que nos queda pendiente a los que en el ambiente eclesiástico de Barcelona y Cataluña oteamos el horizonte por ver dónde se forma una nube, por dónde se levanta el polvo del camino y de qué lado vuelan las aves para adivinar qué augurios traen; los que estamos atentos a los signos episcopales, nos hacemos la gran pregunta: ¿no podría ser Taltavull un Del Bosque o un Guardiola mantenido de forma forzada en la sombra? ¿Quién nos dice que no puede darnos la gran sorpresa si se le da la oportunidad?
Podría ocurrir, en efecto, que ante la inseguridad y el desconcierto del momento, la Santa Sede optase por la solución salomónica de echar mano del obispo que ya está en casa, con larga experiencia pero sin poder, conociéndose la diócesis en calidad de peatón y no desde el alto estrado cardenalicio. Ante la duda, parece la solución más obvia: aunque sea por eso de no hacer mudanza en tiempo de tribulación.
Igual que en los ejemplos futbolísticos, podría ser designado para ocupar el lugar de Sistach sólo con carácter provisional, mientras aparece la gran figura que esperamos todos. Y como en esos dos ejemplos, podría ocurrir también que Taltavull resultase una revelación. Sería, en efecto, una lástima que la diócesis perdiese un buen obispo por no haberle dado la oportunidad de demostrar su capacidad.
El caso es que en este momento la opción Taltavull aparece como la menos retorcida, la menos precipitada, la más sosegada. Y sin sobresaltos. A menudo el simple hecho de no plantear grandes expectativas es una clave para facilitar el camino hacia el éxito.
Quiere la ironía de la vida que sea precisamente el obispo Taltavull, que vive en la residencia sacerdotal, el encargado de supervisar las obras del sobreático en el que se alojará el cardenal en cuanto pase a la condición de emérito. La verdad es que no por decisión suya, está preparando la retirada y el retiro de Sistach. ¿Querrá la Providencia que esté preparando también su oportunidad de demostrar lo que vale?
Feminidad versus Feminismo (10/02/2012) Por Cesáreo Marítimo
El 31 de enero tuvo lugar un evento modesto en apariencia, pero que puede ser el inicio de algo muy importante. Un grupo de ciudadanos italianos, invitados por el diputado Massimo Polledri y Cristian Ricci, se reunieron en la Sala della Mercede, del Congreso de Diputados, para poner sobre la mesa una potentísima batería de ideas y argumentos sobre la feminidad, como sólido y completo cuerpo de doctrina: una doctrina claramente distanciada del feminismo feroz que domina la escena ideológica moderna, y opuesta frontalmente a la ideología de género. El fin último de este empeño es superar el fenómeno social del monopolio de esas doctrinas que actualmente están inspirando e impregnando las leyes y las instituciones de la Unión Europea y sus afines ideológicos y políticos.
Como representante de España y en nombre de la plataforma Derecho a Vivir, fue invitada Tania Fernández Arellano, cuyo parlamento versó sobre “La feminidad, patrimonio mundial”. Fue una bella conferencia, como lo fue cada una de las que se presentaron. Pero lo realmente impresionante fue, luego, a la distancia, darnos cuenta del valor superior del puzzle completo, sobre el valor de cada una de las conferencias. Intento ir presentando las piezas del puzzle por ver de compartir esta visión con los lectores de Germinans.
Habló en primer lugar el diputado sobre la obsesión por la igualdad entre el hombre y la mujer, que obviamente tiene sus campos específicos de aplicación, como son el derecho y el trabajo; pero que llevada más allá, nos ha abocado a despreciar y a obviar las diferencias, que constituyen una gran riqueza; con lo que ese desenfoque de la realidad, agotado el recorrido que le es propio, ha devenido en lamentable empobrecimiento no sólo para la mujer, sino para el conjunto hombre-mujer que conforma la sociedad.
Emanuela Vinai, (en la fotografía) periodista y publicista, puso el dedo en la llaga del “uso” de la mujer en la publicidad como “objeto” del que se valoran únicamente los aspectos físicos; y eso no como un fenómeno profesional, sino como un consenso social. Ésa es la valoración de la mujer que se consume mayoritariamente en los medios. El título de su conferencia era “Comunicar el talento de la feminidad” : una verdadera revolución de la imagen femenina, haciendo hincapié en el carácter de auténtico talento que tiene por sí misma la feminidad, es decir la condición de mujer, de la que forma parte intrínseca la maternidad como forma de enfrentarse a la realidad.
La conferencia de Ana Cristina Villa Betancourt, colombiana, responsable de la sección Mujeres del Pontificio Consejo para los Laicos, versó sobre la “Feminidad y la maternidad espiritual” , la maravillosa y fecundísima forma de maternidad que desarrollan en la Iglesia las mujeres que consagran su vida a Dios y al prójimo. Es el instinto femenino y por tanto maternal de estas mujeres lo que da a su dedicación una calidad netamente diferenciada de la que son capaces de dar los hombres consagrados a Dios y al prójimo.
Costanza Miriano, periodista de la RAI , madre de cuatro hijos, que obtuvo en 2011 el premio literario nacional “Mujer y Vida”, habló sobre la “Feminidad en el Matrimonio” señalando los distintos roles del padre y de la madre en el matrimonio, y poniendo el acento en la necesidad de poner siempre las exigencias de la familia por encima de las del Estado.
Sara Fumagalli, que trabaja en primera línea en el voluntariado en países golpeados por la guerra y por las calamidades naturales, coordinadora de la organización “Umanitaria Padana onlus”, que despliega su actividad en esas regiones, habló sobre “La vocación femenina a la caridad”. Con la viveza de quien vive y conoce de primera mano las situaciones más duras, destacó que la feminidad se expresa con un genio y una sensibilidad particular que lleva a la mujer a amar como sólo ella sabe hacerlo, y a dar dignidad en las situaciones más difíciles. Ella misma dio unas pinceladas maestras sobre el tema de “La feminidad negada” que correspondía a la diputada Suad Sbai, italiana de origen marroquí, periodista y jefa de redacción de la revista en lengua árabe Al Maghrebiya, y presidenta de la asociación de mujeres marroquíes en Italia. Pues bien, la idea de impacto que nos transmitió Sara Fumagalli en nombre de Suad Sbai, es que ante la disyuntiva entre tener derechos (opción occidental) y mantener las esencias y sobre todo el reconocimiento de la condición de mujer, especialmente de la maternidad; ante la incapacidad occidental de compatibilizar ambas opciones, la mujer árabe ha optado por no renunciar a su plena condición femenina por conquistar derechos. Y asumen el caro precio que han de pagar por ello.
Cristian Ricci, (en la fotografía) presidente de “Ciencia y Vida Pontremoli-Lunigiana”, cuya conferencia llevaba el sugerente título “¿Quién está contra este talento?” , explicó que el mayor riesgo para el reconocimiento del talento de la feminidad está en la “teoría de género”, que niega la diversidad entre hombres y mujeres; lo que tiene como resultado oscurecer un aspecto fundamental del ser humano, que es el don recíproco. Sus planteamientos fueron de profundidad antropológica.
Fue especialmente emotiva la vibrante intervención de Rita Coruzzi, escritora, cuyas obras más destacadas son “Un vuelo de mariposa” y “Gracias a la Vida ” . Ella es una chica joven, que por un error médico va en silla de ruedas. El título de su conferencia, “La mujer y la defensa de toda vida” . Naturalmente tanto en los títulos de sus libros como en su conferencia, se refiere al valor muy superior que tiene nuestra vida por ser humana y más aún, en su caso, y en el de las que están como ella, por su especificidad femenina. Fue bellísima.
Ahí queda la relación de las conferencias. Tanto la temática como el evento dan mucho de sí. Confío en poder desarrollar más extensamente alguno de los muchos temas que han quedado aquí tan sólo apuntados.
Pequeños pasos hacia adelante en los seminarios de Barcelona y Terrassa (9/02/2012) Por Nebridius de Arrahona
En 2011 se nombró formadores de seminario a dos jóvenes sacerdotes, ambos nacidos en 1976, de perfil germinante (fidelidad a la Iglesia, ortodoxa doctrina, solvente formación, vestimenta clerical…). Dos JASP en calificación certera de Oriolt. El primero, Mosén Miquel Ramon i Fuentes para el de Barcelona. El segundo, Mosén Carles Cahuana i Bartra para el de Terrassa.
Miquel Ramon, natural de Montgat, ordenado el 22 de junio de 2008, es licenciado en Filosofía por la Gregoriana y profesor de Filosofía Natural en la Facultad de Filosofía de la Ramon Llull. En palabras de Antoninus Pius, una coraza de protección para el "adlátere" Rvdo. Josep Maria Turull.
De Miquel Ramón se destaca el hecho de ser un hombre instruido, culto, que estaba cursando el doctorado en Roma antes de ser llamado al Seminario como formador, con una carrera civil previa a sus espaldas, una licenciatura en Bioquímica por la U.B. (que no significa nada para el sacerdocio, pero siempre es garantía saber hacer algo más), paciente, muy discreto, para nada empalagoso o prepotente, sacerdote de intachable ortodoxia, firme en sus convicciones, pero con mano izquierda (sin ser por eso hipócrita) cualidad imprescindible para sobrevivir en un Seminario como el de Barcelona, sin morir en el intento. En definitiva un buen ejemplo de esa nueva generación de sacerdotes que, al igual que las flores de la montaña que florecen en medio de la nieve, han crecido en medio del erial progresista y se han inmunizado de él, y del cual el mejor exponente es el obispo Novell.
Por su parte, Mosén Carles Cahuana, nacido en Sant Quirze del Vallès, hijo de un buen pediatra y avispada y risueña comadrona, alumno de los escolapios de dicha ciudad y de los de Sarrià, fue ordenado en 2007 pasando a ser destinado a Sant Esteve de Granollers como vicario, parroquia donde ya colaboraba como diácono en época del párroco Francesc Pardo (hoy obispo de Gerona). Capaz de pilotar aviones de recreo y hablar inglés, francés y alemán, se licenció en Ciencias Políticas antes de entrar en el seminario de Barcelona.
Por lo que respecta al Seminario de Barcelona, teóricamente existen dos residencias con instalaciones separadas (conjunto de habitaciones, cocina común, capilla, sala de recreo…) y formador propio, Mosén Miquel Ramón para la Sant Josep Oriol y Mosén Josep Serra para la de Sant Josep de la Muntanya. La tercera, la del Sagrat Cor fue cerrada por falta de vocaciones. Pese a estas divisiones teóricas, ambos formadores se dedican por igual al conjunto de seminaristas.
Miquel Ramón ha rehumanizado las relaciones de los superiores del Seminario con los seminaristas. Se ha convertido en lo que realmente se espera de un formador que debe acompañar a los seminaristas en su etapa en la casa. Fácilmente disponible y “encontrable” (“trobable”), conjuntamente con Mosén Serra, ha dado un giro de 180 grados al carácter distante, gélido y funcionarial que emana en las relaciones humanas de los superiores del establecimiento de la calle Diputación hacia sus subordinados. Un destello de esperanza en un solar donde el vacío lo penetra casi todo. Y que a la desorientación de Turull hay que sumar el divo crepuscular José Antonio Arenas, director espiritual desespiritualizado del Seminario personaje con un perfil y carácter egocéntrico similares al de la Castafiore
Si la tarea del bueno de Mosén Miquel es comenzar a dar vida a un Seminario casi vacío, la de Mosén Cahuana ha sido la de poner un poco de orden en un Seminario, el de Terrassa, demasiado lleno.
Incorporar a Mosén Cahuana, experimentado piloto de aviones, como vice-rector del seminario menor egarense, ha sido una buena medida de corrección contra el exceso de paracaidismo de reclutación extranjera. Y es que Terrassa no es Toledo. Porque aunque la aritmética de los números no entienda de matices, no es lo mismo el tránsito por Occidente de los culturalmente bizantinos del 2000 que el exilio de las víctimas del progresismo eclesial español de los setenta y ochenta que, en búsqueda de un pastor fiel, se refugiaron en la antigua capital hispánica, como fue el caso de los casi compañeros de quinta, Saiz y Sanz.
En las antípodas de la antigua praxis del Seminario de Barcelona, donde casi había que pasar un test de ADN en sangre para contrastar fidelidades al “tarannà” (carácter) religioso del país y venir avalado por media docena de párrocos de la misma cuerda, Terrassa busca un punto medio que corrija las dificultades del álgebra visigótica para la resolución de ecuaciones de varias variables. Se empiezan a pedir ciertas cartas credenciales a los párrocos de donde proceden las vocaciones, se va intentando asegurar la Misa diaria en el establecimiento y se separa físicamente la residencia de los seminaristas mayores de los menores. Así, gracias a las medidas tomadas, de aquellos 42 de marzo de 2011, han pasado a ser unos 30 más o menos, incluido el elevado número de no peninsulares que ha quedado pese a la criba. Una cifra que igualmente continúa siendo muy alta, si ponemos dichas cifras en relación al desequilibrio demográfico que existe entre las diócesis de Terrassa y Barcelona.
25-V: El silencio de los buenos, cada vez más estridente (3/02/2012) Por Cesáreo Marítimo
Parece ser que el primer 25-V de 2012, va señalando lo que pueden ser las coordenadas de todo el año, respecto a la defensa de la vida en Barcelona. Ha habido dos puntos de inflexión: como en América, se están uniendo los protestantes a la Marcha por la Vida. Y paradójicamente (o quizá no tanto) se están uniendo a los que llaman “ultracatólicos” quienes claman por el “aborto libre y gratuito” como corolario natural del “derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo”. Es que con quienes se entienden de maravilla es con los católicos normales: los moderados. Y, ¡nueva paradoja!, son dentro de la Iglesia los promotores del ecumenismo más abierto y del atrio de los gentiles, los que también llaman ultracatólicos a los que acogen hoy a los protestantes para defender juntos la causa de la vida. Llaman “ultras” a los únicos católicos que consideran un deber de conciencia salir a la calle a clamar contra las leyes inicuas que fomentan el aborto y lo promocionan y con frecuencia hasta lo imponen a través de las instituciones.
Tuvieron que venir los protestantes a recordarnos que el silencio de los buenos es el mayor estímulo para los malos; y que para ayudar al mal a prosperar, la mejor ayuda de los buenos es el silencio. Pecado de omisión lo llamamos los católicos. Si en el código de conducta del ciudadano la omisión de ayuda es un delito, ¿qué no ha de ser en la moral cristiana? No podemos asistir en silencio o mirando para otro lado, a la comisión de un delito continuado y cultivado de forma recalcitrante. Ni podemos ni debemos.
La contramanifestación (éste es el segundo punto de inflexión) subió considerablemente de tono y de volumen, iniciándose ya en las técnicas importadas de la “kale borroka”. El ruido mediático empieza a ser considerable. Los medios se mantienen distantes, guardan el silencio debido sobre algo tan políticamente incorrecto como es poner en tela de juicio la política abortista de los poderes públicos. Había en cambio bastantes cámaras de freelances, que vieron que ése es un excelente filón informativo, y que si no este mes, el próximo; y si no, el siguiente, conseguirán vender imágenes a los medios. ¿Por qué? Pues porque ya está perfectamente diseñado el pulso entre los “ultracatólicos” y los proabortistas; y esto ya sólo puede ir a más.
La realidad es que Barcelona se está convirtiendo en el referente no sólo para España, sino para toda Europa, de la lucha bravía por la vida. Barcelona es el campo de batalla en el que más visiblemente se desarrolla la confrontación entre los “ultracatólicos” y los forofos de la cultura de la muerte. Estos últimos por cierto están ayudando de forma extraordinaria a visibilizar el problema sociológico que representa el aborto (por supuesto que no es ésa su intención, puesto que para ellos el aborto no es el problema, sino la gran solución). Y están ayudando también los de la cultura de la muerte a crear y difundir la imagen de una Barcelona que se bate sin complejos en la defensa de la vida. Una Barcelona que, si se mantienen estas coordenadas, a lo largo de este 2012 se habrá convertido en la capital europea de la defensa de la vida. Tampoco está nada mal que se asocie esta imagen tan subida de colores con el icono de Barcelona, uno de cuyos atractivos es la audacia de su colorido: las dos imágenes, por lo demás tan próximas, se realzarán mutuamente.
¿Y qué hacen entretanto los católicos normales? Pues ¡qué van a hacer! Los católicos normales, los considerados buenos católicos por lo más anticatólico que se mueve por estas tierras, esos católicos guardan silencio. ¿Acaso no toman partido? Sí que lo toman, claro que sí; pero ¡oh casualidad!, resulta que lo toman contra los ultracatólicos. Dicen que el ruido no favorece a la causa: que es mejor trabajar en silencio. Quizá tengan razón; pero tienen la desventaja de que si no hacen ruido ni con la escoba, es imposible saber si trabajan o sestean. Sobre todo cuando se trata de trabajos que al no tener fecha de entrega, se eternizan.
Parece razonable que si los católicos (y mira por dónde, ahora también los protestantes) quieren poner freno al aborto, y sobre todo restaurar las conciencias al respecto, decidan empezar por apretar a la iglesia para que se plante en sus hospitales, dando la batalla frontal para que no se realicen abortos en ellos. Y si acaban perdiendo la batalla y tienen que retirarse de los hospitales, mala suerte. Ésa es una batalla que no pueden rehuir, porque como decía Méndez Núñez, más vale honra sin barcos, que barcos sin honra; y a la Iglesia le vale infinitamente más decencia y fidelidad a su doctrina sin hospitales, que hospitales consintiendo en ellos (¡siempre por omisión!) las mayores tropelías contra la moral cristiana: una moral en que coincidimos incluso con los protestantes.
Y ahí tenemos la gran paradoja: los máximos responsables católicos de esos hospitales, sudando tinta ante cada 25-V, porque su especial sistema táctico requiere larguísimos plazos, y sobre todo mucho silencio, muchísimo silencio para que no se tuerzan esas delicadísimas negociaciones con el poder civil que manda en sus hospitales: auténtico encaje de bolillos, fatídica tela de Penélope tejiéndose y deshilachándose desde tiempo inmemorial (y ni se sabe para cuándo). Resulta que no sólo los furibundos anticatólicos, sino también los buenos católicos, reniegan rabiosos unos y suspiran mohínos otros, por que se haga el silencio en torno al problema sangrante del aborto. Con todo eso resulta que los católicos moderados acaban convirtiéndose en moderadamente católicos. Al fin y al cabo, es lo que más se lleva.
La plataforma que organiza los 25-V, acogidos ahora a la denominación “Marcha por la Vida ”, envió una delegación a Washington, la madre de todas las Marchas por la Vida que se celebran en todo el mundo. Este año, el 23 de enero se celebraba la edición nº 39. Allí los cristianos (los católicos más los protestantes de gran diversidad de iglesias) y los judíos lo tienen sumamente claro: no van ni con medias tintas ni con paños calientes. Les preocupa mucho más la conciencia que la legislación. Aunque la Marcha acaba en el Capitolio y ante el Tribunal Supremo, no son esas las instituciones en que tienen puesta su esperanza para acabar con el aborto, sino en los púlpitos, que también allí callan. A lo que aspiran los organizadores de la Marcha por la Vida es a que todos los púlpitos se conviertan en un clamor por la vida. El día que eso suceda, se acabará el aborto en el país en que tal milagro se produzca. Todos los púlpitos clamando a una sola voz contra el aborto.
Va sonando extraño, muy extraño, que sean las ovejas las que se planten ante los pastores para pedirles que las pastoreen con rectitud. Y mucho más extraño suena, que la respuesta de los pastores, discretísima, sea el dedo índice sellando sus labios.
Empecinados, fracasados y sin pedir perdón (29/01/2012) Por Virtelius Temerarius
La Iglesia ha reservado la infalibilidad para la palabra de Dios, para los concilios y para el Papa cuando habla ex cátedra. Fuera de estos tres ámbitos, estamos en el terreno de la humana falibilidad. Todos podemos fallar, todos podemos equivocarnos. Pero contra ese mal están el remedio de la retractación, si los errores son doctrinales; y el de pedir perdón si se ha hecho daño a alguien por acción o por omisión.
En la era postconciliar, los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles comprometidos que se han convertido en verdaderos apóstoles del pensamiento de izquierdas y promotores de los partidos de izquierdas y de las políticas de izquierdas (o de progreso que dicen), han sido legión. Ni en la era del nacionalcatolicismo, que al fin y al cabo se produjo como respuesta a la durísima persecución contra los católicos, especialmente sacerdotes y religiosos asesinados a miles; ni en esa época fue tan extensa y sobre todo intensa la adscripción política de los sacerdotes: con la entrega total de su alma y de su ministerio a la causa política. En Cataluña, en las provincias vascas y en Navarra, el ministerio sacerdotal se convirtió también en ministerio nacionalprogresista.
Está a punto de cumplirse ya el medio siglo de aquel terremoto cuyo carácter más destacado fue la politización de la religión, bajo la consigna de que Cristo mismo era de izquierdas, y que el Evangelio sólo era comprensible si se interpretaba en clave política y social de izquierdas. Para ser buena persona y para ser buen católico, había que ser de izquierdas: y no sólo conceptualmente, sino comprometido políticamente y en la acción. Eran los cantos de sirena de la época, y justo es reconocer que sólo con un solidísimo armazón intelectual, podía uno resistirse a esa adsorción. Pero claro, eso era el mundo, disfrazado con su cara más amable. Y nos dejamos engañar la inmensa mayoría.
Pero tiempo ha habido de discernir la cizaña del trigo: los que les pilló de jóvenes, como quien no quiere la cosa son ya septuagenarios. Y los que llevaban ya algunos años en el sacerdocio o en la vida religiosa, están aún más allá. De las nuevas promociones, hay de todo: las más antiguas, más incardinadas en el mundo; y las más recientes, cada vez más y mejor incardinadas en la Iglesia.
Lo sorprendente es el empecinamiento en el error: por los frutos se sabe qué tal es el árbol. Y no se necesita ser un gran hermeneuta para entender la diferencia entre iglesias llenas e iglesias vacías. Los sacerdotes que se dedicaron a hacer política, empujaron a sus fieles hacia la fuente genuina de la política, vaciando de ese modo sus iglesias. Y los que se dedican al culto religioso y a la pastoral, llenan las iglesias. Parece obvio: a los fieles no les interesa el mensaje político en la iglesia: ni el implícito ni el explícito. Ni les interesa, claro está, un culto acomodado a una ideología política: por ejemplo, el culto minimalista y populista de izquierdas, vendido como sencillez evangélica; ni una teología y una moral de ocasión (incluida la propia), vendidas como preocupación y adaptación social.
El fracaso de esa Iglesia acomodaticia pegada al terreno ha sido estrepitoso. Pero ellos no tienen nada que ver con el fracaso. Ellos hicieron lo único correcto; ellos acertaron. Se permiten incluso el lujo de ridiculizar con crueles sarcasmos todo lo que hacen los sacerdotes cuya liturgia, cuya pastoral y cuya moral es aceptada y demandada cada vez por más fieles.
Ellos siguen empecinados en su fracasada mundanización de la Iglesia; empecinados en no pedir perdón por el daño que han hecho a la Iglesia y a tantos fieles. La Iglesia sí que pide perdón cuando yerra, porque errar es humano; y de hombres y mujeres está hecha la iglesia. Pero ellos no. Ellos son mayoría y tienen la razón que les da el ser muchos y el tener extensas áreas de poder. Los errados son los otros, los que hasta pueden ser identificados como sacerdotes. Ellos son los que tienen que vivir avergonzados.
La Iglesia tiene, gracias a Dios, una vitalidad que vence a los milenios, porque ha dado con el equilibrio (no siempre perfecto) entre la iniciativa de muchos de sus miembros con amplio margen de autonomía, y la sumisión a la disciplina, a la jerarquía y al dogma. Si la disciplina organizativa fuese tan estricta que no dejase margen al desenvolvimiento de sus miembros más creativos e inquietos, la Iglesia se hubiese anquilosado y no habría superado el devenir de los siglos. Si por el contrario no hubiese funcionado el principio jerárquico, sería algo muy distinto de lo que es, o quizá ni tan siquiera sería. La historia de la Iglesia está llena de fundadores, de teólogos, de tratadistas; pero también está llena de cismáticos.
También hoy la Iglesia lucha contra esa tendencia cismática. Un profundo conocedor de los entresijos vaticanos, me explicaba cómo dentro de la misma curia vaticana, se había atrincherado el pensamiento político de izquierdas; y me daba cuenta pormenorizada de las tensiones que eso producía. Manifestaba su temor de que esas tensiones pudieran degenerar en cisma: tal era el enconamiento de las posiciones y tal el número y calidad jerárquica de los disidentes.
El problema realmente serio del “progresismo” en la Iglesia, es que los eclesiásticos que a él se han abrazado, le han dado carácter totalmente religioso. Creyeron, ingenuos, que serían capaces de apoderarse del pensamiento de izquierdas y cristianizarlo. Y a esa tarea se dedicaron. Pero como el baricentro de esos dos planetas (religión y política) estaba desplazado exageradamente hacia la política hermoseada en acción social, he aquí que no fue la religión la que absorbió la política, cristianizándola y sublimándola, sino que fue la política la que devoró a la religión. Fueron un ejército de sacerdotes, de religiosos y de laicos haciendo política en hábito y talante religioso. Colgaron el hábito de inmediato; y el talante lo mudaron a muy poco tardar.
Fue una suerte que el cambio fuese tan drástico: que el pensamiento religioso se plegase sin reservas al pensamiento político; y que este último fuese más un código de estilo que un auténtico cuerpo de doctrina. Porque de no ser así, de existir en la izquierda clerical una verdadera ideología global capaz de llevar sello religioso, se hubiese producido sin la menor duda el cisma que temía mi amigo, y al que se hubieran sumado entusiastas los vestigios de aquel novedoso neolítico. Pero al no haber doctrina, sino simple moda intelectual de una época, nos hemos salvado del cisma. ¡Gracias a Dios! Pero nos queda el problema residual de la moda: porque quien ha lucido siempre esa vestimenta intelectual, difícil es que se mude.
Aclaración sobre mi traslado a Madrid (24/01/2012) Por Pablo Ginés
Estimados "compañeros digitales" de Germinans:
Soy Pablo Ginés, periodista que escribe de religión en La Razón, Religionenlibertad.com y ForumLibertas.com.
He leído en Libertad Digital esta referencia a mi persona, en la entrevista que os han hecho:
"los medios que cubren la información religiosa en Cataluña siempre han estado en manos de la corriente nacional-progresista. Es un caso digno de estudio que solo sucede en Cataluña. Si no eres nacionalista y progresista, no informas de religión. Así de simple. Pregúntele si no a Pablo Ginés por qué se tuvo que trasladar a Madrid."
Lo cierto es que estoy bastante de acuerdo con la afirmación principal (aunque no sé si es algo que suceda sólo en Cataluña), pero precisamente yo NO soy un buen ejemplo para ilustrarlo. Más bien soy una especie de excepción que confirma la regla o demuestra que otra forma de actuar es posible.
En 2001 la asociación E-Cristians, del entonces aún político convergente Josep Miró i Ardèvol (ya no es político), buscaba un periodista para su publicación digital de información socio-religiosa. Me presenté y lo primero que le advertí a Josep Miró es que políticamente me opongo al nacionalismo. Él me dijo que en E-Cristians cabe todo tipo de personas, con cualquier orientación política, mientras acepte la doctrina católica (la "centralidad eclesial" le llama él, donde el centro lo marca el Papa y el Magisterio). Me aceptó y escribí en E-Cristians y en el diario digital ForumLibertas, donde aún colaboro hasta la fecha, con una amplísima libertad (más de la que hay en cualquier periódico "de papel"). Me mudé a Madrid en 2008 cuando se me invitó a escribir en La Razón porque, aunque estaba bien en ForumLibertas, me sentí llamado a llegar a más lectores. Es decir, yo no me fui a Madrid hostigado por el nacionalismo progresista. En E-Cristians y ForumLibertas, donde yo estaba, no se da esa presión. Josep Miró pone su servicio a la Iglesia universal muy por delante de sus opciones políticas, y eso es lo que he visto durante 8 años en Barcelona (y 3 en Madrid). En E-Cristians católicos de distintas tendencias políticas aprenden a trabajar de forma conjunta para servir a la sociedad y la Iglesia, y aprenden a respetar sus legítimas diferencias, poniendo por delante lo más importante: la doctrina social, el bien común, la Iglesia, etc... Cuando se da algún roce natural, enseguida se llega a alguna fórmula aceptable por las distintas sensibilidades.
Así que precisamente mi caso es el de un periodista que ha informado de religión en Cataluña durante años sin ser nacionalista ni progresista. ¿Un milagro del Señor a través de esa cosa tan especial (y buena) que es E-Cristians? Creo que mi caso no es frecuente en Cataluña. Pero por otra parte es cierto que, por desgracia, ¡tampoco hay tantos espacios mediáticos para escribir de Religión en la prensa catalana, ni siquiera en la española! De hecho, La Razón es el único diario con una página casi diaria de Religión. Que San Francisco de Sales, patrón de los periodistas que celebramos hoy, nos ayude a todos en este complejo mundo de la comunicación.
Tartarín de Matabosch en el país del ISCREB (17/01/2012) Por De Rebus Ecclesiae
Hace mucho, mucho tiempo hubo un hombre, Tartarín de Matabosch llamado, tan destacado y popular entre los “fills del Concili” (Hijos del Concilio) que fue acumulando suculentos cargos y prebendas, siendo proclamado rey del país del ISCREB (Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona). No sólo porque fue él quien se enfundó clergyman y a Roma fue a legalizar su invento, sino porque fue suya la idea de fundar un centro donde se educase a nuevas generaciones en antidoctrina y antimagisterio.
Pero, sobre todo, resulta que -con Juan Pablo II- hacía ya tiempo que pintaban bastos para los progres “fills del Concili” y muchos eran los que sin oficio temían quedarse. Había pues que vender a Roma el invento de un nuevo centro de enseñanza, supuestamente fiel, pero lleno de infidelidades y deslealtades. En cuanto por Roma fue aprobado el invento, presto los de “la casa” nombraron rey a Tartarín.
Debemos advertir que desde que se puso en marcha el invento, todos los fogoneros por Tartarín escogidos se dedicaron al deporte de la caza. Y no era caza cualquiera sino caza mayor: por ser la Doctrina y el Magisterio el centro de la Diana Superior.
Entre esos “fills del Concili” es pasión la caza mayor, pues desde tiempos mitológicos se dedicaron a disparar intelectualmente -con perdón para los intelectuales- contra el Mártir obispo Irurita o contra el prelado Don Marcelo, a quien abundante metralla granearon. No contentos, siguieron con su práctica deportivo-favorita con el obispo Don Ricardo. Daba gozo verlos tan flamantes y valientes, protegidos por los laicos don Dinero y don Poder. Y ya sabemos que no es posible a dos señores servir, ni menos a tres.
Desde entonces hasta los tiempos presentes mucha agua ha corrido entre el Besós y el Llobregat. Pero ahí han seguido, desde sus atalayas Iscrebenses, lanzando fuego graneado contra la Doctrina y el Magisterio. Y ahí están refugiados y alentados por el “Güan” Diocesano y su protegido, Turull Seminario.
Así pues, nuestro Tartarín lidera a un grupo “trabucaire” que se autoproclama “Fills del Concili”: aunque ahora da pena verlos, ya tan viejos y uraños. Y, a modo de ejemplo, he aquí alguno de éstos.
El marista Lluís Serra (izquierda) tiene por acción insuflar apostólica misión. Pero los que retrata no son aquellos apóstoles reunidos por Jesucristo, sino la ilusión de una Iglesia supuestamente renovada a través del Concilio. Como buen “fill del Concili” arenga mandando al “trastero eclesial” prácticas, objetos y oraciones al Señor. Además de profesor del país ISCREB, es secretario general de la Unió de Religiosos de Catalunya, y profesor y directivo de la hereje Universidad Ramon Llull.
El sacerdote diocesano Joan Bada (derecha) , es aquel que se dice historiador de la Iglesia con puesto en la Universidad de Barcelona. Es aquel a quien no se le cae la cara de vergüenza de hacer displicencia con el cuerpo todavía caliente de Juan Pablo II “el Grande”, dedicándole un articulito en la Vanguardia: Desencuentros con Cataluña. Y tengan por seguro que siempre habla maldades de la Iglesia -llamándola Jerarquía e Institución- y dando la solución: la disolución.
Otro que por ahí anda refugiado es el lasaliano José Vico (derecha) para quien retrógrado es mantenerse casto hasta el matrimonio. ¡Viva la cohabitación prematrimonial! proclama; aunque siempre es experiencia mejor, pareja intercambiar. Sobre la vida humana, nada hay que respetar antes del asentamiento embrionario en el endometrio y, aún allí, pobre blastocito que ya es embrión ¿por qué no pudiera ser eliminado? Y ni que decir tiene que es ético el aborto en caso de violación, porque habrá que reconocer que aunque el feto es inocente, la mujer también lo es y no podemos obligarla a llevar una extensión de tal acto de agresión. ¿Y qué decir de la eutanasia? Cuestión abierta es, y bien pudiera ser moral acabar con una vida humana, que en tal caso no es asesinato ni suicidio sino el valor de una muerte más humana.
¿Y la Mariología del claretiano don Bonifacio? (izquierda) Ufff, no puede ser Virgen quien hijos ha tenido, y no puede ser que estando casada se haya resistido. Esto es algo que no se comprende ni por razón ni por fe. Proclamada fue doctrina por el decir popular. Así que qué más da si lo fue.
Estos son algunos de los tartarinenses establecidos en el ISCREB. Son algunos de los que se encargan de la formación de los futuros teólogos, catequistas, profesores y diáconos de la Barcinonensis, de Cataluña y de otras partes de España. Y no son excepción sino la regla de confirmación.
El país ISCREB tiene, además, la particularidad de recibir a charlatanes y embaucadores de otra institución promovida y presidida por el propio Tartarín. Fundación Joan Margall se llama y en ella tiene asiento Torralba, con oficio en la herética Ramon Llull y silla en el instituto Borja de Bioética, muy contraria a la Doctrina de la Iglesia. También se pasea por allí Joan Rigol, que presidió el parlamento de Cataluña y fue “conseller” de Trabajo y de Cultura. Así también aparece Armand Puig, con asiento de decano en la Facultad de Teología de Cataluña en el mismo seminario, y que preside el “Tartarín Clon Place” o ISCRT (Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Tarragona).
Esto es sólo un apunte sobre la cruel realidad que estamos sufriendo en esta perdida diócesis y en toda Cataluña, tan dejadas de la mano de Roma, y a “sota el vento” progre y antieclesial. Éste es el país de Tartarín donde el sol lo transfigura todo, haciendo que parezca más grande y temible de lo que realmente es. Si entráis en este país prestad atención, que hombre prevenido siempre vale por dos.
Ya es hora de que abordemos la cuestión: de Roma es debida la intervención.
La ideología cristiana se presenta a las primarias norteamericanas (13/12/2011) Por Cesáreo Marítimo
Nunca me hubiese imaginado que asistiría con verdadera pasión a las primarias de los republicanos en USA. En este momento parece que el debate se ha centrado entre un mormón, un católico y un anarquista o antisistema. La diferencia de votos entre los tres es bien escasa (prácticamente se han alzado cada uno con una cuarta parte del censo). Pero quizá lo más sorprendente de todo, es que en estas primarias es posible que ocupen un lugar estelar el debate sobre el aborto, el debate sobre el matrimonio homosexual y la coherencia entre los valores y principios que uno sostiene, y su acción política. Éste es el talón de Aquiles del candidato mejor situado: la debilidad de sus convicciones y por tanto la reversibilidad de sus valores (“si no le gustan éstos, tengo otros de recambio”).
Me alegro infinito de que haya países en que los electores les exigen a los políticos un claro posicionamiento ideológico y coherencia entre esta ideología y su gestión del mandato popular en las votaciones y en la acción de gobierno. Y mi admiración crece al infinito cuando comparo la exigencia de compromiso ideológico que hay en la derecha americana y la más absoluta delicuescencia ideológica que practica la derecha española. Pero llega esta admiración a lo inenarrable y hasta a lo inefable, cuando el segundo término de comparación son los sacerdotes, religiosos y religiosas de Cataluña y sus pastores, en lo que toca a la defensa de su ideología y a la coherencia entre ésta y su manera de gobernar las diócesis, las parroquias, los colegios religiosos.
Resulta que a Romney (foto de arriba), la perfecta estampa del político moderado y sin estridencias, con todos los vientos a favor, le va pisando los talones el donnadie Rick Santorum, (foto de la izquierda) católico de firmes convicciones y fiel a sus ideas. Es que Romney tiene en su historial que, a la hora de posicionarse sobre el matrimonio homosexual, no tuvo el valor de bloquearlo, pudiendo hacerlo. Y cuando abordó una reforma sanitaria para el Estado del que era gobernador, pues va y apoya el aborto. Por eso sus detractores le acusan de poco fiable en sus convicciones, hasta el punto de que le acusan de no parecer siquiera un auténtico conservador.
Pues digo que mientras Romney, un conservador del que por serlo, los votantes esperan que esté por la defensa de la familia y por tanto contra el aborto y contra el matrimonio homosexual; mientras a Romney le sacarán los colores cientos de veces a lo largo de las primarias por haber sido tan flojo en la defensa de las convicciones que comparte con el electorado de derechas; mientras eso ocurre en la política americana (no nos hagamos ilusiones, que en España la derecha política no tiene ni convicciones ni valores por los que partirse el pecho), en la Iglesia católica de nuestros lares, a ningún sacerdote, a ningún religioso, a ninguna monja, a ningún obispo se le sacan los colores por no posicionarse y por no actuar con absoluta claridad y transparencia en esos mismos temas que tan bien funcionan como detector de valores.
Y no es que sea algo excepcional y anecdótico que en las iglesias sea tabú hablar del aborto, porque lo que tocaría obviamente sería hablar en contra; ni menos excepcional es todavía que en las iglesias se hable contra la denominación de matrimonio para las uniones homosexuales. ¿Y eso por qué? Pues porque ambas cosas son políticamente incorrectas. ¡Ya ven cómo se preocupa el clero de lo que se tiene que preocupar! Ni es excepcional que en los colegios religiosos se hable abiertamente a favor del aborto y del matrimonio homosexual. Ni se escandaliza nadie de que los obispos consientan abortos en los hospitales de cuyo patronato forma parte la Iglesia; ni le extraña a nadie que rehúyan este tema tan vidrioso y tan políticamente comprometido. Y es que encima resulta que gran parte de esta tropa de “pasmaos”, que diría Guerra, presumen de ser de izquierdas, opción política que tiene como señas de identidad tanto el aborto como el matrimonio homosexual. Y se encuentran los pobres con el alma dividida entre Dios y el diablo. Está claro que si tuvieran que pasar unas primarias en las que en primer lugar se exigiesen convicciones, y en segundo lugar se requiriera la coherencia entre éstas y la acción diaria, la mayoría de esta tropa se quedarían en la cuneta.
Es una verdadera lástima que habiendo visto la mitad de los políticos norteamericanos con claridad meridiana, que su salvación ¡política! está en la defensa de los valores cristianos; es una lástima que viendo esto con tanta claridad unos laicos a los que mueve en principio la ambición política (y es posible que a más de uno le mueva también la buena conciencia); es una verdadera lástima que nuestros clérigos sean tan obtusos que no vean que su salvación personal y mundana (¡ya no digamos la espiritual y eterna!) está en la defensa de los valores cristianos.
A veces pienso que se muestra en ellos la ira de Dios, que después de haber endurecido su corazón, los está escupiendo de su boca. Porque es que no hay explicación humana posible. ¿Cómo pueden estar tan ofuscados que escondan avergonzados el legado de la fe que han de transmitir al pueblo (un legado del que han hecho bandera la mitad de los políticos norteamericanos), y en cambio exhiban con tanta fatuidad y tan pagados de sí mismos una paupérrima y tristísima ideología política que para nada va con su oficio ni con su ministerio sacerdotal? ¿Es que ni siquiera les alcanza la inteligencia donde no les alcanza la fe? ¿Cómo es posible que no pueda admirar en mis sacerdotes lo que les es propio, y tenga que admirarlo en cambio en los políticos americanos?
Seguramente que es desmedida mi alegría y mi esperanza de cristiano ante las primarias del Partido Republicano; seguramente que estos sentimientos nacen de mi desesperanza en lo que tengo cerca. Se nos están comiendo la libertad religiosa y la libertad de ideas y de conciencia, y resulta que desde el mayor baluarte y la mayor afirmación de libertad religiosa con que contamos en España, no se está haciendo nada por frenar el abuso de los políticos que se permiten profanar el sancta sanctorum de las conciencias. Que el poder político las ideas nos las impone desde las leyes y desde las instituciones. ¡A ver si nos enteramos de una vez! Mientras que la Iglesia sólo nos “propone”, porque no tiene fuerza para obligarnos. Creemos libérrimamente. El que profesa una religión lo hace libremente; mientras que el que es adoctrinado dolosamente en la escuela y en los medios y desde las instituciones, lo es mediante intolerable abuso de poder. Y esto es así aquí y en Pekín. La religión es hoy la más potente instancia de libertad personal frente al poder político, que tiene en sus programas la manipulación de nuestras conciencias.
¿Estamos ciegos o qué? Si un ciego guía a otro ciego, los dos caen en el hoyo. ¿Qué podemos hacer con guías tan ciegos, cuando la luz nos da en pleno rostro?
Estamos en un momento crucial del ciclo histórico y económico, en que la política no funciona exclusivamente a base de gestión (modelo que intenta imponer el sistema en Grecia y en Italia). Hoy más que nunca al político se le exige también estar situado ideológicamente. Porque el votante sabe que las ideas son el motor de la política y no a la inversa. Sabe que efectivamente su pueden imponer unas ideas desde el poder y combatir otras; pero ésas son operaciones sólo de poder y de corto recorrido. La política de largo alcance opera con ideas también de largo alcance. Y en este momento no hay en el mercado de las ideas mejor mercancía que el cristianismo. Esto lo han visto bien claro los políticos norteamericanos menos inclinados al suicidio individual y colectivo: los que no están dispuestos a pactar con la cultura de la muerte que a tantos tiene deslumbrados.
Deslumbrados, ofuscados u obcecados tenemos a la mayor parte de los próceres de la Iglesia al menos aquí en Cataluña. Ojalá sigan estas primarias con el alma abierta, y lo que oigan y vean en defensa de los grandes principios cristianos (libertad religiosa sin interferencias del Estado ni para ayudar ni para combatir; proteger, y sobre todo no asfixiar la institución de la familia; respetar la vida de inicio a fin; devolverles a los padres el derecho de educar a sus hijos) les haga abrir los ojos y encaminar sus pasos por el camino de la salvación temporal y eterna de ellos mismos; y también de la salvación de la patria, si es eso lo que más les preocupa.
La segunda conferencia de Monseñor Dominique Rey (Congreso de Manresa) (30/12/2011) Por Antoni Mª. C. Juncadella
Publicamos los esquemas de la segunda conferencia del obispo de Fréjus-Toulon en el congreso de Manresa y que llevó por título: “ La conversión pastoral que las comunidades cristianas tienen que vivir para poder inscribirse en la nueva evangelización y los criterios para llevarla a buen término ”.
[Nuestra glosa entre corchetes]
1. Conocimiento del terreno de misión (o la démarche Nazareth )
Ciertas prácticas pastorales fracasan por la falta de un estudio serio del “terreno” y de la aprehensión del contexto humano y social.
A veces hay un desfase entre la cultura de la sociedad y el estado espiritual de los cristianos.
La acción misionera se inscribe dentro de una historia, una genealogía y una geografía humana.
[Monseñor Rey se refirió a la necesidad de conocer el terreno donde se es enviado. Como Jesucristo que vivió y se judeizó durante treinta años en un medio concreto, Nazareth, es necesario un estudio serio del universo humano dentro del cual el evangelizador se insiere. Y no se trata sólo de una desencriptación sociológica, sino teologal. Hay que conocer las esperanzas de los hombres entre los cuales el evangelizador vive, sus barreras mentales, sus anhelos… Es necesaria una visión realista de la situación para no caer en la pastoral del “parachutiste” (paracaidista) que no comprende el medio al cual se dirige, porque sólo tiene una visión superficial. Recordó que su primer año en la diócesis lo dedicó, antes de hacer ningún cambio sustancial, a recorrer y patearse la diócesis de punta a punta, para empaparse de ella. Hay que aprovechar el capital de conocimientos de los mayores, escucharlos; tener una voluntad de escucha y de humildad intelectual para siempre estar en predisposición de aprender; aprovecharse del capital de conocimientos que nace de un inventario cuantitativo y cualitativo del universo humano entre el cual el evangelizador vive.]
2. Lugares de misión
La familia
La escuela católica
La parroquia
Las diversas realidades eclesiales, movimientos y comunidades
La diaconía de la Iglesia
La piedad popular. Los santuarios
Los medios de comunicación social
El arte y la cultura
Los espacios sociales
[Ninguno de estos lugares de encarnación de la misión puede ser obviado. La familia en primer lugar detallando su importancia y la necesidad de crear o potenciar a su vez espacios y jornadas de encuentro festivo de familias para vivirlas, incluso en su vertiente lúdica, en clave cristiana.
Se refirió también a la necesidad de reencontrar la identidad católica en las escuelas católicas y sus dificultades. Aludió a ello como una reforma pendiente y cómo los obispos de Francia ven con preocupación cómo muchas de ellas son ya puramente poca cosa más que empresas privadas escolares.
La parroquia, fruto de la expansión de la Iglesia durante el siglo IV, no debe ser ignorada ni postergada en la nueva evangelización. La parroquia es y debe continuar siendo una comunidad sacramental organizada y un espacio territorial con un pastor cercano. Alertó del desequilibrio que a veces se produce cuando se privilegian otros núcleos o centros de nueva evangelización (movimientos, comunidades religiosas...). Como en el resto de su conferencia, llamó al discernimiento para una sana inserción e integración de los nuevos fenómenos de la nueva evangelización en la vida institucional de la Iglesia. Las dos realidades se necesitan y se complementan.
Hay que respetar el lugar teológico de los nuevos movimientos, comunidades religiosas y otras realidades de la nueva evangelización. Son un vivero de nuevas experiencias. Los obispos y demás pastores deben tener hacia ellos una mirada paternal de acompañamiento. El Espíritu surge por donde quiere y los planes pastorales no pueden privarlo de actuar.
Hay que respetar los santuarios y lugares de peregrinación así como la importancia de la piedad popular. En este sentido explicó los peregrinajes que se realizan al santuario de Cotignac, en su diócesis, y de cómo habían recobrado fuerza cuando se deja al Espíritu Santo actuar. A este comentarista le impresionó agradablemente la revitalización de las mismas y la celebración desde hace pocos años de una practicada sólo por padres (hombres) de familia y otra, en otra fecha, de madres (mujeres); y de cómo en la última, más de 800 padres de familia de entre 30 y 45 años peregrinaron durante 3 días à la belle étoile (bivac) hasta Cotignac. Monseñor Rey hizo una alusión corta pero bien clara a la necesidad de que haya ámbitos donde no se confundan los sexos y que ello es sano y redunda en una también sana integración y relación entre hombres y mujeres. Sin renunciar por ello a la existencia de espacios y actividades comunes. Otra vez la visión integral de la nueva evangelización defendida por Monseñor Rey.
Después de remarcar la importancia de la diaconía (la caridad) de la Iglesia hacia los excluidos, del testimonio profético de los que entregan su vida por ellos y de que la Caridad es inherente a la Fe , el obispo de Fréjus Toulon se centró en la necesidad de encarnar también la nueva evangelización en el arte, la música, la cultura e incluso en otros espacios de sociabilidad humana como Internet.]
3. Una visión misionera
La visión no es la capacidad de presentir el futuro, sino de discernir los cambios que se operan en la sociedad y de tener en cuenta cada uno de ellos en el momento en que queremos desplegar la acción de la Iglesia.
Descansa [la visión misionera] en la oración y en la meditación de la palabra de Dios, en el examen del Magisterio de la Iglesia y en el intercambio entre responsables pastorales
Debe ser: integral; abierta y pedagógica; prospectiva y dinámica; pragmática; compartida y comunicada.
[Citando a San Beda el Venerable ( la Iglesia engendra cada día a la Iglesia ), se refirió en este tercer punto a la necesidad de una visión profunda de los cambios que se operan en nuestra sociedad: pero no para asumirlos acríticamente, sino para darles un sentido cristiano; y si son errados, para trasformarlos. Y que todo ello debe descansar en la oración y la meditación de la palabra de Dios, en el examen del Magisterio de la Iglesia y en el intercambio de conocimientos entre responsables pastorales. Tampoco dejar de tener presente que por muchas transformaciones que experimente, el Hombre, incluso el contemporáneo, continúa siendo el mismo ser que anhela a Dios en lo más íntimo de su interior. Como tampoco hay que olvidar que este proceso de dar un sentido cristiano a las transformaciones del mundo presente, se ha de iniciar por pequeñas comunidades creativas e imaginativas las cuales, como el principio físico, cuanto más densas más irradian.]
4. El primado de la Gracia
4.1. La disponibilidad del Espíritu Santo
“Las técnicas de evangelización son buenas, pero las más perfeccionadas no sabrían reemplazar la acción discreta del Espíritu” (Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, núm 75, 1975).
No es por azar que el punto de partida de la evangelización haya tenido lugar la mañana de Pentecostés.
4.2. La liturgia y la vida eucarística
Una Iglesia auténticamente eucarística es una Iglesia misionera” (Benedicto XVI, Sacramentum Caritatis , núm. 84). La nueva evangelización deberá arraigarse en una verdadera renovación eucarística: catequesis, dignidad de la celebración, iniciación en el ars celebrandi , búsqueda de sacralidad.
4.3. La acogida de los nuevos carismas
“No existe contraste o contraposición en la Iglesia entre la dimensión institucional y la dimensión carismática, de la que los movimientos son una expresión significativa” (Juan Pablo II, 27 de mayo de 1998)
Acogerlos en el seno de las estructuras tradicionales, reclama una verdadera disponibilidad espiritual y eclesial, una pedagogía pastoral para acompañarlos y animarlos a ocupar su lugar en la revitalización del territorio eclesial.
5. Conversión pastoral
5.1. La conversión de las comunidades cristianas A lo largo de los años que han acompañado y seguido al Concilio, se ha desarrollado la pastoral del “ocultamiento”, valorándose el mundo como lugar teológico. El cristiano debe reencontrar su postura crítica de testificación, a veces de disidencia y de protesta.
[Por lo que se refiere a este último punto, Monseñor Rey remarcó que llevados por una mala interpretación del Concilio se ha ejercido una pastoral excesivamente dominada por la idea de la influencia en el mundo; pero que ello ha demostrado sus limitaciones, ya que este “influencismo”, de estar presente pero no de una manera clara y explícita, ha provocado un ocultamiento del catolicismo, un esconderse de la Iglesia y de su Mensaje que ha acabado siendo perjudicial; ya que las personas con quienes entre en contacto el nuevo evangelizador, quieren interlocutores que se muestren claros y explícitos y que no les hagan perder tiempo.
No hay que tener miedo a mostrar el Mensaje cristiano, la Buena Nueva, aunque ello provoque escándalo. Los cristianos, y más para el nuevo evangelizador, deben recuperar una decaída denuncia profética de los males de este mundo: aunque ello provoque, auque le convierta en un disidente. No puede dejar de ser una alerta ante el gregarismo contemporáneo.]
5.2. La conversión del “gobierno pastoral”
El cambio pastoral concierne en primer lugar a los obispos, a los sacerdotes, a los diáconos, a los laicos con responsabilidades.
La conversión pastoral abarca: la centralidad de la salvación en Jesucristo, el vivir una auténtica renovación interior.
El acento debe ponerse también en la predicación kerigmática, en los itinerarios de iniciación cristiana, en los nuevos métodos de evangelización, en el redescubrimiento de los sacramentos y en la experimentación de la misericordia.
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