El amigo Ravasi (3/01/2012)No falla la semana en la que los medios de comunicación progre-eclesiales nos vengan a presentar al cardenal Ravasi, Presidente del pontificio consejo de la cultura, como su gran esperanza blanca en la curia vaticana. En Cataluña el martilleo todavía es más insistente, no en vano el llamado "ministro de cultura" fue el precursor del viaje papal a Barcelona y se muestra en perfecta sintonía con el cardenal Martínez Sistach. Pero aparte de los razonamientos, más o menos simplistas, de los informadores que dominan los espacios de religión, debemos profundizar en la figura de Ravasi, estudiarla detenidamente en sus orígenes y evolución posterior, para llegar a la conclusión de que no nos hallamos ni ante una personalidad tan aperturista ni ante un personaje de relumbrón en el actual círculo de poder vaticano. Monseñor Gianfranco Ravasi nació en Merate (Lombardía) el 18 de octubre de 1942, siendo ordenado sacerdote en la diócesis milanesa el día 28 de junio de 1966. Estudió en el Pontificio Instituto Bíblico, pasando después a ser profesor de exégesis en la facultad de teología de Milán. En el año 1989, el cardenal Martini, que había sido su profesor en Roma, le designó prefecto de la Biblioteca y de la Pinacoteca Ambrosiana. Un cargo que supone una lanzadera importantísima, no en vano fueron sus prefectos cardenales insignes e incluso contó con un futuro papa, Achille Ratti, sucesor de Pedro con el nombre de Pio XI. Parecía, pues, que aquel Ravasi, con 47 años, estaba llamado a ser una gran figura eclesial. Y no fue así. Paradójicamente quien detuvo su promoción fue el propio cardenal Martini, su antiguo profesor, con el que dejó de tener sintonía y lo tuvo anclado en el cargo de bibliotecario. Retirado Martini de la diócesis de Milán, parecía que llegaba el momento del biblista. Tanto es así que en el año 2005 fue propuesto para el obispado de Asís, la ciudad de San Francisco; diócesis pequeña, pero de notable relevancia. Pero cuando ya estaba listo el nombramiento, alguien filtró un artículo suyo del 31 de marzo de 2002, publicado en el suplemento dominical del diario de economía y finanzas "Il Sole 24 Ore". El artículo era sobre la Pascua y se titulaba: "No ha resucitado, se ha levantado". En aquel momento, el cardenal Re, prefecto de la congregación para los obispos, retiró la candidatura. Pero quien sí se había fijado en Ravasi era su colega el profesor Ratzinger, nuestro actual Benedicto XVI, quien lo admiraba como divulgador, como experto en las Sagradas Escrituras y como exégeta. Tanto es así que puede decirse que cultivaron una buena amistad en los tiempos en que el actual pontífice ocupaba el cargo de Prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe. No sorprendió, pues, que una vez elegido Papa tuviese la distinción de encargarle la redacción de los textos del Vía Crucis en el Coliseo. Más le costó la designación como Presidente del Pontificio consejo de la cultura, pero se lo tomó como una decisión personal, venciendo las resistencias de los muchos opositores que tiene Ravasi, no solo en la Curia , sino en el episcopado italiano, desde los más conservadores a los más aperturistas. Y es que no se trata de un prelado tan progresista como nos lo presentan. No es Martini, ni mucho menos. De él se alejó rápidamente. Cuando están en juego temas cruciales como el aborto, la eutanasia o la vida naciente se muestra berroqueño y defiende el respeto absoluto a la vida de todo hombre en todo momento. En igual sentido se muestra tajante al defender el celibato sacerdotal y contrario a la ordenación sacerdotal femenina. No es casual por ello que uno de los medios mejor informados de la corriente progre-eclesial, como el semanario francés Golias, escribiese contra él acusándole de instrumentalizar la biblia y de abandonar la corriente progresista de Martini. Se trata, en definitiva, de un hombre de Benedicto XVI, pero carente de amarres en el sottogoverno vaticano. Tan es así que, a pesar de los múltiples rumores, ni tan siquiera fue incluido en la terna del nombramiento de arzobispo de Milán que finalmente recayó en el cardenal Angelo Scola. Ahora suena su nombre para Patriarca de Venecia, pero ya es un rumor muy leve y apaciguado. Parece que sus posibilidades son nulas. Tan inconsistentes como también parecen sus aspiraciones a ser un hipotético papable. Rara sería la designación de un pontífice, cuyo único cargo episcopal ha sido la presidencia del pontificio consejo de cultura y que en este 2012 entrará en la nómina de los septuagenarios. ¿Y su entendimiento con Sistach? Se trata de una amistad reciente. Ningún nexo existía entre el canonista y el biblista. El advenimiento tuvo lugar en enero de 2010, cuando el entonces arzobispo Ravasi visitó Barcelona y, al contemplar la Sagrada Familia , declaró: "Commoso, commoso, sono veramente commoso". El viaje a Barcelona se produjo tan solo días después de que tuviese lugar el acto en la Capilla Sixtina , en el que se produjo el encuentro de Benedicto XVI con los artistas, cuyo éxito se anotó en el haber de Ravasi. Probablemente, a partir de aquí se gestó la visita del Papa a Barcelona, la dedicación del templo gaudiniano y su elección como símbolo de la nueva evangelización. El momento cumbre de Sistach. Junto a su cardenalato. Se comprende que, a partir de entonces, nuestro prelado le esté inmensamente agradecido. Y Ravasi, con escasísimos apoyos en el colegio cardenalicio, se dedica a incrementar el notable ego del purpurado barcelonés. Llegando incluso a recompensarle con el nombramiento de Francesc Torralba como consultor. Pero la historia se detiene ahí: Ravasi ha sido candidato a todo y se ha quedado con el "ministerio de cultura". Igual que se quedó varado durante casi 20 años en la biblioteca ambrosiana. Y en el debut parisino de su "atrio de los gentiles" topó con la oposición de los medios progresistas, al haber censurado la presencia de ateos militantes como Hitchens u Onfray. Dejemos las cosas en sus justos términos, dediquémonos a estudiar bien las fuentes cuando se habla de alguien y aunque el cardenal Ravasi sea un notable políglota, que domina el italiano, español, francés, inglés, alemán, hebreo, árabe e incluso el arameo, siriaco y samaritano, aún no ha logrado familiarizarse con el catalán. El parasitismo progre-eclesial (20/12/2011)En anteriores escritos de este portal les hemos dado cuenta de la peculiar connivencia que existe en Cataluña entre el poder público y el nacional-progresismo eclesial, particularmente engrasada con el ungüento de la subvención a cargo del contribuyente (véanse artículos de Quinto Sertorius Crescens de 9, 17 y 24-12-2010). Estamos en tiempos de austeridad presupuestaria y los recortes han llegado también a las subvenciones. Pero no se han eliminado del todo. Así el Cercle d'Estudis Conciliars y la web catalunyareligió.cat de nuestro querido Jordi Llisterri han visto disminuida su dotación, con cargo al erario público, de 25.000 a 8.000 €, según consta en el DOGC de 19 de julio de 2011, en el que se le concede la gratificación por la curiosa finalidad de "financiación de costes de un portal de internet sobre religiones en Cataluña". Un poco más de suerte han tenido nuestros no menos queridos amigos de la Fundació Joan Maragall (cuyo presidente de honor sigue siendo Antoni Matabosch) que han pasado de 25.000 a 10.000 €, según se publicó en el DOGC del pasado 13 de diciembre de 2011. Aquí el objeto de la ayuda pública es totalmente abstracto: "actividades de la Fundació Joan Maragall". Es decir, 10.000 € distraídos de nuestros impuestos para que se empleen en los que les plazca al dúo Matabosch-Pipo Carbonell. Cierto es que el catastrófico estado de las finanzas de la Generalitat de Cataluña aconseja la reducción de tan anómalos viáticos, pero su actual minoración no nos debe hacer perder de vista la existencia de un sistema perverso, en el que el ciudadano (creyente, agnóstico o ateo) contribuye con sus impuestos a la financiación de unas entidades, cuya existencia y cuyo funcionamiento resultarían inviables sin el manto subsidiado de la administración pública. ¡Vamos a ver como se las apaña Llisterri con una subvención reducida algo más de una tercera parte! Van a tener que ponerse a trabajar, como todo hijo de vecino, haciendo números, posponiendo gastos, buscando formas de financiación externa, convenciendo a inversores de la bondad y realidad del proyecto. Y lo que es más grave para ellos: se hallarán en paridad de condiciones con el común de los demás medios de comunicación, que no gozan de la prebenda de la subvención. El conseller de Economía de la Generalitat anunciaba la semana pasada que las arcas autonómicas están tan exhaustas que no va a poder pagarse la totalidad de la paga extra de navidad a los funcionarios. Esto en cuanto al más que corto plazo, pues fácil es suponer que un anuncio de tales características no predice unos augurios muy favorables al pago de las nóminas de los meses venideros. La administración autonómica catalana se halla en quiebra. A pesar de ello, en la misma semana se seguían aprobando subvenciones, aunque sufran notorias mermas en comparación con las de años precedentes. Pero su propia existencia, ya sea por agravio comparativo o por la evidente distorsión que produce la intromisión del poder político en el ámbito religioso, aconseja su inmediata erradicación. ¡Basta de favores públicos! ¡A trabajar todos en igualdad de oportunidades! Aunque parece que este paraíso de la subvención tiene los días contados, el parasitismo progre-eclesial goza de otro maná en las poltronas públicas. Siempre hay un cargo para uno de sus representantes. Con el agravante de que sus representantes siempre son los mismos. El Ayuntamiento de Barcelona posee una curiosa sinecura denominada Oficina d'afers religiosos, creada para "garantizar la libertad de conciencia y religión". Tanto da que la Generalitat tenga también su Dirección General d'afers religiosos . Se trata de un caso más de duplicidad de competencias, a las que nadie pone coto, mientras por otro lado se producen drásticas mermas en servicios esenciales como sanidad y educación. ¿Y en quién ha pensado el alcalde Xavier Trias para regir esta canonjía? En otro de nuestros favoritos: Ignasi García Clavel. Hoy en día ya es director de seguridad pública del Síndic de Greuges y presidente del patronato de escuelas parroquiales del arzobispado de Barcelona y, anteriormente, fue gerente del Instituto catalán de servicios a la juventud (con otro de nuestros fans, Enric Puig, al mando); delegado de la Generalitat en las comarcas de Barcelona; secretario general de afers religiosos y director general de Instituciones penitenciarias. Asimismo fue el fundador de la asociación Cercle d'estudis conciliars, a la que la administración (de la que él siempre forma parte) remunera los costes de su portal internáutico. Un hombre aferrado a la poltrona. Y sigue anclado en la misma, a pesar de sus 68 años de edad. Total, para qué jubilarse, si Matabosch, con 76 años, sigue siendo delegado diocesano de economía, director del ISCREB, presidente honorario de la Joan Maragall , profesor de la facultad de teología y miembro del consejo presbiteral así como del colegio de consultores y de la comisión de ecumenismo. Aquí hay más de uno que le pasa como a Martín Villa que desde que fue jefe provincial del SEU siempre vivió agarrado al poder. García Clavel y Matabosch son los martinvillas de nuestra diócesis. Y es que el mando les rejuvenece. Ahí tienen a Matabosch con su porte erguido, que parece que ha colgado toda la vida de una imaginaria percha. Para ellos no pasa el tiempo.
Vic y Solsona ya funcionan conjuntamente (13/11/2011)Nuestros queridos lectores recordarán que, con anterioridad a la designación de monseñor Novell como obispo de Solsona, abogué en un artículo por la unión de dicha diócesis con la de Vic. Tras la remoción del obispo Traserra, volví a escribir sobre el tema, sosteniendo que ambas demarcaciones iban a tener tantos nexos en común -empezando por poseer los dos prelados más jóvenes de Cataluña- que pronto se podría hablar de una única diócesis de "facto". No ha tardado mucho en cumplirse la profecía. Al año justo de la ordenación episcopal de Xavier Novell, ambos obispos han convocado conjuntamente un congreso dedicado a " La Nueva Evangelización " que tendrá lugar en la localidad de Manresa (diócesis vicense) los próximos días 7 y 8 de enero de 2012. Pero no se queden solo con la iniciativa congresual, de por sí arriesgada si se tienen en cuenta los parcos medios de ambas diócesis, sino con uno de sus invitados estelares: el obispo de Fréjus-Toulon, monseñor Dominique Rey. No se trata de un obispo cualquiera, sino de una de las bichas del progresismo eclesial galo. Procedente de la Comunidad Emmanuel , ha llenado su diócesis de nuevas comunidades, fraternidades y movimientos. Algunas las ha traído del extranjero, incluyendo órdenes religiosas brasileñas o colombianas con numerosos jóvenes. Otras las ha fundado él, llegando a tener listadas en la diócesis a 27 nuevas comunidades o movimientos. A todas ellas ha pedido lo que decía Juan Pablo II acerca de la nueva evangelización: "nuevo ardor, nuevos métodos y un nuevo lenguaje". El semillero vocacional de su obispado es realmente espectacular. No voy a insistir sobre ello, porque esta jurisdicción es más propia de nuestro Prudentius de Bárcino, quien ya tuvo ocasión de ilustrarnos en su artículo ¡Viva Rey! ¡Viva la Castille ! . Como suele suceder, los frutos de su misión van acompañados de un absoluto rigor pastoral y litúrgico, ejemplificado -como noticias más coetáneas- en que fue el propulsor del Congreso Internacional sobre la Adoración Eucarística celebrado este mes de Junio en Roma y en que es un auténtico valedor de la misa tradicional, habiéndola celebrado por el rito extraordinario en más de una ocasión (como puede verse en la fotografía) . La idea de convocar a monseñor Rey al congreso de Manresa por parte de los obispos Casanova y Novell y que el mismo sea el único prelado que va a impartir nada más y nada menos que tres conferencias en el evento, nos da una clara idea de por donde surcan las preferencias de los dos mitrados catalanes. Pero paralelamente a la convocatoria de tan relevante congreso, se ha cumplido el año de ordenación de monseñor Xavier Novell y el mismo ha efectuado unas declaraciones a la Agencia Catalana de Noticies (recogidas por el medio Regió 7), que no tienen desperdicio y de las que les traduzco estos significativos párrafos:
La primera de dichas manifestaciones ya ha provocado una nota reprobatoria de las Juventudes Socialistas de Cataluña. La decepción nacionalista (por ahora callada) también es patente. ¡Qué lejos quedan los tiempos del nacionalista Deig! Si le hubiesen preguntado a éste por el triunfo del PP, nos habría hablado de una amenaza en el proceso de identidad catalana o de los temores a un nuevo centralismo. Novell ni tan siquiera se acuerda de esas menudencias terrenales, a las que tan apegado estaba su predecesor. Lo primero que se le ocurre al joven obispo es hablar del derecho a la vida, de la libertad de educación y de la nueva evangelización. Y de que no se le va a caer el anillo pastoral por importar sacerdotes peruanos. Está claro que monseñor Novell está cumpliendo con las expectativas que se depositaron en él. Pero, además, las viene consiguiendo sin oposición alguna. A los encantadores yayos del Forum Ondara no diré que se los ha hecho suyos, pero si ha conseguido domesticarlos, a base de dar la cara y dialogar con ellos. ¡Igualito que un cardenal que todos los conocemos que, en lugar de diálogo, molesta a los tribunales de Justicia, como si fueren faltos de faena! Monseñor Casanova también va por idéntico camino al de su diócesis vecina. Le ha costado, pero ha logrado formar un buen equipo y las voces discordantes van languideciendo con el paso del tiempo. Lo he repetido en más de un ocasión: el cronómetro está en marcha y no hay vuelta atrás. El futuro de la iglesia en Cataluña pasa por los obispos Novell y Casanova. Ambos tiene un mensaje sólido, valiente, entusiasta. La primera cita de su actuación conjunta está en Manresa los próximos días 7 y 8 de enero de 2012. Vendrán muchas más.
¿Matabosch vuelve a censurar? (6/11/2011)El sagaz Antoninus Pius, al que no se le escapa nada, nos contaba en su último artículo que el biógrafo de Gaudí, Josep María Tarragona, en el blog que tiene albergado en Periodista Digital explicaba que el sacerdote Antoni Matabosch se manifestó contrario a la beatificación del arquitecto en los fastos que tuvieron lugar en El Vaticano, a propósito de la inauguración de la exposición gaudiniana. Se trataba de unas manifestaciones profesadas en privado y de las que fue - en principio- testigo exclusivo el propio Tarragona. El post del blog llevaba fecha 27 de noviembre. Nadie se había hecho eco de la noticia hasta que al siguiente día 30 se publicó la pieza de Antoninus en esta web. Parece que el blog de Periodista Digital no tiene muchos seguidores, al contrario de este site. Una vez difundido aquí, Josep María Tarragona eliminó el artículo de su portal. Pero, ay, una vez salen las noticias en internet, siempre hay alguna alma previsora que las guarda; por eso -y por su interés- la volvemos a reproducir en este enlace propio. A las pocas horas de publicarse la información en Germinans, el revuelo mediático fue fulgurante. Como correspondía a la magnitud de la noticia: después de reclamar Sistach un milagro del arquitecto para conseguir su beatificación, uno de sus más estrechos colaboradores y responsable de la exposición se manifestaba contrario a la misma. La postura del arzobispo se daba coces con la de su relevante curial. Se recogió la información en Libertad Digital ; en medios internacionales; en el portal del crack Cigoña; en blogs dedicados al genial arquitecto; en uno crítico con el Opus Dei (luego les explicaré la relación de la Obra con el asunto) e incluso Federico Jiménez Losantos se ocupaba exclusivamente del tema en un artículo en El Mundo, que no les enlazo porque requiere suscripción a Orbyt. Pero Josep María Tarragona no se limitó a suprimir su escrito, sino a eliminar varios comentarios relacionados con las declaraciones de Matabosch. Lo que no ha efectuado dicho blogger, hasta el momento, ha sido escribir un artículo aclaratorio, ni decir que lo que atribuía a Matabosch era falso o fue fruto de un malentendido. Tampoco ha habido declaraciones del sacerdote-contable. La típica omertá. Que habría sido completa sino reproducimos el artículo. Sin embargo, leyendo entre líneas (como en tiempos de la oprobiosa) se colige que existe indignación y de la gorda. A los cuatro días de la enigmática supresión del post, Tarragona escribe otro artículo, lamentándose de que en la exposición Gaudí se haya desvinculado el tema del proceso de beatificación del arquitecto y se haya excluido expresamente a la asociación que la ha promovido, de la que forma parte el biógrafo-blogger. Habla del tema, pero no menciona a a Matabosch. Ahora bien, cuando la censura se revela es cuando al día siguiente, Josep María Tarragona publica otro artículo haciéndose eco del que había publicado Jiménez Losantos en El Mundo, pero omitiendo cualquier referencia a Matabosch. Dicha omisión o aparece buscada de propósito o no puede ser más torpe. Y es que el artículo de Losantos se titulaba "Matabosch y Gaudí" y el objeto del mismo no era solo que el escritor turolense abogase por la santidad del creador de la Sagrada Familia, sino que su posicionamiento se producía a raíz de la maniobra obstructiva de Matabosch, que había dado a conocer el propio Tarragona. ¿Cabe mayor disparate? ¿Es posible tamaña contradicción? Para ejemplificar la restricción mental y escrita del biógrafo voy a transcribirles los párrafos alusivos a Matabosch del artículo de Losantos, que él omite publicar:
Recoger el artículo y censurar parte del mismo resulta un absoluto sinsentido. Aunque el sinsentido se llame Matabosch. Pero les decía anteriormente que debía hablarles de la Obra. Josep María Tarragona es miembro del Opus Dei, como también lo era el sacerdote Ignacio Segarra, ya fallecido y que también formaba parte de la asociación pro beatificación. La iniciativa de la misma partió de manera muy notable del Opus barcelonés. En La Vanguardia de este domingo se publicaba un artículo del sacerdote de la Prelatura, Josep Ignasi Saranyana, que constituía un acérrimo alegato en favor de la beatificación del arquitecto y de su necesaria interrelación con la exposición romana. Más que sintomático. De todo ello se desprende que Tarragona publicó las manifestaciones de Matabosch y alguien -muy poderoso- le ordenó que las retirara. Sin embargo, no solo no las ha desmentido, sino que sus posteriores artículos rezuman su exasperación por haberse eliminado toda referencia a la beatificación de Gaudí en la exposición. Matasbosch no ha dicho nada, ni lo dirá, aunque recordemos que no es la primera vez que pretende censurar a alguien. Y el cardenal seguirá reclamando a voces ¡ un miracle ! Pero nadie podrá rebatir la sensación de desgobierno en la diócesis (incluso en temas en los que no debería haber motivo) y las terribles presiones que se ejercitan contra la libertad de expresión de sacerdotes y laicos. ¡Y todavía existe quién se pregunta por qué escribimos con pseudónimos!
El cardenal neo-gaudiniano (29/11/2011)La semana pasada se inauguraba en la Ciudad del Vaticano la exposición Gaudí en Roma, con un extraordinario desembarco de personalidades y medios de comunicación. No faltó ni tan siquiera el presidente de la Generalitat, Artur Mas, quien declaró que se trataba de una excelente oportunidad "para estrechar las relaciones entre el gobierno catalán y la Santa Sede ". Se hizo también presente una escogida representación de los medios de comunicación más fieles, destacando los cronistas oficiales de la diócesis Enric Juliana y Jordi Llisterri. ¡A Roma, doncs, que hi falta gent ! Cual se observa en la fotografía, nuestro obispo estaba como un niño con zapatos nuevos. Está tan imbuido de la obra y la personalidad del genial arquitecto, que ya se considera un eslabón más en la creación de la Sagrada Familia. La ilusión de su vida sería llegar al año 2026 y ver finalizado el templo, justo al cumplirse el centenario del fallecimiento de Antonio Gaudí. Tanto es su entusiasmo por ver en vida la beatificación del arquitecto, que va pidiendo por todas partes ¡ Un miracle. ..! ¡ Ens fa falta un miracle ! Pero el frenesí gaudiniano del cardenal es propio del enardecimiento de los conversos. Hasta hace muy poco tiempo, no se distinguía Sistach por su fervor hacia el creador del templo expiatorio, ni mucho menos por ser un decidido promotor de su beatificación. Nuevamente, voy a hacer un ejercicio de memoria. No fue hasta el año 1992 (Sistach ya era obispo de Tortosa y, anteriormente, había sido auxiliar de Barcelona) en que se constituyó la Asociación pro Beatificación de Antoni Gaudí. Fue presidida por el arquitecto José Manuel Almuzara y sus miembros fundadores fueron el también arquitecto Javier Fransitorra Luque, el escultor japonés Etsuro Sotoo, el biógrafo de Gaudi Josep Mª Tarragona y el sacerdote Ignasi Segarra Banyeres. Se trató de una iniciativa laica, pues ninguna instancia oficial eclesial había instado el proceso, durante los sesenta y seis años que habían transcurrido desde el fatídico atropello del tranvía. La Asociación se constituyó como parte actora del proceso judicial de la causa de beatificación. Cuando la noticia salió a la luz pública provocó sentimientos de perplejidad, por decirlo suavemente. Pese al entusiasmo de las mesnadas de turistas japoneses, Gaudí era considerado un meapilas por el establishment local. No solo eso, sino que habían sido muchas las voces airadas contra la continuación de las obras del templo. El sagaz Antoninus Pius, en su artículo del 3/8/2011, nos rescataba una carta a La Vanguardia del año 1965, en la que un grupo de distinguidos sacerdotes (entre ellos, el que fue auxiliar de Barcelona, Pere Tena y otros prohombres como Jarque, Hortet, Casimir Martí, Josep Bigordà, etc), protestaban porque se reanudasen las obras del templo, con el argumento sintetizado en el siguiente corolario: " La generación de hoy no comprende que una necesidad de expiación tenga que concretarse precisamente en la construcción de un templo que costaría millones" Se llegó a una oposición tan frenética que el día 10 de julio de 1990 tuvo lugar una manifestación contra la continuación de las obras, en la que se llenó de oprobios a Gaudí y al arquitecto Subirachs, encargado de su reanudación y en la que entre otras lindezas se exhibió una pancarta con el lema "¡ Que torni el tramvia !", en alusión a la muerte por atropello de Antoni Gaudí. Así se hallaba de encrespada la oposición a la finalización del templo, al que habían llegado a calificar como "mona de pascua". Solo dos años después de aquella desagradable manifestación, con toda la progresía diciendo pestes del templo gaudiniano, se constituyó la asociación que pretendía instar el proceso de beatificación, siendo el obispo Carrera el primer prelado que se manifestó a favor. En el año 1998 el cardenal Carles designó al sacerdote Lluis Bonet i Armengol (párroco de la cripta de la Sagrada Familia ) como vice-postulador de la causa, designándose un tribunal ad causam para escuchar los testimonios. El 13 de mayo de 2003, el cardenal Carles clausuró el proceso realizado en Barcelona, entregando las actas a la Congregación para la Causa de los Santos. Cual se colige de estos antecedentes, la beatificación de Gaudí fue instada a regañadientes de la iglesia oficial y con el absoluto desprecio del nacional-progresismo eclesial. El hoy cardenal de Barcelona jamás dijo esa boca es mía en todo el procedimiento previo. ¡Hasta que llegó Ravasi! En los primeros años del pontificado barcelonés de Sistach tampoco se muestra ningún anhelo gaudiniano, pero la visita del Presidente de la pontificia comisión de Cultura en el año 2008 abre los ojos al arzobispo de Barcelona. El entusiasmo del prelado italiano respecto a la obra de Gaudí, junto con el notable grado de amistad y confianza que traba con nuestro obispo, permiten a Sistach hallar el filón de su mandato. El broche de oro lo consigue con la venida del papa Benedicto XVI a dedicar la basílica. A partir de entonces, se desata el neo-gaudiniano. En todas sus predicaciones, pláticas, homilías o discursos habla del arquitecto de Dios y de la visita del Papa. Su penúltimo tributo ha sido la exposición que se acaba de inaugurar en el brazo de Carlo Magno de la Plaza de San Pedro. Pero el arzobispo barcelonés no tiene ni pizca de suerte cada vez que viaja a Roma. Una vez más se solapó una mala noticia a lo que tenía que ser un día de gozo. Mientras llegaba a Roma la expedición gaudiniana, el Instituto de Estadística de Cataluña (organismo perteneciente a la Generalitat ) publicaba un lacerante informe que daba cuenta de que el número de matrimonios católicos en Cataluña había pasado en 10 años de representar un 66,6 % a un 21'6% del total. No cabe decir que se trata de una decadencia que no tiene parangón en la Europa Occidental. Ningún territorio se ha secularizado de una forma tan brusca. Puede haber números peores, pero no un batacazo en tan corto período de tiempo. La noticia dio la vuelta al mundo, mientras Sistach pretendía cegar al orbe con las luces largas de la exposición Gaudí en Roma. Esta fatal coincidencia, unido al súbito fervor gaudiniano, no son más que otro ejemplo de la política de escaparate de nuestro cardenal. Fastos romanos, peticiones desaforadas de ¡ un miracle !, celebraciones discontinuas en la recién inaugurada basílica, la martineztroika que no se atreve a asomar la patita por miedo a las filtraciones... Y frente a ello, un panorama desolador de secularización y una diócesis absolutamente dividida, en la que se boicotea toda tentativa que no parta del magín de Sistach o sus adláteres.
La doble vara de medir (22/11/2011)A veces es necesario ejercitar un poco la memoria para comprender la ley del embudo que rige las actuaciones del nacional progresismo eclesial. Tampoco se crean que me voy a adentrar en un despliegue de rememoración histórica. Solo acudiré al año 2003, al objeto de comparar como se las hacían pasar al cardenal Carles y como no se las hacen pasar al cardenal Martínez Sistach. En el mes de noviembre de 2003, la parroquia de Santa María del Pi (la misma en la que se organizó un acto de protesta contra la visita del papa Benedicto XVI, en la misma fecha en que llegaba a Barcelona) invitó al sacerdote y teólogo Hans Küng a dar una charla, en la que debía presentar su primer volumen de memorias, titulado Libertad conquistada. El cardenal Carles prohibió que la conferencia se impartiese en una iglesia barcelonesa, pasando a celebrarse en el paraninfo de la Universidad Central. En el mes de noviembre de 2011 (justo ocho años después), la parroquia de Sant Medir invitó al teólogo Juan José Tamayo a dar una charla en la que presentaba su libro, titulado Otra teología es posible. El cardenal Martínez Sistach prohibió que la conferencia se impartiese en una iglesia barcelonesa, pasando a celebrarse en un local a 50 metros de la parroquia. Parece que los dos párrafos anteriores sean fruto de un copiar y pegar. Dos decisiones coherentes de sendos prelados católicos, que impiden que en locales diocesanos se dicten lecciones por teólogos a los que la Santa Sede ha retirado su misión canónica. Diferencia entre una y otra prohibición: ninguna. Sin embargo, las reacciones a un veto y a otro fueron radicalmente distintas. Sigamos con el ejercicio de memoria. Tan solo conocerse la prohibición, Hans Küng (del que debe recordarse que, a diferencia de Tamayo, es sacerdote) calificó al cardenal Carles como "jerarca de miras estrechas" y añadió que era la primera vez que se le prohibía hablar en una iglesia. El revuelo mediático fue realmente desproporcionado. Entraron en tromba los habituales (Església Plural, Foc Nou, El Ciervo, El Pregó, El Triangle, etc) y a ellos se unieron el llamado parlamento de las religiones (nos hallábamos en pleno Fórum de las culturas), la UNESCO con su presidente Mayor Zaragoza y hasta La Vanguardia que, con Rafael Jorba (hoy en día recalado en el CAC -¡vaya carrerón!-), llegaron a proclamar que Küng había sido expulsado del templo. Incluso el rotativo del Conde de Godó le publicó una entrevista en su sección La Contra , en el que nuevamente atacó a Don Ricardo, calificándolo de funcionario y pobre hombre. Tan solo conocerse la prohibición, Juan José Tamayo no ha efectuado ninguna declaración contra el cardenal Martínez Sistach, ni se han pronunciado los habituales (Església Plural, Foc Nou, El Ciervo, El Pregó, etc), ni La Vanguardia ha dicho nada, ni mucho menos le ha dado espacio en La Contra, que sigue publicándose en su última página. El único medio que recogió la noticia fue El País y los medios de internet. Han pasado solo ocho años y es increíble la doble vara de medir de la progresía ante un obispo y otro. Al cardenal Carles se le hizo la vida imposible desde el mismo momento en que llegó a Barcelona. Su pecado no era solo ser valenciano, sino "no ser dels nostres", no haber vivido el ambiente barcelonés, con la repelente U y los múltiples foros nacional progresistas. La campaña que se le organizó fue de una vileza tal, que hasta se llegó a dar por buena la acusación falsa de Torre Annunziata. Incluso Jordi Llisterri publicó un librito, titulado Les ferides de l'esglèsia catalana, que era un auténtico panfleto contra el cardenal valenciano. El poder político también se aparto de él, llegando a afirmar Jordi Pujol la enorme decepción que le supuso su pontificado. Los obispos auxiliares se le revelaron, quedando únicamente monseñor Carrera a su lado y solo en un principio, porque acabó también abandonándole. La mayoría de los arciprestes solicitaron públicamente su dimisión, teniendo que soportar a aquel clero levantisco hasta el mismo final de su pontificado, en el que se le organizó una manifestación contra la división de la diócesis, siendo arengados los asistentes por Turull con su ya famoso megáfono. Por el contrario, el pontificado de Sistach es una balsa de aceite. "Es dels nostres". Aunque no haya sido miembro de la U, ni conspicuo nacionalista ni mucho menos un progre; pero es hijo de su tiempo y compañero de aquellos que han dominado el presbiterio barcelonés durante más de cuarenta años. Ya puede vetar conferencias; aprobar en la CEE notas en las que recomienda no votar partidos separatistas; imponer sotanas a los seminaristas cuando han viajado a Roma; obligar a los formadores del seminario a vestir con clergyman o predicar en castellano con mucha más asiduidad que su antecesor. Ni una protesta. Ni un artículo en contra de Llisterri, ni de El Pregó, ni de El Triangle, ni de La Vanguardia. No solo eso, sino que a aquel cura del megáfono lo ha convertido en rector del seminario. Es la doble vara de medir de la progresía. Tan edificante. Y tan hipócrita, porque sotto voce dicen pestes de él. Como los 17 sacerdotes anónimos que en el libro Fills del concili manifestaron " Tres características lo retratan: no te mira jamás a los ojos; es un mentiroso; y es una persona incapaz de amar"
Premio para Peio (15/11/2011)Mientras se agotaban los números para el sorteo del siglo (el once del once del once) saltó la sorpresa del nombramiento de mossèn Pedro Sánchez Rodríguez -más conocido por mossèn Peio- como nuevo párroco de la iglesia mayor de Santa Ana. Para los que conocen poco Barcelona, debo explicarles que se trata de un precioso templo gótico, ubicado entre la avenida Puerta del Ángel y la plaza Cataluña. Parece complicado dar con él, porque se halla en una plazoleta sin salida, a la que se accede desde la calle Santa Ana o desde el pasaje Rivadeneyra. La iglesia fue fundada como monasterio de la orden del Santo Sepulcro en el año 1141. Sobre el primitivo templo románico, se erigió en el siglo XV la actual estructura gótica. Destaca en su interior la obra de Pere Bruna en los frescos policromados de toda la cúpula y paredes, pero lo más llamativo es su bello y recoleto claustro, con doble galería y mucha vegetación. Se trata de uno de los monumentos más desconocidos de la capital catalana, pero es un verdadero oasis de paz en medio de la agitación de la gran urbe. Se lo recomiendo a todo el mundo, ya sea como visita cultural o como lugar de oración, en donde hallarán un remanso de calma y piedad en pleno centro de Barcelona. Parece que al entrar en él se detenga el tiempo. Desde hacía 25 años su párroco era mossèn Joan Aran Suriol, jubilado ahora con 82 años, el cual fue el penúltimo preboste de la U , antes del advenimiento de nuestro amigo Brustenga. No hace falta ser muy avispado para intuir que dicha parroquia era fruta apetecible para un gran número de sacerdotes barceloneses que esperaban con ahínco ser los agraciados en el relevo. Tanto la monumentalidad del templo, como su historia (se llegaron a celebrar en ella cortes de la Corona de Aragón) o su ubicación son factores que contribuyen a sus enormes posibilidades como parroquia de referencia. La habían llegado a solicitar párrocos de renombre e incluso, algún que otro sacerdote con ganas de ir simplemente como vicario. Y a pesar de tantos novios, el premio fue para Peio. En el que nadie pensaba. ¿Quién es el nuevo rector de Santa Ana? Algunos lo conocerán por el blog de cine espiritual que tiene alojado en Religión Digital. Pero aparte de esta actividad, en la que revela su buen gusto y un notable bagaje cultural, debe resaltarse que se trata de un sacerdote germinante. Hago un alto para los que todavía están aprendiendo a leer: germinante no quiere decir que sea miembro de Germinans. Desde hace ocho años, mossèn Peio tenía encomendada la parroquia de la Mare de Déu del Carmel, donde se producían las conocidas notas germinantes: gran afluencia de feligreses, intensa actividad pastoral y sacramental, celo litúrgico y ortodoxia doctrinal y una ingente labor social. Además el nuevo párroco es miembro activo de uno de los nuevos movimientos: la comunidad ADSIS ; fundada en el año 1964 por el sacerdote alavés, José Luis Pérez Álvarez, pero que tuvo su desarrollo -como tantos otros- gracias al impulso de Juan Pablo II, extendiéndose a partir de los 90 en los países de habla hispana. Se trata de un movimiento eminentemente laico, aunque ya son varias las parroquias que han sido encomendadas a sacerdotes (entre ellos prefieren llamarse hermanos) de dicha comunidad. En Barcelona seguirán con la del Carmelo, cuyo nuevo rector es un miembro del grupo venido de Chile y, ahora, con la parroquia mayor de Santa Ana. Este relevo parroquial es sumamente elocuente: de un párroco de la U a uno de los nuevos movimientos. Ya he escrito más de una vez que el cronómetro está en marcha y no hay vuelta atrás. Que las ubres unianas y progresistas están totalmente exhaustas. Carecen de cantera, sus últimos cachorros se remontan a Romeu y Cabot, que ya frisan la cincuentena. No tienen a nadie más. Absolutamente a nadie. Como decía el gran Eugenio: "¿Pero hay alguien más...?". Su tiempo pasó y una nueva generación sacerdotal se está haciendo con las riendas de las parroquias más significativas de la diócesis, donde hasta ahora campaban a sus anchas los artífices del fracaso. Nos hemos cansado en este portal de repetir hasta la saciedad que el futuro era de las parroquias germinantes. Ahora se están empezando a recoger los frutos. Nuestra labor de zapa ha sido innegable. Lo pagaremos caro: con el destierro, la degradación o incluso la cárcel que nos solicita un diácono permanente a sueldo de la archidiócesis. Pero habrá valido la pena. Nunca nos lo van reconocer los agraciados: Peio, Xavier Pagés, Santi Bueno, Obach, David Álvarez, Costa Bou, Ferran Lorda, etc. Los sacerdotes emergentes de Barcelona. Pero que tengan en cuenta que quien empezó enfocar la luz a un grupo sacerdotal que estaba en la penumbra fue este portal. Se lo recordaremos el día del juicio. Si lo hay.
Sistach no llena la Sagrada Familia (8/11/2011)Entre los fastos que ha preparado la diócesis desde la dedicación de la basílica de la Sagrada Familia, Sistach se organizó este domingo un homenaje pro domo sua con motivo de sus bodas de oro sacerdotales. Como el egocentrismo de nuestro cardenal no tiene parangón, enmascaró su propia celebración con el aniversario de la visita del papa Benedicto XVI. ¡Qué mas da que los cincuenta años se cumpliesen el 17 de septiembre! Nuestro arzobispo quería conmemorar su ordenación sacerdotal al mismo tiempo que se recordaba la consagración del templo por el Santo Padre, justo hace un año. En tal caso, el éxito de convocatoria estaba asegurado. ¡Pues, ni con esas! No llegaron a repartirse las 4.500 entradas gratuitas que puso la diócesis a disposición de sus feligreses. Los bancos posteriores de las naves laterales permanecieron ostensiblemente vacíos. Es la novena ocasión, en este 2011, que se celebra culto en el templo de Gaudí y es la primera en que no se llena. Todos los actos han sido presididos por Sistach, que ya se considera tan artífice de su creación como el genial arquitecto. Hasta se atreve a vaticinar que la obra se hallará totalmente finalizada en el año 2026, siendo su mayor ilusión que Dios le conceda vida para poder asistir a su inauguración, aunque sea como arzobispo emérito. 89 años no son un reto exagerado para tan magno acontecimiento. Faltó el público de a pie, pero hubo una cumplida representación de las autoridades civiles (Presidente de la Generalitat , Presidenta del Parlament, vicepresidenta del Govern, alcalde de Barcelona, alcalde de Tarragona), militares (capitán general, gobernador militar) y eclesiásticas. El pleno de estas últimas es revelador del poder e influencia de nuestro cardenal. Asistió el cardenal Amigo (de quien se debe reír por lo bajini, ya que a él no le nombrarán coadjutor); el nuncio Fratini; todos los prelados catalanes; los arzobispos de Valencia, Pamplona y castrense y los obispos de Mallorca, Málaga y León. Y como no, el abad de Montserrat. Ese que ha declarado jornada de puertas abiertas en el monasterio, a ver si consigue alguna vocación que remedie el envejecimiento que sufre el cenobio a pasos agigantados. Si a ello añadimos curas celebrantes, familiares, enchufados varios, cargos de mil laya y condición, resulta que casi había más invitados y autoridades que fieles. La cartografía de la asistencia al acontecimiento es fiel reflejo del pontificado de Sistach. Alejado de la feligresía y muy próximo al poder civil. Y al eclesiástico. Todavía hay quien desdeña la influencia del cardenal en las esferas vaticanas. Se equivocan enormemente. Nos quedan todavía años con Don Luis Martínez. No tantos como él quisiera (conseguir una prórroga hasta el 2026 y proclamar la finalización de las obras de la Sagrada Familia ), pero si los suficientes para unir su destino con el de Rouco y superar el tiempo añadido que se concedió al cardenal Carles. Existen suficientes precedentes. Hace tan solo unos días, tanto el cardenal de Santo Domingo -al que visitó hace pocos meses- como el de La Habana han visto prorrogado su mandato "por varios años". Igual puede suceder con nuestro prelado. La prórroga de su mandato sería la culminación exitosa de aquella carrera que empezó en el seminario barcelonés, de cuya ordenación se han cumplido ahora 50 años. Aquel fámulo del Doctor Cebrià Montserrat; compañero de ilustres unianos como Hortet o Portabella; ordenado junto a Lluis Hernández (el cura-alcalde comunista de Santa Coloma), Martí Bonet, Jordi Piquer (recientemente jubilado como delegado de medios de comunicación), Joan Sanmartí o Salvador Torres. Aquel joven sacerdote, que se inició como jurista de la diócesis y pasó enseguida a acumular cargos hasta llegar a ser obispo auxiliar de Jubany, pasando por delante de Traserra, más antiguo que él y que nunca le perdonó el adelantamiento. Esa prórroga sería la perla que le faltaba a este auténtico funcionario eclesial, que, sin actividad pastoral alguna, se vio luego recompensado con el obispado de Tortosa, la sede tarraconense, la diócesis barcinonense (aunque dividida), el cardenalato y la visita del Papa. Tanto se ha llegado a creer su éxito que ha celebrado su quincuagésimo aniversario sacerdotal el mismo día que conmemora la visita del romano pontífice. Y que abre la basílica de la Sagrada Familia solo para el culto que preside él, ninguneando a las bodegas de la cripta al párroco y a los feligreses del templo expiatorio. Ahora bien, este distinguido rábula, tan bien considerado (o temido) por sus compañeros en el episcopado no consigue el cariño de sus feligreses y no llena la basílica gaudiniana ni con el doble motivo del aniversario de su dedicación papal y de su cumpleaños clerical. Que investigue el motivo, en lugar de alentar procesos judiciales contra este portal o de enviar sacerdotes a desempeñar función pastoral en hospitales, que es el nuevo castigo a galeras que se ha sacado de la manga.
El ejemplo de la parroquia de Núria (1/11/2011)Justo detrás de la Avenida Diagonal, en su confluencia con la calle Aribau, en la pequeña calle del Bon Pastor, se encuentra uno de los ejemplos germinantes más significativos de la diócesis barcelonesa. Se trata de la parroquia de la virgen de Núria. Abierta de 9 a 21 horas. Les recomiendo que la visiten un día. Por la mañana acuden las amas de casa que van a la compra, al mediodía los ejecutivos y administrativos antes o después de comer, por la tarde jubilados o madres que van a recoger a sus pequeños al colegio. Siempre hallarán un remanso de paz en esa zona tan transitada de la Ciudad Condal. Un templo pulcro y respirable, con un hilo musical gregoriano que no descansa y con el goteo constante de fieles, que hacen un alto en su camino o en sus obligaciones y dedican unos minutos a la oración, a la visita al Santísimo o a venerar a la Virgen. Además, desde hace un año cuenta con un carillón, audible en aquella vía principal, que recuerda a todos que allí hay un espacio en el que se halla el Señor. El artífice de este hito es su párroco, mossèn Santiago Bueno Salinas, catedrático de derecho canónico y miembro del Tribunal eclesiástico de Barcelona. No le hará mucha gracia al doctor Bueno este elogio, pues es uno de los furibundos enemigos de Germinans y colaborador necesario de algunos de los embates que hemos sufrido y estamos padeciendo. Pero a los colaboradores de este portal no nos duelen prendas en calificar de germinantes a aquellas parroquias, cuyas semillas brotan, crecen y se desarrollan. Máxime cuando he comprobado personalmente que la actividad del profesor Santiago Bueno no se detiene y sigue con sus cinco misas dominicales, sus tres celebraciones en día laborable y que está procediendo, entre otras reformas, a la construcción de un órgano, a la remodelación del presbiterio, a la rehabilitación de los locales de catequesis y a la iluminación nocturna de las vidrieras. Y con una esplendida pagina web, medio inexplicablemente desdeñado por la inmensa mayoría del clero, no solo el barcelonés. Todo ello con el celo y ortodoxia que distingue a las parroquias germinantes; incluso tiene en el atrio bien visible una hoja informativa respecto a las formas correctas de comulgar. No me cansaré de repetir (ha sido uno de los móviles de esta página) que son las parroquias más esmeradas en su liturgia, aquellas que despiertan el mayor seguimiento de feligreses. Mientras que, por el contrario, aquellas presididas por el abandono y la chapuza litúrgica padecen el olvido de los parroquianos. El ejemplo de Núria es todavía más extraordinario si se tienen en cuenta las penosas vicisitudes que pasó con anterioridad a que fuese regida por el doctor Bueno (en la fotografía de la izquierda). En especial, tras caer en una grave enfermedad su anterior párroco, mossèn Artur Martín Ejarque y transcurrir más de seis años, en los que se adscribía a la parroquia un sacerdote, que fue cambiando casi cada curso. Este caso debería servir de acicate ante supuestos similares. Me viene a la mente la parroquia de Sant Ferran. Situada también en un centro neurálgico de la capital catalana: en plena Gran Vía, justo al lado de la Plaza España, del nuevo edificio de la ONCE y enfrente del recién inaugurado centro comercial Las Arenas. También en estado de semi-abandono, sin que ello sea achacable a quien ha sido su párroco hasta ahora, mossèn Amador Roig Santacana; un santo varón, al que acaban de jubilar con 79 años y a quien dejaron absolutamente solo y con una frágil salud en los últimos años. El bueno de mossèn Amador ya no podía ni con dos misas dominicales y tuvo que ir suprimiendo culto y eliminando actividades. Le ha sustituido un sacerdote muy joven, mossèn Antoni Suriol Castellví. Un cura ortodoxo y, por tanto, renovador. Puede dar mucho de sí. Tiene una parroquia céntrica, enclavada en un lugar de paso privilegiado, la cual puede servir de faro y enseña de la cantidad y calidad de bien que hace la Iglesia. Tiene una ardua tarea por delante, pero igual de dura y difícil la tenía mossèn Bueno en Núria. Necesitará coraje y, en especial, mucha dedicación y empeño. Pero verá como no estará solo, poco a poco recibirá la respuesta de la feligresía y -si nos lo permite- el apoyo de Germinans. La empresa merece la pena.
Cuatro obispos catalanes contra el separatismo (24/10/2011)
La comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española ha hecho pública una nota ante las próximas elecciones del 20 de noviembre. Cada vez que se acerca una convocatoria electoral, nuestros obispos se marcan una declaración, absolutamente superflua y que nunca ha tenido relevancia en ninguno de los innumerables comicios que se han venido celebrando en este país. Todos ellos precedidos de la consabida nota. Sin embargo, en el último manifiesto se ha incluido un punto que ha suscitado el escándalo en el equipo médico habitual del nacional-progresismo eclesial catalán. En el párrafo polémico los obispos proclaman lo siguiente: " Recordamos de nuevo que se reconoce la legitimidad moral de los nacionalismos o regionalismos que, por métodos pacíficos, desean una nueva configuración de la unidad del estado español. Y también, que es necesario tutelar el bien común de la nación española en su conjunto, evitando los riesgos de manipulación de la verdad histórica y de la opinión pública por causa de pretensiones separatistas o ideológicas de cualquier tipo" Bien está. La particularidad de esta declaración es que la misma viene avalada por los cuatro prelados catalanes que son miembros de la comisión permanente de la CEE : el cardenal Martínez Sistach; los obispos de Terrassa y Lérida, Saiz Meneses y Piris y el auxiliar de Barcelona, Sebastià Taltavull. Solamente en el trienio 1990-1993 hubo cuatro obispos catalanes en la permanente de la CEE (Carles, Torrella, Guix y Marti Alanís). Insólitamente, cuando se ha vuelto a incrementar notablemente el peso catalán en dicho organismo, se ha hecho pública una nota en la que se llama a "tutelar el bien común de la nación española en su conjunto, evitando los riesgos de manipulación histórica y de la opinión pública por causa de pretensiones separatistas o ideológicas de cualquier tipo". Remárquense especialmente los conceptos "nación española" y "pretensiones separatistas". Este texto ha suscitado las cajas destempladas del establishment eclesial local. El primero que mostró su ira fue el diputado Duran Lleida, que últimamente se mete en todos los berenjenales posibles. Luego le han secundado los medios subvencionados locales: el inefable Llisterri de Avenida Gaudí 13, Jordi Busquets en El Punt/Avui y el orate dominical de La Vanguardia. Por cierto y abro un paréntesis, este último me tiene muy preocupado por el aspecto de abandono y molicie con el que últimamente se nos muestra (vean su foto reciente). Pero a lo que iba, lo que resulta tremendamente sintomático es que ni Durán Lleida, ni Llisterri, ni Jordi Busquets, ni el orate dominical se han acordado de destacar que cuatro obispos catalanes han aprobado esta nota y que la misma se ha elaborado en la reunión en la que se hallaban presentes. El nacional-progresismo eclesial solo se acuerda de censurar a Rouco y a Martínez Camino. Pero: ¿y Sistach?, ¿y Piris? Puede que si solo estuviera Sáiz Meneses, se le recordaría su origen toledano. Y de Taltavull, como es una incógnita nadie habla. Pero, claro, atacar a Sistach, a estas alturas del partido, sería ponerse a la altura de Germinans, de La Cigüeña de la Torre o de Libertad Digital. ¡Hasta aquí llegaron las aguas! La progresía recela de Sistach (recordemos la definición de un obispo por parte de los anónimos fills del concili) , pero ha sido - y sigue siendo- un prelado útil. Ni los curas progres, ni los laicos de tal ralea, ni mucho menos los medios de comunicación del citado hierro han sufrido menoscabo alguno durante su mandato. No digamos los miembros de CIU y el PSC, especialmente recompensados bajo su pontificado (Rigol, Enric Puig, García Clavel, Pipo Carbonell, etc). Estamos acostumbrados a esta inexplicable doble vara de medir. Ahora saldrá algún obispo catalán matizando la nota, seguro que habrá una declaración (aún más superflua e inicua) de la conferencia episcopal tarraconense, pero que nadie se olvide que Sistach, Piris, Saiz Meneses y Taltavull nos han llamado a: "tutelar el bien común de la nación española en su conjunto, evitando los riesgos de manipulación histórica y de la opinión pública por causa de pretensiones separatistas o ideológicas de cualquier tipo". Cada uno es responsable de sus actos y prisionero de sus palabras.
Ya nadie se acuerda del obispo Carrera (18/10/2011)¡Cómo pasa el tiempo! El pasado 3 de octubre se cumplió el tercer aniversario del fallecimiento del obispo Carrera, sin que nadie se acordase de él. Atrás quedaron las conmemoraciones del primer y segundo año, singularmente apropiadas por el sector nacional-progresista eclesial, pero este 2011 ha sufrido el menoscabo más gélido. Ni Jordi Llisterri, ni Francesc Romeu, ni Jaume Aymar, ni tan siquiera el orate dominical de La Vanguardia , que tanto se llenaron la boca con su recuerdo, le han dedicado unas míseras líneas. Cierto es que el tiempo todo lo borra y sic transit gloria mundi, pero resulta realmente inmisericorde este abrupto paso del cero al infinito. Sin embargo, en Germinans no nos hemos olvidado de él. Siempre hemos querido reivindicar a nuestro querido bisbe Joan, que procuró ser el obispo de todos y no solo de una de las facciones de ésta, su querida diócesis barcelonesa. Han sido muchos los que se han sorprendido de nuestra defensa a ultranza del difunto obispo auxiliar. Carrera era un hombre que provenía del nacionalismo, fue uno de los fundadores de Convergència Democràtica de Catalunya y militó en Unió Democràtica, hasta que recibió el nombramiento de prelado. Pero es que el Joan Carrera obispo fue un caso verdaderamente sorprendente. Tan sorprendente que una de las facetas menos recordadas es que acabó siendo despreciado por los miembros de esa otra Unió a la que nunca perteneció: la Unió Sacerdotal. La repelente U. La U fue una oposición radical, combativa y despiadada contra el cardenal Carles. Muchos han querido hacer amnesia de ello, pero Germinans no es más que un pellizco de monja, comparado con la brutalidad mostrada contra el anterior arzobispo. Por eso consideraron a Carrera como un traidor, un quintacolumnista, un infiltrado. Ni le perdonaron que admitiese su nombramiento (el cual había partido de Don Ricardo) ni mucho menos le toleraron que aceptase ser el moderador de la Curia, en aquellos días en que al cardenal Carles le llovían palos de todas partes, incluida la denuncia fantasma de la fiscalía italiana de Torre Annunziata. Pero el sorprendente Carrera fue más lejos. Fue un entusiasta seguidor de Juan Pablo II y un incomprendido defensor de los nuevos movimientos. Por ahí también recibió numerosas críticas. Como pueden ver, el bisbe Joan tenía una personalidad suficientemente poliédrica, para no dejarnos arrastrar por la versión simplista y naif que nos han contado de él. También lo han postergado los estamentos eclesiales de la diócesis. Su final como obispo auxiliar fue terrible. Cumplió los 75 años en 2005 y jamás se le aceptó la renuncia, muriendo a los tres años pasados de su merecida jubilación, todavía en activo. Mientras fue auxiliar de Sistach estuvo siempre ninguneado, totalmente apartado del núcleo de poder. Pese a ello, y aunque anhelaba su retiro, el cardenal no movió un dedo para que se le aceptase, pues quería un sucesor de su cuerda, cuyo apellido -a poder ser- empezase por Tur y acabase por ull. Como sea que a su empecinamiento le respondía Roma con largas, Carrera fue pasando amargamente sus días hasta el derrame cerebral del santuario de El Miracle. Después, ya fallecido, se tuvo que aceptar deprisa y corriendo la solución Taltavull. Un auxiliar designado con fórceps, con el que Sistach practica el mismo desdén que con Carrera. El otro día me tropecé con el menorquín en la calle Juan Guell, a las puertas del geriátrico sacerdotal (único sitio donde le dejaron residir) y pude verle con una bolsa saliendo del supermercado. Pensé: otro auxiliar que está solo. Que incluso tiene que ir a buscarse unas piezas de fruta, que le ayuden a edulcorar la magra dieta de la residencia. Me llevé la misma impresión que con Carrera, cuando lo veía caminar cabizbajo, a distancia de Sistach, sin que ni los vicarios episcopales ni el secretario-canciller le hicieran el menor caso. Pero donde más sufriría el bisbe Joan sería al contemplar la absoluta división de la diócesis entre sacerdotes mayores y sacerdotes jóvenes. Él que tantos puentes tendió siempre. Él que era lector diario de Germinans y, aunque disentía, nos mandaba cables de mediación. Cómo padecería al ver que la diócesis va repleta de anónimos fills del concili y diáconos permanentes en liza.
Cañizares ya habla catalán (11/10/2011)Este domingo tuvo lugar la proclamación del templo gerundense de Sant Feliu como basílica menor. El acto fue presidido por el cardenal Cañizares, prefecto de la congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que -como nos suele contar el crack Cigoña- pasa más tiempo en España que en Roma. Ya les he explicado en otras ocasiones que no escasean las visitas del prelado valenciano a Cataluña, especialmente Barcelona, donde guarda una amistad interesada con el arzobispo Martínez Sistach. Sin embargo, no ha sido hasta su viaje a Gerona cuando el purpurado se ha soltado a hablar en catalán, cual quedó patente en la homilía en la que alternó con el castellano. Cañizares es natural de Utiel, zona castellano-parlante de la provincia de Valencia y jamás se le había oído hablar en la lengua de Josep Pla. Por otro lado hace más de cuarenta años que no ha residido en su región natal. Tampoco es que tenga una impresionante facilidad con los idiomas, siendo muy precario el italiano que gasta en la Ciudad Eterna. Causó sorpresa el detalle del prefecto, máxime si se recuerda que había definido la unidad de España como bien moral. Ahora lo tienen rodeado de los máximos jerarcas convergentes, como se puede ver en la foto, flanqueado por el alcalde de Gerona, Carles Puigdemont; el presidente de la Diputación, Jaume Torramadé y el director general de Afers Religiosos, Xavier Puigdollers. No voy a ser yo quien critique su aprendizaje lingüístico, aunque me recuerda en parte a aquellas sorprendentes declaraciones de José María Aznar que en una campaña electoral afirmó que hablaba catalán en la intimidad. No se hallan los obispos en campaña electoral ni tiene que ver con los comicios del 20-N, pero sí que la aproximación catalana de monseñor Cañizares puede guardar relación con próximos movimientos episcopales, muy centrados en la archidiócesis barcelonesa. Se escucha con insistencia últimamente en los mentideros eclesiales locales que se está urdiendo un desembarco vaticano en la próxima remoción de los arzobispos de Madrid y Barcelona. De tal guisa Cañizares sería el sucesor de Rouco y Ladaria el de Martínez Sistach. Parece que este movimiento se está pergeñando con la idea de una firme sujeción de la iglesia española a las directrices romanas. Además, al igual que con Rouco y Sistach, los dos prelados curiales son más o menos de la misma quinta: Cañizares nació en 1945 y Ladaria en 1944. También sería un buen trampolín para que el jesuita mallorquín alcanzase el cardenalato y se lograría un nexo común entre las dos diócesis. Este es el último rumor. No le niego credibilidad, aunque creo que la sucesión de los dos obispos más importantes de España está todavía en mantillas. Y si quieren mi personal opinión: Ladaria en Barcelona representaría un nombramiento muy timorato y conservador. Otros siete años sin cambios. A no ser que viniese a preparar el terreno a su protegido Xavier Novell. Pero dejemos la ficción y volvamos a la realidad factual. Aparte de las anécdotas, la presencia de Cañizares en Gerona ejemplificó el tremendo cambio que ha experimentado la diócesis. En la foto pueden ver al cardenal-prefecto junto a monseñor Pardo y a los dos eméritos Camprodon y Soler Perdigó. ¡Cómo ha cambiado Gerona con el obispo Pardo! Se ha demostrado que esa temida oposición, con el Forum Alsina a la cabeza, se diluía como un azucarillo, a la menor oportunidad. Todavía recuerdo los miedos a esa revolucionaria Gerona; la Cattiva Girona llegaron a llamarla desde Roma. Y ahí la tienen recibiendo al cardenal de la capa magna, al prelado de la unidad de España como bien moral, sin ninguna oposición ni resistencia y con los dos eméritos aperturistas presentes en la celebración. Se lo anuncie hace tiempo: la presunta linea maginot gerundense era de una endeblez considerable. Este ejemplo nos conduce a la esperanza en otras diócesis catalanas. Ha pasado de manera clara en Terrassa -donde era más fácil- y está sucediendo en Tarragona y Solsona, fundamentalmente. También ocurrirá, más pronto que tarde, en Barcelona. El cronómetro está en marcha y no hay vuelta atrás. Los anónimos fills del concili se quejan amargamente de la nueva generación de sacerdotes. Pero esta nueva generación es la que sacará la diócesis adelante. Con sus dificultades, innegables; en un mundo secularizado y abiertamente opuesto a todo fenómeno religioso, sin lugar a dudas; con una radical campaña mediática en contra, por supuesto. Pero está claro que quienes no van a sacarlo adelante son aquellos que han tenido su oportunidad desde hace cuarenta años y han fracasado rotundamente. Se conseguirá. Aunque existan paréntesis Cañizares-Ladaria. Y aunque el poder mediático religioso catalán siga dirigido desde Avenida Gaudí 13. Donde ya han empezado los sudores fríos a la vista del escándalo de las subvenciones.
Inquietud montserratina ante la deriva Forcades (4/10/2011)La emisión en horario prime time del espacio El Convidat de TV3 exclusivamente dedicado a la monja Teresa Forcades, de la que hablaba en su artículo de ayer Prudentius de Bárcino, ha encendido las alarmas donde menos se pensaba: en el propio monasterio de Montserrat. Como es marca del cenobio benedictino, las disensiones se producen de forma taimada, pero los contactos que tiene Germinans en la abadía nos revelan que el primero que ha mostrado su disgusto y desaprobación a los devaneos mediáticos de Sor Teresa ha sido el padre Pius Tragan (en la foto), el cual contaría con el apoyo de los monjes Cebrià Pifarré y Josep de Calasanç Laplana. No se trata de un benedictino cualquiera: el Padre Pius-Ramón Tragan (Esparraguera, 1928) fue secretario del abad Escarré y entre los años 1990 y 1997 rector del Pontificio Ateneo de San Anselmo. Nos hallamos ante un eminente biblista, actual responsable en Montserrat del Scriptorium Biblicum et Orientale y del museo bíblico. Que tampoco se crea nadie que nos encontramos ante un fraile conservador. No es el caso, ni de él ni de los citados Pifarré y Laplana. Aunque si es cierto que el Padre Pius Tragan ya ha tenido algún encontronazo (a la montserratina manera) con la hermana Forcades. En el programa Millennium, dirigido por Ramón Colom, dedicado a "El evangelio de Judas", emitido el 23 de diciembre de 2006, desautorizó a la benedictina, con una cariñosa regañina, que acabó con la frase: "Teresa, Teresa..., aixó no es així". (Teresa, Teresa..., esto no es así) A los mentados monjes no les preocupa únicamente la cada vez más desafiante heterodoxia de Sor Teresa, sino que lo que verdaderamente les angustia es su protagonismo mediático y su futura entronización como "la monja oficial de Cataluña". El Padre Pius Tragan, como secretario que fue del Abad Escarré, conoce de primera mano las heridas que sufrió la comunidad debido al excesivo protagonismo de Dom Aureli María. El lanzamiento mediático de la hermana Forcades, desde los platós de televisión a sus innumerables conferencias por los centros parroquiales catalanes, cuando no a su próxima presencia en actividades lúdicas y pregones de Festa Major, difícilmente casa con el carácter reservado y contemplativo de Montserrat. Los benedictinos que ya han mostrado su malestar con las peculiaridades de Sor Teresa creen que si no se le corta las alas pronto puede traer más mal que bien al conjunto de la comunidad. No está Montserrat - en estos momentos bastante pacificada- para aguantar una nueva polémica, con la benedictina como estandarte. Su meliflua bondad, su estudiada pose, su singular atrezzo de toca y pantalones, su vanidad a la hora de presumir de una categoría científica (indemostrada), junto a su aureola de religiosa moderna, a la vez que perseguida por la curia vaticana, le otorgan todos los números para gozar del favor del pueblo en su llaneza. Especialmente de aquella Cataluña interior que solo sintoniza TV3 y escucha Catalunya Radio. Como decía mi amigo Prudentius: un nuevo Casaldáliga. Esta fuente de polémicas disgusta al cenobio benedictino. Por ahora, el Abad Soler no quiere entrar en el tema. Cierto es que el no tiene jurisdicción alguna en el convento femenino, ni tan siquiera en su condición de Visitador de la Provincia Hispánica de la congregación benedictina, pero la unión Forcades-Montserrat puede hacer mucho daño a su prestigio, hoy tan en alza en el Vaticano, especialmente por sus fluidas relaciones con el cardenal Bertone. La incomodidad del Padre Pius Tragan y otros monjes benedictinos choca con la defensa a ultranza de la madre abadesa Montserrat Viñas. Mientras ella esté al frente del monasterio de Sant Benet, Teresa Forcades es intocable. Ya se ha repetido también hasta la saciedad que el obispo de Sant Feliu tampoco va a meterse en berenjenales, respecto a los cuales no está clara su jurisdicción. Donde si tienen poder los obispos es respecto a los párrocos que convocan a la famosa profesa a múltiples conferencias. Ya ha sucedido en la diócesis de Urgel con la conferencia a la que invitó el rector del santuario de Meritxell. El propio obispo Vives (que no es precisamente un prelado conservador) advirtió claramente al párroco a fin de que la charla se limitase al tema mariológico, que constaba en la presentación. Así se desarrolló. No me duelen prendas en aplaudir a Vives, tan criticado otras veces desde este portal. No queda otra opción que la intervención de los obispos y de la Congregación de religiosos vaticana, cuyo poder directo sobre la monja y su abadesa es indiscutible. Pese a todo, no es mala noticia que en Montserrat ya hayan surgido las primeras voces de alarma. Forcades gusta al nacional-progresismo eclesial y creen que pueden utilizarla como renovado señuelo. Ella se presta al juego, pues le encanta el protagonismo, está absolutamente lanzada y acaba de descubrir las mieles del estrellato. No se va a parar ahí. Lo grave (y probablemente lo que ha visto cierta sabiduría benedictina) es que sólo va a traer perjuicios y mucha confusión. Y sobre todo que aún están a tiempo de atajarlo. Veremos.
Los 17 sacerdotes anónimos (26/09/2011)Los sociólogos Joan Estruch y Clara Fons han publicado un librito, titulado "Els fills del Concili", , que se presenta como el retrato de las vidas de diecisiete sacerdotes, desde que entraron en el seminario hasta el día de hoy, con especial incidencia en el Concilio Vaticano II y su evolución posterior. No se trata de una narración de las vidas de estos clérigos por los autores, sino de una serie de entrevistas con cada uno de ellos, según se explica en el prólogo del opúsculo. Ahora bien, la tremenda sorpresa que produce su lectura es que los 17 curas son anónimos. No sale el nombre de ninguno de ellos y sus respuestas aparecen entrecomilladas, pero no identifican a qué concreto sacerdote pertenecen. Se nos cuenta únicamente que son personas mayores: dos nonagenarios; cinco pasan de los ochenta; siete tienen más de setenta, uno está a punto de cumplirlos y tan solo dos están cerca de los sesenta. También se nos dice que sólo entrevistaron a sacerdotes seculares y que pertenecen a varias diócesis catalanas, aunque no estén representadas todas ellas. Sin embargo, por las anécdotas que refieren, es patente que la inmensa mayoría pertenece al arzobispado de Barcelona. La aparición del libro ha venido publicitada abiertamente desde el portal subvencionado de Avenida Gaudí 13 y ni tan siquiera fue presentado por alguno de los 17, sino por el escolapio Ramón María Nogués, que, al no pertenecer al clero secular, no se corresponde con ninguno de ellos. Se ignora si se hallaban entre el público asistente, aunque las fotografías del acto demuestran que más bien acudieron " els avis " que no " els fills del concili ". Resulta ciertamente paradójico que después de no parar con la carraca del anonimato de Germinans (falso, pues aquí se utiliza el recurso literario del pseudónimo), cuando se entrevista a 17 sacerdotes sobre el estado de las diócesis catalanas, se lancen al anonimato puro y duro. Pero el libro aporta otras jugosas perlas, amén de la ocultación de sus protagonistas. Paso a transcribirles algunas de ellas, traducidas del catalán y juzguen ustedes mismos: Sobre Pablo VI:
Sobre Juan Pablo II:
En cuanto al valoradísimo Concili Provincial Tarraconense del año 1995:
El juicio sobre los curas jóvenes revela claramente la división entre el clero catalán:
Y por último, la guinda, miren como hablan del obispo (no dicen quien es, pero es fácil de imaginar):
Y como coralario mío, cuatro conclusiones: a) ¿Qué sucede en esta diócesis que ningún cura quiere dar la cara, ya sea mediante pseudónimos o mediante la simple ocultación? b) El nacional-progresismo eclesial ya no puede acusar a los autores de Germinans de parapetarnos detrás de pseudónimos. c) Está clara la profunda división del sacerdocio catalán, entre viejos y jóvenes. d) Estos 17 curas, que reniegan de la confesión, del rezo del rosario o que incluso callan el nombre del papa en el canon, ocultan en sus reflexiones el dato más relevante: sus templos y sus parroquias están vacías, mientras que la de esos curas jóvenes, sin lecturas e incapaces de comprender el evangelio, están siempre repletas y realizan una mayor labor social en pro de los más necesitados y marginados. Ese es su verdadero drama y su frustración. No fracasó el Concilio, fracasaron ellos.
La verdad sobre el caso Germà Prats (y el exiguo número de misas en castellano) (20/11/2011)Mossèn Germà Prats Gavaldà se ha hecho famoso la última semana por denunciar que muchos párrocos reciben presiones de los feligreses para que celebren las misas en castellano. Cualquiera que conozca la realidad eclesial catalana sabe que el argumento de este sacerdote es absolutamente falaz. Es más, a los pocos días de su salida a la palestra se ha publicado que en la diócesis de Gerona solo 10 de sus 404 parroquias ofrecen misas en castellano. 10 de 404. Un 2'5%. Un ridículo 2,5%, cuando los castellano hablantes de la diócesis alcanzan un 30%. Y que nadie piense que esta notoria desproporción se limita a un hecho local gerundense; idénticos porcentajes hallaríamos en Vic, Lérida, Urgel y Solsona. En Tarragona siempre ha existido un mayor respeto por la lengua castellana, aunque tampoco guarde consonancia con el número de fieles. En Barcelona, Terrassa y Sant Feliu de Llobregat se sigue una armonía más o menos ajustada, aunque depende mucho de cada parroquia y no existen directrices claras. Entonces, ¿a qué vienen las cajas destempladas del sacerdote Germà Prats? Vistos los paupérrimos números que presenta la utilización del castellano en las diócesis catalanas, parece que las supuestas presiones se limitan a circunstancias concretas de este párroco. ¿Quién es Germà Prats? Se trata de un sacerdote nacido en 1950 en Horta de Sant Joan (Tarragona), de vocación tardía: se ordenó con 41 años, tras pasar treinta años alejado de la iglesia y trabajar su último período de seglar en una multinacional. Después de pasar sus primeros siete años ministeriales en Venezuela, llegó a Barcelona, recalando un breve tiempo en la parroquia de la Concepción con el Doctor Corts, siendo designado enseguida párroco de San Rafael en la Guineueta , para pasar el año 2004 a ser rector de Matadepera. La división de la diócesis le pilló en territorio egarense, pasando solo cuatro años en aquella parroquia, para ser trasladado en 2008 a la de Palau-Solità i Plegamans, de donde ha sido removido ahora a Vallromanes. Como puede observarse un auténtico culo de mal asiento que no aguanta más de cinco años en el mismo sitio. En Palau de Plegamans no ha cumplido ni un trienio. Y es que entró de párroco como un elefante en una cacharrería. ¿contra quién? Curiosamente contra las misas en castellano. Desde hacía mucho tiempo había existido, en la parroquia de Sant Genis de Plegamans, una misa a las 9 de la mañana - que tampoco se trata de la hora del oficio mayor- que fue suprimida sólo entrar como párroco. Obviamente, las otras dos misas, que se celebraban a las 11 y a las 14 horas, quedaron en catalán. Incluso se llegó a crear un grupo, denominada "misa de nueve", que reclamó que se volviera a oficiar la temprana misa. Estos feligreses pretendieron entrevistarse con el obispo Saiz Meneses, sin conseguirlo, siendo remitidos al arcipreste de Caldes de Montbui, mossèn Joaquim Fluriach, del que solo obtuvieron buenas palabras, pero ninguna traducción fáctica. Estas deben ser las enormes presiones que dice haber recibido el cura Germà Prats. Las de un grupo de fieles que reclaman una misa en castellano a las nueve de la mañana del domingo. Tremendas, dice. ¡Menudo sarcasmo! Y así, como pasó con las reacciones a la inmersión lingüística, se crea un caldo de cultivo a modo: un rector denuncia presiones para oficiar en castellano. Cuando lo cierto es que las presiones son insignificantes y lo que sucedió fue que ese rector había suprimido la misa en castellano. Se trata de volver el argumento al revés, cuando lo cierto es que esas misas en la Cataluña interior no llegan al 3% del total. Titúlese, por añadidura, que el cura ha sido trasladado por oficiar en catalán (así lo dice la entrevista al diario El Punt) y que el propio mossèn Prats denuncia que se trata de personas "no integradas" y que debe predicarse en catalán, como se ha hecho en los últimos 400 años, excepto el período del franquismo. Cuando, en pleno franquismo, sobre todo a partir de los años 50, se predicó en catalán con plena normalidad, sino a qué fin venían las quejas del director de La Vanguardia , Luis de Galinsoga, nada menos que en el año 1959 contra una plática en catalán en la parroquia de San Ildefonso. El nacionalismo siempre parte de un mundo irreal. Añádasele a ello que el obispo de ese párroco es el de Terrassa, verdadera bicha del nacional progresismo eclesial y se logra presentar a la opinión pública que el prelado egarense se somete a la presión de un grupo de fieles que no quieren que se den misas en catalán. Así se matan dos pájaros de un tiro. Sobre todo cuando los tiros se disparan desde las redes sociales que se propagan desde Avenida Gaudí 13 de Barcelona, mezclándose con otras sugerentes campañas como la piulada a favor del twitter en catalán y "el Joan petit quan piula". Son obsesivos. Y tergiversan la realidad que da gusto. Aunque sea utilizando al errático mossèn Prats. Que, obviamente, se ha dejado utilizar.
La Fundació Escola Cristiana se moviliza...a favor de la inmersión lingüística (13/09/2011)La Fundació Escola Cristiana de Catalunya, cuyo patronato preside el cardenal Martínez Sistach y su secretario general es el jesuita Enric Puig Jofra (en la foto con corbata) ha decidido salir del letargo y pasar a la acción. ¿En defensa de la clase de religión? ¿En apoyo a las acciones a favor del derecho a la vida? ¿Por una mejora de la enseñanza, que mitigue los graves casos de fracaso escolar? ¿Apoyando una acción pública que ayude a aquellos padres en paro que no pueden ni pagar los comedores escolares? ¿Criticando los recortes de la Generalitat a la escuela pública y a la escuela concertada? ¡Quía! A pesar de su nombre y apellido (escuela y cristiana), la principal preocupación de esta fundación no es otro que el mantenimiento del modelo escolar de inmersión lingüística, después de que se dictase el Auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que insta a la Generalitat a equiparar castellano y catalán como lenguas vehiculares en la enseñanza. Efectivamente, la Fundación de Sistach y Puig se ha unido a la histeria colectiva producida tras aquel fallo judicial y ha emitido un comunicado instando a las autoridades educativas catalanas a desobedecer la resolución judicial. No es baladí el acto de rebelión del Patronato de la Escola Cristiana. La fundación es un verdadero lobby que alberga a 264.000 alumnos y a 434 colegios; en sus diversas ramas de preescolar, educación infantil, primaria, ESO, bachillerato y formación profesional. Un auténtico centro de poder que engloba el 61% de las escuelas privadas de Cataluña. El presidente del órgano que incita a la desobediencia es todo un cardenal de la Iglesia católica y el secretario general -y auténtico factótum de la misma- no es otro que la persona que fue designado coordinador del viaje de Benedicto XVI a Barcelona (foto de la derecha). Por cierto, en sus años mozos, director general de Juventud de la Generalitat de Jordi Pujol. Un jesuita en un alto cargo de la Generalitat convergente. Sin lugar a dudas, el comunicado rebelde no es más que otro eslabón en la cadena desproporcionada de reacciones al fallo judicial. Indudablemente los tribunales no han determinado la prohibición de la enseñanza del catalán ni tan siquiera su menoscabo. Únicamente se han limitado a disponer que castellano y catalán deben equipararse como lenguas vehiculares. Aparte de los indudables derechos de los castellano-parlantes, se trata -parafraseando la ocurrencia suarista- de hacer normal en la escuela, aquello que es normal a nivel de calle. Según datos de la Generalitat , el castellano es la lengua de uso del 45'9% de los catalanes, mientras que el catalán lo es del 35,6%. Por otro lado, según una encuesta http://www.abc.es/20110909/espana/abcp-ocho-cada-diez-catalanes-20110909.html publicada por el diario ABC, el 80% de los catalanes es partidario de una enseñanza bilingüe. Si la calle es absolutamente bilingüe, ¿por qué no lo puede ser también la escuela? ¿Qué necesidad existe de imponer a niños y jóvenes un microclima distinto al del país en que viven? ¿Por qué hemos de convertir el catalán en un único idioma escolar, cuando en la calle coexisten dos? Luego está el absoluto desprecio que merecen, por parte de nuestras máximas autoridades eclesiales, aquellos que postulan una enseñanza bilingüe. Al igual que el nacionalismo imperante los tratan de fachas, reaccionarios, casposos, cuando no catalanófobos. No son de los suyos. No pueden gozar de su amparo. El comunicado del Padre Enric Puig se enmarca en una reacción desmesurada que se ha venido acrecentando en las últimas semanas. Se inició con la reforma constitucional pactada por PSOE y PP, presentada como anti-catalana. No voy a analizar la misma, pero está claro que los votantes de estos dos partidos en Cataluña representan un 40% del censo. ¿Cómo puede tildarse de anti-catalanes a casi la mitad de la población? Esa campaña se ha incrementado con la desaforada reacción al fallo del TSJC. Pero lo inusitado es que dónde se ha caldeado el ambiente con mayor virulencia y grosería ha sido en ambientes cristianos, especialmente en las redes sociales que se expanden desde Avenida Gaudí 13, condominio de Miquel Sellarés y Jordi Llisterri. Esta es la preocupación actual y preponderante de la Fundació Escola Cristiana de Catalunya. Que en sus 434 colegios se pueda seguir relegando el castellano. Su labor de apostolado; su desinterés a la hora de hacer proselitismo cristiano; el paupérrimo índice de cristianos practicantes entre sus alumnos o su nula capacidad de movilización les traen al pairo. Lo que les preocupa es la inmersión lingüística. Siempre al lado del poder.
Templos que dejan de ser germinantes (6/09/2011)En mi artículo del día 20 de abril de 2010, titulado "Más realidades germinantes", les traía a colación aquellas iglesias o santuarios barceloneses que merecían dicha categoría. Les recuerdo a algunos despistados que ello no significa que sean adheridas a este portal, sino que en las mismas brotan, crecen y fecundan las semillas. Singularmente en los aspectos de culto, pastoral, juventud, colaboración económica con la diócesis y labor social. Con notable dolor he de darles cuenta que uno de los templos del elenco ha perdido dicha condición. Se trata del Santuario de San José y María Auxiliadora, sito en Calle Sepúlveda, conocido popularmente como los Salesianos de Rocafort. Al volver de vacaciones, sus fieles se han encontrado con la desagradable sorpresa de que el horario de celebraciones del mes de agosto ha sido prorrogado sine die. Con un agravante: de un plumazo han pasado de seis misas dominicales a tan solo cuatro. Aunque en su web se sigan anunciando a las 9,10,11,12 ,13 y 20 horas, lo cierto es que desde primeros de septiembre han quedado reducidas a las 9,11'30, 13 y 20 horas. Por no decirles que hace tan solo quince años se celebraban ocho. Es cierto que la comunidad salesiana de Rocafort ha quedado diezmada en el último año: fallecimientos, enfermedades, traslado a misiones, envío a otras comunidades o ingresos en la residencia de Martí Colodar. Pero eso pasa en otras comunidades y no se deja reducido el culto a la mitad. Piénsese, sobre todo, en los curas rurales que duplican o triplican misas en diferentes templos, distantes ellos muchas veces decenas de kilómetros. No quiero desmerecer la labor de los pupilos de San Juan Bosco del barrio de San Antonio. Al revés, muchos de ellos han colaborado -y siguen colaborando- en bastantes parroquias, encargándose de cubrir vacantes sacerdotales. Ejemplar también ha sido el culto dedicado a María Auxiliadora (con su procesión anual) o a San Juan Bosco. Otra cosa son los colegios. Depende directamente de los salesianos el Bosco Rocafort e indirectamente (pues es de su rama femenina) el de María Auxiliadora de Calle Sepúlveda. Son los antiguos colegios masculino y femenino. Conocidos popularmente como Salesianos y Salesianas. Con ellos ha pasado como con la inmensa mayoría de los colegios religiosos concertados. La sumisión al poder público significó una desamortización espiritual, a cambio de no sufrir una material. Se conservaron las propiedades; los inmensos colegios, con sus enormes patios y zonas deportivas; las fundaciones con sus actividades extraescolares y competiciones de todo tipo; pero todo ello con el enorme precio de sujetar el programa escolar al que marca el estado y, particularmente, la Generalitat en Cataluña. Los colegios salesianos de Rocafort mantienen la obligatoriedad de la asistencia de los alumnos a sus celebraciones religiosas en horario lectivo, pero luego su labor de apostolado es bastante infructífera. Hasta el punto de que se halla casi olvidado el sacramento de confirmación y su natural actividad preparatoria. Gozan de un buen número de primeras comuniones (acorde con la envergadura del colegio), pero la perseverancia posterior produce unos números paupérrimos. Un reputado vaticanista, como Vittorio Messori, publicaba la semana pasada un artículo titulado "Declino degli ordine religiosi. E'la fine d'una grande storia?" , que constituía una lacerante crónica de la muerte súbita de tantas órdenes religiosas, influyentes antaño y hoy en trance de desaparición. El periodista italiano escribía, con singular dureza, que muchas de ellas ya solo tienen interés para los agentes inmobiliarios romanos. Sus enormes casas generalicias ya no tienen otro sentido que su venta en condiciones óptimas. Los colegios han sido lo único que han salvado, a cambio de su entrega a los planes estatales. El citado artículo me vino a la mente, cuando contemplé el recorte salesiano. Antes -y no hablo de hace muchos años; diez o quince a lo sumo- los santuarios de bastantes de aquellas órdenes celebraban más culto que las iglesias parroquiales. Todos han caído en picado: los redentoristas de Calle Balmes; los teatinos de Consejo de Ciento; los trinitarios de Gracia; los dominicos de la calle Ausias March; los claretianos del Inmaculado Corazón de María, etc,etc. Cada vez quedan menos y en algunos muy nombrados, como el santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Calle Rosellón, están pasando auténticas penurias para mantener la iglesia abierta casi todo el día y un número alto de celebraciones. El paso del tiempo ha sido inexorable en los últimos años. Muchos religiosos han fallecido y no hay simiente nueva. Pero que nadie se llame a engaño: pasará igual con las parroquias. En Barcelona (y en otras grandes ciudades) sobran templos. Y faltarán sacerdotes. Tendrán que cerrarse algunas iglesias. Sistach no se ha atrevido y ha constituido agrupaciones parroquiales, pero ello, con todo el pesar del mundo, no tiene sentido alguno. Al revés, suele traer consecuencias contraproducentes; normalmente se pierden ambas y no se gana en ninguna. El nuevo prelado tendrá que afrontar este drama. Y tengan seguro que tendrá que contar con las parroquias germinantes. Son las que le van a garantizar las características que subrayaba al principio: culto, pastoral, juventud, colaboración económica con la diócesis y labor social.
Vargas Llosa: Un magnífico -y sintomático- artículo (30/08/2011)Confieso que Mario Vargas Llosa es uno de mis escritores predilectos, ya sea con sus primigenias obras La ciudad y los perros o Conversación en la Catedral como en su contemporánea La fiesta del Chivo. Recuerdo que alguien calificó su creación, con notable acierto, como literatura en carne viva. El premio Nobel que se le ha concedido este año ha sido un acto de verdadera justicia al más grande de los escritores vivos en lengua española. Por ello, me ha llenado de satisfacción el artículo publicado este domingo en El País titulado La fiesta y la cruzada , dedicado a la Jornada Mundial de la Juventud que acaba de celebrarse en Madrid. De Vargas Llosa no admiro solo su escritura sino su postura ética (con desprecio la tildan de neoliberal): su oposición férrea a toda tiranía y a sus correlatos: fanatismo, caudillaje o el mismo nacionalismo, que según él es la peor construcción del hombre. Prevengo a algunas almas cándidas que el escritor peruano, además, se confiesa agnóstico, pero a ver que católico, con su nivel literario, ha podido diseccionar el evento de la última JMJ con estos dos párrafos:
Son solo dos párrafos, pero si se lee detenidamente el artículo se comprobará, a través de la excelente prosa del último Nobel, que se destaca la tremenda incoherencia de apostar por el fin del catolicismo (sobre todo del catolicismo más tradicional) cuando el mismo acaba de convocar en Madrid (¡en pleno Agosto!) a un millón y medio de jóvenes. Cuando resaltaba lo sintomático del artículo del autor arequipeño era porque el tremendo éxito de la JMJ madrileña ha conseguido la admiración de numerosas personas alejadas de la fe, cuando no abiertamente agnósticas. Han sido muchos los que se han mostrado conmovidos ante el maravilloso espectáculo de una juventud creyente, limpia y culta que abarrotó la capital de España en plena canícula. Que se ha sentido impresionada ante el silencio sepulcral de esos jóvenes en la adoración eucarística del aeródromo de Cuatro Vientos. Que se ha rendido ante el poder e influencia de este papa anciano, inteligente y tímido, al que un millón y medio de jóvenes vitorean con entusiasmo. Ha sido uno de los verdaderos milagros de esta JMJ. Dejemos aparte las ridículas y patéticas manifestaciones agresivas de los llamados "indignados"; nada jóvenes, poco cultos y escasamente limpios. Han sido numerosísimos los no creyentes que han sucumbido ante el tremendo ejemplo de la juventud cristiana y de un papa genuflexo ante el Santísimo, revestido de una gótica capa pluvial. Hemos soportado durante años la cansina canción de que la Iglesia debía modernizarse para atraer a las masas y resulta que su verdadera vis atractiva se produce cuando muestra su rostro más tradicional. También en el reducido espacio catalán (especialmente en su vertiente nacional-progresista eclesial) se han tenido que rendir a la evidencia. Quien ha visto y quien ve a Llisterri o incluso a Francesc Romeu hablando bien de estos actos de los que antes se mofaban. Será una de las pocos legados positivos que nos deje el cardenal Martínez Sistach: el abandono de las críticas progresistas hacia el Vaticano. Luego está el orate dominical de La Vanguardia que va a su bola y nos habla de toros y de Mourinho, pero está claro que en él no cabe milagro alguno. Curiosamente donde mayores recelos he hallado ante la JMJ ha sido en los propios sacerdotes. Mayoritariamente se quejan de no ver a esta multitud de jóvenes en sus parroquias. No digo que no sea cierto, pero probablemente la culpa se halle en la indolencia de los mismos curas. Un millón y medio de jóvenes se han desplazado, en pleno agosto, a la llamada de la fe. Muchos de ellos, desde lejanos países, han sido acogidos en diócesis muchos días antes, en parroquias y colegios habilitados. Con un afán de oración y de ortodoxia impensables. ¿No se les puede mover para atraerlos cada domingo a misa? ¿No será que a muchos sacerdotes les incomoda que su núcleo parroquial se vea modificado de la noche a la mañana? ¿No será que perderán su carácter activista, por una religiosidad más centrada en la piedad y la oración? ¿No puede ser que teman que esa juventud dinámica les quite su minúscula parcela de poder, su consejo parroquial domesticado? ¿No les es más fácil seguir mandando con las cuatro abuelas de siempre? La juventud está allí. Solo hace falta salir a buscarla. El papa Benedicto XVI lo ha entendido perfectamente. Muchos agnósticos se han sacado el sombrero. ¿Por qué siguen siendo reticentes algunos de los nuestros?
Christifideles Laici: Un movimiento germinante (23/08/2011)Les he hablado de las parroquias germinantes y de los religiosos y religiosas germinantes, pero nunca me había referido a los movimientos. Cierto es que en bastantes ocasiones me he ocupado de e-cristians, cuya relevancia y autenticidad apostólica carece de toda mácula. Pero en Cataluña existe otro movimiento genuinamente autóctono, que también ha ganado categoría germinante. Se trata del movimiento eclesial Christifideles Laici, fundado en el año 1983 por el sacerdote catalán Francisco Navarro Bustamante, fiel continuador de los cursillistas que a mediados de los años 60 se desarrollaron gracias al Padre Ginés Fernández del Águila. La actualidad de este movimiento es todavía mayor, habida cuenta que la esencia de su carisma es el desafío de la nueva evangelización. Si ya lo fue al alborear su compromiso, con mayor motivo lo es ahora que el papa Benedicto XVI la ha distinguido con un dicasterio propio y ha escogido Barcelona como una de las ciudades donde se va a llevar a cabo la llamada Misión Metrópolis. Los miembros del movimiento gozan de las características germinantes: juventud, dinamismo, sentido de militancia, voluntariado social y mucha alegría. Además, están siendo un semillero vocacional extraordinario, del que se nutre especialmente el seminario de Terrassa. A ellos se debe también el impresionante éxito de las Pasquas Joves. Es en la diócesis egarense donde han encontrado mayor eco y presencia. ¿La tienen también en Barcelona? Indudablemente la Ciudad Condal es muy grande y en ella cabe de todo. Los de Christifideles Laici se hallan presentes en muchas parroquias, siendo de destacar su actividad en el catecismo para niños y jóvenes. Pero nunca han sido apreciados por el establishment eclesial. Curiosamente su incidencia en el seminario barcelonés es bien escasa, en comparación con el de Terrassa. Probablemente su causa es que para el omnipresente Arenas siempre han sido la bicha... Una de las circunstancias por las que se ha tenido más recelo de los Christifideles Laici ha sido que se les consideraba "castellanos". Más de uno se va a ruborizar, pero, en estos lares, a veces el pecado original se centra en aspectos tan eclesiales. Tanto da que, lógicamente, dentro del movimiento haya catalanes de toda la vida, incluso sacerdotes "de terra endins", pero las distinciones lingüísticas son uno de los parapetos preferidos del nacional progresismo eclesial. No en vano (volvemos a Arenas) se les considera integristas y extremistas españolistas. Pese a la frialdad barcelonesa, el movimiento goza de una excelente salud, extendiéndose ya a varias diócesis españolas (Jerez, la más numerosa) y cuenta con una activa presencia en la República Argentina. Como ya les he dicho sus características esenciales son la eclesialidad, el protagonismo de los laicos y su condición de movimiento de evangelización. Su particular aportación al increíble éxito del seminario egarense, a la visita del Papa a Barcelona, a la presencia de jóvenes catalanes en la JMJ , los hacen indispensables para la Misión Metrópolis que se va a llevar a cabo en nuestra ciudad. Son un movimiento germinante más en la Cataluña actual. Como e-cristians, como los Jóvenes de San José o como las Plataformas en defensa de la vida, que cada mes organizan protestas ante el hospital de San Pablo. Y que también las harán en los otros hospitales catalanes donde se cometen esas prácticas. Preocupación actual de Sistach.
La cantera latinoamericana (16/08/2011)No les voy a hablar de fútbol, ni de la desangelada Copa América celebrada el pasado mes de julio. Pero al igual que hay una pléyade de futbolistas latinoamericanos por estos pagos, existe también una hornada de cristianos provenientes de aquellas latitudes, que se han visto obligados a emigrar a nuestra tierra. Ojo: digo cristianos, sin distinguir, porque entre los mismos hay un enorme grupo de católicos, pero también existe una creciente cantidad de adeptos a las diferentes corrientes protestantes. En los últimos años esta cantera se ha hecho presente en nuestras parroquias. Se trata de personas con una religiosidad muy acendrada, fieles, piadosas y, en especial, muy rezadoras. Pero, como a toda cantera, debe cuidársela, porque el riesgo de perderla está siempre presente. Especialmente cuando el protestantismo consigue cada vez más adeptos en sus países de origen. En Cataluña se añade otra circunstancia al posible alejamiento de estos fieles: la lengua. No es un tema baladí. Está absolutamente comprobado que los fieles latinoamericanos se acercan más -mucho más- a aquellas parroquias que ofrecen suficientes misas en castellano que a aquellas otras que los ofrecen casi en exclusiva en catalán. Con el agravante de que el protestantismo en Cataluña proporciona la inmensa mayoría de sus servicios religiosos en castellano. Lo cual, evidentemente, utilizan como señuelo para captar nuevos seguidores. Algunos me dirán -no sin cierta razón- que muy frágil debe ser la religiosidad de aquellos que se pasan de un bando a otro; tan fácilmente y en cuestión tan fundamental. Ya digo que puedo llegar a suscribir tal aserto, pero el mundo es como es y no como quisiéramos que fuera. Igual pasó con el pueblo gitano y hoy están absolutamente incardinados en la Iglesia Evangélica de Filadelfia. Pocos gitanos quedan en la iglesia católica, a pesar de que, por ejemplo, nuestra diócesis cuenta con un secretariado diocesano de pastoral gitana. No trato con ello de insinuar que la Iglesia no se vuelque con los inmigrantes y con los más necesitados. Muchos de ellos han encontrado amparo y auxilio en nuestras parroquias y en la Cáritas diocesana. Pero ese auxilio material también se lo proporcionan las iglesias protestantes. Volviendo al tema gitano, la labor de la Iglesia de Filadelfia llega al extremo de controlar que los niños vayan al colegio, al objeto de que sus padres no se queden sin el PIRMI, la renta mínima de inserción que les paga la administración. Muchas veces el éxito del protestantismo radica en lograr que los inmigrantes sean los verdaderos protagonistas de aquellas comunidades. Piénsese que estas personas han debido cruzar miles de kilómetros para ganarse el pan que no hallaban en sus tierras, que muchos de ellos están aquí sin sus familias, sin otro arraigo que un hermano o un paisano de su misma localidad. Es absolutamente comprensible que encuentren acomodo en centros religiosos donde se puedan sentir ciudadanos de primera. Y como les decía anteriormente, en Cataluña está el problema lingüístico. Estas personas han emigrado a España, pensando que la facilidad idiomática les iba a abrir puertas. Y así es, también en Cataluña, excepto en dos instituciones: la escuela y la iglesia. Con una salvedad, en la escuela entran de pequeños o muy jóvenes y la facilidad de aprender el idioma es mayor. Por el contrario, a la iglesia van fieles de todas las edades, algunos de ellos con un bagaje intelectual muy precario. Sentirse extranjeros en el templo, máxime cuando no lo esperaban, por mucha ayuda material que se les proporcione, no ayuda a la integración. Luego está la superioridad (casi siempre involuntaria) con que les miran los de aquí. Siempre hay feligreses que se creen que la parroquia nació con ellos. Eso sucede incluso con el sacerdote que acaba de aterrizar. Siempre hay aquel miembro del consejo parroquial, aquel representante "dels de tota la vida" que va a marcar el terreno al nuevo párroco. Con mayor motivo lo hacen con los inmigrantes. En especial, en el tema lingüístico. No están los tiempos para ir desperdigando la mies. La cantera latinoamericana es muy nutrida y de una religiosidad tan extrema como quebradiza, aunque parezca un oxímoron. No les cerremos las puertas, no tengamos miedo a perder nuestra pequeña integridad de "catalanets", busquemos más bien nuestra gran integridad de católicos. Y tampoco desdeñemos la ortodoxia de muchos de estos fieles. Curiosamente, en las parroquias germinantes la presencia de latinoamericanos es más nutrida. Por algo será.
El doble de Sistach (9/08/2011)Al cardenal de Barcelona le ha salido un doble. Ya solo le faltaba esto a su pontificado. El doble no está en su diócesis, sino en las tierras de poniente. Es el actual alcalde Lérida, Ángel Ros. El parecido es asombroso: la misma media sonrisa, idéntico peinado, similar estilo de gafas, las cejas igual de pobladas. Podríamos decir que los dos tienen cara de obispo y a la vez cara de alcalde. Dos hombres nacidos para la poltrona y el mando. Les separan quince años de edad, pero el natural coqueto de nuestro obispo, unido a una salud de roble, le hacen aparentar más joven; aunque en los últimos años las canas han poblado aquel cabello lacio y azabache que trajo de la vecina Tarraco. El edil ilerdense no cuida tanto el negro de su pelambre, pero también se asemeja la disposición de sus incipientes canas a las del prelado barcelonés. Al igual que Sistach, tiene también por delante el munícipe una carrera prometedora. El pasado 22 de mayo fue el único alcalde socialista que logró mayoría absoluta en una capital de provincia. Su ascendencia dentro del PSC ha ganado tantos enteros que muchos pronostican que será su futuro número uno. Cargos no le van a faltar al duplicado. Puede llegar también al cursus honorum del original: auxiliar de Barcelona, obispo de Tortosa, arzobispo de Tarragona y primado y arzobispo de Barcelona y cardenal. Una completísima carrera eclesial. Y siguiendo con el símil nos hallamos ante un alcalde socialista, ma non troppo. No esconde su calidad de católico practicante e incluso se le reprocha su cercanía al Opus Dei, habiendo recibido el homenaje del colegio Terraferma de la Obra y gozando de numerosas simpatías en la Prelatura. Tantas que fue invitado y participó en la "Trobada de la Rosa 2009" , que es la fiesta que se organiza para recordar el paso de San Josemaría por el pirineo de Lérida. Otra de sus disposiciones ha sido la prohibición del burka en la capital del Segre. Se podría decir que Ros es un tipo de alcalde parecido a Francisco Vázquez, cuando fue edil de La Coruña. Un hombre bien visto por la ciudadanía, que podría militar en cualquier partido. La misma política equilibrista practicada por Sistach. Incluso en el disparatado asunto de los bienes de la Franja , ha seguido el doble de Sistach una política muy cautelosa, que se distancia de las exageraciones habituales. Por cierto, exageraciones de ambos bandos, porque parece que, cuando se habla de Lérida o de Barbastro, solo se tiene en mente el tema de las obras de arte. Una prometedora carrera por delante tiene Ángel Ros. Solo es de desear que no cometa los mismos errores que Sistach y que, con su celo equilibrista, no equivoque los compañeros de viaje. No vaya acabar con el país hecho unos zorros, como tiene el prelado a su diócesis. Renovación en Solsona, Gerona y Terrassa. Inmovilismo en Barcelona (19/07/2011)
Ya lo he repetido más de una vez: el cronómetro está en marcha y no hay vuelta atrás. El cambio generacional se impone en las diócesis catalanas y esta renovación supone una ruptura absoluta con el progresismo que ha venido campando por sus anchas desde hace cuarenta años. Cierto es que en algunas demarcaciones la regeneración se produce con extrema cautela, pero hay otras en las que se está desarrollando con una rapidez vertiginosa. La más sorprendente es Solsona. Se acaba de producir un nombramiento inesperado por parte del obispo Novell. Ha designado a un laico, Joan Armengol i Puig, como secretario personal. No es normal que se designe a un seglar, aunque existen precedentes. Menos normal es que se nombre a un periodista. Pero lo que es absolutamente inusitado es que se confíe un cargo tan cercano a un miembro de la comunidad neocatecumenal. ¡Un kiko secretario del sucesor de Antoni Deig! ¡El primer kiko con cargo curial en las diócesis catalanas! La labor intrépida del obispo celsonense (no lleva ni un año en el cargo) está modificando completamente la estructura de poder de la diócesis. Ha cambiado al vicario general y al rector del seminario por sacerdotes jasp , ha designado a una mujer como canciller y ahora designa a un kiko como secretario particular. ¿Alguna oposición? Ni está ni se le espera, a no ser que los 12 miembros senatoriales del Forum Ondara saquen alguna notita antes de vacaciones. En Gerona las cosas van más lentas. Es mucho más grande y difícil de gobernar. Pero Monseñor Pardo va modificando pausadamente el perfil de la diócesis. Los últimos nombramientos de rectores han escocido al sector más progre. Incluso le reprochan que haya fichado a un sacerdote de Terrassa. Pero todo se produce sottovoce, sin una palabra más alta que otra, no vayan a peligrar cosas tan prosaicas como una casa parroquial, un piso del arzobispado o la sinecura de un irrelevante destino curial. Aunque el prelado gerundense no se limita a la selección de personal. Ha dado el impulso necesario para que se pudiese inaugurar (¡después de 40 años!) la definitiva reforma del presbiterio de la catedral, con la instalación del altar que procedía de la antigua catedral románica y la restauración integral del retablo y el baldaquino. No he podido visitarla todavía, pero me fío del criterio de un amigo muy experto en la materia, que solo le dedica parabienes. Y Terrassa. Terrassa es la perla de la renovación. Ya no es solo el milagro de un seminario que supera todos los récords, sino que acaba de fundar su seminario menor. En la secularizada Cataluña del siglo XXI, un obispo ha conseguido crear un seminario mayor y uno menor. En siete años de mandato. El primero, además, ya se le ha quedado pequeño. Y para mayor orgullo ha designado vicerrector del menor a un sacerdote ordenado ya en Egara: mossèn Carles Cahuana Bartra. Mientras tanto, Barcelona sigue en estado vegetativo. Cierto es que nuestro arzobispo está bien considerado en Roma, aunque sea gracias al factor Cañizares. De otra forma no se explica que haya sido elegida la Ciudad Condal para la Misión Metrópolis de la que les hablaba ayer Prudentius de Bárcino. Ahí puede presumir Sistach, junto a pesos pesados como Meisner, Schönborn, Vingt-Trois, Norsiglia, Léonard o Policarpo. Pero existe un Sistach en Roma y otro Sistach en Barcelona. Un caso más de bipolaridad. Parecido al que tenía su maestro Narcís Jubany. Con el agravante de que en su diócesis se le está empezando a levantar la tropa. De un lado y de otro. Cuando no es Custodio Ballester, es Pere Montagut y sino González Padrós o Felip-Juli. Pero lo que ya no podía esperar es que se le rebotase el muy uniano (de la "Unió Sacerdotal") rector de la parroquia de la Sagrada Familia, mosén Lluís Bonet Armengol. Este sábado se volvió a celebrar misa en la cripta, después del incendio producido en el pasado mes de abril. Pero lo que no tiene desperdicio son las declaraciones efectuadas por el párroco a El Periódico de Catalunya . Cito textualmente: "Destacó también que «arriba» [por la basílica] estaban «muy bien» (durante el tiempo que han durado los trabajos de limpieza, la actividad de la parroquia se trasladó al templo). «Arriba se debería seguir celebrando misa cada día. La Sagrada Família es un lugar de culto, no un parque temático», concluyó el combativo Bonet, quien aseguró que el obispo ya conoce sus deseos" Ahí si que le va a doler a Sistach. La decisión de no celebrar culto en la Sagrada Familia, después de su consagración por Benedicto XVI, fue tomada por él unilateralmente. Pero es que, además, creó dos estructuras paralelas. La de la parroquia en la cripta. Y la de la Basílica, que depende exclusivamente de él, encomendada de forma vicaria al canciller Sergi Gordo. ¿Qué ventaja tiene esta dualidad? Se desconoce. Solamente el deseo sistaquiano de controlarlo todo, absorber la diócesis en plenitud, no delegar y no confiar en nadie. No se trata solo de un problema de política más o menos progresista (Sistach de progre tiene muy poco), sino un problema de carácter personal; de incapacidad supina para motivar a su sacerdocio y a su laicado; de ineficacia inmensa para desarrollar alguna propuesta ilusionante; de creerse que silenciando la oposición que tuvo el cardenal Carles había conseguido la pacificación de la diócesis. Único norte de su pontificado. Pacificación, por otra parte, falsa e inexistente, cual se ha demostrado. Con el agravante de que, cada día que pasa, hay más división e inoperancia. Esperemos que en el dicasterio de la nueva evangelización asome el otro Sistach. Porque si no van dados.
Los adictos a Germinans (11/07/2011)Uno de los fenómenos más curiosos que ha producido el advenimiento de Germinans ha sido la extraordinaria adicción que compulsivamente sufren algunos de nuestros lectores. Conocido es uno de nuestros más conspicuos comentaristas, feligrés de una parroquia germinante, que suele saltar raudo a la red, para afearnos tal o cual comentario o desvelar alguna incoherencia, rescatando algún párrafo de un artículo de hace tres o cuatro años. También hay otro, de apellido Morrós, que es un distinguido cliente VIP de esta casa. Son germinans-dependientes . Pero a esta laya de sufridores, que entran a leernos con disgusto, aunque no pueden dejar de tomar su dosis diaria, tenemos que añadir el grado elevado de enganchados en los medios socialdemócratas. El penúltimo ejemplo ha sido un artículo de Jordi Mercader (en la fotografía) en El Periódico de Catalunya, titulado "De sotanas viejas y curas veloces". La pieza es un auténtico dislate. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (o que el obispo Piris reconoció que se le iba el pie con el acelerador), arremete contra esta web, de la que se confiesa empedernido lector. Parece que, últimamente, el amigo Mercader se ha excedido en la ingesta y empieza a ver visiones germinantes: este portal, por ejemplo, nunca se ha posicionado claramente respecto al tema de los bienes de la Franja. Y para su disgusto, ni tan siquiera va a juzgar al prelado ilerdense por una minucia como la de su apego a la velocidad. Jordi Mercader Farrés es un ejemplar bastante común en el establishment catalán. Periodista fundador de El Punt Diari , trabajó también en el fenecido Catalunya-express , así como en el Avui (donde todavía colabora) y El País . Fue miembro del CAC, al igual que el flamante presidente de la Fundació Joan Maragall, Pipo Carbonell y jefe del gabinete de comunicación de la Diputación de Barcelona. Pero los cargos en los que dejó más impronta fueron el de Director de comunicación de El Periódico de Catalunya (1994-2000) y el de jefe de campaña y director de comunicación de la Presidencia de Pascual Maragall (2004-2006). Incluso ha escrito un libro sobre esta etapa titulado " Mil dies amb PM" En su fase de mandamás del grupo Zeta, en los tiempos gloriosos de Antonio Asensio, era el encargado de pasar factura publicitaria a las instituciones, especialmente a las municipales. En aquella época, existía una dura competencia entre El Periódico y La Vanguardia, por arañar un céntimo de publicidad institucional, ya fuere, por ejemplo, del Grec o de la Fiesta de la Virgen de la Mercè. Cuando uno de los rotativos comprobaba que el otro tenía más anuncios, omitía la crónica de algún espectáculo. Casi siempre era Mercader el que se llevaba el gato al agua. Siempre fue un lince para los negocios el malogrado Antonio Asensio. Para las negociaciones de la publicidad fichó a un pseudo-capitán del PSC, que se convirtió en uno de los hombres de mayor confianza del editor del grupo Zeta. Han cambiado los tiempos y la crisis económica ha golpeado duramente a El Periódico de Catalunya. Tanto que han bajado radicalmente los emolumentos que perciben los columnistas. Ello ha tenido una traslación evidente en el nivel de las colaboraciones. Probablemente por eso escribe Mercader... Ahora nuestro nuevo fan se podrá unir a sus correligionarios Pipo Carbonell o Alex Masllorens, que también se vieron influidos por la Germinans-dependencia . Desconocemos si ahora sufren síndrome de abstinencia. En todo caso, parece seguro que ya pueden desintoxicarse mediante tratamiento de grupo, que permita que recuperen la confianza y autoestima que antes solo encontraban leyendo este portal . A estas alturas ya forman un buen equipo y lograrán una eficaz terapia. Espero que no sea preocupante la adicción de Jordi Mercader. Hay casos más graves, algunos de auténtico delirium tremens , como los que sufre el presumido periodista religioso de La Vanguardia que reparte sus obsesiones entre Madame Mamalú y Germinans . Pero que ninguno sufra: seguiremos administrándoles sus dosis. Ni siquiera les vamos a dar metadona como sustitutivo. Ahora bien, estoy seguro que seguirán sin entender nuestra verdadera razón de ser: mostrar a la luz una realidad del cristianismo catalán que ellos se niegan a reconocer (incluso le niegan el carácter catalán, que se atribuyen en exclusiva), pero que consigue tener sus templos llenos, mientras los que pregonan como suyos se han convertido en verdaderos desiertos. Esta paradoja no se atreven jamás a analizarla. ¡Allá ellos con sus adicciones!
La parroquia del Roser empieza a recuperarse (5/07/2011)Han pasado casi cuatro meses desde el fallecimiento de mosén Jordi Moya Ródenas (en la fotografía), vicario de la parroquia del Roser, a la tempranísima edad de 32 años. Como no podía ser de otra manera, el mazazo fue terrible. Un sacerdote joven, ordenado hacía solo dos años, con un porvenir extraordinario, dinámico hasta la extenuación, dignísimo en la forma de celebrar, incansable en su presencia en el confesionario, bondadoso en su carácter, abierto, simpático y hasta un punto irónico en el trato personal. Solo estuvo dos años en la parroquia (sus dos únicos años sacerdotales), pero fue un sensacional colaborador del párroco, mosén Joan Costa Bou, y aunque en el devenir del tiempo podrá parecer que su paso fue fugaz, dejó una huella imborrable en la comunidad parroquial. Dios se lo llevó en la flor de la vida, por esos designios que a los simples mortales nos parecen inescrutables, pero el recuerdo indeleble de su celo pastoral y su categoría humana será difícil de borrar. Especialmente para el grupo de jóvenes, a los que el golpe de su muerte afectó de una forma muy especial. ¡Estaba tan unido a ellos! Qué curioso que un cura ensotanado, recién ordenado, congregase más jóvenes que aquellos que quieren parecerse -y vestirse- como ellos. ¡Cómo han cambiado los tiempos! Antes, cuando veías a un cura con sotana era un cura anciano. Hoy los sacerdotes con traje talar o clergyman son los curas jóvenes. Pero seguro que el semblante de mosén Jordi sonríe satisfecho desde el cielo. Su labor no cayó en saco roto. La parroquia sigue adelante. Sus jóvenes han reanudado las actividades y mosén Joan Costa continúa llevando el timón, con su categoría personal y académica. Completamente solo, eso sí. Porque el cardenal Martínez Sistach no se ha dignado a enviarle un vicario. Nadie entiende que, en Barcelona, parroquias que no lo necesiten cuenten con uno o dos vicarios y en otras parroquias el rector tenga que convertirse en un sacerdote multiusos. Este domingo pude ver a mosén Costa celebrando la misa de 12 y la de 1. Y en el interín acudió al confesionario, teniendo que dejar a tres fieles sin confesar, pues llegaba la hora de revestirse otra vez. Este es el estado de muchas parroquias barcelonesas. Curas que se tienen que desdoblar, mientras que en otras (ya les he dado ejemplos en otros artículos) hay varios sacerdotes. Y ninguno se hace presente en el confesionario. No ha tenido la parroquia del Roser una historia fácil. Y su clero ha sido ciertamente variopinto. Entre sus rectores estuvo Don José Antonio de Peray Batlle, en sus años jóvenes; el último sacerdote que recuerdo que utilizase teja en Barcelona, hasta su repentino fallecimiento en el año 1984. Durante casi cuarenta años estuvo el Padre Luis Martínez Elén, uno de los curas que puedo recordar que más rato haya pasado en un confesionario. Tuvo también un vicario marxista, mosén Joan Ester Febrer, recientemente fallecido con casi 90 años. Y una historia negra, de la que voy a correr un tupido velo, aunque los hechos sucedieron en Polinyà. También contó con un enfrentamiento entre dos sectores de la parroquia, allá por principios de los 80, que el cardenal Jubany solucionó a su manera, sacrificando al rector, mosén Josep Bach Molas, al que mandó de capellán a una residencia de ancianos del Maresme. Eso que eran compañeros de promoción. Nunca se distinguió Don Narcís por el trato a sus sacerdotes. Ni tan siquiera a sus coetáneos. También han surgido vocaciones del Roser. Hijo de esta parroquia es, por ejemplo, mosén Custodio Ballester, hoy tan de actualidad. El colaboró mucho con el antiguo párroco Mosén Galcerán y sobretodo con el anterior vicario, ya fallecido, el padre Lorenzo Manchado. Custodio formó parte del grupo de jóvenes de su tiempo. Como los grupos de jóvenes que luego revitalizó mosén Costa y encontraron tanto anhelo en el ejemplo de Mosén Jordi Moya. La comunidad del Roser vuelve a asomar la cabeza. Se esparció buena semilla y los frutos volverán a rebosar. Ahora tienen el ejemplo de su incansable párroco, que celebra misas, confiesa, rige la parroquia, insufla buen aire a la comunidad, promueve una incansable labor social (en colaboración con la parroquia vecina de Sant Oleguer, que cuenta desde hace un año con un nuevo párroco, mossèn Joan Obach) y es uno de los curas más activos en la lucha contra el aborto y en defensa de la vida. El domingo fue uno de los promotores de la concentración ante la Sagrada Familia , al cumplirse un año de la aprobación de la última ley del aborto. Y como le sobra el tiempo, es doctor en teología moral y profesor de la Universidad Internacional de Cataluña. Otro cura germinante.
Corpus en el atrio de los gentiles (28/06/2011)Ya les he dicho en más de una ocasión que quién quiera conocer el verdadero atrio de los gentiles tiene que desplazarse hasta el barrio de El Fondo de Santa Coloma de Gramenet y acudir a la parroquia de San Juan Bautista. Pero nunca había experimentado la sensación que tuve en la procesión del Corpus que se llevó a cabo este domingo. Téngase en cuenta, para quien todavía no lo conozca, que nos hallamos en pleno Chinatown del suburbio barcelonés. Allí donde habitan los chinos pobres. Y junto a ellos una pléyade de latino-americanos, africanos, eslavos, árabes, hindúes,etc. La ONU en miniatura. Y ahí es nada: en ese laberinto de calles estrechas, viviendas arracimadas, locutorios de internet, peluquerías chinas, tiendas kebab y colmados pakistanies se desarrolla la procesión del Corpus más larga y multitudinaria de toda la diócesis barcelonesa. Dos mil personas se congregaron, a las seis de la tarde, bajo un lorenzo inclemente. Casi dos horas de duración. El recorrido amplio y generoso, por todo el perímetro de la parroquia: Calle Verdaguer, Irlanda, Rambla de San Sebastían, Beethoven, Plaza Reloj, para llegar a la entrada del templo, sobre la que se hallaba un esplendido manto floral, instalado desde las siete de la mañana. Que en El Fondo se madruga. El enorme público asistente refleja el crisol del barrio. Allí no han acudido refuerzos de otras parroquias. Por no aparecer ni tan siquiera han venido los fieles de Sentmenat, que acuden a muchas procesiones, con sus familias numerosísimas y sus niños colgados al cuello. Tampoco hay nuevos movimientos, ni prosélitos del nacional catolicismo. Está el pueblo llano. Sus atuendos los delatan: las comadres de El Fondo con sus demodés vestidos de dos piezas; los jubilados prematuros con el carajillo recién tomado; las chicas poligoneras; los jóvenes -y no tan jóvenes- vestidos de futbolista; hombres y mujeres en los minúsculos balcones de las hórridas viviendas sesenteras en camiseta y pantalón corto. Pero que nadie piense que allí había un ambiente irreverente. Al revés, mientras pasaba Jesús Eucaristía por las calles, cuanta gente se persignaba o hacía una reverencia. Pasaba también delante de los bares (Santa Coloma es una de las ciudades con más bares por metro cuadrado), donde los lugareños se tomaban sus cervezas y sus caracolillos en salsa y ni uno se mostraba irrespetuoso o inoportuno. De igual guisa los abuelos que estaban sentados en los bancos de la Rambla. O los indios sikh, con sus peculiares turbantes. No digamos los chinos, verdaderos amos del barrio. Los católicos participando del cortejo y los no católicos, mirándolo con respeto desde sus casas y establecimientos. No había quien lo contemplase con sorpresa, ni tan siquiera le parecía observar un fenómeno extraño, porque la procesión la dirigía mossèn Francesc Espinar y este cura es una institución en Santa Coloma. Lo conocen en el Fondo, donde es el artífice de un verdadero milagro, y lo conocen en el Tanatorio, donde ha enterrado a media Santa Coloma. El es el verdadero cura de barrio, al que saludan todos por la calle (creyentes o no); el que ha ayudado -y ayuda- a tantas y tantas personas en apuros de toda clase; el que tiene el verdadero récord de jóvenes en su parroquia (la semana que viene confirma a 22 adolescentes). El ha sido el verdadero promotor de esta extraordinaria procesión. Cierto es que la misma fue recuperada por su antecesor, Mossèn Toni Rubio (hoy en la diócesis de Terrassa), pero Espinar amplió su recorrido y logró -por suscripción de todos sus feligreses- adquirir la dignísima custodia de plata que alberga al Santísimo. Además, este año, ha contado con la presidencia de un sacerdote de campanillas: Monseñor Jaume González Agàpito, que ha bajado de los lujos de Pedralbes a la modestia de El Fondo. Se le veía particularmente emocionado mientras recorría las calles de Santa Coloma. Y sentidas (¡muy sentidas!) fueron sus palabras finales. Agradeció y reconoció a los participantes el mensaje de radicalidad evangélica que habían llevado a cabo aquella tarde. Es más, recordó cuan valiosa era esta demostración cristiana, en tiempos de tantos silencios. Silencios de los que participan muchos fieles, incluso obispos, y que llegan a tantas aberraciones como el crimen del aborto. Palabras textuales. Valiente y outisder este culto y conocido sacerdote barcelonés. ¿Se creerá alguien que este acontecimiento merece el eco de algún medio de comunicación? ¡Quia! Ni tan siquiera de los propios de la localidad. Al menos, ahora ya no se mofan de la procesión, como hacían antes los del Forum Grama. Mossèn Espinar ha logrado que la respeten, que ya es mucho, pero piensen que quienes no la respetaban eran los mismos sacerdotes locales. Aquellos Sayrach, Catà, Lluis Hernández que habían dejado las parroquias de Santa Coloma como un erial. Ahora, al menos en El Fondo, no solo están llenas los domingos, sino que sacan a Cristo por las calles. Y los costaleros del paso eran un español, un brasileño, un ecuatoriano, un chino y un nigeriano. El atrio de los gentiles. Quizás que Ravasi y Sistach se pasen un día por allí.
Sistach tapa agujeros en una diócesis comatosa (22/06/2011)Ha tenido nuestro cardenal un día de su onomástica muy aciago. Tuvo que adelantar el rendez-vous en Palacio al día anterior (foto de la izquierda), ya que el martes tenía reunión de la permanente de la CEE, donde ostenta el tan flamante como ineficaz cargo de Presidente de la Comisión de Liturgia (aquella en la que ni tan siquiera da baza alguna al delegado de liturgia de su diócesis), con el agravante de presentarse en Madrid, con el estallido en la prensa de la polémica por los abortos en el hospital de San Pablo. Ahora ya no es Germinans, ni el portal de Vittorio Messori, quienes denuncian el hecho, sino que quien se posiciona en contra de la presencia de la iglesia en el hospital es el mismísimo Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud. Ya les dije que este asunto es una auténtica bomba de relojería, que ha explotado por la absoluta desidia del cardenal Martínez Sistach, el cual, si en lugar de maldecir en hebreo y descargar su ira contra mosén Custodio Ballester, hubiera atajado el problema, se habría ahorrado los innumerables dolores de cabeza que ahora le aturden. Aunque parece que su única reacción ha sido encargar un destemplado artículo al subvencionado Jordi Llisterri, en el que siguiendo el proceder sistachiano aparece el valiente Custodio como único culpable.
Pero este no es el único problema que aflige a nuestro cardenal. Y lo que es más grave no es el único problema que padece nuestra diócesis. Se le está empezando a romper por el eslabón más joven. Ahora mismo dos curas jóvenes, ordenados bastante recientemente, se le acaban de marchar, por diferentes razones. Mosén Manuel Pérez González, rector de Vilassar de Mar y Mosén Homer Val Pérez, de la parroquia de San Rafael y del Tribunal Eclesiástico. Añádase a ello que Mosén Felip-Juli Rodríguez se ha negado a ser el nuevo párroco de Santa María de Mataró. Júntesele la jubilación de seis párrocos, no solo por razón de edad, sino por graves motivos de salud y repararán en el arreglo cosmético que suponen los nuevos nombramientos parroquiales. Un mero maquillaje consistente en sustituir rectores progres (Saumell por Jubany y este por Romaguera), eliminar la categoría germinante de la parroquia de San Pio X y agrupar las parroquias de Santa María y San José de Mataró, en manos ambas del vicario episcopal Segis y nuestro amigo, el letrado Ramón Batlle Tomás, enviando al punto más alejado de la diócesis al bueno del hasta ahora vicario Manuel Pérez Moreno. Poca cosa más que los premios de consolación a Andreu Oller y Toni Román, el anhelado traslado a Barcelona del Doctor Babra y la merecida jubilación en Sant Ferran de un santo varón, mosén Amador Roig, al que sustituyen por otro pedazo de pan como mosén Antoni Suriol. Ningún cambio de relevancia, más allá de los destacados ayer por Antoninus Pius (una vez más Germinans se adelantó a la noticia) del nuevo delegado de juventud y del nuevo formador del Seminario. Esperemos que estos dos curas jasp se hallen dispuestos a aguantar los carros y carretas, que no han podido sobrellevar otros de sus jóvenes compañeros. Pero como les decía anteriormente la diócesis está patas arriba por la decidida obstrucción del cardenal a sus curas jóvenes. Tanto que presume Sistach de ser el pacificador de la diócesis y los mayores dolores de cabeza se los está proporcionando el clero germinante. Unos le abandonan la diócesis, otros se niegan a secundar sus proyectos y otro (muy señalado) ha conseguido que Roma se posicione por escrito contra la presencia eclesial en hospitales en los que se practican abortos. Se entiende su nerviosismo y su política de paños calientes. Nos hallamos ante el final de un pontificado. Es la política del pato cojo y los que podían salvarle y acompañarle se hallan absolutamente descorazonados al ver su falta de valor ante hechos de tremenda importancia (Pousa, Hospital de San Pablo, declaraciones de Romeu a Cuatro, el CEP de Quim Cervera, política de familia, juventud, seminario, etc). Y eso que no se han cumplido los rumores que colocaban a Aymar en la Sagrada Familia. Por ahora...
El omnipresente Francesc Torralba (14/06/2011)Cuando preguntas a alguno de sus alumnos por el profesor Torralba, te contestan que es un filósofo de amplia cultura, transversal, poco profundo, experto en nada y en todo. Lo critican, con razón, que sea tan prolífico. Puede ser por dicha causa (o por tener que alimentar a sus cinco hijos) que, últimamente, Francesc Torralba ha añadido a su actividad filosófica una presencia ineluctable en el debate religioso local. Pero que nadie se crea que es un Balmes ni un Raimon Panikkar. Ni siquiera un Octavi Fullat o un Terricabras, por hablar de filósofos que vistieron hábito o pasaron por el seminario. Tampoco va a hacer sombra a un Ferrater Mora o a un Manuel Sacristán. Pero, pese a ello, no solo es invitado a dar conferencias o cursillos por obispos, religiosos, medios de comunicación, ayuntamientos de toda índole política, casals del barri, centros parroquiales; sino que ha sido recompensado con la presidencia del Consell Assessor per a la diversitat religiosa. Se trata de un organismo consultivo, dependiente de la Dirección general d'afers religiosos de la Generalitat catalana; una dirección general, con organización funcional propia, secretarías, técnicos especializados y siete funcionarios ad hoc , que si poca explicación tenía cuando su puesta en funcionamiento, nula es la que pretexta su mantenimiento actual con las arcas autonómicas totalmente exhaustas. Su presupuesto en el año 2010 ascendió a 3.651.230,44 €, de los cuales 1.300.200 € se destinaron a subvenciones. Por si fuere poco, su actual director general, el letrado Xavier Puigdollers, se ha sacado de la manga este consejo asesor, de eficacia más bien dudosa, a no ser que sea ad maiorem gloriam Torralba. Ciertamente sus cargos no serán remunerados, pero lo que es seguro es que no van a poner dinero de su bolsillo, con lo cual tendremos nuevo acopio de dietas, secretarias, publicaciones, locales y demás gabelas. Mientras tanto se producen recortes en la enseñanza o en la sanidad públicas. Ya mande Convergencia o mande el tripartito es increíble el afán intervencionista de la administración autonómica catalana. Es la única comunidad que cuenta con una dirección general de asuntos religiosos (y ahora con el accésit del Consejo asesor), con el agravante de que su homóloga a nivel estatal fue suprimida en Julio de 2010 e integrada en la Dirección General de Cooperación Jurídica Internacional. La explicación del ministro de justicia ante el cambio no fue otra que el ahorro presupuestario. Si ya resulta absolutamente incomprensible la invasión política en el ámbito religioso, nadie puede olvidar que, como nos hallamos en Cataluña, esta va a ir teñida de un color absolutamente progre. Los mismos que se oponían (con razón) a la separación Iglesia-estado, no ven motivo para oponerse a una nueva alianza entre el trono y el altar, siempre y cuando tanto el trono como el altar sean progresistas. El ejemplo preclaro de esta inequívoca línea se puede hallar en la propia composición del Consejo. Aparte de un representante del judaismo, otro del islam y otro del protestantismo o incluso del filósofo Rubert de Ventós, que debe representar a los non believers , podemos ver la mayoría absoluta progre de los representantes del catolicismo: el muy heterodoxo benedictino Lluis Duch, el todavía más radical jesuita Xavier Melloni o como no su presidente Torralba. Incluso para dar la nota de color (como aquellos procuradores saharauis del franquismo) se han atrevido a incorporar a un profesor del Abad Oliva, el teólogo Joan-Andreu Rocha, aunque nadie vaya a creerse que es el culmen de la ortodoxia. Para redondear el cuadro costumbrista tiene también su presencia el profesor de ciencias políticas de la Ramón Llull , Miquel Calsina Buscà, cuyo único mérito conocido es ser director de la Fundación Jordi Pujol. ¡No hi ha remei! Ocupe quien ocupe el poder siempre asoma la patita el nacional-progresismo eclesial. Y sin reparar en gastos. Ya puede haber obispos que abran seminarios nuevos (y los llenen); ya puede haber nuevos movimientos genuinamente catalanes, como e-cristians; ya puede haber parroquias germinantes, que tienen sus templos repletos. Ninguno de ellos pasará el código de barras del poder establecido y pueden dar por seguro que jamás les llamará Francesc Torralba.
Sistach acude a Roma en medio de la polémica (7/06/2011)
Hoy martes 7 de junio, el cardenal Martínez Sistach acude a Roma para asistir a la reunión de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina para los Sacramentos, cuyo prefecto es monseñor Antonio Cañizares. Es sorprendente la presencia del arzobispo barcelonés en la reunión, habida cuenta que no es miembro de dicho dicasterio, aunque se ha notificado que concurrirá a la misma como Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española. Bien está. Es razonable, aunque no muy usual, que los primeros responsables litúrgicos de un determinado episcopado asistan a las reuniones del organismo vaticano que tiene por misión fomentar y tutelar la disciplina de los sacramentos, especialmente en lo referente a su celebración válida y lícita así como vigilar atentamente para que se observen con exactitud las disposiciones litúrgicas y se prevengan sus abusos. No se distingue España, ni particularmente Barcelona, por el celo litúrgico, aunque, en esta web, este terreno corresponde a la jurisdicción exclusiva de Dom Gregori María y no voy a ser yo quien se lo va a invadir. Más bien creo que, detrás de esta visita vaticana, hay gato encerrado. Podría ser una próxima designación de Sistach como miembro de la Congregación, a la que si pertenece el anterior presidente de la comisión de liturgia, el obispo de León, Julián López Martín. Podría ser también un eslabón más en la comandita que forma nuestro cardenal con monseñor Cañizares. Podría ser también que recogiese disposiciones expresas de la Santa Sede respecto a la observancia del ars celebrandi. Es indudable que caben muchos "podrías", pero lo que no va a impedir monseñor Martínez Sistach es que su llegada a la Santa Sede coincida con la polémica sobre los hospitales abortistas, bajo el patronazgo de la Iglesia Católica, de la que acaba de hacerse eco un medio tan poderoso como el digital La Bussola quotidiana que dirigen dos vaticanistas del prestigio de Vittorio Messori y Andrea Tornielli. Efectivamente, en el día de ayer se recogía en dicho portal un reportaje titulado Barcellona, «aborti negli ospedali cattolici». Ya no se trata de este site o de Infocatólica. Ya no se trata de las declaraciones particulares de mosén Custodio Ballester. Ahora la polémica ha trascendido fronteras y se ha instalado en pleno corazón romano. Y no se trata de un blog dirigido por unos simples amateurs. Vittorio Messori es el escritor de temas católicos más traducido del mundo, siendo el primer periodista que entrevistó a Juan Pablo II, en el recordado libro "Cruzando el umbral de la esperanza" En cuanto a Tornielli es hoy en día uno de los vaticanistas mejor informados, resultando indispensable la lectura de su blog Sacri Palazzi, que se alberga en el diario turinés La Stampa. Que un medio del prestigio y la influencia de éste haya recogido la noticia, permite que imaginemos la dimensión internacional del escándalo: existen hospitales católicos en los que se llevan a cabo abortos. Los hospitales que se conocen -por el momento- son el de San Pablo (diócesis de Barcelona), Granollers y Sant Celoni (diócesis de Terrassa) y San Juan de Dios (diócesis de Sant Feliu de Llobregat). Los tres pertenecen a la provincia eclesiástica barcinonense, cuyo metropolitano es el cardenal Martínez Sistach. Pero el escándalo no se detiene ahí. Cual señala expresamente La Bussola quotidiana , el sacerdote barcelonés Custodio Ballester, al manifestarle los obispos que estaban pendiente de las directrices vaticanas, requirió a Roma (concretamente a la Congregación para los Obispos) para que hiciese llegar sus instrucciones a los prelados catalanes y ésta, por boca de su secretario monseñor Monteiro, le contestó : "cómo que no hemos respondido, les hemos dicho que se vayan de los hospitales". A día de hoy nadie ha desautorizado a monseñor Monteiro ni a mosén Custodio Ballester. Tampoco el prelado portugués ha desmentido al sacerdote catalán. Quienes no han dicho absolutamente nada han sido los obispos de Barcelona, Terrassa y Sant Feliu de Llobregat, debiendo recordarse que, en su día, el arzobispado de Barcelona sacó una nota desmintiendo que se practicaran abortos en el hospital de San Pablo y emplazando a su representante en la Fundación del centro quirúrgico para que extremase todas las precauciones. El representante del Cabildo catedralicio (pues es el cabildo el miembro de la Fundación ) no es otro que el canónigo Josep María Turull. La práctica de abortos en hospitales católicos ha provocado el escándalo en gran número de fieles, llegando al extremo (cual informaba ayer la carta de Cesáreo Marítimo) que la concentración del día 25 de cada mes se haya trasladado del centro abortista de Calle Viladomat al propio Hospital de San Pablo. Pero aparte de que se lleven a cabo estos crímenes en centros con participación eclesial, la confusión ha venido desencadenada por el propio silencio de los obispos barceloneses. Silencio ante las primeras informaciones. Desmentido de la práctica abortista. Nuevo silencio ante las declaraciones (jamás desvirtuadas) de Custodio Ballester. Silencio, ahora, ante la aparición de la noticia en medios internacionales. Urge una nota de nuestros obispos. Una nota aclaratoria, indubitable, tajante. Incluso les podemos admitir un "nos equivocamos y nos vamos de estos hospitales, como nos han dicho en la Santa Sede ". Pero urge escuchar o leer la posición de nuestros pastores. Sus diocesanos estamos escandalizados. No solo sus diocesanos, Sistach lo podrá comprobar este martes en Roma.
La carta Osoro (31/05/2011)La sucesión de Sistach promete ser apasionante. Cuando todavía falta casi un año para que presente su renuncia por edad, los sectores eclesiales barceloneses se están empezando a mover y a jugar sus bazas. El objetivo primordial de los que detentan actualmente el poder es único: evitar que Sáiz Meneses aterrice en la archidiócesis. Para ello están dispuestos a realizar una serie de contorsiones inimaginables tan solo hace unos años. Por un lado, se está intentando promocionar la candidatura del auxiliar Taltavull (incluso algún ingenuo ha lanzado la idea de una recogida de firmas), pero por otro lado, recelosos del espaldarazo de Rouco al menorquín, se está empezando a propalar la posibilidad de jugar la carta Osoro. ¿Ya no quieren bisbes catalans , se preguntará más de uno? No es exactamente así, el problema que tienen es que los prelados catalanes que están en rampa de salida no son de su agrado. Porque catalán de socarrel es Don Romà Casanova i Casanova. O Monseñor Xavier Novell i Gomà. Y aunque nacido en la provincia de Cuenca, desde que tenía un año reside en Cataluña Monseñor Sáiz Meneses. No menos catalán es el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol i Balcells, pero un prelado del Opus en Barcelona.... No les acaba de merecer confianza. Solo les queda Vives. Sería su obispo ideal, pero no quieren jugar a una única carta, sabedores del escaso eco que goza el Jefe de Estado andorrano en la Santa Sede. Su otro anhelo sería el Abad Soler, mucho mejor posicionado en Roma, pero con grandes -y graves- problemas en el cenobio benedictino que pastorea. Por eso han decidido jugar a múltiples bazas y entre ellas la más sorprendente es la del prelado valenciano. Buen amigo de Sistach, de perfil moderado dentro del episcopado español, con buena prensa en el sector progresista de la prensa religiosa, simpático, con don de gentes y que ha tenido una buena entrada en la diócesis levantina. Y lo más importante para ellos: hablará catalán sin dificultad, pues ya celebra en vernáculo, a diferencia de su predecesor, el recientemente fallecido cardenal García Gasco, que jamás utilizó el valenciano. Por si les falla Vives; por si les falla el Abad de Montserrat o, incluso, si no pueden encauzar la candidatura de Taltavull, tienen en la recámara a Osoro. Siempre he pensado que el lema ¡volem bisbes catalans! estaba incompleto y que el verdadero era ¡volem bisbes catalans i progres! Ciertamente Osoro de progresista tiene poco, pero están dispuestos a hacer de la necesidad virtud y aceptar cualquier obispo no catalán, antes que a Saiz Meneses, Casanova, Novell o Pujol Balcells. ¡Antes uno que haya estudiado en el Seminario de Santander que en el de Toledo! Otro factor que favorece la carta Osoro es que se trataría de un pontificado corto, al estilo Sistach. Nació en el año 1945, con lo cual sería otro mandato de siete-ocho años. El sector dominante -que no predominante- en la estructura eclesial barcelonesa le ha cogido el gusto a estos episcopados de transición. Los mandatos cortos impiden cambios en profundidad. Es su última ocasión. A los Matabosch, Galtés, Segimon, Enric Puig, Pie Ninot, Claret Nonell, Arenas, Bada; no digamos Albert Manent, se les está pasando el arroz. La generación posterior: Aymar, Bacardit, Armand Puig, Termes, Toni Román quedarán muy solos y son capaces de todo, con tal de conservar una parcela de poder. Y Turull... Bueno, Turull bastante problema tiene con la que se le va a venir encima con el escándalo de las prácticas abortistas en el Hospital de San Pablo; tema que no está ni mucho menos cerrado. Un episcopado largo (Saiz Meneses, Casanova o Novell) supondría un vuelco en la estructura de poder diocesano. Ahí está la horma de su zapato. Les decía al inicio que la carrera sucesoria promete ser apasionante. Y larga. Sigo pensando que Sistach va a hacer lo posible por conseguir una prórroga de dos años y que su substitución va a ir absolutamente ligada a la de Rouco. Pero el hecho es que tres o cuatro años antes de que esto suceda ya se están iniciando los primeros movimientos. Y los nervios. Harán falta dosis estratosféricas de tila.
Dos curas germinantes (22/05/2011)Les decía en mi artículo de la semana pasada que los sacerdotes barceloneses habían perdido el miedo a disentir de su arzobispo (¡y del ambiente políticamente correcto eclesial!) y ya no les paraba nadie. En alguna otra ocasión, ya les he recordado que el cronómetro está puesto y no hay marcha atrás. Cada semana se están sucediendo los ejemplos. Lo que empezó de manera timorata, anecdótica, casi limitada a esta web, está alcanzando visos de seriedad. Hoy les traigo a colación dos hechos (que no tienen nada que ver uno con otro) pero que ejemplifican que el clero jasp barcelonés ha decidido revelarse, dar un puñetazo en la mesa y empezar a enseñar sus poderes, que no son otros que sus templos llenos, una inmensa labor social, la economía de sus parroquias saneadas, una ortodoxia doctrinal y un estilo valiente, audaz y dinámico. El primer ejemplo es de una importancia tremenda y puede suponer una bomba de relojería, no solo en la archidiócesis barcinonense, sino en las vecinas Egara y Sant Feliu de Llobregat. Mosén Custodio Ballester Bielsa, rector de la parroquia de la Inmaculada Concepción de L'Hospitalet de Llobregat ha declarado que, ante el silencio de los ordinarios de las tres demarcaciones citadas, entregó a Monseñor Monteiro de Castro, en su calidad de secretario de la Congregación para los obispos, un dossier sobre las prácticas abortivas que se desarrollaban en el hospital de San Pablo en Barcelona, el hospital de Granollers y el de Sant Celoni en Terrassa y el de San Juan de Dios en Esplugues de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat, todos ellos bajo el patronazgo de la Iglesia Católica. Mosén Custodio Ballester asegura que se dirigió a monseñor Monteiro, porque los obispos de la provincia Barcinonense le habían dicho que esperaban instrucciones de Roma. Pero el verdadero escándalo se halla en la contestación de monseñor Monteiro: "cómo que no hemos respondido, les hemos dicho que se vayan de los hospitales". Si no se desmienten estas declaraciones, no solo queda al descubierto la mendaz conducta de los tres prelados (Sistach, Saiz Meneses y Cortés Soriano), sino -lo que es más grave- se demuestra la colaboración, aunque sea de forma tácita, de la Iglesia en prácticas abortistas que se llevan a cabo en hospitales bajo su patronazgo. ¿Es compatible la dimensión religiosa de estos centros con el aborto? La postura de la Iglesia en defensa de la vida, desde el momento mismo de la concepción, ha sido tajante e inequívoca. Quizás es una de las voces más claras en este aspecto. Es intolerable que se vea involucrada y mancillada por prácticas tan reprobables. Al menos en el obispado de Terrassa alguien se movió, concretamente mosén Ignasi Fuster, que dimitió de su cargo en el Patronato del Hospital de Sant Celoni, en cambio cuando salieron por primera vez a la luz pública las informaciones sobre el Hospital de Sant Pau, el arzobispado de Barcelona sacó una nota desmintiendo que se practicaran abortos y emplazando a su representante en la Fundación del centro quirúrgico para que extremase todas las precauciones. El representante del Cabildo catedralicio (pues es el cabildo el miembro de la Fundación ) no es otro que el canónigo Josep María Turull. Otro cargo más. Esperemos que tenga algo que decir. Su arzobispo le pasó la patata caliente. Ahora le toca a él. Puede que mientras esté redactando este artículo (o una vez haya salido a la luz) el arzobispado se haya desmarcado con otra nota. Pero ahora tendrá que desmentir a monseñor Monteiro. A no ser que éste desmienta al rector de la Inmaculada de Hospitalet. Con todo, me alegro especialmente por la actitud enérgica y osada de mosén Custodio Ballester. Un cura joven, un sacerdote bien formado y, además, hijo de la parroquia barcelonesa del Roser, esa que acaba de perder a mosén Jordi Moya, a la tempranísima edad de 33 años. Orgulloso estará en el cielo el bueno de mossèn Jordi. El otro ejemplo que les traigo es más anecdótico pero me ha llenado de satisfacción. Les he hablado, más de una vez, de la parroquia barcelonesa de la Miraculosa , que regenta mosén Xavier Pagés Castanyer (de la misma cosecha de mosén Custodio, de 1964). Un templo abierto todo el día, lleno a rebosar, incesante en su actividad, que acaba de conseguir una presencia de fieles en la beatificación de Juan Pablo II más numerosa que la que organizó el propio arzobispado, vía Cataluña Cristiana. Pues en este verdadero ejemplo de parroquia germinante se acaba de colocar el primer altar barcelonés dedicado al beato Juan Pablo II. La fotografía no es muy buena, pero en ella se puede observar que se ha colocado un bajorrelieve del papa polaco junto a la virgen de Montserrat, a cuyo santuario acudió expresamente en su viaje a Barcelona en el año 1982 y que tantas reminiscencias tiene con la virgen negra de Czestochowa. Pero es que el otro bajorrelieve que aparece y con el que comparte capilla es -nada más y nada menos- que de San Josemaría Escrivá de Balaguer. ¿Se imaginan un cura barcelonés, hace treinta años, dedicando una capilla al fundador del Opus Dei? Habría sido motivo de escándalo e indignación entre la progresía. Es más, estoy seguro que cuando le sucediese un nuevo párroco lo primero que haría sería desmontar el icono, como muchos se dedicaron a eliminar figuras de vírgenes y santos en el post-concilio. Esto ya no sucederá jamás. Probablemente en Barcelona hemos llegado muy tarde, pero, al final, hemos llegado. El mérito radica en el clero joven. El germinante. De ellos es el futuro y sin ninguna duda lo van a aprovechar.
Sistach contraprograma (17/05/2011)El pasado 10 de abril Prudentius de Bárcino desvelaba, en su sección Non omnis moriar, que el cardenal Martínez Sistach había prohibido expresamente la jornada sobre el beato Juan Pablo II, que tenían programada el Instituto Superior de Liturgia y el Instituto de Teología Espiritual de Barcelona. El acto había sido anunciado -y publicitado- para el día 18 de mayo de 2011, coincidiendo con la fecha de nacimiento del papa polaco. El motivo del veto del arzobispo barcelonés se centraba en la presencia de los directores de los Institutos Teológicos de Vigo y Toledo, Guillermo Juan Morado y José Rico Pavés, al parecer demasiado ortodoxos para los gustos locales. Los organizadores de aquella jornada, los sacerdotes Jaume González Padros y Pere Montagut Piquet, tras años de desaires episcopales, por primera vez no se arredraron y consiguieron trasladar el acontecimiento que tenían preparado desde hacía tiempo a la diócesis de Toledo, al cual dio cobijo su Instituto Teológico "San Ildefonso". A tal fin, este próximo 18 de mayo se celebrará en el seminario mayor toledano el acto académico "El beato Juan Pablo II, Papa. Memoria agradecida de un pontificado". Las ponencias, el día y su duración son exactamente las mismas que prepararon los dos sacerdotes citados para Barcelona, si bien solo difieren en que, al final de la conmemoración, tendrá lugar la misa de acción de gracias por el nuevo beato en la catedral primada, presidida por el arzobispo Don Braulio Rodríguez Plaza. A Sistach le sentó como un tiro que trascendiese (¡y en Germinans!) la censura de una jornada académica sobre Juan Pablo II. El alcance de la noticia fue tal que el prelado barcelonés (cuyo protagonismo ha adquirido dimensión internacional tras la relevancia de la exoneración del Pare Manel Pousa) quiso contraprogramar aquel acto con uno de mayor altura ortodoxia y superior empaque episcopal. Siempre les he dicho que nuestro obispo tiene buenos anclajes en Roma y sabe a que puertas llamar para que le salven la cara. Por ello ha convocado una jornada para el día 1 de junio de 2011 , logrando que su figura estelar sea ni más ni menos que el cardenal Ruini, que fue, durante un largo período, el vicario de la diócesis de Roma de Juan Pablo II. Ciertamente es un invitado de campanillas, pero debe saberse que el acto se ha organizado deprisa y corriendo y a remolque de la noticia que publicó Germinans. Porque la jornada se preparó después de haberse trasladado la primigenia a Toledo. Porque, para no coincidir con la que habían preparado los doctores González Padrós y Montagut Piquet, se ideó que fuera convocada por la Facultad de Teología y la Facultad de Filosofía, utilizándose a sus decanos Armand Puig y Joan B. Martínez Porcell. Porque a fin de contentar a todos se ha establecido que se producirán las intervenciones de los citados decanos Puig y Martínez Porcell así como de los doctores González Padrós y Montagut. Porque se ha convenido que la ponencia de estos cuatro intervinientes no podrá superar los diez minutos, ya que deben reservarse 45 minutos para el cardenal Ruini. Porque se ha tenido que emplear a fondo el cardenal Martínez Sistach (por medio del decano Armand Puig) para convencer a González Padrós y Montagut de su presencia en el acto. Y no sigo los porqués, por riesgo de parecerme a Mourinho. Lo único cierto es que ambos sacerdotes tendrán el privilegio de intervenir personalmente en dos jornadas: la que habían preparado (que se celebrará en Toledo) y la que ha contraprogramado Sistach (que se celebrará en Barcelona). Todo sea por Juan Pablo II y todo sea también por la generación de sacerdotes y laicos que crecimos y maduramos en nuestra fe, durante el largo pontificado del papa polaco. A todos aquellos a los cuales la fortaleza y el dinamismo de Karol Wojtyla revigorizó sus creencias. A todos los que el grito de "No tengáis miedo" caló en lo más profundo de sus almas y les hizo desaparecer la condición de católicos vergonzantes. Desde aquí mi respaldo y reconocimiento a mosén Jaume González Padrós y mosén Pere Montagut Piquet. Dos sacerdotes excelentes. Dos profesores brillantes. Dos curas de Juan Pablo II. El mérito de la jornada es suyo. Incluso -aunque sea de forma indirecta- la presencia del cardenal Ruini. Sin el traslado de la jornada a Toledo no tendría lugar el acto del 1 de junio. Por fin, el clero jasp de Barcelona está perdiendo el miedo. Y su pastor diocesano tiene que ir a remolque de sus acciones.
Salvando las distancias (40 años después de los nombramientos episcopales de 1971) (11/05/2011)El 3 de diciembre de 1971 se produjo un hecho insólito en la historia de los nombramientos episcopales en España: la Santa Sede designó siete obispos en un mismo día. Se cubrieron diócesis tan importantes como Barcelona, Madrid o Toledo así como, Pamplona, Bilbao, Córdoba y Santander . Además se llevó a cabo mediante el singular procedimiento de efectuar los relevos de forma simultanea. Jubany sustituyó a Don Marcelo, que pasó a Toledo, donde estaba Tarancón y éste a Madrid (en aquel entonces Madrid-Alcalá). Añoveros sustituyó a Cirarda que era administrador apostólico de Bilbao y obispo de Santander, que pasó a Córdoba, designándose a monseñor Del Val para la diócesis cántabra. En un mismo día se modificaron los titulares de las dos diócesis más importantes de España, el de la diócesis primada y el ordinario de la capital vizcaína. Nunca más sucedió. Este proceso se había desencadenado a raíz del fallecimiento de Monseñor Casimiro Morcillo, obispo de Madrid-Alcalá, acaecido el día 30 de mayo de 1971. Con una rapidez inusitada, al día siguiente de su óbito se designó al cardenal Tarancón como administrador apostólico de la sede vacante. También con notable celeridad -poco más de seis meses- se designó al prelado de Burriana como obispo residencial y se desencadenó el vuelco en el episcopado español anteriormente relatado. A nadie se le escapa la trascendencia que tuvieron aquellos nombramientos -para bien y para mal- en la historia de España. El alejamiento de Don Marcelo de Barcelona, el protagonismo indiscutible del tándem Tarancón-Jubany en la transición hacia la democracia o la política de Añoveros en Bilbao, son fiel reflejo de una decisión perfectamente trabada desde Roma, cuyas consecuencias han quedado patentes como hechos cruciales en el pasado más inmediato. Téngase en cuenta, además, que la Santa Sede tuvo que sortear el histórico derecho de presentación regia, del que gozaba Franco y al que no renunció el actual monarca hasta Julio de 1976. En tiempos ya próximos podríamos hallarnos ante una tesitura semejante. Monseñor Rouco cumple 75 años en Agosto de este año y el cardenal Martínez Sistach en abril siguiente. Salvando las distancias, es una excepcional ocasión para un nombramiento conjunto, que posibilite una línea clara, recognoscible e inequívoca en las dos principales diócesis españolas. No en vano, el actual Nuncio, Renzo Fratini, ha declarado que su mayor desafío es articular los relevos en Madrid y Barcelona. Se pueden discutir en muchos aspectos (en especial en política interna de las diócesis) las decisiones de Tarancón y Jubany, pero pocos pueden negar que formaron un dúo perfectamente engarzado y que ejecutaron, sobre todo en los años setenta, las directrices romanas con respecto a la transición española. Decía que salvásemos las distancias. Han pasado cuarenta años. Han cambiado los objetivos: la secularización, el descreimiento, cuando no la aversión -explícita e implícita- a la religión católica han hecho mella en nuestro país. Es necesario un nuevo vuelco, como sucedió en 1971. Tarancón tenía 64 años y llevaba más de 25 de obispo, habiendo pasado por Solsona, Oviedo y Toledo. Jubany tenía 58 y más de 15 de obispo, habiendo sido auxiliar de Barcelona con el Doctor Modrego y residencial de Gerona. Ambos tenían tiempo suficiente por delante y eran gatos viejos en el episcopado. ¿Se puede hallar un dúo similar en el episcopado actual? No es tan difícil. Indudablemente se trata de una apuesta arriesgada, pero las designaciones no deberían ser soluciones de compromiso (como ha sido la de Sistach) o jubilaciones de oro (como podría ser la de Cañizares). Se necesitan pontificados largos, ambiciosos, atrevidos, que den la vuelta a situaciones diocesanas adormecidas y que representen un nuevo rumbo de la iglesia en España. Los nombramientos de Madrid y Barcelona tendrían un efecto reflejo en todo el mapa episcopal. ¿Se atreverá el Nuncio? ¿Por qué no? Que se fije en lo que pasó el 3 de diciembre de 1971. Hace casi cuarenta años. No será que las comunicaciones no han evolucionado.
La curiosa estancia de Rouco en Montserrat (3/05/2011)El pasado día 26 de abril, víspera de la festividad de Nuestra Señora de Montserrat, se celebraba en su basílica la tradicional Vetlla de Santa María, con la que se inicia la liturgia propia de la solemnidad. Los miles de peregrinos que acuden a las diez de la noche al cenobio benedictino se encontraron con la sorpresa de que, junto al abad Soler, se hallaba ni más ni menos el cardenal Rouco Varela. Y junto a ellos el obispo de Lugo, su sobrino Monseñor Carrasco Rouco. ¿Qué hacía el prelado madrileño -acompañado de su sobrino- en día tan señalado en el monasterio? La versión oficial es que pararon en Montserrat, camino de Roma, adonde acudían a la beatificación de Juan Pablo II. No me dirán que la excusa no es conmovedora. El cardenal de Madrid no viaja en avión, sino que se desplaza a la Santa Sede en coche. Además, le acompaña el obispo de Lugo que debe realizar un larguísimo periplo para recoger a su tío en la capital de España y luego desplazarse en automóvil hasta la ciudad eterna. No contentos con el tortuoso viaje, al pasar el túnel de El Bruc, deciden llamar al Abad Soler y anunciarles su visita, coincidiendo con la celebración de la Vigilia de la Virgen de Montserrat. Dom Josep María recibe la noticia con alborozo y se presta a anunciar a los monjes que la celebración se verá honrada con la presencia del todopoderoso purpurado. ¡Qué ternura! Es obvio que ni la mentalidad más ingenua puede creerse un pretexto tan rebuscado. La presencia del cardenal gallego en Montserrat inaugura la partida de ajedrez que se ha empezado a desarrollar en vistas a la sucesión del cardenal Martínez Sistach como obispo de Barcelona. Tres días después del arribo del arzobispo de Madrid a la montaña santa, el purpurado barcelonés cumplía 74 años. Su último año de mandato antes de que presente la renuncia preceptiva al Papa. Y en esa batalla juegan muchos intereses, no solo eclesiales, sino personales. En los últimos meses ha venido trascendiendo que Monseñor Rouco ha apostado por el obispo Taltavull para suceder a Sistach. El auxiliar barcelonés cotiza muy al alza dentro de la conferencia episcopal española, donde fue elegido -sorprendentemente- como Presidente de la Comisión de Pastoral, derrotando ni más ni menos que al arzobispo de Oviedo, Monseñor Sanz Montes. Pero la posible candidatura del menorquín tropieza con las aspiraciones del Abad Soler, que se hallan muy bien ancladas en su ascendencia con el cardenal Bertone. Ambos son muy buenos amigos, desde la época en que el salesiano era arzobispo de Génova. En aquellos tiempos, Bertone estuvo en varias ocasiones en el monasterio y el Abad le devolvió la visita. La relación -de verdadera amistad- se ha intensificado entre ambos desde su designación como Secretario de Estado. Como suele suceder entre altos dignatarios eclesiales -dotados de esa impagable delicadeza curial- la visita de Rouco obedece a una cordial sugerencia del número dos vaticano; el cual, a su vez, congratula una sutil observación del mitrado benedictino. Un exquisito encaje de bolillos. Lo único cierto es que se ha dado el pistoletazo de salida a la que puede ser la madre de todas las batallas. El candidato de Rouco es Taltavull. El de Bertone el Abad Soler ¿Y el de Sistach? Porque el todavía arzobispo barcelonés se supone que algo tendrá que decir en su propia sucesión. La verdad es que no coincidió con Rouco. La vigilia fue celebrada por el obispo de Sant Feliu de Llobregat, Monseñor Cortés Soriano, a cuya diócesis pertenece el monasterio. Pero Sistach no faltó al día siguiente y celebró la misa propia de la festividad. Seguro que moderadamente se refirieron a la visita del cardenal de Madrid. Pero Sistach y Soler nunca han congeniado mucho. Me extrañaría que apostase por él como su sucesor. Más bien sus preferencias se decantan entre Pujol Balcells y Vives. Aunque Vives está que no cabe de gozo como Jefe de Estado de Andorra. Lo hubieran visto este domingo en la beatificación de Juan Pablo II. No se hallaba entre los obispos, sino entre los dignatarios estatales. Y allí se le pudo ver departiendo con el mismísimo Berlusconi (foto de la izquierda). Queda un año para que el cardenal de Barcelona presente su renuncia. Todos ya van moviendo sus peones en aras a reemplazarlo. Menos él. Sinceramente creo que, en estos momentos, su verdadera apuesta no se centra en su sucesión, sino en una prórroga de dos años largos, que no puede ser inferior a la que se concedió al cardenal Carles. Y en mi opinión la conseguirá. El también sabe moverse sutil y eficazmente. Y Rouco cumple los 75 en Agosto. Que también hay quien dice que se sustituirá a ambos a la vez. En todo caso, la partida ha comenzado.
El sectarismo de Llisterri (27/04/2011)La parcialidad del portal subvencionado (por el momento) Catalunya Religió alcanza cotas insospechadas de sectarismo; no solo en sus opiniones unidireccionales, sino en su sección titulada "recull de notícies", que pretende ser un albergue de las noticias religiosas que se producen en los medios informativos catalanes, pero que discrimina las mismas con una táctica semejante a aquella por la que se hizo famoso el estalinismo, a la hora de borrar el más leve rastro de sus antagonistas, reescribir los manuales de historia, truncar las fotografías o alterar hechos, lugares y protagonistas. El penúltimo ejemplo de esta estrategia, propia de Laurenti Beria, la podíamos observar el pasado lunes de Pascua. La Vanguardia publicaba dos noticias de temática religiosa: una sobre la escasez de vocaciones y otra en el suplemento Vivir sobre la procesión del Encuentro que se celebra cada domingo de resurrección en la parroquia de San Juan Bautista del barrio de El Fondo de Santa Coloma de Gramenet. Adivinen cuál de las dos noticias era omitida por el site subvencionado (por el momento) de Llisterri: la de la procesión del Encuentro. ¿Por qué? ¿Por qué había chinos? ¿Por qué había inmigrantes? ¿Por qué se desarrollaba en una parroquia germinante? ¿Por qué se efectuaba un reportaje sobre Mosén Francesc Espinar? Probablemente de todo un poco. No se trata de una mera anécdota, cada día sucede lo mismo en esta web que se nutre (por el momento) del dinero pagado por los contribuyentes. De la misma manera que se silencia a determinados sacerdotes, se produce la omertá en relación a e-cristians o a los movimientos en defensa de la vida, al Opus Dei o al movimiento neo-catecumenal. Simplemente se les ignora a la estaliniana manera, con objeto de presentar un panorama cristiano matizado siempre por un magma progre. Pero tras estos burdos subterfugios no se esconde otro reflejo que el del mal perdedor. Porque se callan expresamente aquellas comunidades más vivas, más numerosas, más activas. Se me haría raro ver a Llisterri en el barrio de El Fondo, pero si hubiera acudido el pasado domingo habría podido contemplar una iglesia en la que se tuvo que dar la comunión incluso en la calle, ante la multitud de fieles que no pudieron acceder al templo. Podría haber contemplado el verdadero atrio de los gentiles, ese del que en su portal tanto se llenan la boca. Allí estaba todo el pueblo pagano: chinos, africanos, europeos del este, latinoamericanos, incluso españoles. En ese recóndito suburbio se produce cada semana la maravilla de ese atrio de los gentiles, con mucha mayor capacidad de convocatoria del que está convocando el cardenal Ravasi. Por cierto, espero que si se llega a celebrar en Barcelona, tenga mayor éxito que el de París, que se inició descafeinado ante el veto vaticano a la presencia de ateos militantes como Hitchens o Michel Onfray, mereciendo el varapalo de la revista progresista francesa Golias Uno de los principales motivos del nacimiento (y posterior éxito) de Germinans ha sido desvelar una parte de la iglesia en Cataluña que se hallaba oculta y menospreciada, pero que cada vez contaba con más y más adeptos. Una parte de la Iglesia que tenía sus templos a rebosar, mientras la otra (la oficial) los tenía vacíos. Lo he podido experimentar esta Semana Santa. Asistí a uno de los oficios de la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles. Su rector, Mosén Rafael Méndez, es uno de los sacerdotes más vilipendiados por el progresismo oficial. Además ha sufrido durísimas invectivas y acusaciones al involucrársele falsamente con Germinans. Pues no falla: su templo lleno, en pleno ensanche y en días festivos, en un barrio lleno de oficinas y en el cual en los días no laborables solo queda la tercera edad. Lleno de jóvenes además. Con la vitalidad y entusiasmo que le proporcionan los chicos y chicas de Christifideles Laici que siempre tiene en la parroquia, a los que se les ha unido este año una misión neocatecumenal. Igual me sucedió con el Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. 500 personas en la tarde de Jueves Santo, día laborable en Cataluña. Me alegré mucho por la comunidad de Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús que tiene encomendado el templo, dado que en un año ha visto fallecer a su rector el padre Miguel Alomà y al Padre Amigorena, que tantos años fue su fiel y leal colaborador. Solo espero que esa doble pérdida no perjudique la actividad pastoral del Santuario. Huestes tiene más que suficientes, religiosos van menguando, pero con parroquianos como los que tiene será difícil que la semilla no obtenga fruto. Esa es la realidad de los cristianos barceloneses y catalanes. La pura realidad que nos esconde el portal subvencionado (por el momento). Ellos se lo pierden. El futuro está ahí. Aunque se nieguen a reconocerlo.
La cuota progre-eclesial de la Creu de Sant Jordi (19/04/2011)Con toda seguridad, no hay actualmente una condecoración más desprestigiada que la Creu de Sant Jordi que concede anualmente la Generalitat catalana. Aparte de algunos patinazos como su otorgamiento al delincuente Félix Millet o al impostor Enric Marcó, que se había inventado su estancia en campos de concentración nazis; en el día de hoy ya es objeto de la mofa más acerada. No en vano, un escritor - nada sospechoso de anti-nacionalismo- como Quim Monzó, sostiene que está más desprestigiada que la rupia indonesia. Algunos ingenuos creían que tras el despilfarro del tripartito, la entrada del gobierno de Artur Mas aportaría un poco de sensatez en la entrega de tan despreciada distinción. ¡Quiá!. Este año se otorgan 44 cruces, 29 a personas y 15 a entidades. El precio de cada galardón es de 1.128 euros. La mera multiplicación de 1.128 euros por 44 arroja unos escandalosos 50.000 euros. 50.000 euros lanzados alegremente, mientras se suprimen camas hospitalarias, se reduce el presupuesto en enseñanza o justicia y se eliminan subsidios a parados de larga duración. Algunos se preguntarán que tiene que ver esta inmoralidad con el ámbito eclesial que es objeto de este portal. En primer lugar, la distinción no puede tener un origen más genuinamente cristiano: la cruz y de Sant Jordi. A pesar de ello, siendo uno de los derechos atribuidos a la posesión del galardón una esquela gratuita a la muerte del condecorado, la esquela mortuoria carece de cruz. A pesar de enfatizarse en la misma que el finado fue condecorado con la Cruz de Sant Jordi. Contradicciones de la laicidad reinante. En segundo lugar cada año suele premiarse a alguna persona o institución relacionada con la Iglesia. Algún que otro ingenuo creyó que con la llegada al poder de Artur Mas la concesión eclesial no se otorgaría a un cristiano que causase - cuanto menos- división entre los fieles, como había pasado con el tripartito al otorgársela al Pare Manel Pousa (en la fotografía). Por segunda vez, ¡quiá! Este año han condecorado al Col.lectiu de dones en l'església. Esta asociación (con el nombre sesentero de col.lectiu ) admite únicamente mujeres. Mujeres partidarias del sacerdocio femenino y de la abolición del celibato sacerdotal, entre otras menudencias. No solo desde un punto de vista teórico, sino práctico, como puede verse en la foto que encabeza este artículo, en la que participan de una pseudo-celebración que preside la sacerdotisa francesa Genevieve Beney, en la que se parodia una especie de consagración con pan bimbo. Entre sus miembros (o miembras) no se hallan exclusivamente laicas, sino que nos encontramos con algunas consagradas, incluso con importantes cargos en sus congregaciones religiosas. Tampoco se crean que se trata de una humilde y sencilla asociación. El Col.lectiu de dones en l'església es una auténtica sangonera (parásito) del erario público. En su artículo del 17-12- 2010, mi admirado Quinto Sertorius Crescens les detallaba los 183.119 euros que habían recibido de subvenciones desde el año 1991 al 2010. ¡Un auténtico chollo! ¡Que reclame Llisterri una subvención análoga ahora que ve peligrar su chiringuito! ¡Menudos fariseos estos usufructuarios de la nueva alianza entre el trono (Generalitat) y el altar! Aunque solo hayan pasado poco más de cien días desde la toma de posesión del gobierno de Artur Mas, la decepción está llegando a todos los sectores. El padecimiento de los más severos recortes por los más débiles nos está conduciendo a panoramas semejantes a los de Grecia, cual se pudo observar en la protesta del pasado jueves en la Plaza de Sant Jaume, que estaba tan a punto de rebosar que se convirtió en una inesperada ratonera, en la que no pasó una desgracia porque Dios no quiso. Mientras tanto, se conceden alegremente 44 cruces de Sant Jordi y se despilfarran 50.000 magníficos euros. Y no contentos con esto distinguen a una plataforma subvencionada enfrentada radicalmente a la Iglesia Católica. Con los mismos criterios que el tripartito. Nada ha cambiado. Es más, probablemente ha cambiado a peor. ¡Qué decepción! ¡Y qué rostro, el de estas mujeres progresistas que van a aceptar el dispendio mientras los más débiles ven recortadas las más míseras prestaciones sociales!
La inexistente oposición al obispo Novell (12/04/2011)Cuando en mi artículo de la semana pasada les hablaba del epíteto desdeñoso con que el obispo emérito Godayol había calificado a los sacerdotes jóvenes ("jovenets encarcarats") me olvidé de incluir en el elenco al obispo Novell. Ciertamente el prelado de Solsona tiene todos los números -no solo el factor edad- para incorporarse al pelotón de los encorsetados. Y como la inmensa mayoría de estos curas post-conciliares (estos lo son impepinablemente) cumple con creces los parámetros contrarios a la definición de Godayol: es audaz, dinámico, creativo y eficaz pastoral y socialmente. El aire fresco de Monseñor Novell en Solsona se está haciendo notar sin necesidad de forzar la máquina. No solo en su equipo de gobierno (véase la parte inferior de la foto en contraste con los tres de arriba del Forum Ondara de los que hablaré luego) sino en toda su actividad pastoral. En especial son tremendamente motivadoras las glosas semanales que publica en la Hoja dominical diocesana. Voy a traer a colación las dos últimas. De la primera destaco este párrafo: "Movidos por evitar las diferencias que separa la Iglesia de la sociedad y al objeto de hacer accesible el cristianismo, existe el riesgo de plantear un cristianismo amable y tolerante. Más grave es el hecho de que algunos, desde esta postura, se postulan como alternativa al "cristianismo oficial e institucional". Serán los cristianos críticos, los cristianos modernos, simpáticos para el mundo que no soporta una Iglesia que pone en cuestión la cultura moderna". Y en la del último domingo merecen reseñarse estas significativas líneas: "Nos tenemos que preguntar si nosotros mismos no hemos contribuido al progreso de estas visiones catastróficas a base de silenciar la fe en la resurrección y la vida eterna. Cuando en las homilías de las exequias y en las conversaciones en el momento del pésame, todos hablamos más de la vida y milagros del difunto que de la vida eterna, ¿no estamos propagando indirectamente estas visiones a base de favorecer la negación del tesoro de esperanza de la fe?" Se trata de un mensaje claro, radical y sumamente entendedor; absolutamente alejado de aquellos cantos bucólicos y melifluos que se reducen al "paz y amor contra las guerras". A la vez es un mensaje esperanzador, atrayente y comprometido. Tan comprometido como difícil. Obviamente: ¿acaso el cristianismo es fácil? La letra y la música del primigenio magisterio del obispo Novell debería suscitar la oposición de ese cristianismo progresista catalán, que todos (me incluyo a mi mismo) solemos magnificar. Sería de cajón. Pues nada de nada. Al contrario. En Solsona ha existido un núcleo opositor, bien definido, articulado en el Forum Ondara. Su declive es inexorable. Empezaron las reuniones el 1 de diciembre de 2005 y eran 13 los asistentes. El 14 de febrero de 2006 ya no hablaban de asistentes, sino de porcentajes: eran el 16% del clero de la diócesis y subrayaban que habían tenido una gran asistencia. El 3 de octubre de 2006 sigue en el 16%; en 2007 baja al 12 %; el 6 de mayo de 2008 asciende al 13%; sigue con ese 13% en 2009 y en 2010 motivados por el nombramiento de nuevo obispo asciende al 18%. En su última reunión del 5 de abril de 2011 ha vuelto a bajar al 12 %. Indudablemente siempre son los mismos; cura arriba, cura abajo. El presbiterio celsonense no llega a los 125 sacerdotes. Un 12% son 15 sacerdotes. 15 sacerdotes, en su inmensa mayoría, de la quinta de los tres de la foto que encabeza este artículo. Casi todos con la edad de jubilación más que sobrepasada, que suelen aguantar por aquellas regalías de la casa parroquial o cualquier otra necesidad prosaica, que conocen bien tanto sus compañeros en el clero como sus feligreses. El acta de su última reunión critica la pastoral de Novell, pero de una forma mucho más taimada y pastueña que aquel tremendista comunicado del inicio de pontificado, que recogió Prudentius de Bárcino en su artículo de 21-11-2010. El retroceso del Forum Ondara es aplicable también al Forum Alsina y a otros movimientos progresistas de las diócesis de Tarragona y Vic. Cuando el obispo - sin necesidad alguna de enfrentarse directamente a ellos- les marca territorio y deja bien clara que su política pastoral estará en sus antípodas, aquellos valientes contestatarios reculan inexorablemente y se diluyen como un azucarillo. Por eso les decía anteriormente que todos tendemos a magnificar el progresismo eclesial. Pero si les quitamos su presencia mediática y su parasitismo subvencionado quedan en nada. Nos tocará aguantarlos, como en el programa Agora de este lunes por la noche en TV3, en el que para hablar de la Iglesia se reúnen Armand Puig, Francesc Torralba (¡como no!) y Torrens de Església Plural. Pero esta es una parte de la iglesia sin poder de convocatoria, mortecina, irrelevante y carente de huestes. La otra parte de la Iglesia no sale en los medios de comunicación, pero poco a poco se abre camino y ya tiene obispos que no solo la alientan, sino que la encorajinan. Cuando hace poco leía a ese crack de la información eclesial que es Francisco José Fernández de la Cigoña referirse al nuevo gobierno episcopal de Monseñor Iceta y, en especial al ver la foto de sus semblantes y atuendos, pensé que, por suerte, la misma ya no es posible hoy en Cataluña. Ni tan siquiera en Barcelona. Aunque sea solo en los actos oficiales, todo el equipo de Sistach lleva clergyman; hasta Bacardit, aquel Bacardit que nos vino descamisado de Chile. El mismo atuendo sacerdotal que, en su casi totalidad, exhiben los sacerdotes jóvenes (los "encarcarats" de Godayol), con orgullo de su ministerio y con el riesgo evidente de ser zaheridos y ofendidos por la calle. Pero con la cara bien alta de mostrar abiertamente al mundo su condición sacerdotal. Son el futuro de la Iglesia, llenan sus parroquias, llevan a cabo la más eficaz labor social, tan indispensable en estos tiempos de terrible y prolongada crisis económica y no tienen miedo (¡ningún miedo!) a mostrar abiertamente que ellos no son sacerdotes vergonzantes.
"Encarcarats", dice Godayol (5/04/2011)El ruido mediático producido por la incalificable defensa del Pare Manel Pousa por parte del obispo emérito Godayol ha silenciado otros pasajes, similarmente lamentables, de sus declaraciones al portal El Singular Digital. Me ha llamado particularmente la atención como califica a los sacerdotes jóvenes: "Jovenets" les llama con retintín. Y "encarcarats". Parece un oxímoron: "jovenets encarcarats" (jovenzuelos encorsetados), pero lo aclara el salesiano cuando dice que han visto poco mundo. ¡Lo sabrá él! Destaco "encarcarats" (término que me parece más eufónico que su traducción castellana), porque parece que el palabro está de moda. También lo utiliza Manuel Cuyàs para referirse a Albert Manent, en el artículo que ayer se reprodujo en esta web. Aunque a Manent lo que no le encaja es llamarle "jovenet". Es un caso curioso el obispo Godayol. A inicios de los 70 se fue a Perú y en el año 1992 fue designado obispo de la Prelatura Territorial de Ayaviri. En Cataluña era un perfecto desconocido. Asistí a una celebración de María Auxiliadora en el Santuario de los Salesianos de la calle Rocafort, que presidía Godayol, todavía obispo prelado, pero con la renuncia presentada. Era el año 2004. Por aquel entonces empezó a hacerse ver por Barcelona, pero ni lo conocían los salesianos locales. Que voy a decirles del clero regular. Decían: mira un obispo catalán del Perú. ¡Que curioso! Godayol había sufrido una trombosis y los médicos le desaconsejaban la altura de Ayaviri. Residía normalmente en el distrito de Lurín. Allí le había acogido el obispo José Ramón Gurruchaga Ezama, también salesiano y español de Baracaldo. Monseñor Gurruchaga había sufrido varios infartos y esperaba que le aceptasen la renuncia, tan pronto cumpliese los 75 años de edad a principios de 2006. Godayol estaba seguro de que le sucedería como obispo de Lurín, diócesis costera perteneciente a la metrópolis limeña. Salesiano y español como Gurruchaga; estaba cantado. Pero la jugada le salió rana. El 17 de febrero de 2006 la Santa Sede le acepta la renuncia y solo cuatro meses después se sustituye a Gurruchaga por Monseñor García Camarde, obispo auxiliar de Lima. El enojo de Godayol fue tan estratosférico que decidió abandonar Perú, donde había residido treinta y cinco años de su vida y venirse a Barcelona, a pesar de los escasos vestigios que aquí conservaba. Cuando llegó a la Ciudad Condal se hallaba todavía pendiente de aceptación la renuncia del obispo Carrera y Godayol pretendía erigirse en un nuevo Fray Matías Solá, aquel obispo de Colofón que hacía de auxiliar "de facto" del Doctor Modrego. Sistach (¡vaya uno!) evidentemente no estaba por la labor y lo exilió en el Tibidabo, con la comunidad salesiana que tiene encomendado el templo expiatorio. Lo que no hizo jamás Godayol fue volverse a Perú, al contrario que Monseñor Gurruchaga, al que llaman el Padre Obispo y que acaba de celebrar los 50 años de sacerdocio, querido y respetado por todos sus feligreses. Desde entonces Godayol, ansiado de cobertura mediática, ha jugado a hacerse el progre. Sabe que es una mercancía que se vende bien por estos pagos y con solo 68 años tiene tiempo por delante para cotizar al alza. Aunque esta vez se ha pasado de frenada. La descalificación del proceso de ex-comunión iniciado por el cardenal Martínez Sistach (noticia que ha adquirido una dimensión internacional ) y ese desdeñoso "jovenets encarcarats" con que ha etiquetado a muchos sacerdotes, sin mayor justificación que la edad y "no haber visto mundo", le van a granjear enemistades. Desconozco a quien se refiere concretamente Godayol, pero en la diócesis de Barcelona "els jovenets" serían, por ejemplo, el Padre Barrallo que acaba de abrir todo el día la parroquia de San Carlos de Borromeo; Mosén Ferran Lorda, verdadero -y eficaz- animador juvenil de la diócesis; el doctor González Padrós, director del Instituto Superior de Liturgia (por cierto, ninguneado por el flamante Presidente de la Comisión de Liturgia de la CEE ); el Doctor Pere Montagut, director del Instituto de Teología Espiritual; Mosén David Alvarez (en la fotografía a la derecha, con barba), formador del Seminario menor (que gran cura el día que pierda de vista a Turull) o Jordi Gutiérrez, rector de Vilassar de Mar, entre otros muchos. La gran cantera de sacerdotes barceloneses. Los que llenan sus parroquias y más eficazmente contribuyen con la labor social y económica de la diócesis. Para Godayol "els encarcarats".
Los neo-papistas (29/03/2011)Dijo en su día el Cardenal Tarancón que algunos obispos tenían torticolis de tanto mirar a Roma. Me ha venido a la mente la ingeniosa frase al contemplar el renacimiento papista que se está produciendo en estos predios catalanes. Lejos quedan las cartas de protesta contra Juan Pablo II; las desconsideradas valoraciones de su pontificado que efectuó el sacerdote Joan Bada o la manifestación que un número de sacerdotes (con Turull arengándoles al megáfono) llevó a cabo contra la decisión de la Santa Sede de dividir la archidiócesis de Barcelona. La memoria no falla y todos podemos recordar que no se trataba de críticas puntuales a tal o cual decisión vaticana, sino un profundo menosprecio a la propia concepción del papado, cuando no una abierta oposición a la estructura de la Iglesia. Fui testigo personal (pues asistí con un grupo de jóvenes a la contra-manifestación) de los gritos y consignas que se prorrumpieron contra Juan Pablo II en la concentración en la Plaza de la Catedral. La inmensa mayoría de los curas que se manifestaban hacían mofa y escarnio de Juan Pablo II: "Un pobre viejo que no se entera de nada", "Una marioneta en manos de la Curia " o el auto-suficiente "¡Je, el Papa, pobre home, si no s'aguanta dret!" Parecen otros tiempos, pero de ello solo hace siete años. De repente ha invadido Cataluña un fulgor papista. Todavía no proliferan las banderas vaticanas, pero todo se andará y cualquier día las veremos compatibilizar con la senyera, comme il faut. Como siempre, el que más se ha pasado de frenada ha sido el presumido periodista religioso de La Vanguardia con un artículo, cuyo título representará el frontispicio de los neo-papistas: " La Iglesia catalana mira más a Roma que a Madrid". Como la inmensa mayoría de sus enunciados es un titular trilero: no es que no exista iglesia catalana -dejémoslo hoy-, lo que seguro que no existe es la iglesia de Madrid y mucho menos diferente de la de Roma. Pero se trata de marcar el territorio, de señalar hasta donde llegaron las aguas, de abrir una nueva competición en la que Madrid y Barcelona jueguen a ver quien es más papista que el papa. ¡Que poco sentido del ridículo! La penúltima expresión del neo-papismo catalán ha acontecido con la Pastoral de los obispos "Al servicio de nuestro pueblo". No existe un documento episcopal que contenga -en proporción- tantas citas de los dos últimos pontífices. De las 54 notas a pie de página, nada menos que en 21 se menta a Benedicto XVI y 9 a Juan Pablo II. 30 de las 54 referencias corresponden a los dos últimos papas. Ciertamente exagerado. No hay nada peor que la obstinación y la intransigencia de los nuevos conversos. En todos los ámbitos. También en el que nos ocupa. Pero no debe quedar el análisis en la anécdota: detrás de ello anida un mero instinto de supervivencia. Un prosaico hacer de la necesidad virtud. Saben que no cotiza la oposición al Vaticano. Se han dado cuenta (¡bastante tarde!) que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI han sido unos auténticos líderes mundiales. Han llegado a la conclusión de que se pasa mucho frío y soledad en "la otra iglesia" o en adaptarse "a los signos de los tiempos". Necesitan una cierta tranquilidad psicológica, ya que, aunque el cambio ha sido brusco, siempre quedan algunas querencias y se agarran a cualquier clavo ardiente: el atrio de los gentiles, el estilo propositivo, las diferencias con Madrid, el nuevo talante, etc. Pero la verdadera noticia es que se ha desterrado toda crítica al papado. Hasta la foniatra Cori Casanova -antaño tan beligerante- se ha apuntado a la nueva corriente. Con su incorporación, ya tenemos una orquesta perfectamente afinada. Solo les falta Església Plural, cada vez más menguados, pero que, al menos, no se prestan a estas contorsiones aduladoras. Conservan la dignidad. Se lo digo desde nuestra radical diferencia. Lo cortés no quita lo valiente.
El Opus Dei en Barcelona (22/03/2011)
No se queda atrás Santa María de Montalegre. Otra iglesia abierta casi todo el día. En uno de los barrios más marginales de Barcelona. Con una inmigración que casi alcanza el 50% de su censo. En los que realiza una encomiable labor asistencial, expresamente llevada a cabo por la Acció Social Montalegre (ASM), con una incesante política de voluntariado, centrada en la ayuda a los más necesitados, con guardería propia, con atención domiciliaria a las personas mayores y discapacitadas, incluso con tareas innovadoras como la mediación en la concesión de microcréditos a personas socialmente excluidas. En Montalegre no para nadie, debiendo destacarse la inmensa aportación del laicado. No existe una exclusividad clerical. No oirán a nadie que viva en el Raval (no que vaya de paseo) hablar mal del Opus Dei. En estos días en que se está canonizando al Pare Manel, como si fuere el único miembro de la Iglesia que efectúa labor social, no podemos obviar la eficaz y abnegada actividad de tantos estamentos (parroquias y movimientos) que no salen en la prensa. Puede ser que no sepan venderse o no gocen de la cobertura mediática que aureola a Pousa, pero debe proclamarse a los cuatro vientos: ahí está el Opus en Montalegre o en el Colegio Xaloc de Bellvitge; allí Sor Genoveva desde la Barceloneta ; más allá las parroquias de los Desamparados en la Torrassa y la Mare de de Deu de la Llum en la Florida de Hospitalet o el comedor de María Reina donde se sirven cada día más de 50 comidas, consistente en dos platos y postre y los comensales sentados, no de pie y que espabilen. Por no hablar de la inmensa labor de Cáritas Diocesana. Todos ellos sin necesidad de hablar mal de la Iglesia , de traicionarla en sus principios o dogmas; no digamos en amparar o comprender el aborto. Máxime cuando la principal - casi única- detractora del aborto es la propia Iglesia Católica. Sin necesidad también del apoyo de aquellos que -por decirlo de manera suave- desdeñan el cristianismo. Ya sea Carles Flavià, Joan Manel Serrat, Xavier Sardà o Manel Fuentes. ¡Ya está bien! Nos están presentando al Pare Manel como si fuere el único sacerdote barcelonés que lleva a cabo una actividad social. Incluso la nota del arzobispado, en una vergonzosa coletilla, indica que la apertura de un proceso de ex-comunión "no impide reconocer el trabajo social que desde hace muchos años está realizando este sacerdote al servicio de los grupos más necesitados de nuestra sociedad". ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Es una verdadera ofensa a la infinidad de sacerdotes, religiosos y laicos que dedican sus energías, su tiempo y su dinero en favor de los más necesitados. Entre ellos y de forma tremendamente importante el Opus Dei. Que lo pregunten en el Raval.
Terrassa 42 – Barcelona 26 (15/03/2011)Tras solo cuatro años de existencia, el número de seminaristas de la diócesis de Terrassa ya se ha destacado inexorablemente del de Barcelona. Mientras el seminario de Turull mengua, el egarense no para de crecer. El año pasado Barcelona contaba con 33 seminaristas, este año con siete menos. Por el contrario, Terrassa cuenta con dos más. Los números suelen ser fríos, pero inapelables. Téngase en cuenta, además, que el seminario egarense solo cuenta con cuatro años de antigüedad, mientras que el barcelonés tiene más de 500 años de existencia y que la población de la archidiócesis duplica de largo la de Terrassa. El hito de Monseñor Saíz Meneses de crear un seminario (!y llenarlo!) en pleno siglo XXI no tiene parangón, pero lo que tampoco tiene parangón es la absoluta hecatombe del seminario de Barcelona. Cuyo hito también tiene nombre y apellidos (en este caso plural): Lluis Martínez Sistach y Josep María Turull. 26 seminaristas para una población de 2.600.000 almas. Pero no se trata solo de compararlo con la vecina Terrassa, sino con otras diócesis españolas. La comparación de estadísticas nos revela el desolador páramo de la vocación sacerdotal barcelonesa. A Barcelona la superan Madrid con 125 seminaristas; Toledo con 79; Getafe 50; Valencia 44; Sevilla 35; Córdoba 33; Cuenca 33; Cartagena con 28 y Tenerife 27. Por no hablar del semillero de vocaciones de los seminarios "Redemptoris Mater" del camino neocatecumenal, inexistentes en Cataluña. La caída libre del seminario barcelonés se acentúa cada año: en el curso 2008-2009 contaba con 36 seminaristas; en 2009-2010 con 33 y este 2010-2011 con 26. Pronto se va a escuchar el eco en las inmensas estancias de la calle Diputación. Hoy ya vacías y cada vez más destartaladas. Con la particularidad que en el presente curso hay tantos ingresos como abandonos. 6 seminaristas nuevos, por otros 6 que han abandonado. Otro registro que da que pensar. Como les decía anteriormente este desplome es imputable prima facie al cardenal Martínez Sistach. A día de hoy se puede afirmar que su política vocacional ha sido calamitosa. También debe achacársele una evidente culpa " in eligendo ". La promoción de Turull al rectorado del Seminario, decisión unilateral y exclusiva de Sistach con el parecer mayoritariamente contrario del clero barcelonés, ha superado las expectativas más pesimistas. Turull, con la tesis doctoral pendiente todavía de aprobación, sin mayor experiencia pastoral que cuatro años como párroco de Sant Raimon de Penyafort, no tenía el perfil adecuado para tan importante cometido. Muchos sacerdotes y laicos lo manifestaron, ante la incredulidad y sorpresa de su elección. Pero tenemos un arzobispo que carece de asesores, que no solo es incapaz de delegar, sino que jamás escucha consejo alguno. Ni tan siquiera deja que se lo expresen. Ahí tiene el fruto de su inmenso error. No solo observa languidecer su seminario, sino que contempla con horror como cada vez se agranda más la distancia con el de la vecina Terrassa. De paso ha conseguido que Turull sea ya un personaje amortizado, que no da más de sí. Frustrada su ridícula aspiración a la mitra, hoy en día no es más que el rector fracasado de un seminario irrelevante. Cuando se jubile Sistach, Turull volverá a una parroquia (quizás no tan céntrica como la de Sant Raimon de Penyafort). Los demás prelados catalanes no le tienen ninguna estima. Ni tan siquiera Vives (hoy en día el sucesor mejor colocado) lo mantendría en su puesto. No puede verlo ni en pintura. Por último, quería hacer una reflexión al hilo de mi artículo de la semana pasada respecto a la marginación diocesana del obispo Taltavull. Uno de los lugares donde se hace más evidente su postergación es en el Seminario. Observen únicamente -una imagen vale más que mil palabras- la foto del Papa Benedicto XVI (más bien de Sistach que ocupa y absorbe el centro de la imagen) con seminaristas, formadores, acólitos y cantores. ¿Dónde está Taltavull?
Taltavull ya tiene trabajo (6/03/2011)Dicen las malas lenguas del clero barcelonés que el cardenal Martínez Sistach logró su objetivo de no tener auxiliar. Efectivamente: el obispo Taltavull no auxilia al residencial, puesto que éste no le delega nada. El nombramiento del prelado menorquín trae causa de uno de los episodios más tristes de la archidiócesis barcelonesa: el fallecimiento del obispo Carrera, tres años después de haber presentado su renuncia al cargo, que no fue aceptada por el empeño de Sistach en nombrar a Turull o quedarse sin auxiliar. Tras la muerte del bisbe Joan , las prisas por obtener un sustituto propiciaron la designación de Taltavull. El auxiliar que no quería Sistach. Desde entonces se ha convertido en un obispo absolutamente ninguneado, convertido en un burocrático vicario general. La marginación ha sido tan evidente que ni tan siquiera se le guardó una estancia en el palacio episcopal, debiendo residir en el geriátrico sacerdotal de San José Oriol. No solo eso, sino que tampoco se le encomiendan confirmaciones directamente y solo administra aquellas para las que es llamado personalmente por algún sacerdote. A los que siempre contesta que acudirá, si el cardenal no le dispone otra misión. Pero en la última Asamblea Plenaria se ha hecho justicia con Don Sebastià, al haber sido designado Presidente de la Comisión de Pastoral. El único obispo auxiliar que preside una comisión. Que nadie piense que ello fue fruto de la iniciativa de Sistach. Al contrario, la elección vino avalada por el anterior presidente de la comisión, el obispo de Málaga Jesús Català. Taltavull fue el director del secretariado de la comisión del año 2005 al 2009, coincidiendo con el prelado malagueño y fue la opción por la que insistió ante sus compañeros en el episcopado. Ante la sorpresa de Sistach, que, obviamente, no pudo negarle el respaldo. Incluso pudo suceder que no hubiera resultado elegido, ya que ganó por un solo voto al arzobispo de Oviedo, Monseñor Sanz Montes, al que intentaron recolocar deprisa y corriendo en Pastoral, tras haberse quedado fuera del ejecutivo. Una paradoja más de esta desorganizada Asamblea Plenaria, cual se recogió en nuestro Directorio del pasado viernes. Taltavull ya tiene trabajo. Además se halla en la Permanente al mismo nivel que el cardenal Martínez Sistach. Y en una comisión importante. Me alegro profundamente por el buen obispo menorquín. En los dos años que lleva en Barcelona se ha ganado el aprecio y el cariño tanto de los sacerdotes como de los fieles. Un obispo cercano, afable, que jamás tiene un no por respuesta. Un prelado que facilita su número de móvil a quien lo desee para que le llame a la hora que sea. Y un obispo que reza. Ya les conté en otro artículo como me impresionó verle recogido en la capilla adyacente de la iglesia de San Juan María Vianney, recogido en soledad en unos instantes de oración con anterioridad a confirmar a un buen número de jóvenes. O como se emocionaba al bendecir con el Santísimo a la ciudad de Barcelona desde lo alto del Tibidabo. Tan distinto del cardenal. Nuestro obispo auxiliar ha obtenido una justa recompensa. Que nadie piense que ello le coloca en la rampa de salida de la sucesión de Sistach, como escribía Jordi Casabella en El Periódico. Probablemente le vendría grande, aunque muchos lo agradeceríamos. Más que nada por taponar a Vives, que se halla en primer lugar de la pole position.
Visc a Poble Sec (1/03/2011)Me ha sublevado un artículo que ha escrito el profesor Toni Nello en el subvencionado portal Catalunya Religió. Se titula "Visca Poble Sec" y pretende hacer una laudatio de la organización parroquial del barrio. He vivido mucho tiempo en la frontera de Pueblo Seco, en el mismo Paralelo y conozco perfectamente sus realidades eclesiales. Evidentemente, el sacerdote Toni Nello (doctor en teología moral por la Gregoriana y profesor de la Blanquerna, en la cátedra Ramón Llull, que dirige el Doctor Salvador Pié Ninot) no vive en el barrio, ni ha vivido nunca ni piensa vivir. Así lo reconoce, al inicio de su texto. Sin embargo, por el hecho de acercarse cada domingo, celebrar una misa y departir con algunos de los feligreses, considera que lo conoce suficientemente y se lanza a arengar a las masas con un "Visca Poble Sec". El artículo del doctor Nello representa un cuadro idílico de un barrio mestizo, en el que se cruzan razas, creencias y culturas. Con ese panorama bucólico soslaya el profesor que el distrito se ha convertido en un terrible guetto, absolutamente marginal, diezmado por las drogas y la delincuencia. Obvia el gran número de personas, en especial matrimonios jóvenes y de mediana edad, que han huido de sus calles, en los últimos años, en búsqueda de un hogar algo más tranquilo. Ignora que en sus hacinados y envejecidos bloques solo han quedado aquellas personas de mayor edad, a las que resulta imposible acceder a una nueva vivienda, por las razones que sean. Desconoce que el distrito se ha convertido en una mezcolanza de geriátrico y lúmpen. Se cree el profesor que por acudir un domingo cada semana conoce el barrio. ¡Vana ilusión!. El ejemplo del cura Nello es muy típico del progre-pijismo que, una vez cruza la Diagonal , descubre el paraíso del buen salvaje rousseauniano. Pero jamás se irán a vivir a la calle Blai o a la Calle Piquer. ¡Que pregunten allí como se encuentran los que son del barrio de toda la vida y todavía no han marchado! Aunque todavía es más alucinante el ideal paradisíaco que representa el doctor Nello de las parroquias del barrio. Nos habla de las virtudes de una catequesis única. ¿Catequesis única? ¡Si no hay catequistas! ¡Ni niños! Las últimas confirmaciones en la parroquia de Lourdes (¡hace dos años!) se impartieron a tres jóvenes. Compárese con los 28 de San Juan María Vianney, de las que hablé en mi artículo de 29/6/2010. O de las 20 de la parroquia de San Juan Bautista del barrio de El Fondo de Santa Coloma de Gramenet que relaté en mi artículo de 13/4/2010. Barrio, por cierto, tan similar al de Poble Sec, como supongo que pudo leer Nello en las páginas centrales de este domingo en La Vanguardia (sé que la compra) en el extraordinario reportaje de Luis Benvenuti, titulado "El entorno Biutiful".
La realidad es absolutamente contraria a como nos la explica el profesor de Blanquerna. Ignoro si conoció a Mossèn Comín, pero hasta hace diez años (no hablamos de los tiempos del Congreso Eucarístico) el barrio vibraba con la procesión de la virgen de Lourdes, que eliminó su amigo Joan Cabot. Después han asimilado la parroquia de Sant Salvador d'Horta (la iglesia de los barraquistas de Montjuich) de la que era rector Mossèn Foraster, nada menos que desde el año 1964 y que se resistía abandonar hasta que la enfermedad pudo con él. Se resistía, evidentemente, por temor a lo que venía después. Pobre mossèn Foraster, al que despidieron con una misa, publicitada como "Comiat d'en Francesc Foraster". Le habían quitado hasta el apelativo de mossèn. Y es que en el territorio progre de Poble Sec no hay mossens. Solo en Joan, en Toni, en Jordi o en Josep. Y pensar que Cabot se sacó de encima al bueno del padre Basilio García Junquera, porque había demasiados curas. Para que luego viniera el doctor Yglesias o el doctor en teología moral (¡moral!) Toni Nello. Que contemple el deplorable estado de Santa Madrona. Templo que abre uno de cada dos días laborables. O las paredes desvencijadas y corroídas por la humedad de la iglesia de Lourdes. Eso que Mossèn Comín dejó quince millones de pesetas en sus arcas, preparadas para restaurar el templo. Pero la realidad (aunque no se atreva a decirlo claramente) de la que saca pecho Toni Nello es que aquel barrio se ha convertido en un falansterio progre, en el que no hay mossens, ni confesores, ni procesiones. Si la última fiesta de Lourdes se publicitó de manera vergonzosa, cuatro días antes del 11 de febrero y la mayor parte de actos eran en la Hospitalidad. Ese es el verdadero motivo de gozo de Toni Nello, porque el doctor en teología moral (los años que tardó en sacarse el doctorado en Roma) no se corresponde con sus melifluos escritos en Catalunya Religió, sino con estas perlas que les enlazo de sus intervenciones académicas, de las que nos puede dar fe cualquiera que haya acudido a sus clases. Incluso a sus misas. Este es el verdadero personaje. Quien lo conoce puede dar fe.
Sistach será el número dos de Rouco (22/02/2011)Se puede confirmar ya (salvo sorpresa de última hora) que en la próxima asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal , que arranca el venidero 28 de febrero, se va a reelegir al cardenal Rouco como presidente. No existiría impedimento estatutario alguno en reelegir, para otro trienio, al actual vicepresidente, Monseñor Ricardo Blázquez. Sin embargo tal posibilidad se descartó desde un inicio. Hasta hace pocos días se venía postulando firmemente la candidatura del arzobispo de Valencia, Carlos Osoro. Por el contrario, al final, el arzobispo de Madrid ha optado porque su número dos sea el cardenal Martínez Sistach. Malas lenguas insinúan que se ha obstruido la candidatura del prelado valenciano, dado que Rouco no veía con buenos ojos su ansías de promoción, ya sea en pos de una futura presidencia de la CEE o de su sucesión en la archidiócesis madrileña. En estos momentos, Sistach no representa ninguna amenaza para el poder de Rouco. Además, la idea de incluirlo en la candidatura partió del propio obispo barcelonés, a lo que el madrileño respondió encantado. Efectivamente: al cardenal de Barcelona le caducaba su cometido en el comité ejecutivo de la CEE , el verdadero centro de poder de Añastro. Al único puesto al que podría optar (descartada la presidencia) es a la vicepresidencia. Su elección colmará su conocido ego, que habría sufrido evidente menoscabo, al quedar como único cardenal sin presencia real en donde se cuecen las decisiones más trascendentales de la Iglesia en España. Así tendremos a Monseñor Martínez Sistach como vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española y número dos del cardenal Rouco. Vicepresidente de la denostada Conferencia Episcopal Española y número dos del vilipendiado cardenal Rouco. Igual sucedió, recuérdese, en el período 1999-2002, en que el cardenal Carles fue también vicepresidente y número dos del obispo de Villalba. Con el consabido enojo de la platea progresista. Es más, caso de aceptación de renuncia o fallecimiento del cardenal de Madrid, antes de expirar el mandato, sería Sistach el presidente de la Conferencia episcopal hasta la siguiente asamblea plenaria. En todo caso, se trata de un suceso extraordinario: en lugar de la anhelada conferencia episcopal catalana, el arzobispo de Barcelona será el vicepresidente de la española y número dos del malvado Rouco. Una jugada genial. La elección del tándem Rouco-Sistach significa también la segura prórroga de sus mandatos como pastores diocesanos. Rouco cumple los 75 años este 2011 y Sistach el futuro 2012. Sus cargos en Añastro caducarán en 2014. Hasta marzo de 2014 no se va a plantear su sucesión. Con el año o año largo para hallar sus relevos. Parece indudable que tanto Rouco como Sistach van a ser dos de los mitrados a los que se acepte más tarde la renuncia por edad. Olvídense ya de los cantos de sirena que aseguraban la designa de un coadjutor o una rápida sucesión. Hay Sistach para cuatro o cinco años más y no se debe soñar con otras hipótesis. Otro factor clave para que nuestro cardenal no haya sido excluido del comité ejecutivo de la CEE es que Sistach se ha convertido en el hombre de Cañizares en España. Sí, sí, de aquel otro pérfido obispo que aseguró que la unidad de España era un bien moral. En estos momentos uno y otro prelado son carne y uña, habiéndose convertido nuestro arzobispo en la palanca que posibilite que Cañizares vuelva de Roma. Obviamente como sucesor de Rouco. En Añastro y en la Almudena. Por ello, se decidió torpedear una posible promoción del obispo Osoro, al objeto de que no estorbase el futuro del purpurado de Utiel. A ese juego se ha prestado Sistach encantado. Podrá seguir viajando a Madrid una vez al mes. Allí (después de Roma) está el verdadero poder eclesial. No en Barcelona. No hace falta que les diga que la noticia me llena de satisfacción. Sobre todo ahora que los más progresistas empiezan a soliviantarse y a escribir pestes del arzobispo de Barcelona. Su ausencia en las conmemoraciones del documento "Arrels cristianes de Catalunya" y, en especial, la expresa prohibición de albergar consultas independentistas en locales parroquiales, han significado el rompimiento de la baraja. Los primeros han sido nuestros amigos de Església Plural. Curiosamente ahora se caen del guindo y descubren el control absolutísimo que ejerce el cardenal en todas las instancias de la diócesis. ¿Por qué se creen que nació Germinans? Se van a iniciar los vahídos en el coro de ofendidos. Ciertamente, no hay mal que por bien no venga.
El nacionalismo eclesial cotiza a la baja (15/02/2011)
Los últimos nombramientos de obispos en las diócesis vascas han evidenciado que la Santa Sede ya no apuesta por la carta nacionalista en aquel territorio. El cambio se inició pausadamente con la designación de Monseñor Blázquez, pero se ha desencadenado de forma fulgurante con las promociones de los obispos Munilla e Iceta. Se trata de una modificación radical del poder eclesial vasco. Roma otea el horizonte, luego inicia un proceso de "decantazione" (a veces excesivamente lento y moroso) pero cuando decide inclinar la balanza lo efectúa de modo inexorable. Tengo la impresión que a ello ha influido notablemente el declive de la banda terrorista ETA. Mientras se hallaba pujante -es triste reconocerlo- ninguna voz episcopal se le enfrentó directamente. Al revés, hubo colaboración desde algunas sacristías y una actitud absolutamente farisaica en muchos púlpitos. Tampoco hubo una beligerante actitud desde el Vaticano. Los nombramientos de Setién, Larrea, Larrauri o Uriarte fueron siempre gratos al entorno abertzale y tampoco cabe olvidar que todo un cardenal de la Curia , el vasco-francés Roger Etxegaray, se ofreció en más de una ocasión como mediador. Por suerte, este triste episodio eclesial ya es historia. Sea por una causa o por otra, la Santa Sede ya no apuesta por el nacionalismo en el País Vasco. Cataluña ha tenido la inmensa fortuna de no padecer (salvo algunas excepciones) un fenómeno terrorista similar. Pero el nacionalismo también ha influido notablemente en la órbita eclesial. Al menos, durante los últimos cuarenta años. Sin embargo, se puede afirmar que, hoy en día, contamos con el episcopado menos nacionalista de este período de tiempo. El cardenal Martínez Sistach puede ser objeto de muchas calificaciones, pero el nacionalismo no entra en ninguna de ellas. Todavía recuerdo cuando el ABC tituló la noticia de su preconización como sucesor de Monseñor Torrella como: "Roma designa un obispo no nacionalista para Tarragona". Tampoco cojean de este pie los otros obispos catalanes. Tan solo se podría colocar a Vives en esta línea, si bien se cuida mucho de tenerla bien amortiguada. No en vano, su sueño se centra en suceder a Sistach y sabe que, actualmente, el nacionalismo eclesial cotiza a la baja. Hace pocos años habrían sido impensables unas declaraciones como las del obispo Novell, afirmando que ni cree en una iglesia catalana ni se considera catalanista. También habría sorprendido la muy tibia conmemoración del veinticinco aniversario del documento "Arrels cristianes de Catalunya", marginada en un solo acto en Montserrat, con la única presencia episcopal de Monseñor Vives, más como secretario de la conferencia episcopal tarraconense, que como obispo de Urgel. Inimaginable habría resultado también que los prelados catalanes suscribiesen un documento de apoyo al obispo de Barbastro, en el litigio por las obras de arte con la diócesis de Lérida. La última escenificación del arrumbo del nacionalismo ha sido la desautorización expresa de la celebración de consultas independentistas en locales parroquiales de Barcelona, que nos contó en su último artículo Antoninus Pius. Esta decisión ha desatado la ira del nacionalismo eclesial catalán. Una de las respuestas más destempladas se recoge en un artículo de Salvador Cardús, titulado "Bisbes amb el melic arronsat" (literalmente: "Obispos con el ombligo encogido"). Cardús es uno de los máximos adalides del nacionalismo eclesial. Fue él personalmente quien cubrió el féretro del obispo Deig con la bandera catalana, cual se observa en la foto que encabeza este artículo. Pero las cajas destempladas de Cardús no son nuevas: hace quince años decía cosas similares. Y hace tan solo tres años acusaba a los obispos catalanes de "botiflers" . Lo que sorprende es que un ingenuo Cardús se haga el ofendido porque esta actitud antinacionalista se haya manifestado concretamente en la diócesis de Barcelona. ¡Parece mentira que no conozca a Sistach! Que Germinans discrepe radicalmente de su política pastoral no tiene porque hacerle nacionalista. Ni lo es ni le conviene serlo en estos momentos. Al igual que a sus compañeros en el episcopado. En Roma el nacionalismo eclesial cotiza a la baja. También sorprende que un iluso Cardús se entere ahora que uno de los redactores del texto "Arrels cristianes de Catalunya" (el obispo Carrera) fue arrinconado en vida. ¡Como que ese fue uno de los motivos principales del nacimiento de Germinans! La renuncia postergada de Carrera, por el empecinamiento de Sistach en el nombramiento de Turull como sucesor. Tan postergada que no pudo ni jubilarse, muriendo en activo, cuando ya hacía tres años que podía haberse jubilado. ¡Uno de los episodios más tristes de esta archidiócesis! Ahora bien, el Cardús de hace quince años, al igual que Casimir Martí o Totosaus, no se cansaron de criticar y ridiculizar al obispo Carrera que colaboraba con el cardenal Carles. Le llegaron a llamar "caragirat"; tanto a él, como a sus colaboradores Enric Puig, Marcel.li Joan o Núria Gispert. Y es que la hemeroteca es muy rica. Incluida la de El Triangle, donde todos estos personajes vomitaban su bilis contra el anterior arzobispo barcelonés. Con los magros resultados que son de ver.
Eugeni Gay en la encrucijada (8/02/2011)A finales del pasado verano, el diario El País alertaba sobre la posibilidad de que el magistrado del Tribunal Constitucional Eugeni Gay se alinease en contra de la recién promulgada ley del aborto y decantase una inesperada mayoría proclive a declarar la inconstitucionalidad de la citada ley. Este mes de enero, dicho magistrado ha sido elegido vicepresidente del Alto Tribunal, a pesar de que tiene el cargo caducado desde noviembre de 2010. Algunos interpretan que el inexplicable ascenso de Gay Montalvo, en plena prórroga del partido, lleve aparejado algún tipo de cambalache que posibilite que la nueva legislación abortista salga de rositas. Se trataría de una ofensa gravísima del magistrado a sus hermanos en la fe. Para quien no conozca a Gay Montalvo (curiosamente definido ahora como progresista) debe saber que no se trata solo de un católico practicante más, sino de un feligrés comprometido durante muchos años en la archidiócesis de Barcelona. A pesar de que sus múltiples ocupaciones en la última época (Decano del Colegio de Abogados de Barcelona, de 1987 a 1996; Presidente del Consejo General de la Abogacía , hasta el año 2001 y, desde entonces, Magistrado del Tribunal Constitucional) le han apartado de su actividad, sigue -cuanto menos- como miembro de la Junta de Obras de la Basílica de la Concepción , de la que es parroquiano y bienhechor desde hace mucho tiempo. La coherencia de un católico practicante y activista no puede conllevar otra postura que el aborrecimiento absoluto del aborto. No haría falta hacer distingos, pero la oposición todavía debe ser más frontal cuando se establece el aborto libre (declarado, además, como derecho), como se efectúa en la ley recurrida. Por ello, todos los católicos debemos estar pendientes de la actuación del magistrado Eugeni Gay y debemos presionarle para que no se preste a ningún tipo de componendas. La última legislación abortista puede ser declarada inconstitucional, gracias al voto de este magistrado. Aún en el caso de que, por el cambio de voto de algún otro juez, su parecer no fuese determinante, su acreditada militancia católica debe propiciar que todavía sea más contundente y eficaz a la hora de conseguir que la ley sea declarada inconstitucional. No debería escatimar ningún esfuerzo. Nadie entendería, además, un cambio de posición en el magistrado Eugeni Gay, cuando votó a favor de la suspensión previa de la ley, a expensas de la resolución del recurso, a pesar de no conseguirlo. Los irreparables daños que está haciendo esta legislación son evidentes en el crimen de los no nacidos, pero también se hacen patentes en la inculcación de la banalidad del aborto. En la sociedad española no solo se le está considerando como un derecho, sino que ya se está recurriendo a él como quien va al dentista a sacarse una muela. Una mera contrariedad. Cada día sabemos de más y más casos de abortos, que se realizan como lo más normal. Simplemente como causa de un embarazo no deseado. La misma banalidad del mal a la que se refería Hanna Arendt, en referencia al genocidio nazi. Con el agravante de que, en una legislación supuestamente tan feminista, es el hombre quien queda ajeno a toda responsabilidad, habida cuenta que, haga lo que haga, al final la mujer siempre puede abortar. En estos momentos se aborta en España por cualquier causa y el 95% de los casos se trata de un simple capricho de mujeres ya bastante mayorcitas. Que nadie se lleve a engaño: los casos de grave riesgo para la salud de la madre, violación, malformaciones del feto no llegan a un 5% del total. La única oposición clara e inequívoca ante esta abominación es la de la Iglesia Católica. El voto favorable a la misma de un católico militante constituiría un grave pecado de escándalo. Si ese católico militante puede decantar la balanza para impedir que se propague el crimen, todavía mayor responsabilidad recae sobre él. Escuchábamos en el evangelio del pasado domingo que "no se enciende una lámpara para guardarla bajo un celemín". La luz de un católico (no ya de un católico de pie, sino significado, como el Magistrado Gay Montalvo) no puede esconderse bajo un celemín, por mucha recompensa que le hayan otorgado con el cargo de vicepresidente del Tribunal Constitucional. Debemos realizar toda la presión que sea posible cerca de su persona. Ya sea el baluarte ético de los comprometidos movimientos anti-abortistas como el ascendente que tienen sobre el Magistrado el cardenal Martínez Sistach, su rector Ramón Corts, el fundador de e-cristians Miró Ardèvol o el flamante nuevo cargo Joan Rigol. Incluso en el Vaticano. Entre otras cosas fue el tercer firmante del manifiesto, publicado en Il Corriere della Sera, "Santita, benvenuto in Catalogna" Que se note, pues el propio Presidente del Tribunal Pascual Sala ya está presionando para que sus creencias no influyan en su decisión . A ver si vamos a ser los católicos los únicos que estemos quietos ante un tema tan trascendental.
Los equilibrios de Vives (1/02/2011)Se sorprenden muchos lectores del resquemor que nos produce la persona de Monseñor Vives Sicilia. Un prelado tan ortodoxo, nos dicen algunos. Un obispo tan encantador, nos manifiestan otros. Se asombran también los seguidores que tenemos en la diócesis de Urgel, donde jamás le han tenido por progresista. Es más, aunque su territorio sea una balsa de aceite -mayormente por su despoblación- si alguna oposición ha hallado procede del lado más heterodoxo. Es cierto que en el ámbito vaticano, en la conferencia episcopal o en su páramo diocesano, el arzobispo-obispo hace gala de una rectitud doctrinal y pastoral intachables. A veces simples mohines, porque Vives es tributario de un pasado. De un pasado barcelonés, firmante de manifiestos, miembro del "Forum Home i evangeli", muy progre rector del seminario, persona clave en el desmantelamiento de lo que es hoy en día la diócesis de Sant Feliu de Llobregat. ¿Cómo sería el nuevo Vives en Barcelona? Un equilibrista. Lo está siendo ya. De ahí su conversión a la ortodoxia doctrinal y pastoral. Su último número funambulista ha tenido lugar este fin de semana en Montserrat. Se celebraba la conmemoración de los 25 años del documento "Arrels cristianes de Catalunya". El sector nacionalista ha tomado aquel escrito como estandarte, a pesar de que, cual ya puse de manifiesto en mi artículo del pasado 3/8/2010, es un texto meramente autonomista e inadmisible, a día de hoy, por los sectores más laicistas de nuestra sociedad. Claro que, para eso, se debían haber leído el documento y muchos hablan de oídas. A lo que iba: se celebró la efemérides en el cenobio benedictino y el único obispo que asistió fue el de La Seu d'Urgell. Ni los arzobispos de Barcelona ni de Tarragona ni tan siquiera el prelado de Sant Feliu de Llobregat (en cuya demarcación se halla enclavada la abadía), que delegó en su vicario episcopal Jaume Berdoy. Una representación francamente raquítica. Además, Vives no iba a título personal, sino como secretario de la conferencia episcopal tarraconense. Y allí apareció el obispo malabarista en su esplendor. Primero, porque con su presencia conservaba incólume el prestigio catalanista, pero, a la vez, no se iba a comportar de manera desleal con sus compañeros abstencionistas. Así cuando un maleducado Joan Rigol (que lo tenga en cuenta Sistach, que tanto se junta con él) dijo textualmente: " respetando excepciones claras, como alguna presente aquí, el episcopado catalán se ha convertido en muy dócil"; Vives saltó y remarcó: " No es fácil tener una palabra libre y profética, que a la vez crea unidad entre todos los cristianos que viven en Cataluña, sino que lo pregunten al Parlamento". No se trata de un terrible varapalo, pero los que conocemos la florentina política de gestos eclesiásticos, podemos comprender fácilmente que tanto la ausencia de obispos, como la matización de Vives desagradaron al sector nacionalista, que se ha quedado con el único asidero del Abad de Montserrat. Está claro que corren otros tiempos en la iglesia en Cataluña. Hace 25 años habrían sido impensables unas declaraciones como las del obispo Novell, en las que niega la existencia de una iglesia catalana o se niega a declararse catalanista. ¡Si Deig levantase la cabeza! Por idénticas manifestaciones, hace unos diez años anatemizaron al obispo de Vic y todavía no se lo han perdonado. Las preocupaciones del episcopado catalán van por otros derroteros, que tienen mucho más que ver con la fe y la realidad pastoral del pueblo creyente. Pero Vives sigue jugando a dos barajas; teniendo un pie en cada acera, con el evidente riesgo de descoyuntamiento que ello produce. Siempre mantendrá una puerta abierta al nacionalismo, al igual que jamás cerrará la cancela a la ortodoxia. La sucesión de Sistach está en juego. Ya desde la diócesis de Urgel se está haciendo correr el rumor de que se nombraría a Vives como coadjutor de Barcelona. Pero no son más que bulos interesados. También nos llegan otros de la designación de un auxiliar de Tarragona, que preparase la salida de Pujol Balcells hacia la Ciudad Condal. Maniobras de distracción como estas vamos a tener un sinfín en los próximos años. O el Nuncio prepara bien la sucesión en Barcelona o esto se puede convertir en un polvorín. Queda más de un año para que Sistach cumpla 75 años, más las prórrogas o demoras subsiguientes. Y ya todos están preparados en la rampa de salida. Incluido Sistach, que también quiere tener baza en su sucesión o el muy poderoso Cañizares, que últimamente está obteniendo notable influjo en los nombramientos episcopales y que mantiene muy buenas migas con el co-príncipe. Puede resultar un proceso inaguantable. A ver si impera la cordura.
El Periódico de todos los bares (24/01/2011)Antes de la eclosión de los noticiarios gratuitos, el diario popular en Cataluña era El Periódico. Tan habitual era el medio en los ambientes más llanos que se le conocía como "El Periódico de todos los bares", dado que no había establecimiento que no tuviese el rotativo en su barra. Era un caso curioso y que solo sucedía aquí: en los bares no existía La Vanguardia , ni el Avui, ni las ediciones catalanas de El País o de El Mundo. Solo El Periódico de Catalunya. Podía haber diversidad en los deportivos, ya sea el Sport o el Mundo Deportivo, acaso el As o el Marca, pero en cuanto a diario generalista solo existía El Periódico. Una verdadera uniformidad. El hecho tenía su explicación: se trata de un diario muy simplista, lleno de titulares, sin profundidad, que se lee de forma muy fácil, mientras uno se toma un café o degusta una cerveza. Un acompañamiento, como si fuere el croissant o una tapa de ensaladilla. Con la muerte de Antonio Asensio, el rotativo se puso en venta e inició un lento declive. Incluso se han sucedido tres directores en pocos años. Por ahora, pese a múltiples rumores, sigue en manos de Grupo Zeta y mantiene el estilo fundacional. Uno de los vivos ejemplos de su simplismo se ha podido observar con la información publicada este sábado, con gran riqueza tipográfica, dedicada a Germinans . La pieza iba firmada por Jordi Casabella y se podía leer en la versión de Internet ,aunque muy extractada o, de forma más extensa, en la edición impresa. Aquí pueden leerla íntegramente Jordi Casabella se encarga de la información religiosa del diario, pero no es un periodista que forme parte del magma progre-eclesial catalán. Además, es persona que trabaja -cosa rara, a diferencia de algunos informadores blogueros-, pues no se dedica solo a la temática religiosa, sino que se ocupa también de las noticias relacionadas con el mundo educativo. Por otro lado, en Germinans le estamos muy agradecidos, ya que fue él quien rescató del olvido la foto de Turull manifestándose con el megáfono. Era una foto que había desaparecido de todos los archivos y que rescató en su día Casabella. Probablemente, gracias a aquella foto, Turull no fue designado obispo auxiliar de Barcelona. Sin embargo, el amarilleo de la información contiene una serie de trampas que deben desenmascararse: 1.- Es falso que se fundase Germinans con la mirada puesta en la sucesión del cardenal Martínez Sistach. Este portal se fundó en Mayo de 2007, cinco años antes de que llegue el día en que nuestro obispo cumpla 75 años. Nos hemos adelantado a muchas noticias, hemos dado primicias, somos previsores, pero tanto... 2.- Sabemos que Casabella nos lee con fruición, como demuestra los numerosos párrafos que entresaca de diversos de nuestros artículos, pero jamás podrá citar uno en el que nos declaremos "partidarios de la Inquisición " 3.- Más hilaridad produce su afirmación relativa a que "preferimos el latín al catalán". Desconocemos a que se refiere, pues ninguno de nosotros utiliza el latín como lengua vernácula. Si se refiere a la liturgia también es falso. Somos partidarios de la liturgia bien ejecutada, ya sea en catalán o en latín. Puede haber liturgia pésima en latín y excelente en catalán. 4.- Difícilmente podemos añorar el episcopado barcelonés de Monseñor Marcelo González Martín, cuando la inmensa mayoría de nuestros articulistas iba en pantalón corto en aquella época. 5.- Nos sobreestima enormemente cuando afirma que hemos lanzado una ofensiva en la red para promocionar a Monseñor Saiz Meneses al episcopado de Barcelona. Pobrets de nosaltres . Menudo poder de influencia. 6.- Si es cierto que tenemos una web a la contra, dedicada exclusivamente a nosotros. No solo nos enorgullece, sino que creo que la necesitamos; por eso duele verla languidecer de forma tan alarmante, con un solo artículo al mes y una ciénaga de comentarios, convertida en burdo estercolero. Lo que no ha comprendido Casabella es que la única razón de ser de Germinans ha sido dar a conocer una realidad viva en los medios de comunicación. Efectivamente en los medios solo salía una parte de la iglesia en Cataluña y otra quedaba eclipsada, silenciada, oscurecida. Curiosamente esa iglesia oculta era la que llenaba las parroquias, la que más colaboraba con el arzobispado, la que realizaba una labor social más eficiente. ¿Por qué unas parroquias están llenas y otras- casi siempre las más progres- están vacías? ¿Por qué hay templos abiertos todo el día y otros cerrados? ¿Por qué las parroquias ortodoxas colaboran más con la economía de la diócesis y efectúan una incesante labor social? ¿Por qué los inmigrantes acuden en masa a aquellas parroquias y no a las más progresistas? ¿Por qué el Seminario de Terrassa ha superado al de Barcelona con solo tres años de funcionamiento? ¿Por qué la diócesis de Terrassa tiene, en proporción, más voluntarios de Cáritas que la de Barcelona? ¿Por qué nadie hablaba de esto, antes del advenimiento de este portal? ¿Por qué nos sigue tanta gente? ¿Por qué cada vez tenemos más colaboradores y hemos tenido que abrir una sección titulada De omnibus rebus para que escriban aquellos articulistas no habituales? ¿Por qué hemos causado tanto revuelo? Estas son las cuestiones que explican la singladura -y el éxito- de Germinans y no las promociones episcopales, ni la sal gorda del integrismo, el latín o la Inquisición.
La patata caliente de Afers religiosos (18/01/2011)
El nuevo gobierno de la Generalitat catalana de Artur Mas está llevando una política de nombramientos ciertamente sorprendente. La designación como consejera de Justicia de una abogada del estado que había interpuesto recurso contra las consultas independentistas o la nominación de dos miembros del PSC como Ferran Mascarell y Joan Pluma en la consejería de cultura han constituido algunas de las inesperadas remociones de cargos. A ello se debe unir un absoluto hermetismo en la forma de proceder en los nombramientos, que impide tan siquiera la consabida rumorología. A día de hoy se halla por cubrir (si es que se cubre) la Dirección General de afers religiosos, cuya titular es Montserrat Coll, una independiente cercana a ERC que ha ocupado el puesto en los dos tripartitos, con la breve excepción del efímero Jordi López Camps, que tanto se pavonea de sus cinco meses al frente de aquel organismo. Por el momento, no ha trascendido si se va a designar nuevo titular, si se va a confirmar en el cargo a la actual o si será definitivamente suprimida la dirección general. Además, la circunstancia de que Afers religiosos se halle incardinada dentro del organigrama de la vicepresidencia de la Generalitat , que la misma esté confiada a Unió Democrática, en la persona de Joana Ortega (ex-alumna de IESE y cercana al Opus Dei), ha hecho saltar las alarmas en el mundillo progre-eclesial, que ha empezado a desarrollar su función de lobby, la cual no es muy eficaz en el ámbito religioso, pero sí en el político. Esta dirección general fue idea de Jordi Pujol que la creó en el año 2000. Empezó denominándose Secretaria de relacions amb les confessions religioses . Ya en el año 2001 se le cambió el nombre por el de Secretaría de afers religiosos. Cuando con el primer tripartito de Maragall la megalomanía alcanzó niveles de paroxismo se le cambió el nombre y se la elevó de rango, pasando a su configuración actual. Sus competencias, según el decreto 184/2000 que la crea, son las siguientes:
No parece que tan abstractos cometidos justificasen la constitución de una dirección general, con organización funcional propia, secretarías, técnicos especializados y siete funcionarios ad hoc. Pero si poca explicación tenía su puesta en funcionamiento, nula es la que pretexta su mantenimiento actual. Las arcas de la Generalitat están totalmente exhaustas. Al parecer, a día de hoy, solo hay efectivo para pagar las nóminas de los funcionarios de los próximos dos meses. La ruina es inevitable y la vamos a pagar todos los contribuyentes. Por si fuera poco, la Unión Europea tiene en su punto de mira el despilfarro monstruoso del estado de las autonomías español. ¿Cual es el presupuesto que tuvo en el año 2010 la Dirección General d'afers religiosos? 3.651.230,44 €. De ellos 1.300.200 € se destinaron a subvenciones. Sí, sí, a todas esas subvenciones que detalló de forma prolija y documentada Quinto Sertorius Crescens en sus artículos de los días 9,17 y 24 de diciembre de 2010. Porque esta es la única y verdadera razón de ser de esta dirección general: el reparto de subvenciones, a costa de todos los contribuyentes. El uso y abuso del dinero público, con la única finalidad de crear un magma nacional-eclesial de reparto de prebendas, que posibilite un pensamiento único nacionalista. La trama bien formada en la que se entrelazan políticos y para-eclesiásticos, que permite que jamás se critiquen unos a otros. Un régimen. El problema es que ese régimen ha salido muy caro y ha llegado el momento de pagar las facturas. Justo cuando en la caja solo quedan telarañas. La paradoja radica en que la cebadura del animal se produjo con un gobierno de izquierdas. En el cual se pregonaba la laicidad como uno de sus principales objetivos. ¡Menuda laicidad! Con un presupuesto de tres millones y medio de euros para asuntos religiosos, de los cuales un millón y medio se destinaban a subvenciones a fondo perdido. Cuanto más progre el destinatario, mayor subvención. Incluso alguno, como la Fundació Joan Maragall, denunciada por la Sindicatura de Cuentas por haber obtenido los fondos de forma irregular. En estos momentos de crisis no tiene ningún sentido la Dirección General d'afers religiosos . Es más, su homóloga a nivel estatal fue suprimida en Julio de 2010 y subsumida en la Dirección General de Cooperación Jurídica Internacional. La explicación del ministro de justicia ante el cambio no fue otra que el ahorro presupuestario. La misma lógica que debería seguir el actual gobierno catalán. Veremos si esta lógica económica se traduce a la política. Tengo serias dudas. Aquí solo ha habido un cambio de nombres, ya que se ha instalado definitivamente la auténtica sociovergencia. Curiosamente en Cataluña nadie quiere ejercer la oposición. En la investidura de Artur Mas los partidos mayoritarios (desde ERC al PP, pasando por el PSC) pugnaron por ofrecer sus votos al nuevo Presidente. Va a tener un gobierno sin oposición. También sin dinero, dicho sea. Veremos si ello afecta a la Dirección general d'afers religiosos. Y a los 25.000 euros que concede anualmente al portal de Llisterri.
El cínico y el presumido (11/01/2011)A cada cambio estacional renacen las presiones contra Germinans. El penúltimo lo ha pergeñado un dúo bien castizo: el cínico y el presumido. El primero, José Manuel Vidal es un antiguo amigo nuestro. De los de primera hora. Casi un camisa vieja de Germinans. Ha empezado el año 2011 llamándonos "ultras" , como sí fuéramos hinchas de un club de fútbol. También nos reserva el cariñoso apelativo de "vulgares y anónimos insultadores". ¡Menudo cambio! Lo que debe saber el pueblo soberano es que este hombre ha ido detrás de Germinans para que publicásemos la web en su portal. No solo eso, sino que en nuestra más tierna infancia, allá por el día 15 de julio de 2007, publicó una crónica en El Mundo sobre la misa tradicional, en la que se hacía eco de la entrevista que tuvo con Dom Gregori María. Es más, en la versión digital, enlazaba con este site. Ahora denominado "la página de los ultras insultadores". Aquí tienen la prueba. Este documento es público, luego tenemos unos cuantos correos privados, dirigidos a algunos de nosotros, en los que nos invitaba encarecidamente a colaborar con su medio digital. Aunque fuere a título individual. Obviamente, por un mínimo de decoro, no vamos a publicar esa correspondencia privada, pero el periodista tiene buena memoria y seguro que no va a negar esta sabrosa realidad. Ahora, cuatro años después, ha cambiado nuestra colaboración por la del cardenal Martínez Sistach. Seguro que habrá sido igual de insistente. Su compañero, en la fotografía de la derecha, todavía tiene más gracia. ¡Cómo me divierte ese hombre! Acudan a su blog y no se pierdan su perfil. El muy presumido se esconde la edad. Solo nos dice que nació en una tormentosa madrugada de enero en Barcelona. El año nos lo oculta. Ahora bien, por si alguien desconoce donde está Barcelona, nos aclara que es la capital de Catalunya, situada entre el norte europeo, el este mediterráneo, el sur y el oeste hispánicos. ¡Menudo rodeo para no mentar el vocablo España! ¡Ni tan siquiera el estado español! También nos aclara el presuntuoso que es socio del Barça (carnet 2.877) y que posee lecturas teológicas. ¡Menos mal! Lo que no se llega a entender es que un hombre tan detallista se haya olvidado del año en que nació. Pero que nadie se alarme, no se trata de un mero pavoneo. La omisión tiene su intríngulis. El periodista es contemporáneo de una serie de periodistas que fueron prejubilados en La Vanguardia en el año 2009. Nada menos que 24 de una tacada. Algunos de ellos tan conocidos como Eugeni Madueño, Mercè Beltràn, Enric Tintoré, José Ramón González Cabezas o Josep María Orta. Inexplicablemente alguien salvó a Oriol Domingo en el último minuto. Chevalier servant como es no movió ni un dedo, ni una tecla, en defensa de sus compañeros. Tampoco lo hizo en defensa de los 90 trabajadores despedidos del rotativo en los meses siguientes. Por eso se esconde la edad. El muy cuco. Pero al coqueto informador, si le debo hacer dos precisiones: 1.- Que trabaje un poco más. Le acepto que nunca nos cite ni nos enlace (a partir de ahora yo tampoco le citaré por su nombre) pero cuando copie, no hace falta que copie los gazapos. El artículo de Prudentius de Bárcino, mediante el que se enteró de las declaraciones del obispo Novell, contenía una errata. La entrevista al obispo de Solsona no se efectuó a Regió 7, sino a la Agència Catalana de Noticies (ACN). Sin embargo el vanidoso se limitó a reproducir la cita, sin comprobar el origen de la fuente. 2.- Sabemos que no puede pasar sin nosotros. Ahora bien, cual lector empedernido que es de Germinans, no puede decir que aquí se haya atacado al obispo Taltavull. Repase, por ejemplo, mi artículo del 29-6-2010. Tampoco puede sostener que aquí se ha hablado bien del obispo Salinas. Acuda a mi artículo del 1-4-2008. Y para una comprensión general de la postura de esta web léase la pieza de Antoninus Pius del pasado 29-12-2010. En definitiva, más vale tomárselo a risa. El último ataque contra Germinans que han vertido este particular dúo zarzuelero no hay por donde cogerlo. Uno por despechado y el otro por desconocedor. Aunque no se preocupen, la carraquilla no callará. Están obsesionados con nosotros.
Sistach se fue al Caribe (4/01/2011)Es típico de cada año que nuestro cardenal se busque una excusa para no asistir a la Fiesta de la Familia Cristiana que se celebra en Madrid. En 2007 una inoportuna gripe le obligó a guardar cama; en 2008 se sacó de la manga la celebración de la misa por la familia a nivel local (sin que en los años venideros gozase de continuidad) y en 2009 no tuvo más remedio que asistir, pues no podía hacer el feo a otros cardenales europeos que concurrían al acto. Este año era muy llamativo ver quien presidía la celebración: los cardenales Rouco, Amigo, Cañizares y García Gasco más los curiales Antonelli y Cordes. Cuatro de los cinco purpurados españoles con derecho a voto en un hipotético conclave. ¿Dónde estaba el quinto? En el Caribe. Sí, sí, en el Caribe. En la misma República Dominicana. La excusa que ha hallado Sistach este año para no asistir a la Plaza de Colón ha sido un viaje a la República Dominicana. Y no se crean que se trata de un viaje relámpago, sino propio de todo un señor cardenal. Once días en la antigua isla La Española. Del 30 de diciembre al 9 de enero. Incluso pudo despedir el año a más de veinte grados de temperatura. Muy lejos de los rigores invernales madrileños. Once días dan para mucho, hasta en la República Dominicana. Va a tener tanto tiempo nuestro arzobispo que tiene previsto visitar a su prima, la hermana María Rosa Baqué Sistach, religiosa concepcionista en aquel país. Como no se trata solo de un viaje de placer o de reencuentro familiar, el cardenal también tendrá su día de incremento de ego: el 7 de enero se le va conceder el Doctorado Honoris Causa por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de Santiago de los Caballeros. El obispo pronunciará la interesante lección "La presencia pública de la Iglesia en la sociedad". No estará tan rodeado de cardenales como en Madrid, pero al menos tendrá siempre a su lado al purpurado dominicano, Monseñor Nicolás de Jesús López Rodríguez y al arzobispo de Santiago de los Caballeros, Don Ramón Benito de la Rosa y Carpio. Como nuestro prelado es de natural detallista no faltará una visita al Santo Cerro, donde Cristóbal Colón plantó la primera cruz en territorio americano y donde tiene previsto recordar que en la catedral de Barcelona fueron bautizados los primeros indios llegados de América. Todo el periplo parece una inocentada, pero no lo es. Por ese cuidado especial en los detalles que aludía, el cardenal salió de Barcelona el día 30, dos días después de los Santos Inocentes. La utilidad del viaje se desconoce totalmente, a no ser por la visita a la cosineta . En cuanto al doctorado Honoris Causa tampoco es que la universidad que lo concede tenga un acreditado prestigio académico, aunque ya sabemos del natural modesto de Sistach, cuyas únicas distinciones que se le conocen son las de hijo adoptivo de Banyalbufar o hijo predilecto de Camprodon. Pese al jet lag y la profusión de actos, esperamos que nuestro arzobispo goce de un merecido descanso. El clima caribeño, la amabilidad de sus gentes y los idílicos paisajes favorecerán sin duda una relajación que permita el acopio de energías para este difícil año que acabamos de iniciar. Muchos quisieran haberlo empezado en Santo Domingo, sin embargo la crisis económica no les permite tales dispendios. Otros han acudido de voluntarios a la vecina y devastada Haití, a la que Sistach ni se le va a ocurrir acercarse. También otros (incluidos sus colegas en la púrpura) debieron padecer el frío de una mañana de enero en Madrid, con la finalidad de dar realce y aliento a múltiples familias que habían venido de toda Europa. A las que el Santo Padre tuvo el detalle de saludar expresamente en su alocución del Angelus. No debo terminar sin enlazar mi artículo con las incesantes peticiones que está recibiendo el cardenal para la apertura al culto de la Basílica de la Sagrada Familia. Incluso le lanzo una idea: por qué no propone que el año que viene la Jornada europea de las familias se lleve a cabo en Barcelona. Se trata del último templo europeo consagrado por Benedicto XVI. Templo especialmente dedicado a la familia. Seguro que ni el Papa ni el cardenal Rouco se opondrán a esta iniciativa. Y después de ella, el mejor regalo sería volver a abrir el templo al culto como se merece, que no por ello va ver mermados los ingresos turísticos. Sea valiente Eminencia y reflexione sobre ello en el Caribe. Los cristianos catalanes se lo están pidiendo. Incluso en Cataluña Cristiana se ha publicado una dura carta contra el cierre al culto de la basílica. Hasta Monseñor Novell (lo siento Prudentius, pero es imposible el sosiego mediático), refiriéndose a la misa de Madrid, ha declarado: "Como obispo, intentaré que se haga algún tipo de acto como este también en Catalunya, ya sea en Barcelona o en mi propia diócesis". |
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